¿Bombardear a Irán? ¿Qué Impide a
Bush?
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Viernes, 20 de junio de 2008.
por Ray McGovern, Consortium News http://www.alternet.org/story/88786/
A diferencia del ataque a Irak de hace cinco años, para ocuparse de Irán no
hay necesidad de movilizar gran número de tropas. Y, con el creciente despliegue
de propaganda en curso, tampoco hay necesidad de poner sobre aviso antes de que
empiece lo que en términos militares estadounidenses se conoce como “shock and
awe”, o sea, atacar sorpresivamente a alguien infundiendo terror. En este caso
serían en la forma de ataques usando misiles. Ahora el show le tocaría a la
Aeronáutica, con ataques esparcidos por aire y con misiles desde portaaviones de
la Marina. El acuerdo Israel-EEUU ha sido alcanzado en las altas esferas
gubernamentales, los oficiales de planificación, de táctica militar, y los
pilotos están trabajando en los detalles.
Al salir de un encuentro de 90 minutos con George W. Bush en la Casa Blanca
el día 4 de junio, el Primer Ministro israelí Ehud Olmert declaró que ambos
mandatarios estaban pensando en las mismas líneas.
“Llegamos a un acuerdo sobre la necesidad de ocuparnos de la amenaza Iraní.
Salí con muchas menos preguntas que al entrar en relación a los medios, las
restricciones de tiempo y la determinación de los EEUU de ocuparse del problema.
George Bush comprende la severidad de la amenaza iraní y la necesidad de hacerla
desaparecer, y tiene la intención de resolver el problema antes de dejar la Casa
Blanca”.
¿Suena eso como viniendo de una persona preocupada de que Bush esté blefando
o esté haciendo una bravuconería?
Un miembro de la comitiva de Bush notó aquél mismo día que los dos países
habían acordado cooperar en caso de un ataque por Irán, y que “el encuentro se
centró en asuntos operacionales relacionados con la amenaza iraní”. Por eso,
¡qué vengan nomás!
Veamos… Levanten las manos los que piensen que Irán está prestes a atacar a
los EEUU o a Israel. ¡Ah! ¿Uds. no se enteraron la versión de Olmert sobre lo
que Bush está dispuesto a hacer? Yo tampoco. Entonces debemos agradecer al
intrépido periodista Chris Hedges que incluyó la citación en su artículo del 8
de junio: "La Trampa Iraní".
Nosotros talvez podamos ser perdonados por perdernos las palabras seguras de
Olmert sobre el “mejor amigo de Israel” aquella semana. Vuestra atención – así
como la mía – puede haberse distraído por los resultados del Comité de
Inteligencia del Senado sobre las distorsiones de la inteligencia en los días
previos a la guerra contra Irak – la llamada “Fase II” de investigaciones
(también conocida irreverentemente como “El Estudio Esperando a Godoy”).
Más vale tarde que nunca, digo yo.
¿Descuido?
Me encontré pensando: les llevó cinco años, y ¿eso es lo que llaman de
pequeño descuido? Si, el presidente, vicepresidente y sus cohortes nos mintieron
para poder declarar una guerra. Y ahora un informe bipartito pudo aseverar el
hecho formalmente, y el presidente del Comité, Jay Rockefeller, lo resumió de la
siguiente manera: “Al plantear el caso a favor de la guerra, el gobierno
presentó repetidamente informes de inteligencia como hechos verídicos, cuando
realmente no tenían corroboración, eran contradictorios y hasta inexistentes.
Como resultado, los ciudadanos de los EEUU fueron llevados a creer que la
amenaza de Irak era mucho mayor de la que realmente había”.
Pero mientras escuchaba hablar al Sr. Rockefeller, yo tenía una sensación
desagradable de que dentro de cinco a seis años, aquellos de nosotros que aún
estemos vivos, estaríamos escuchando un post-mortem similar al recordar un
ataque aún más desastroso contra Irán.
Mis colegas y yo, miembros de los Profesionales de Inteligencia Veteranos por
Cordura (VIPS, por su sigla en inglés), emitimos seguidas advertencias,
antes de la invasión contra Irak, sobre la distorsión de la inteligencia.
Y nuestros memorandos tuvieron considerable resonancia en los medios de
comunicación extranjeros.
Pero los medios de comunicación corporativos, que adulan al poder, no
gastaron ni una gota de tinta ni de minutos al aire dentro de los EEUU para
tratar nuestro asunto. Y esto sigue siendo así hasta ahora.
