¡Apoyar a Wikileaks y defender a Julian Assange!
Dave Lindorff http://www.thiscantbehappening.net 12 de diciembre de
2010
Traducido por Manuel Cedeño Berrueta
Wikileaks está bajo el ataque concertado del gobierno de EE.UU., y el
principio de libertad de pensamiento y de información también está bajo el
ataque del gobierno de EE.UU.
Cada vez está más claro que las acusaciones de “violación” contra Julian
Assange, el fundador de WikiLeaks, son falsas y son el resultado de la presión
del gobierno de EE.UU. y sus agencias de inteligencia sobre las autoridades
suecas. El principal alegato de violación lo hace una sueca, Anna Ardin, quien
admite que tuvo relaciones sexuales consensuales con Assange, pero afirma que él
no detuvo el acto sexual cuando supuestamente se rompió un condón. Llamar
“violación” a esa situación – aun cuando haya ocurrido - es hacer burla del
término.
La idea de una orden de detención internacional a través de Interpol basada
en una acusación endeble y en todo caso prácticamente indemostrable, es un
insulto a todas las víctimas de violación real cuyos casos en EE.UU. y en otras
partes del mundo quedan normalmente impunes. Además, el hecho de que la mujer
que hace la acusación tiene conexiones con una organización anticastrista
vinculada a la CIA, y un hermano suyo trabaja para los servicios de inteligencia
suecos y era enlace en Washington con los servicios de espionaje de EE.UU.,
suscita mayores dudas sobre todo el “incidente”.
Los cargos que presenta una segunda mujer en contra de Assange son aún más
engañosos: esencialmente consisten en reclar que Assange no contestó sus
llamadas telefónicas después de pasar la noche con ella, o que mencionó que poco
antes se había acostado con otra persona.
Este artículo del San Francisco Chronicle desenmascara las falsas acusaciones
de violación (que en los EE.UU. se reportan como si se tratara de actos de
violencia o abuso), donde se señala que, en esencia, la legislación sueca
establece que tener relaciones sexuales sin condón es una forma de violación,
incluso si se hace de forma consensual, lo que está a punto de hacer de Suecia
un hazmerreír. Además, el artículo muestra que Ardin le hizo una fiesta a
Assange al día siguiente de la supuesta “violación”, y que ambas mujeres
fanfarroneaban en Twitter sobre de sus “conquistas” de Assange después de haber
ocurrido las supuestas “violaciones”.
El gobierno de Obama se ha hundido nuevamente hasta su punto más bajo al
perseguir a Assange, y ahora hace que su llamado Departamento de Justicia trate
de fabricar un delito para enjuiciar a Assange por hacer precisamente lo que los
verdaderos periodistas deberían haber hecho – es decir, poner al descubierto las
actividades criminales que comete el gobierno de EE.UU. al emprender actos de
guerra y matar civiles en países como Yemen y Pakistán, países con los que no
está legalmente en guerra, y al presionar a España y otros aliados extranjeros
en nombre de empresas estadounidenses, al tratar de inventar falsos argumentos
para atacar a Irán con desinformación sobre la supuesta importación de misiles
de largo alcance de Corea del Norte, y otras acciones delictivas.
Es casi seguro que Estados Unidos también está detrás de los esfuerzos para
cerrar Wikileaks al cerrar su nombre de dominio (DNS), atacar a sus servidores a
través de sofisticadas técnicas de piratería informática, y ejercer presión
sobre bancos y sistemas de pago como Paypal para que dejen de manejar las
donaciones de apoyo. Por ejemplo, PayPal, que fue un importante vehículo para
donaciones a Wikileaks, repentinamente cortó el servicio a esa organización,
diciendo que había violado de alguna manera las políticas de PayPal al dedicarse
a actividades “ilegales”, aunque nada de lo que ha hecho Wikileaks ha violado
ley alguna. La mano del gobierno de los EE.UU. también es claramente visible en
esta decisión. (Encuentro esto especialmente irritante porque hace un año,
cuando descubrí que un estafador estaba usando PayPal para sacar 5 dólares
mensuales de mi cuenta bancaria, Paypal se negó a bloquear los pagos como lo
solicité, diciendo que ¡eso era un asunto entre la compañía y yo, o mi
banco!)
