Obama le da luz verde a la masacre
israelí
Martes, 01 de junio 2010 Ray McGovern
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar
El saldo de víctimas sigue conociéndose tras el ataque la noche del domingo y
la mañana del lunes, de comandos de Israel contra una flotilla desarmada que
trataba de llevar suministros de ayuda a los 1,5 millones de palestinos y
palestinas que viven amontonados en Gaza.
Se informa que al menos nueve pasajeros civiles a bordo de los barcos ya
murieron y que docenas quedaron heridas.
Sin embargo, rara vez un acto de agresión se ha anunciado con tanta
anticipación. Israel había dejado claro que usaría la fuerza para impedir que
los barcos llegaran a Gaza y no recibió ninguna protesta severa del presidente
Obama, que al parecer no podía superar su miedo a la legendaria influencia
política de Israel.
A principios del año, Obama sí que criticó los inacabables asentamientos
israelíes en territorios palestinos y la resistencia de Netanyahu a tener
conversaciones de paz significativas, pero el presidente no ha logrado respaldar
sus palabras con acciones o determinación firmes.
Es por esa razón que Netanyahu quedó convencido de que Israel podría hacer lo
que quisiera, que incluyera bajar a tropas de comando desde helicópteros a las
cubiertas de barcos abarrotados y, después de una aparente enfrentamiento con
los civiles de uno de los barcos, ordenar el uso de la fuerza letal.
Pues Netanyahu podía esperarse que los Medios Corporativos Aduladores (MCA),
con figuras destacadas como Wolf Blitzer, que edificó su carrera periodística
trabajando por el Jerusalem Post, manipularan la historia del asalto
criminal para que pareciera razonable y posiblemente de sesgo incluso favorable
a las tropas israelíes.
Desde un principio, la red televisora CNN repitió como un loro la
"explicación" israelí por el ataque en alta mar que salió en el Jerusalem
Post, según la cual “mataron a unos militantes" después de que estos se
lanzaran contra los comandos navales israelíes que abordaron uno de los seis
barcos a las dos en la madrugada del lunes [de 31 de mayo].
Los tropas de comando "se encontraron frente a una fuerte resistencia de
hombres armados con armas afiladas y la situación degeneró en una masacre cuando
uno de ellos tomó el arma de un soldado y abrió fuego", dijo el Jerusalem
Post, citando fuentes militares israelíes.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) sostuvieron que los organizadores del
convoy de ayuda tenían una "orientación islámica radical y anti-occidental" y
que "las fuerzas navales israelíes se vieron atacadas con cuchillos y palos de
metal, además de fuego vivo", aunque no hubo informes de muertes israelíes. El
comunicado de las FDI continúa:
"Era evidente que los manifestantes habían preparado sus armas de antemano
para ese fin específico", y agregó que por eso la Marina utilizó métodos de
dispersión de disturbios, incluido el fuego vivo, según JTA, el servicio
noticioso mundial del pueblo judío.
El Ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, culpó a los organizadores del
convoy de las consecuencias violentas, y el Viceministro de Relaciones
Exteriores Danny Ayalon explicó en una conferencia de prensa por qué eso era
así: "La intención de los organizadores fue violenta, su método fue violenta y,
por desgracia, los resultados fueron violentos".
Así que los militares israelíes recurrieron a la violencia sólo en defensa
propia. No me digan.
Una conversación tranquila
El lunes, el presidente Obama habló telefónicamente con el primer ministro
israelí Benjamin Netanyahu sobre el incidente. Posteriormente, la Casa Blanca
dijo que Obama había expresado su " profundo pesar " por las muertes pero
declinó hacer otro comentario, debido a "la importancia de informarse de todos
los hechos y circunstancias" lo más rápidamente posible.
Sin embargo, no esperen que el pusilánime Obama o sus consejeros
simpatizantes del Likud—y mucho menos los MCA— cuestionen la versión
israelí.
A lo mejor recibamos una "explicación" digno del difunto Alexander Haig en
cuanto a por qué la masacre pudiera "justificarse". La muerte de Haig en febrero
me trajo a la memoria unos comentarios que hizo acerca de un brutal incidente la
noche del 2 de diciembre de 1980, poco después de la victoria electoral de
Ronald Reagan.
