Las acciones de Obama, más viles que las palabras de Trump: dirigente de red de jornaleros
Líderes religiosos y políticos de EU condenan redadas
Defensores de inmigrantes en Estados Unidos han condenado la irrupción de oficiales en viviendas para
sacar a niños y enviarlos con sus madres a centros de detención, como parte de
las redadas que han sido calificadas por activistas uno de los momentos más oscuros del
gobierno de Barack Obama. En la imagen, protesta frente a la Casa Blanca hace
unos días Foto Reuters
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David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 7 de enero de 2016
Nueva York.
Defensores de inmigrantes, líderes religiosos y algunos políticos intensificaron su
condena a las redadas de inmigrantes realizadas por el gobierno de Barack Obama
en los últimos días, enfocadas contra familias centroamericanas en busca de
refugio ante la violencia en sus países.
Las redadas realizadas por la agencia de inmigración y aduanas (ICE, por sus siglas
en inglés) del Departamento de Seguridad Interior que empezaron el 2 de enero
en Georgia, Texas y Carolina del Norte, generan temor y angustia en comunidades
inmigrantes por todo el país, denuncian defensores de inmigrantes.
Marielena Hincapíe, directora del National Immigration Law Center, comentó a periodistas
que en casos donde hay acceso a un abogado se ha logrado frenar las deportaciones
en 90 por ciento, pero de los más de 120 (aún nadie tiene la cuenta exacta)
capturados en redadas el pasado fin de semana, entre muchos más que podrían ser
afectados, pocos entienden sus derechos, ni tienen acceso a representación
legal antes de ser detenidos y deportados. Mujeres y niños que huyen de la
violencia de sus países, en lugar de recibir seguridad del gobierno de Estados
Unidos, han visto violados sus derechos, dijo Hincapíe en una teleconferencia
de prensa. Afirmó que estas acciones violan las leyes de refugio y posiblemente
los derechos constitucionales. Las redadas, concluyó,representan uno de los
momentos más oscuros de este gobierno de Obama.
Hoy la principal asociación nacional de abogados (con más de 400 mil miembros), la
American Bar Association, condenó las medidas para deportar a madres y sus
hijos en busca de refugio y llamó al gobierno a poner un
alto inmediato a estas redadas y a adherirse a los principios fundamentales de
justicia y proceso debido.
La obispa Minerva Carcaño, de la Iglesia metodista de Los Ángeles, denunció que
los agentes entran a las casas despertando a niños para llevárselos con sus
madres a centros de detención. En respuesta, informó, decenas de comunidades
religiosas se están organizando para ofrecer santuario a las víctimas.
La reverenda Alison Harrington, pastora de la Iglesia presbiteriana Southside en
Tucson, Arizona –pionera del movimiento de santuario para inmigrantes y
refugiados en los años 80 y que llegó a incluir unas 400 iglesias–, informó
queuna vez más el gobierno genera una pesadilla para familias inmigrantes en
Estados Unidos, ante lo cual se levanta ese movimiento para ofrecer el
regalo de santuario a los que huyen de estos países. Denunció que estas redadas se realizan para crear
caos en nuestras comunidades.
Noel Anderson, coordinador de bases del Church World Service, indicó que hoy día se
moviliza una red de unas 300 iglesias de este movimiento de santuario –algunas
para ofrecer refugio contra las medidas injustas– para declarar a la Casa
Blanca que debería arrepentirse del pecado estructural de las redadas.
Algunos de estos líderes religiosos señalaron que la respuesta entre sus bases es
ecuménica, con agrupaciones cristianas, judías y musulmanas coordinándose entre
sí para ofrecer información, apoyo y posiblemente santuario a los afectados en
resistencia a estas medidas del gobierno.
Tania Unzueta, dirigente de la campaña Ni uno más (#Not1more), dijo en
teleconferencia de prensa hoy que el uso de redadas como táctica tiene el
propósito de generar gran temor y ansiedad en las comunidades inmigrantes. Se
emplea para maximizar el pánico, indicó.
Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, agrupación nacional que aboga
por una reforma migratoria, declaró que en lugar de redadas en hogares y deportaciones
de familias vulnerables, deberíamos proteger a refugiados que provienen de
algunos de los países más violentos del mundo, y lamentó que estas medidas, que
se parecen más a las promovidas por republicanos, sean impulsadas por un
presidente demócrata.
Pablo Alvarado, director de la Red Nacional de Organización de Jornaleros (NDLON),
también denunció las medidas y las consideró tan negativas como las propuestas
antimigrantes de candidatos republicanos. La triste verdad es que las acciones
del presidente Obama son más viles que las palabras de Trump. El magnate
estigmatiza a la gente con lenguaje deshumanizante, el presidente Obama los deporta.
Varias agrupaciones, desde el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales hasta la
Georgia Latino Alliance for Human Rights y la Unión American de Libertades
Civiles (ACLU), entre otras coaliciones de defensores, se suman al coro que
exige freno a estas medidas y documentan las violaciones.
Algunos políticos destacados se sumaron a las críticas a las redadas. El representante
federal Luis Gutiérrez dijo: ya estamos viendo señales de pánico,
algunos niños han dejado de ir a la escuela y sus padres a trabajar por el
temor, y con ello, el nuevo año ya se convirtió en un
año de temor y de esconderse, y deploró que esto haya sido impulsado por el
presidente surgido de su partido.
La presidenta del caucus hispano del Congreso, la representante federal
Linda Sánchez, declaró que la invasión de hogares para romper familias por la fuerzano debería ser un símbolo
de Estados Unidos, y agregó que es una medidainhumana que sólo agrega al trauma
de estas familias que huyen de la violencia y la opresión.
El gobierno de Obama ha justificado las redadas como necesarias para cumplir la
ley. El secretario de Seguridad Interior, Jeh Johnson, reiteró en un comunicado
el 4 de enero que nuestras fronteras no están abiertas a la migración ilegal; si uno llega aquí
ilegalmente, lo regresaremos conforme a nuestras leyes y valores. Repitió que
las prioridades para la deportación se limitan a criminales y a los detenidos
en la frontera o quienes ingresaron sin documentos después de enero de 2014.
De hecho, Johnson ha indicado, y analistas suponen, que estas medidas se han
llevado a cabo ante temores de otra ola de familias y menores de edad
centroamericanos no acompañados que abrumaron a las autoridades migratorias en
2014, y que las redadas tienen un propósito de disuasión.
Los detenidos hasta la fecha, según la versión oficial, son indocumentados que
llegaron en esa ola, y que perdieron sus casos para permanecer en el país, por
lo que un juez ordenó su deportación.
Críticos advierten que estas medidas podrían tener un costo político para el partido de
Obama al arrancar este año electoral.
Entre la retórica cada vez más antimigrante de precandidatos republicanos como Trump
y el inicio de una serie de redadas, 2016 no nació con buenos augurios para los
inmigrantes en Estados Unidos.
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