En una crítica aparecida el mismo día del infeliz discurso de Colin Powell en
las Naciones Unidas, el 5 de febrero de 2003, le aconsejamos al presidente que
aumentase su círculo de asesores “mas allá de aquellos que están claramente
inclinados a declarar una guerra para la cual no vemos ningún motivo concluyente
y que según nuestra opinión tendrá consecuencias inimaginables, que serán más
bien catastróficas”.
Era claro para todos que sabían algo de inteligencia y del Medio Oriente, que
los análisis de la CIA eran claramente serviles a un objetivo.
El ex inspector de armamentos de la ONU y ex mayor de la Infantería de la
Marina, Scott Ritter, y muchos otros decían lo mismo. Pero ninguno de nosotros
pudo pasar por la guardia pretoriana del presidente para colocar un memorando en
su caja de entrada, para así decirlo. Tampoco lo podemos hacer ahora.
La “Amenaza Iraní”
Las mismas advertencias se hacen ahora en relación a Irán, y hay aún menos
posibilidades de que los opositores puedan agujerear y penetrar lo que el
antiguo portavoz de la Casa Blanca Scout McClellan llama “la burbuja” del
Presidente.
Todo indica que el Vicepresidente Dick Cheney y su formidable equipo de
trabajo siguen controlando el flujo de información del Presidente.
Pero, dicen Uds., el Presidente no puede realmente ignorar el desastre de
enormes proporciones que puede traer un ataque a Irán.
Bueno, este es un Presidente que admite no leer periódicos pero que depende
de su equipo para mantenerlo informado. Y los memorandos que escribe Cheney
realmente sirven para que Bush le de poca importancia a las amenazas.
Esta vez nadie está diciendo que seremos recibidos como libertadores, ya que
el planeamiento no incluye – por lo menos oficialmente – que botas
norteamericanas pisen en suelo iraní.
Por otro lado, inclusive en materias importantes como el precio de la
gasolina o el desempeño presidencial, su equipo ha elegido lo que se quiere que
él sepa.
Recuerden la conferencia de prensa de la Casa Blanca del 28 de febrero,
cuando le preguntaron que consejo él daría a los ciudadanos que están
enfrentando el prospecto de que la gasolina pase a costar 4 dólares el
galón.
“Espere, ¿qué dijo? – interrumpió el presidente. ¿Ud. está prediciendo que la
gasolina costará 4 dólares? Eso es muy interesante. No lo había escuchado
todavía”.
Una encuesta realizada en enero mostró que casi tres cuartos de los
norteamericanos esperan que el galón pueda costar 4 dólares. Esa predicción fue
ampliamente divulgada a fines de febrero, y discutida por el secretario de
prensa de la Casa Blanca el día anterior a conferencia del presidente.
Esto es alarmante Diferentemente de Irak, que estaba postrado después de la
Guerra del Golfo y una docena de años de sanciones económicas, Irán puede
retallar de innumeras formas peligrosas, emprendiendo una guerra para la cual
nuestras fuerzas están mal preparadas.
La letalidad, intensidad y amplitud de hostilidades que se desplegará harán
que la violencia en Irak se vea, en comparación, como un partido de voleibol
entre dos escuelas secundarias, como por ejemplo, Santa Elena y Santa
Úrsula.
La invención de Cheney
Atacar a Irán es invento de Cheney – aunque no sé si esa es la palabra
correcta. Cheney propuso lanzar ataques aéreos el pasado verano sobre las bases
de la Guardia Revolucionaria Iraní, pero su iniciativa fue frustrada por los
Jefes del Estado Mayor Conjunto que insistieron que no sería sensato, de acuerdo
a J. Scout Carpenter, un dirigente del Departamento de Estado en aquel
entonces.
Escarmentados por el debacle sin fin en Irak, se ha informado que esta vez
los oficiales del Pentágono insisten en una “decisión política” en relación a
“qué es lo que pasaría después que los iraníes vayan detrás de nuestra gente”,
según Carpenter.
Entre las preocupaciones están la vulnerabilidad del oleoducto entre Kuwait y
Bagdad, nuestra inhabilidad de reforzar al ejército y eventualmente la
posibilidad de que los EEUU estén forzados a optar entre el repliegue
ignominioso o la amenaza de lanzar “mini bombas atómicas”. La oposición del
Pentágono fue confirmada en un comentario hecho en julio del 2007 por el ex
asesor de Bush, Michael Gerson, quien notó “el miedo de los jefes del ejército”
de que Irán tenga “dominio sobre la escalada” en cualquier conflicto con los
EEUU.