En un El Salvador dirigido por ultraderechistas, las fuerzas de seguridad del
gobierno detuvieron a cuatro religiosas estadounidenses en su vagoneta y
recibieron órdenes de asesinarlas. Los soldados primero las violaron y luego las
ejecutaron con rifles de alto poder.
El equipo de política exterior de Reagan decidió responder a la violación y
asesinato como un problema de relaciones públicas, el cual se manejaría mejor
culpando a las víctimas. Así que no se las trataba como monjas, sino como
"activistas políticas".
Haig, al llegar a ser el primer secretario de Estado bajo Reagan, le dijo al
Congreso: "Tal vez las monjas saltaran un control de carretera o se pensara que
lo habrían hecho, y eso pudiera haber provocado un intercambio de disparos."
En sólo unas semanas esas mujeres estadounidenses se habían transformado de
víctimas inocentes a "activistas políticos" y hasta insurgentes armadas, aunque
los funcionarios del gobierno de EE.UU. que conocían la situación reconocieron
que no hubo evidencia que respaldara la especulación de Haig acerca de un
tiroteo. Como analista de inteligencia durante ese período, yo sabía de la
inclinación de Haig de inventar cosas.
Espérense, pues, que pase lo mismo con los activistas internacionales
asesinados e heridos en el incidente ocurrido frente a la costa de Gaza. Ya no
me mantengo al día más con los MCA (es demasiado para mi temperamento irlandés),
pero me han dicho que los expertos favorables a Israel ya están hilando cuentos
para manipular los hechos más rápido de que giran las famosas centrifugadoras de
Irán.
La sabiduría del tío Remus*
"Él no dicen na’a," como lo expresa el tío Remus, con gramática incorrecta
pero una comprensión precisa que a través de no decir nada muy a menudo se puede
comunicar un mensaje impactante o peligroso.
Como candidato presidencial, Obama tuvo cuidado de no decir nada sobre el
brutal bloqueo israelí contra los 1,5 millones de gente en Gaza, a punto de
entrar en su cuarto año. Como presidente electo no dijo ni pío mientras los
israelíes ordenaba ataques a la densamente poblada Gaza, matando a unos 1.400
habitantes de Gaza.
Como presidente, se ha echado atrás en cada momento significativo que
Netanyahu burla lo que él o el vicepresidente Joe Biden haya dicho.
Obama sabía de la "Flotilla de Libertad" y su plan de llevar suministros a
Gaza. Tenía que ser consciente también de las amenazas de Israel de atacar los
barcos de ayuda. Pero, como B'rer Fox en los cuentos del Tío Remus, Obama
"no dicen na’a."
Todo lo contrario, Rahm Emanuel, el prosionista jefe de gabinete de la Casa
Blanca de Obama, quien recientemente pasó sus vacaciones en Israel y se reunió
con Netanyahu el miércoles pasado, lo invitó a la Casa Blanca para una visita de
trabajo. Se informó que Netanyahu visitará a Obama el martes, después de una
visita de cuatro días a Canadá.
La mañana del lunes, Netanyahu decidió no asistir una cena de gala en su
honor en Ottawa y rechazó la invitación de Washington. Dijo que esperaba que
tanto el primer ministro Stephen Harper como el presidente Obama "entendieran
que Israel enfrenta un enorme problema de seguridad."
Sin embargo, de acuerdo a Craig Murray, ex embajador británico y especialista
de la Oficina de Relaciones Exteriores sobre el derecho marítimo, el asalto de
comando realizado en aguas internacionales fue más que un problema de seguridad:
fue una violación del derecho internacional y del derecho del Mar.
Escribe Murray: "La primera posibilidad es que los comandos israelíes
estuvieran actuando para el gobierno de Israel cuando asesinaron a los
activistas en aguas internacionales. La ley aplicable es la del estado del
abanderamiento del barco en el que ocurrió el incidente," en este caso
Turquía.
Agregó: "En términos legales, el barco turco era territorio de Turquía. Por
lo tanto... Israel está en guerra con Turquía y el ataque de tropas de comando
israelíes está dentro de la jurisdicción del derecho internacional como un
crimen de guerra".
