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Publicado el 8 de junio de 2008
traducir 30 de agosto de 2008
por Chris Hedges
El fracaso de Barack Obama de trazar otro curso en el Oriente Medio, de
desafiar al lobby israelí y de denunciar la marcha inexorable de la
administración de Bush hacia un conflicto con Irán, ha sido el fracaso de hacer
frente a la locura colectiva que ha absorbido al liderazgo político de los
Estados Unidos e Israel.
Obama, en un error de cálculo que traerá graves consecuencias, ha dado su
bendición al círculo cada vez mayor de violencia y abuso a los Palestinos por
parte de Israel y, lo que es aún más peligroso, a aquellos en la Casa Blanca de
Bush y Jerusalén que ahora traman una guerra contra Irán. Él ilustra como la
codicia del poder es moralmente corrosiva. Y aunque gane la carrera hacia la
Casa Blanca, cuando asuma la investidura, ya estará ineludiblemente atrapado a
la realidad alternativa de George Bush.
Tenemos que salir de Irak y Afganistán. Tenemos que detener a Israel, que
está construyendo más asentamientos – incluyendo un nuevo plan para colocar 800
casas en la parte ocupada del Este de Jerusalén, además de imponer medidas
draconianas para quebrar físicamente al millón y medio de Palestinos de Gaza.
Más que nada, debemos evitar una guerra contra Irán.
El Presidente del Comité Judiciario del Congreso, John Conyers, en una carta
al Presidente Bush fechada del 8 de mayo, amenazó empezar procedimientos para su
juicio político si Bush ataca Irán. La carta es una señal de que se están
planeando ataques contra Irán en este momento.
“Nuestra preocupación sobre esta materia se ha incrementado debido a
acontecimientos recientes”, escribió Conyers. La dimisión en mediados de marzo
del Almirante William J. Fallon como jefe del Comando Central de los EEUU, que
según informes de prensa se debió a un artículo en una revista que lo describió
como la única persona que podría impedir al Gobierno de entablar una guerra
preventiva contra Irán, ha renovado amplias preocupaciones que vuestro Gobierno
está planeando unilateralmente acciones militares contra ese país. Esto a pesar
del hecho que en diciembre del 2007, una Estimativa de la Inteligencia Nacional
concluyó que Irán ha detenido su programa de armas nucleares en el otoño del
2003, una formidable inversión de las afirmaciones previas del Gobierno.´
La administración, en retórica asustadoramente similar a la usada para crear
el caso de la guerra contra Irak, asegura que la Fuerza Quds
Iraní está armando grupos anti-norteamericanos en Irak y abasteciéndoles
bombas de carretera de alta tecnología y cohetes sofisticados. Descarta la
conclusión hecha por el Informe Estimado de la Inteligencia Nacional (National
Intelligence Estimate) que Irán suspendió su programa de armamento nuclear.
La Casa Blanca no ha ofrecido evidencias para respaldar sus alegatos. Yo
sospecho que nunca lo harán. Y cuando el Viceprimer Ministro de Israel, Shaul Mofaz le dice al
periódico israelí Yedioth Ahronoth que un ataque a Irán es “inevitable” si
Teherán no detiene su supuesto programa nuclear, él nos está realmente diciendo
que nos preparemos para la guerra.
La amenaza de Conyers llegó un poquito tarde, especialmente si la Casa Blanca
de Bush, probablemente ayudados por Israel, lanza ataques aéreos en algunos de
los 1,000 objetivos elegidos durante las últimas semanas del gobierno de Bush.
Pero ha sido un esfuerzo. Conyers hizo una tratativa.
Eso es más de lo que podemos decir del probable candidato del Partido
Demócrata, Obama, quien dijo delante del Comité de Asuntos Públicos Israel-EEUU
(AIPAC, por sus siglas en inglés), el pasado miércoles, que respaldaría al
gobierno israelí de ultra derecho, aún que eso significase respaldar un ataque
contra Irán.
“Como presidente, usaré todos los elementos del poder norteamericano para
presionar a Irán”, dijo. “Haré todo lo posible para evitar que Irán obtenga
armas atómicas. Todo lo posible. Cualquier cosa”.
Obama luego culpó a los Palestinos por el conflicto, aunque la proporción de
Palestinos e Israelíes muertos en el 2007 es de 40 a 1. Este es un aumento del
número del año 2006 que era de 30 a 1, y mucho más de los 4 a 1 de
2000-2005.
“Llevaré a la Casa Blanca un inquebrantable compromiso con la seguridad de
Israel. Eso empieza con asegurar la ventaja militar cualitativa de Israel”, dijo
Obama al AIPAC. “Aseguraré que Israel pueda defenderse de cualquier amenaza,
desde Gaza a Teherán.”