Gerson escribió el pasado julio en el Washington Post indicando de “dominio
sobre la escalada significa que “en un conflicto más amplio, los iraníes podrían
complicar nuestras vidas en Irak y la región más de lo que nosotros les
complicaríamos a ellos”.
Los Jefes del Estado Mayor Conjunto también se han opuesto a la opción de
atacar los sitios nucleares de Irán, de acuerdo al ex especialista en Irán del
Consejo de Seguridad Nacional, Hillary Mann, que tiene lazos cercanos con los
altos mandos del Pentágono.
Mann confirmó que el Almirante William Fallon se juntó a los Jefes del Estado
Mayor en oponerse firmemente al ataque, agregando que también informó a la Casa
Blanca su posición.
Debido a su sinceridad, obligaron al Adm. Fallon a renunciar en marzo, y será
substituido como comandante del CENTCOM por el Gral. David Petraeus en
setiembre, aparentemente. Petraeus ya mostró su tendencia a pasar por encima de
la cadena de comando para hacer lo que Cheney le pida (haciendo falsas
declaraciones sobre el armamento iraní en Irak, por ejemplo).
Resumiendo, parece que hay una tormenta perfecta armándose en el horizonte
para los últimos días del verano o comienzo de la primavera.
Medios de Comunicación Controlados
La experiencia que tenemos nosotros cuyo trabajo era analizar los medios
controlados en la Unión Soviética o China para tratar de averiguar las
intenciones de los rusos o chinos, hemos podido poner esa experiencia a buen
recaudo, para monitorear nuestros propios medios controlados a medida que
repiten como loros las líneas del partido.
Basta decir que la FCM (Federación de Ministros Cristianos) ya está
embarcada, al estilo Irak, a su acostumbrada misión de proporcionar servicios
taquigráficos a la Casa Blanca para indoctrinar a los norteamericanos sobre la
“amenaza” de Irán y prepararlos para los ataques por aire y con misiles
planeados.
Esta vez nos hemos salvado del lobo feroz, o sea “la nube atómica”. Ni Bush
ni Cheney quieren llamar la atención, aún de forma indirecta, al hecho que todas
las 16 agencias de inteligencia de los EEUU concluyeron el pasado noviembre que
Irán detuvo las acciones relacionadas con armas nucleares en 2003 y que aún no
las retomó.
En la era pre-FCM, se vería como inoportuno, por lo menos, el fabricar
inteligencia para justificar otra guerra inmediatamente después de un informe
del Congreso que informa que el gobierno hizo alegatos significativos que no
tenían respaldo de la inteligencia.
Pero (¡sorpresa, sorpresa!) ese informe tuvo poquísima divulgación en los
medios de comunicación.
Hasta ahora, ha sido un puñado de oficiales del alto mando militar los que
han evitado que empecemos una guerra contra Irán. No basta que los estimulemos
verbalmente, o les hagamos acordar que después de la II Guerra Mundial, el
Tribunal de Nuremberg declaró explícitamente que el “estábamos cumpliendo
órdenes” no podía ser utilizado en un juicio que trataba de crímenes de
guerra.
Y aún menos cuando se trata del “crimen internacional supremo” – una guerra
de agresión.
Los oficiales que están tratando de tardar la fuerza devastadora que se está
apilando hacia un ataque a Irán se han escandalizado cuando ven lo que sólo se
puede describir como una negligencia premeditada del deber en el Congreso, al
cual la Constitución le da el deber de llevar al presidente, vicepresidente u
otros altos cargos del Ejecutivo a juicio político por crímenes y delitos
graves.
¿Dónde estás, Conyers?
En 2005, antes que John Conyers fuese nombrado presidente del Comité
Judiciario del Senado, él introdujo una ley para estudiar el juicio político al
presidente. Lewis Lapham de la revista Harpers, le preguntó por qué
estaba entonces a favor de la impugnación. Él respondió:
“Para que no tengan la disculpa de que nosotros no sabíamos. Para que dentro
de dos, o cuatro o diez años, si alguien pregunta, ‘Dónde estabas, Conyers, y
¿dónde estaba el Congreso de los EEUU cuando el gobierno de Bush declaró
inoperante a la Constitución?, nadie allí presente podrá declararse ignorante o
con temporalmente demente [o] decir que de alguna forma eso se le había escapado
del noticiero”. Han pasado tres años desde ese día, la fila de abusos y
usurpaciones ha crecido y Conyers se transformó en presidente del Comité. Ha
dado vueltas y vueltas y no ha mostrado ningún apetito por la impugnación.