"La segunda posibilidad es que, si las matanzas no fueran acciones militares
autorizadas por Israel, entonces fueron actos de homicidio y están dentro de la
jurisdicción de las leyes turcas. Si Israel no se considera en guerra con
Turquía, tiene que trasladar a los soldados de comando involucrados para ser
juzgados en Turquía de acuerdo a las leyes turcas.
"Le incumbe a Turquía, no a Israel, llevar a cabo cualquier averiguación o
investigación, e iniciar los procesos judiciales. Según el derecho
[internacional], Israel debería entregar a los soldados acusados para que los
enjuicien."
Impunidad por homicidios
El incidente fatal frente a la costa de Gaza, sin embargo, no fue la primera
vez que Israel hubiera utilizado la fuerza letal contra un barco casi indefenso
en mar abierto. El ataque a la "Flotilla de Libertad" recordaba el ataque al USS
Liberty durante la Guerra de Seis Días de Israel contra tres de sus vecinos
árabes.
La guerra comenzó el 5 de junio de 1967 cuando Israel llevó a cabo un ataque
sin provocación de modo Blitzkrieg. ¿Quién es mi fuente para eso de "sin
provocación"? El propio ex primer ministro israelí Menachem Begin, quien 15 años
más tarde admitió públicamente:
"En el junio de 1967, estuvimos ante una decisión. La concentración del
ejército egipcio en los accesos del Sinaí [a Israel] no constituyó ninguna
prueba de que [el presidente egipcio] Nasser estuviera realmente a punto de
atacarnos. Debemos ser honestos con nosotros mismos. Decidimos atacarle a él
primero."
Tras tres días de guerra, los aviones y torpederos israelíes dirigieron su
fuego contra el buque USS Liberty, que recopilaba inteligencia en aguas
internacionales, después de haberlo identificado como buque de la Marina de
EE.UU.
Los israelíes insistieron más tarde en que habían perdido la pista de la nave
y que el bombardeo había sido un accidente en la confusión de la guerra. Sin
embargo, los servicios de inteligencia de EE.UU. habían interceptado las
conversaciones israelíes en el momento, y estas indicaban que la misión israelí
tenía como fin hundir el barco y no dejar ningún sobreviviente.
Unos soldados de comando israelíes vestidos de negro estaban a punto de
aterrizar desde helicópteros para acabar con lo que restaba de la tripulación
del Liberty, cuando el marinero Terry Halbardier (quien más tarde recibió la
Estrella de Plata) se fue deslizando sobre la cubierta del Liberty, ya cubierta
de napalm, para llegar a donde podía improvisar una antena y lanzarle un mensaje
de SOS a la Sexta Flota. Las fuerzas israelíes interceptaron el SOS y
rápidamente pusieron fin al ataque. No obstante, habían matado a 34 miembros de la
tripulación de la Liberty e herido a más de 170.
Para evitar la exacerbación de tensiones bilaterales, se le ordenó la Marina
de EE.UU. encubrir la naturaleza deliberada de la agresión, y se amenazó con
cárcel a los tripulantes sobrevivientes si apenas dijeran una palabra sobre ello
a sus esposas. Cuando algunos de los tripulantes más tarde pidieron una
investigación independiente, se les acusó de antisemitismo.
Uno de los sobrevivientes de la tripulación del USS Liberty, el condecorado
marinero veterano Joe Meadors, estaba a bordo de la "Flotilla de Liberty" cuando
esta se vio atacada. Meadors es ex presidente de la Asociación de Veteranos del
USS Liberty.
El Departamento de Estado nos dice que Joe Meadors sobrevivió este ataque
israelí más reciente. La última noticia que tenemos sobre él es que se encuentra
en de una cárcel israelí.
Rachel Corrie
Otro incidente ocurrió el 16 de marzo de 2003, cuando a Rachel Corrie, una
joven mujer de 23 años y una de los voluntarios estadounidenses que servían en
Gaza con el Movimiento de Solidaridad Internacional, le atropelló un bulldozer
del ejército israelí, después de un prolongado enfrentamiento y a plena vista de
varios de sus colegas voluntarios.
