worldcantwait.org
ESPAÑOL

Español
English-LA
National World Can't Wait

Pancartas, volantes

Temas

Se alzan las voces

Noticias e infamias

De los organizadores

Sobre nosotros

Declaración
de
misión

21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.




Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


Invitación a traducir al español
(Nuevo)
03-15-11

"¿Por qué hacer una donación a El Mundo No Puede Esperar?"

"Lo que la gente esta diciendo sobre El Mundo No Puede Esperar


Gira:
¡NO SOMOS TUS SOLDADOS!


Leer más....


ABDUL RAHIM RABBANI MURIÓ A LOS 57 AÑOS TRAS SOPORTAR 18 AÑOS DE TORTURA EN LA BAHÍA DE GUANTANAMO

Mansoor Adayfi
01 de noviembre de 2024


Con el corazón encogido, lamentamos el fallecimiento de nuestro hermano Abdul Rahim Rabbani, cuya vida estuvo marcada por más de dos décadas de injusticia y sufrimiento. Abdul Rahim estuvo recluido en la prisión militar estadounidense de #Guantánamo durante casi 20 años sin cargos ni juicio. Su detención indefinida violó derechos humanos básicos y dejó profundas y duraderas cicatrices en él y en sus seres queridos. Incluso antes de ser trasladado a Guantánamo, Abdul Rahim soportó brutales torturas en un sitio negro de la CIA, donde fue despojado de su dignidad y humanidad.

A pesar de que finalmente fue liberado, las luchas de Abdul Rahim no terminaron. Regresó a Pakistán, pero su viaje distaba mucho de ser una historia de redención o curación. No hubo apoyo ni rehabilitación que le ayudaran a reconstruir su destrozada vida. En su lugar, se enfrentó a un estigma social que le perseguía a todas partes. El trauma de su detención nunca le abandonó del todo, agravado por las secuelas físicas de su encarcelamiento, como una grave enfermedad estomacal y otros problemas de salud derivados de la tortura.

Abdul Rahim, junto con su hermano Ahmed, luchaban por mantener a sus familias. Habiendo sido liberados en una sociedad que no ofrecía asistencia ni recursos para su reintegración, se vieron obligados a depender de particulares y de pequeñas redes comunitarias para cubrir sus necesidades básicas. La CAGE pudo ayudar a ambos tras su liberación, pero sus luchas han sido demasiadas para enumerarlas. La carga de la supervivencia era inmensa, agravada por los años de daños físicos y emocionales que ambos habían sufrido. A pesar de estos retos, demostraron resiliencia, aferrándose a la esperanza de encontrar algún día la estabilidad y la paz, incluso cuando los obstáculos se amontonaban.

Hablé brevemente con Abdul Rahim tras su liberación, y sus palabras se han quedado conmigo. Los años de tortura y malos tratos en el centro clandestino de la CIA y en Guantánamo le robaron la flor de la vida, dejándole con numerosos problemas psicológicos y físicos que nunca se curaron del todo. Fue desgarrador ver cómo su resistencia luchaba contra el daño que le infligieron, sirviendo de doloroso recordatorio del coste humano de la injusticia.

Su historia arroja una dura luz sobre los fallos sistémicos que siguen persiguiendo a los ex detenidos de Guantánamo, que se enfrentan a Guantánamo 2.0. La falta de apoyo y la negativa de los gobiernos estadounidense y paquistaní a asumir la responsabilidad por los daños infligidos dejaron a Abdul Rahim y a su hermano en una lucha continua por la supervivencia. Su realidad sirve de devastador recordatorio del impacto a largo plazo de la detención indefinida, las desapariciones forzadas y la tortura sancionada por Estados poderosos.

Las experiencias de Abdul Rahim y Ahmed ejemplifican la urgente necesidad de esfuerzos integrales para apoyar a los liberados de Guantánamo y otros centros de detención. No sólo merecen la oportunidad de recuperar sus vidas, sino también un sistema que les ayude a recuperarse y a seguir adelante con dignidad. Es crucial que exijamos responsabilidades a los gobiernos y defendamos los derechos de todos los ex detenidos que siguen sufriendo los efectos persistentes de un trato injusto.

Abdul Rahim y su familia no eligieron el viaje que les tocó vivir, ni deberían haberlo sufrido. Son una de las innumerables personas cuyas vidas fueron destruidas por la llamada guerra contra el terror, cuyo futuro fue robado por políticas impulsadas por el miedo y no por la justicia. Al recordar a Abdul Rahim, no podemos pasar por alto el dolor más profundo y no abordado que dejan tras de sí estas detenciones injustas. Las familias, los seres queridos y las comunidades siguen soportando la pesada carga de un legado de violaciones de derechos humanos.

El fallecimiento de Abdul Rahim no es sólo un momento de dolor, sino también de reflexión. Su vida es un testimonio de las consecuencias de las violaciones de derechos humanos. Exige que todos miremos con ojos críticos a los sistemas y gobiernos responsables e insistamos en un mundo en el que nadie vuelva a sufrir un destino semejante.

En nuestro dolor, recordamos la fuerza y la perseverancia que Abdul Rahim mostró a pesar de un sufrimiento inimaginable. Que Alá se apiade de nuestro hermano y le conceda el lugar más alto en el Yánnah, sin ningún tipo de miramientos. Que su dolor sea sustituido por la paz eterna, y que su legado impulse el cambio y la justicia para todos los que aún esperan ser liberados de las sombras de Guantánamo.


 

¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.

 

¡El mundo no puede esperar!

E-mail: espagnol@worldcantwait.net