Ahora Wikileaks ha encontrado un nuevo alojamiento en www.WikiLeaks.ch, gracias al Partido Pirata,
una pequeña organización política independiente suiza comprometida con la
libertad de información. Vaya a este sitio para averiguar cómo todavía puede
hacer una donación de apoyo, o contribuir a un fondo para la defensa de Assange,
que todavía puede hacerse por una transferencia a un banco en Islandia.
Esta es una lucha sumamente importante. Ahora podemos ver una ilustración
gráfica de la horrible realidad que se creó cuando el presidente Obama promulgó
su atroz decreto ejecutivo reivindicando el derecho de ordenar la ejecución
extrajudicial de estadounidenses en el extranjero; una orden que ahora la Casa
Blanca defiende agresivamente en los tribunales federales. Ahora vemos a figuras
políticas estadounidense como Sarah Palin y Mike Huckabee, ambos ex aspirantes y
aspirantes actuales a la presidencia de su país, pidiendo abiertamente la muerte
de alguien sólo porque ha puesto al descubierto los secretos del gobierno; y el
republicano Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes, llama a
Assange “combatiente enemigo”. Peor aún, un porcentaje lamentablemente elevado
de estadounidenses comparte este tipo de pensamiento. Si este tipo de
expresiones continúa sin respuesta, ninguno de quienes defendemos un gobierno
abierto y la libertad de prensa estará a salvo por mucho tiempo.
Para dar una idea de lo grave que se ha puesto ya la situación, hoy recibí un
correo de un lector de TCBH, donde alerta sobre las acciones de cierta gente en
el Congreso y en los medios de comunicación que sugieren ridículamente que
Wikileaks y sus miembros, incluido Assange, deben ser calificados como
“terroristas de la información”, y escribir artículos para decirle a la gente
cómo contribuir con la organización, como lo estoy haciendo aquí, en virtud de
la Ley Patriota podrían interpretarse como “apoyo al terrorismo”, lo que podría
llevar a un viaje forzoso y sin retorno a Guantánamo, o incluso peor.
Si eso suena un poco paranoico, considere que la Universidad de Columbia, una
de las ocho universidades de mayor prestigio del noreste de Estados Unidos
conocidas como Ivy League (según se dice por consejo del Departamento de Estado
de EE.UU.) ha advertido a sus estudiantes que no vean Wikileaks ni escriban
favorablemente sobre de ella, porque esto podría “dañar las perspectivas de
empleo” de los graduados en el futuro.
Los ataques del gobierno de Estados Unidos contra WikiLeaks han incluido
fuertes presiones sobre empresas como Paypal, Amazon Books, Visa y Mastercard,
todas los cuales han cerrado sus cuentas con la organización, lo que hace poco
menos que imposible para Assange y su equipo recaudar fondos, así como presiones
sobre servidores de Internet para dificultar más a WikiLeaks permanecer en
línea. Es necesario que todos los estadounidenses, en particular los periodistas
que toman su profesión en serio, entiendan claramente que los mismos ataques
podrían usarse contra agencias de noticias y organizaciones políticas con la
misma facilidad.
Si el gobierno se sale con la suya con sus presiones entre bastidores contra
servidores de internet para cerrar una organización que no le gusta, con la
misma facilidad podrá presionar secretamente a una imprenta para que no publique
una revista, a un distribuidor de noticias para que no distribuya periódicos, o
a una empresa eléctrica para que no suministre energía a un radiodifusor.
Si el gobierno (que últimamente ha sido copropietario de una serie de grandes
instituciones financieras, y controla el aparato normativo) puede presionar a
los bancos para cerrar las cuentas de Wikileaks, también podría presionar a los
bancos para cerrar la cuenta de una editorial. Y si el gobierno, como dice el
Secretario de Justicia que está haciendo, puede tratar de crear una ley para
detener y sancionar a Assange, con igual facilidad podrá fabricar “delitos” y
arrestar a editores o propietarios de redes de radiodifusión. Estas acciones no
son las acciones de una democracia, son las acciones ilegales de una dictadura.
Assange mismo defiende la causa muy bien hoy en día.
La oscuridad se cierne rápidamente sobre este gobierno que una vez afirmó ser
de “esperanza y cambio”.
Gracias a: Tlaxcala Fuente: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=2944 Fecha
de publicación del artículo original: 12/06/2010 URL de esta página en
Tlaxcala: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=2945
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