Rachel quería impedir la demolición de una casa palestina en donde se había
estado alojando. Aparentemente el mensaje que los israelíes querían dejar con el
asesinato de Rachel Corrie fue que los voluntarios internacionales ya no serían
exentos del brutal tratamiento otorgado a los jóvenes voluntarios israelíes que,
como Rachel, habían tomado una postura en pro del trato decente a los palestinos
de Gaza.
El entusiasmo de los MCA por el esperado bombardeo "conmoción y pavor" contra
Irak, que lanzó el presidente George W. Bush tres días después, hizo que la
cobertura limitada sobre el asesinato de Rachel se relegó a las páginas de
atrás. Los israelíes alegaron que el asesinato fue un error involuntario, así
como el acribillazo de la nave Liberty.
El espíritu de la valiente Rachel estaba, en un sentido real, con la Flotilla
Libertad. Uno de los barcos del convoy llevaba el nombre "Rachel Corrie".
Israel no puede esconderse detrás de eso de "involuntario" esta vez, aunque
sus manipuladores de los hechos ya están haciendo todo lo posible para
desprestigiar a los civiles a bordo de los barcos con clichés propagandísticos
baratos, tachándolos de "terroristas" que tendieron una "emboscada" a los tropas
de comando israelíes y trataron de "lincharlos".
Tal vez esas tácticas de relaciones públicas producirán el efecto deseado en
los MCA estadounidense y los "neoconservadores" de Washington, y por extensión
en los televidentes de los Estados Unidos, pero en la comunidad internacional la
paciencia con Israel está a punto de llegar a su fin.
En gran parte, eso tiene que ver con Gaza: incluido los ataques israelíes del
17 de diciembre de 2008 al 18 de enero de 2009, así como el bloqueo de tres años
que comenzó con la victoria de Hamas en las elecciones palestinas que lo
convirtieron en partido oficialista ahí.
Israel y el gobierno de EE.UU. consideran a Hamas una organización
terrorista, aunque algunos otros países sostienen que Hamás es un movimiento de
resistencia que lucha contra la ocupación israelí.
Sin embargo, a pesar de qué se opinara sobre Hamas, se considera ampliamente
que el cruel bloqueo israelí a Gaza y el asalto militar del año pasado
infligieron una catástrofe humanitaria al pueblo palestino.
¿Ha ido demasiado lejos Netanyahu?
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reaccionado enérgicamente
al ataque israelí contra los barcos de ayuda, el más grande de los cuales salió
de Turquía. De acuerdo a un informe, Turquía ha advertido que buques de la
marina turca servirán como escolta militar para futuros convoyes de ayuda a
Gaza.
Erdogan ya se ha cansado del maltrato israelí a los musulmanes de la zona
oriental del mediterráneo. El 29 de enero de 2009, en la cumbre económica de
Davos, Suiza, criticó severamente al presidente Shimon Peres, que estaba
presente, calificando la Franja de Gaza como una "cárcel al aire
libre."
Erdogan citó con enojo "el Sexto Mandamiento - No matarás" y agregó: "Estamos
hablando de asesinatos" en Gaza. Su polémico de un minuto y medio se grabó en vídeo por la
BBC.
Cinco días antes del arrebato de Erdogan, el gobierno brasileño también
condenó el bombardeo israelí de Gaza y su efecto sobre la población civil como
una "respuesta desproporcionada".
Parece haber sido la atrocidad en Gaza lo que galvanizara la exitosa
iniciativa conjunta del primer ministro turco Erdogan y el presidente brasileño
Luiz Inácio Lula da Silva, la cual desafió a Israel al conseguir que Irán acepte
la transferencia de la mitad de su uranio de bajo enriquecimiento a Turquía,
para un procesamiento adicional que lo hará inutilizable para ser arma
nuclear.
Estarás preguntando ¿desafíó a Israel?. Si Israel cree que el uranio de bajo
enriquecimiento es un elemento esencial de la "amenaza existencial" para sí
mismo que supuestamente constituyan las armas nucleares en Irán, ¿no estarían
encantados los israelíes con el acuerdo de Irán de enviar la mitad a Turquía?