Obama habló de las casas israelíes que fueron damnificadas por cohetes
remotos, la mayoría hechos con viejas cañerías, disparados desde Gaza hacia
pueblos israelíes. Nunca mencionó el sitio de Gaza por parte de Israel, la mayor
prisión al aire libre del mundo, o que Israel envía cazas y helicópteros para
atacar campos de refugiados altamente poblados con misiles y bombas de
fragmentación, y que han cortado los alimentos y combustible. Ignoró la
expansión permanente de asentamientos judíos en tierras palestinas. Pidió que
Jerusalén se transforme en la “capital indivisa” del Estado judío, borrando del
mapa el Este árabe de Jerusalén, contrariando las leyes internacionales. El Este
de Jerusalén, la Ribera Occidental y la Faja de Gaza son reconocidos
internacionalmente como territorios palestinos ocupados, que Israel tomó en
1967. La postura de Obama es el equivalente moral a asegurar al gobierno de
Johannesburgo durante el Apartheid que uno apoyaría sus esfuerzos represivos
para castigar a los impacientes negros de sus distritos segregados.
El deterioro del conflicto en Israel, que podrá acelerarse por ataques aéreos
sobre Irán y una segura guerra regional, nos llevará a un escenario parecido al
Armagedón en el Oriente Medio, algo deseado por los grupos marginales lunáticos
de la derecha Cristiana. Y también, con el aval entusiástico de Obama, nos
arrastramos hacia una auto-inmolación del tipo Dr. Strangelove. Nadie podrá
decir que no salimos con un show espectacular de disparos, sangre y muerte.
Nuestros aliados de Europa y del Oriente Medio, que están paralizados de
consternación por nuestra espiral de muerte, están frenéticamente tratando de
conversar con Teherán diplomáticamente.
En el momento que ataquemos a Irán, los precios de la gasolina duplicarán,
talvez triplicarán. Ese aumento de precios devastará a la economía
norteamericana. Los ataques en represalia de Irán a Israel, así como también a
instalaciones militares de los EEUU en Irak, que vendrán a continuación, dejarán
a cientos, talvez miles, de muertos. Los Chiítas en la región, de Arabia Saudita
a Pakistán, verán el ataque contra Irán como una guerra contra el Chiísmo. Se
volverán hacia nosotros y nuestros aliados con rabia y violencia. El Hezbollah
reanudará sus ataques al norte de Israel. Y la guerra localizada en Irak se
transformará en una guerra regional larga, sucia y prolongada que, cuando haya
terminado, acabará casi seguramente con el Imperio Norteamericano y dejará una
estela de destrucción y montañas de cuerpos y ruinas en llamas.
El liderazgo israelí, así como el de la Casa Blanca de Bush, está siendo cada
vez más belicoso y amenazador. El Primer Ministro de Israel, después de un
encuentro de 90 minutos con Bush en la Casa Blanca el pasado miércoles, dijo que
los dos líderes tenían un solo pensamiento. “Llegamos a un acuerdo sobre la
necesidad de encarar la amenaza iraní”, dijo Ehud Olmert. “Me voy con muchas
preguntas menos [que] cuando entré en relación a los medios, las restricciones
de la agenda y la determinación de los EEUU de tratar el problema. George Bush
comprende la severidad de la amenaza iraní y la necesidad de derrotarla, y tiene
la intención de tomar cartas en el asunto antes de que termine su período en la
Casa Blanca”.
Esta vez, contrariamente a lo que pasó con la guerra de Irak, la burocracia
de Washington, detestada por la Casa Blanca de Bush, no permaneció silenciosa ni
cómplice. La Estimativa de la Inteligencia Nacional sobre el programa nuclear
iraní publicado el 3 de diciembre pasado, distinguió el enriquecimiento de
uranio de Irán en Natanz y Arak de su programa de armamento nuclear formal, el
cual fue detenido en 2003 después de la invasión norteamericana a Irak. El
Almirante Fallon, que pone su país y su integridad antes que su carrera, voceó
contra una guerra contra Irán, trató de pararla y perdió su trabajo como
director del CENTCOM. Fue remplazado por el Gen. David H. Petraeus, cuya
devoción a su carrera es tal que no tiene tales impedimentos morales.
“… No hay mayor amenaza a Israel o a la paz que Irán”, dijo Obama al AIPAC.
“Este auditorio es compuesto tanto de Republicanos como de Demócratas. Y los
enemigos de Israel no deben tener dudas que, independientemente del partido, los
norteamericanos están lado a lado en su apoyo a la seguridad de Israel. El
régimen de Irán apoya a extremistas violentos y nos desafía a través de la
región. Persigue una capacidad nuclear que puede hacer estallar una carrera
armamentista peligrosa y (…) su Presidente niega el Holocausto y amenaza borrar
a Israel del mapa…. Mi meta será eliminar esa amenaza”.
Barack Obama, cuando necesitamos un liderazgo sensato, se muestra
irresponsable y débil. Él y los líderes del Partido Demócrata son tan fallidos
moralmente como los que se preparan para encender nuestra pira fúnebre en el
Medio Oriente.
Chris Hedges, graduado del Harvard Divinity School, ha sido corresponsal
extranjero del New York Times por casi dos décadas y es autor del libro American Fascists: The Christian Right and the War on America.
(Fascistas Norteamericanos: La Derecha Cristiana y la Guerra a
América).
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