El 23 de julio de 2007, Conyers le dijo a Cindy Sheehan, al Reverendo Lennox
Yearwood y a mí que necesitaría 218 votos en la Cámara, y que no los tenía.
Hace algunas semanas, 251 miembros de la Cámara votaron para enviar al Comité
de Conyers los 35 artículos de Impugnación propuestos por el congresista Dennis
Kucinich.
La ex congresista Elizabeth Holtzman, que pertenecía al Judiciario junto con
Conyers, cuando éste votó los tres artículos contra Nixon, alzó la voz
inmediatamente: “!El Senado debe empezar a investigar los artículos de
impugnación lo antes posible”.
Casi todo el trabajo ya fue hecho. Como notó Holtzman, los Artículos de
Impugnación de Kucinich, juntamente con el informe del Senado donde se dedujo
que la guerra contra Irak se basó en falsas premisas, lo que podría decirse es
la más seria de las acusaciones, son pasos adelantados para lanzar cualquier
trabajo de investigación adicional que el Congreso necesite hacer.
Y casi nunca se menciona el voluminoso libro escrito por el propio Conyers,
La Crisis de la Constitución, el cual contiene una montaña de detalles
relevantes sobre los crímenes del actual Ejecutivo. Se queja Conyers de que no
hay tiempo suficiente… Pero eso es un perro de caza que no quiere cazar, como
diría Lyndon Johnson.
¿Cómo puede decir eso Conyers, y al día siguiente decir que si Bush ataca a
Irán, entonces sí el Congreso podría empezar el juicio político del
presidente?
¿Con miedo de la prensa?
Durante su encuentro el pasado mes de julio con Cindy Sheehan, el Rev.
Yearwood y conmigo, y durante una entrevista dada en diciembre a “Democracy
Now”, Conyers fue sorprendentemente franco al expresar su miedo a la cadena Fox
de noticias y cómo eso podría pintar a los Demócratas como divisivos si buscasen
la impugnación del presidente. Irónicamente, esta vez es la Cadena Fox y la FCM
que están con miedo – si no, vean el silencio mortal de ellos sobre los muy
condenatorios 35 Artículos de Impugnación de Kucinich.
La única forma de alentar la atención constructiva de los medios de
comunicación sería que Conyers actuase. La FCM inmediatamente fulminaría contra
esas medidas, pero no podrían correr el riesgo de ignorar la impugnación, así
como son capaces de ignorar otras cosas desagradables – como los preparativos de
otra “guerra por opción”. Argumento que talvez la forma más eficaz de evitar los
ataques por aire y con misiles contra Irán y una más amplia guerra en el Oriente
Medio, sería proceder como urge Elizabeth Holtzman – con un juicio político al
presidente lo antes posible.
¿Será que Conyers no le debe al menos eso a los oficiales valientes que se
han parado contra Cheney para evitar una guerra más amplia y catastrófica en el
Oriente Medio? Scout McClellan ha sido muy claro en recordarnos que una vez que
el presidente decidió invadir Irak, no había nada en el mundo que lo impidiese
hacerlo. Hay amplia evidencia que Bush ha tomado una decisión similar en
relación a Irán – con nadie más y nadie menos que Olmert como su principal
consejero.
Queda poco tiempo, pero esto se debe principalmente al titubeo del propio
Conyers. Aunque debemos acreditar que Kucinich ha forzado el tema con sus bien
documentados Artículos de Impugnación.
Lo que el país necesita es que regrese el joven Conyers. No aquél rodeado de
abogados pomposos y dominado por la Dama del Congreso.
En octubre de 1974, cuando él y la aún más joven Elizabeth Holtzman
enfrentaron su deber en el Comité Judiciario y votaron los tres artículos de
impugnación contra el Presidente Richard Nixon, Conyers escribió esto:
“Esta investigación fue forzada sobre nosotros por un acumulado de evidencias
que, finalmente y después de demoras desnecesarias, no podían ignorarse. Un
juicio político es difícil y es doloroso, pero la valentía de hacer lo que uno
debe hacer es el precio de permanecer libres”.
Alguien tiene que preguntarle a Conyers si sigue creyendo en eso y, en caso
positivo, debe reunir el coraje de “hacer lo que se debe hacer”.
El ex analista de la CIA, Ray McGovern, es cofundador de Profesionales
Veteranos de Inteligencia por Cordura.
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