Buena pregunta.
Si la verdad sea dicha, a Israel le importa mucho menos el uranio de Irán que
provocar un "cambio de régimen" en Teherán. Netanyahu no quiere un acuerdo con
Irán; lo que quiere son sanciones contra Irán y, a la larga, un conflicto
militar.
Este deseo doble es compartido por los neoconservadores estadounidenses, que
siguen influyendo a la administración de Obama y a los MCA.
Los defensores de línea dura de Israel parecen ser quienes están determinando
la política de EE.UU. en el Oriente Medio, y no Obama, quien parece mandar en
nombre solamente. Una prueba insólitamente clara de eso es la carta difundida
por los brasileños que revela que Obama había alentado personalmente a los
mandatarios brasileños y turcos a buscar el tipo de acuerdo que de hecho
hicieron con los iraníes.
Por eso los mandatarios de Brasil y Turquía se sorprendieron cuando la
secretaria de Estado, Hillary Clinton, y otros portavoces de la administración
botaron a la basura el acuerdo tripartito entre Irán, Brasil y Turquía, y
abogaron por una nueva ronda de sanciones.
¿Y el presidente? ¿Se presentó para admitir que había alentado a Brasil y
Turquía a buscar el acuerdo sobre uranio? No, pues, él no dicen na’a.
La influencia de Israel
Mientras la población estadounidense sigue privada de información real debido
a los MCA, la gente de todo el mundo puede ver con desdén el grado en que el
rabo israelí hace menear al perro estadounidense.
Cuando hace cinco años le sugerí ante una audiencia del Congreso, presidida
por el representante John Conyers, que el estado de Israel representaba, tanto
como el petróleo y las bases militares, un porqué real de la guerra en Irak, a
mí también me tacharon de antisemita. Sin embargo, la evidencia siempre ha
estado tan clara como abundante.
Una observación distraída del ex primer ministro británico Blair nos ofrece
un esclarecimiento que viene de buena tinta.
A principios de febrero de 2010, la prensa británica reveló que Blair, en el
contexto de dar testimonio ante la comisión sobre la guerra en Irak en el Reino
Unido, ofreció el siguiente relato de sus conversaciones con Bush en Crawford,
Téjas, en abril de 2002. Fue en ese entonces que Bush dijo que la guerra era la
única forma de tratar con Saddam Hussein, y Blair había consentido.
Sin embargo, los comentarios de Blair revelaron que las preocupaciones
israelíes eran una parte importante de la ecuación y que unos funcionarios
israelíes participaron en las discusiones. Blair dice:
"Si no recuerdo mal ese debate, tenía menos que ver con lo que íbamos a hacer
específicamente en Irak o, de hecho, en el Medio Oriente, porque el tema de
Israel tuvo una importancia grandísima en ese momento. Creo, de hecho, buen en
realidad me acuerdo que hubo posiblemente conversaciones, incluso con unos
israelíes, juntos con nosotros dos, mientras estábamos allí. Así que esto fue
una parte importante de todo eso."
Se puede apostar cualquier cantidad que los tenientes pro Likud de Hillary
Clinton y sus nuevos socios menores en Londres se ocupan en este mismo momento
consultando con Tel Aviv acerca de cómo manejar el desafío de relaciones
públicas causado por los advenedizos mandatarios de Turquía y Brasil que
tuvieron la osadía de elaborar un acuerdo con Teherán. (No importa que Obama les
pidió personalmente que lo hicieran.)
¿Cómo se convierte en cosa mala el acuerdo de Irán de enviar la mitad de su
uranio fuera del país, aunque todavía podrían ser necesarias medidas adicionales
para asegurar al mundo que Irán dice la verdad cuando afirma que no está
construyendo una bomba nuclear?
Cada vez más gente en todo el mundo está viendo que Obama supedita todo al
lobby del Likud, quizás no con tanto entusiasmo como lo hizo Bush, pero sigue
siendo renuente a poner en acción sus ocasionales palabras de
insatisfacción.
Importantes actores en el Oriente Medio, así como países cada vez más
enérgicos como Turquía y Brasil, están concluyendo que las políticas y acciones
de Tel Aviv y Washington son prácticamente idénticas.
