Matando a los niños iraníes
¿De verdad merecen la pena las
sanciones?
Dave Lindorff CounterPunch 15 de agosto de 2012
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo
Fernández.
La ex Secretaria de Estado Madeleine Albright estaría tan contenta: Otra
campaña de sanciones y embargos estadounidense que va a empezar a matar niños,
pero esta vez en Irán.
Albright, cuando era Secretaria de Estado de Bill Clinton, fue entrevistada
por el programa-revista de noticias de la CBS “60 Minutes” allá por el
año 2000, y la periodista Lesley Stahl le preguntó sobre las informaciones que
aseguraban que las sanciones de EEUU contra Iraq habían provocado la muerte de
alrededor de 500.000 niños iraquíes debido a la carencia de medicinas y de
productos como el cloro para tratar el abastecimiento de agua. Stahl le preguntó
a Albright si ese horrendo número de víctimas había “merecido la pena”.
Albright, como todo el mundo sabe, contestó: “Creo que fue una decisión dura,
pero el precio mereció la pena”.
Albright debe estar feliz de nuevo porque, al parecer, el mismo tipo de
lógica despiadada está funcionando una vez más, pero en esta ocasión orquestada
por la administración Obama y la actual Secretaria de Estado, la autora de
“It Takes a
Village” y supuesta defensora de la infancia, Hillary Clinton.
Según una carta enviada al Secretario General de las Naciones Unidas Ban
Ki-Moon por la directora de la Fundación Benéfica para Enfermedades Especiales
de Irán, la actual campaña de sanciones que EEUU promueve contra las
instituciones financieras iraníes, así como sus esfuerzos para impedir que los
bancos occidentales puedan hacer negocios con Irán, han hecho prácticamente
imposible que los doctores y hospitales iraníes pueden conseguir medicinas del
extranjero para enfermedades relativamente raras pero graves como la hemofilia,
la esclerosis múltiple, diversos tipos de cáncer, la insuficiencia renal y la
talasemia.
El endurecimiento del cerco internacional sobre las transacciones financieras
iraníes ha creado también una dura situación para los fabricantes internos de
algunas de esas medicinas en Irán a la hora de conseguir las materias primas
necesarias para fabricar localmente las tan imprescindibles medicinas, según se
explica en la carta.
Fatemeh Hashemi Rafsanyani, la autora de la carta, pedía al Secretario
General que actuara para impedir que la campaña de sanciones pueda perjudicar a
alrededor de seis millones de iraníes que sufren las mencionadas enfermedades.
Decía en ella que las sanciones habían “afectado directamente ya las vidas y
bienestar de miles de pacientes”.
La campaña promovida por EEUU para aplastar económicamente a Irán es un
esfuerzo para presionar al pueblo iraní para que obliguen a los dirigentes de su
país a abandonar el programa doméstico de enriquecimiento de combustible
nuclear. Se está impidiendo que los iraníes que padecen cáncer, esclerosis
múltiple, insuficiencia renal u otras enfermedades –muchos de ellos niños-
puedan conseguir las necesitadas medicinas debido al temor de Israel y su
patrocinador, EEUU, de que el programa nuclear iraní pudiera llevar a que
en el futuro Irán desarrollara la capacidad para construir una bomba nuclear,
convirtiéndose así en la segunda nación nuclear en Oriente Medio, poniendo de
esa forma fin al monopolio nuclear de Israel. Aunque los servicios de
inteligencia estadounidenses conceden que no hay pruebas de que Irán esté en
estos momentos intentando desarrollar una bomba nuclear, la posibilidad de que
esto pueda suceder en el futuro es al parecer justificación suficiente para
amenazar las vidas de los enfermos graves iraníes.
Las sanciones estadounidenses contra Irán crearán también, sin duda,
problemas para las víctimas del reciente desastre padecido por Irán: un par de
terremotos, de magnitud 6,4 y 6,3 en la Escala de Richter, que asolaron la
región noroccidental del país el pasado sábado, matando a varios cientos de
personas y dejando sin hogar a otras 16.000. Se informa que los hospitales,
algunos de ellos dañados por el terremoto, están atestados y luchando para
conseguir medicinas. EEUU, a través de su programa USAID, envió a Teherán un
avión cargado de suministros –agua embotellada, mantas, “kits de higiene
personal”- que Washington ha valorado en 350.000 dólares, y ha enviado asimismo
otros 50.000 dólares a través de las Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna
Roja, pero esa ayuda es una miseria comparado con los suministros que están
siendo deliberadamente bloqueados por las restricciones de las sanciones sobre
los pagos internacionales iraníes.
Nadie debería sorprenderse de esta implacable victimización de los niños y de
los enfermos emprendida por Washington en nombre de la realpolitik. En
Cuba, tras el colapso de la Unión Soviética a principios de la década de 1990,
hubo una epidemia de ceguera y daños en la visión entre los niños debido a los
problemas de Cuba, sujeto del embargo comercial estadounidense desde hace varias
décadas, para conseguir los alimentos necesarios y, especialmente, vitamina
A.
La Secretaria Albright probablemente piense que este desastre también
“merecía la pena”.
Dave Lindorff es fundador del colectivo “This Can’t Be Happening” [“Esto
no puede estar sucediendo”] y ha participado en el libro “Hopeless: Barack Obama
ante the Politics of Illusion” publicado por AK. Vive en Filadelfia.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2012/08/13/killing-irans-children/
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