Además, tenemos los aproximadamente 3 mil millones de dólares que Estados
Unidos le da a Israel cada año y que permiten que los israelíes se armen hasta
los dientes. Es, pues, comprensible que muchos culpan a Washington por lo que
pasó en alta mar bajo cubierto de la noche, en vísperas del Día de los
Caídos.
Lecciones duras
Los resultados probables son tres:
Para el Día de los Caídos del próximo año, puede haber muchos más "héroes
caídos" para honrar, muertos por musulmanes y otros "militantes" que no
hacen ninguna distinción entre lo que ha hecho EE.UU. en Irak y Afganistán, y lo
que hace Israel en Gaza y Cisjordania ocupada—y se puede añadir Líbano y Siria
si se quiere ser minucioso.
Como señaló el general David Petraeus a principios del año, el conflicto
árabe-israelí sin resolución "fomenta el sentimiento anti-estadounidense, debido
a una percepción de favoritismo estadounidense hacia Israel" y, por lo tanto,
pone las tropas de EE.UU. en mayor peligro.
Petraeus dijo: "La ira árabe sobre la cuestión de Palestina limita la solidez
y profundidad de las alianzas de EE.UU. con los gobiernos y pueblos en la
[región] y debilita la legitimidad de los regímenes moderados del mundo árabe.
Mientras tanto, Al Qaeda y otros grupos militantes explotan esa ira para
movilizar apoyo."
Vincular la ayuda de EE.UU. con las acciones de Israel aumenta el
incentivo de los terroristas para ejercer su oficio siniestro en los Estados
Unidos.
Si bien es difícil encontrar una medida de objetividad sobre este tema en los
documentos oficiales del gobierno de EE.UU., de vez en cuando ocurre un cierto
desliz entre la copa y los labios. Había tal desliz el 23 de septiembre de 2004,
por ejemplo, cuando la Junta de Ciencia Defensiva de EE.UU., patrocinado por el
Pentágono, publicó un informe oficial que concluyó lo siguiente:
"Los musulmanes no ‘odian nuestra libertad’; mejor dicho, odian nuestras
políticas. La inmensa mayoría expresa sus objeciones a lo que considera un apoyo
unilateral a favor de Israel y en contra de los derechos palestinos."
No te sorprenderás al saber que el informe de la junta fue mayormente
suprimido en los MCA, como fueron los siguientes ejemplos más específicos:
"Según su propia historia, la ira de KSM [Khalid Sheikh Mohammed, el
"cerebro" detrás de los ataques de 11-S] hacia Estados Unidos no se originó en
su experiencia en este país como estudiante, sino en su violento desacuerdo con
la política exterior de EE.UU. a favor de Israel." [Informe de la Comisión 11-S,
22 de julio de 2004, página 147]
¿Y qué le motivó al Dr. Khalil Abu Humam Mulal al-Balawi, el médico jordano
de 32 años de edad de origen palestino, quien el 30 de diciembre de 2009 detonó
una bomba suicida en una base de la CIA en el este de Afganistán que mató a
siete agentes de la CIA estadounidense? De acuerdo a su hermano, al-Balawi
"cambió" durante la ofensiva israelí de tres semanas contra Gaza, que mató a
unos 1.400 habitantes de Gaza.
Cuando al-Balawi se ofreció para tratar a heridos palestinos en Gaza, las
autoridades jordanas lo arrestaron, dijo su hermano. Fue después de ese arresto
que al-Balawi permitió que se lo "reclutara" para espiar a al-Qaeda para la
CIA.
La hora de retribución llegó pronto para los estadounidenses y los jordanos a
quienes asociaba en su mente con Israel.
El terrorista de Navidad con la bomba en sus calzoncillos Abdulmuttallab
también, según se informa, se había indignado en particular por la masacre
israelí de los 1.400 habitantes de Gaza a finales de 2008 y la defensa que hizo
Washington de esa acción.
No es de sorprenderse que las acciones israelíes en Gaza sirvieron para
catalizar la determinación de al-Balawi y Abdulmuttallab de vengarse contra
EE.UU.—y menos aún, en vista de los esfuerzos de Washington de suprimir las
conclusiones de la investigación sobre Gaza que la ONU le encargó al juez
Richard Goldstone. Su informe concluyó:
"Las políticas de bloqueo que Israel aplicó en la Franja de Gaza, en
particular el cierre de los cruces fronterizos y las restricciones impuestas a
ellos durante el período inmediatamente antes de las operaciones militares,
sometieron a la población local a penurias y privaciones extremas que equivalen
a una violación de las obligaciones de Israel como Potencia Ocupante de acuerdo
con la Cuarta Convención de Ginebra.…
"Israel esencialmente ha violado su
obligación de permitir el libre paso de todo envío de suministros médicos y
hospitalarios, alimentos, y ropa que fueran necesarios para satisfacer las
urgentes necesidades humanitarias de la población civil ....
"La Misión concluye que las condiciones derivadas de las acciones deliberadas
de las fuerzas israelíes y las políticas declaradas del Gobierno con respecto a
la Franja de Gaza antes, durante y después de la operación militar indican
cumulativamente la intención de infligir un castigo colectivo al pueblo de la
Franja de Gaza.
"La Misión, por lo tanto, dictamina que se violaron las disposiciones de los
artículos 33 de la Cuarta Convención de Ginebra."
¿... Atacar Irán?
No es un secreto que este objetivo cuenta con una alta prioridad en la agenda
de Netanyahu. Una advertencia pública de parte del presidente Obama podría
detenerlo en seco, pero todos los indicios señalan que este ha cedido al
asesoramiento de los neoconservadores para evitar cualquier enfrentamiento..
El hecho de que los líderes mundiales consideran que Netanyahu es un peligro
claro y presente para la paz en la región se evidencia en la rapidez con la cual
los mandatarios de Turquía y Brasil trabajaron para involucrar a los iraníes en
el tipo de acuerdo que Obama había respaldado personalmente, antes que verlo
anulado por Clinton y los neoconservadores demócratas.
La urgencia de la iniciativa de Turquía y Brasil se manifestó en las palabras
del presidente brasileño Lula da Silva, quien apenas podría haber sido más
explícito:
"No podemos permitir que ocurra en Irán lo que ocurrió en Irak. Antes de
cualquier sanción económica, debemos emprender todos los esfuerzos posibles para
tratar de construir la paz en el Oriente Medio."
Una luz verde
Netanyahu escucha sólo a Washington, si es que escucha a nadie. Después del
sangriento ataque a la Flotilla Libertad, me imagino que ahora en respuesta
recibirá, como máximo, un comedido "por favor no haga esto de nuevo" de la Casa
Blanca, junto con una excusa fabricada al estilo de Al Haig acerca de un
"intercambio" de disparos.
Si eso resulte ser el caso, es del todo probable que Netanyahu considere que
Israel tiene la luz verde para provocar hostilidades con Irán, con la esperanza
plena de que Estados Unidos se meterá de lleno para ayudar a su "aliado no
aliado" a terminar el trabajo.
¿Aliado no aliado? Lo siento; pero, a pesar de lo que se oye de Obama, el
Congreso y todo el establishment de Washington, Israel no es un aliado de
Estados Unidos. El diccionario de Webster y el derecho internacional definen
'aliado' como "un estado asociado a otro por medio de un tratado".
No hay ningún tratado de defensa mutua entre EE.UU. e Israel. (Washington le
ha planteado la idea a Israel de vez en cuando, pero Israel ha contestado: "No,
gracias." Los tratados, desde luego, requieren fronteras internacionalmente
reconocidas; y los mandatarios israelíes normalmente huyen de ese tema como si
fuera la peste.)
Por otra parte, Turquía, miembro de la OTAN, es un aliado de EE.UU. Esto
podría resultar en una situación embarazosa si Turquía envía sus buques de
guerra para acompañar el próximo convoy que intenta levantar el asedio a Gaza.
Es posible que Washington tenga que elegir entre un aliado auténtico y uno
sintético si estalla un intercambio de disparos.
* Nota del traductor: personaje de un sabio esclavo viejo destacado en los
libros del folclorista Joel Chandler Harris
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