El imán radical, su presunta secuestradora de la CIA y
sus 10 años persiguiendo justicia
Jason Leopold
VICE NEWS Español
23 de junio de 2015
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos celebrará el próximo martes una
audiencia largamente esperada. Se trata del caso de abducción y tortura del
clérigo radical Abu Omar. Dos individuos en particular estarán deseando escuchar
la sentencia, después de haberse pasado muchos años persiguiendo implicar a la
CIA y a Italia por su responsabilidad.
Uno de los individuos es el mismo Abu Omar.
El otro es una ex agente de la CIA que fue condenada por el secuestro de
Omar.
La audiencia, que se celebrará en Estrasburgo, concierne a uno de los casos
más flagrantes de "rendición extraordinaria" de la CIA. Se trata del juicio a un
programa antiterrorista posterior al 11S extremadamente controvertido. La trama
consistía en secuestrar secretamente a presuntos terroristas en un país y
enviarlos a un segundo país para ser implacablemente interrogados.
Los abogados de Omar, cuyo nombre real es Osama Mustafá Hassan Naser,
presionarán a los jueces para que su veredicto condene a Italia como culpable de
múltiples violaciones de la Convención Europea de los Derechos Humanos. Omar
desapareció en las calles de Milán hace 12 años a manos de la CIA, los servicios
secretos y de inteligencia del ejército italiano (SISMI). Los presuntos
terroristas que fueron retenidos en las prisiones ilegales de la CIA por toda
Europa — donde dicen que fueron torturados — han acudido a menudo al tribunal de
derechos humanos para exigir responsabilidades a los gobiernos europeos que,
presuntamente, habrían actuado como cómplices de tales abducciones.
Sabrine De Sousa es una de las implicadas. Tanto ella como otros más de 20
agentes de la CIA fueron procesados, condenados y sentenciados en rebeldía por
los tribunales italianos en 2009, en relación con el papel que habría jugado De
Sousa en el secuestro de Omar. Se trata del primer y último procedimiento
criminal celebrado en relación al programa de rendición de la CIA, una operación
en la que se vieron involucrados más de 100 presuntos terroristas y que fue
apoyado por decenas de países europeos.
La rendición de Abu Omar mereció una breve mención en el informe de 6700
páginas, todavía clasificado, que redactó el Comité de Inteligencia del Senado
de Estados Unidos. El informe, que fue completado el pasado mes de diciembre,
detallaba la existencia del programa de torturas de la CIA. Así lo relató a VICE News uno
de los funcionarios estadounidenses que han leído el informe. Pese a todo, el
funcionario no especificó cuál era la opinión del Senado sobre la operación.
Al igual que Omar, De Sousa, residente en Washington DC, también se ha
propuesto la misión de conseguir que la CIA sea hecha responsable por la
abducción y la tortura del clérigo. En una serie de entrevistas concedidas a
VICE News durante los últimos siete meses, De Sousa subrayó que no tuvo nada que
ver con el secuestro de Omar. Sin embargo, un fiscal italiano asegura haber recabado evidencias de lo contrario. A pesar de que De Sousa
afirma que no estuvo implicada, sí parece saber cómo y por qué se planeó el
secuestro.
"Cuando fui sentenciada, regresé y examiné los cables de la CIA…", sobre el
secuestro, afirmó De Sousa. "Creo firmemente que la verdad tiene que salir a la
luz… Nunca debería de haberse producido la captura ilegal".
De Sousa reconoció que en 2002 trabajó como intérprete para el equipo que
visitó Milán durante la fase de planeamiento de la operación. Sin embargo, De
Sousa asegura que se había ido a esquiar con su hijo y que ya había sido
desvinculada de la operación cuando Omar fue aprehendido en 2003. De Sousa
asegura que Omar no encajaba en el perfil del programa porque no constituía un
"amenaza inminente" a la seguridad nacional.
"Omar no era nadie", confesó De Sousa a VICE News. Ella está convencida de
que su detención ilegal fue un movimiento deliberado para escalar en la
compañía, conducido por el responsable de la oficina de Roma de la CIA, Jeffrey
Castelli. Castelli habría buscado y recibido el apoyo del cuartel general de la
CIA. A día de hoy Castelli es el vicepresidente ejecutivo de la empresa de
seguridad privada Endgame, situada en Arlington, Virginia, y no ha querido
responder a las preguntas de VICE News.
De Sousa dejó la CIA en 2009 después 16 años en la agencia. Desde entonces,
ha trabajado obsesivamente por intentar limpiar su nombre — tiene abogados
dentro y fuera de Estados Unidos que siguen trabajando por que el gobierno
italiano la absuelva — y descubrir lo que, a su juicio, es solo una operación de
la CIA para encubrir la "detención ilegal" de Omar y su posterior tortura en
Egipto. Mientras tanto, Omar, que al principio buscó ser reparado por el sistema
judicial italiano, espera que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos esté de
acuerdo en que se le debe que se esclarezcan las responsabilidades. Lleva
esperando 6 años para que el jurado escuche su caso.
Sus abogados esgrimen que Omar no ha sido compensado por las torturas a las
que fue sometido mientras estaba encarcelado en Egipto. También aseguran que
Italia ha omitido castigar tanto a sus propios funcionarios como a los agentes
de la CIA, a los que se responsabilizó de su detención ilegal.
"Va a acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la institución más
sofisticada y la que cuenta con el mejor sistema del mundo en materia de
derechos humanos. Llegará para decir 'No se me ha ofrecido ninguna compensación
por lo que me ha sucedido", declaró la experta en antiterrorismo de Amnistía
Internacional Julia Hall, a VICE News.
Chris Jenks, director del departamento de Justicia Criminal y profesor de
derecho en la universidad de Harvard, asegura que Abu Omar está buscando
desacreditar a Italia:
"Italia se ha visto sometida al aumento de la atención mediática y al
escrutinio judicial. Es improbable que ni ella ni ningún otro país europeo
vuelvan a cooperar con Estados Unidos en ninguna operación de inteligencia
desplegada en Europa".
* * *
El secuestro de Omar ha merecido miles de crónicas. Sin embargo, hasta la
fecha ni la CIA ni las administraciones Bush y Obama han reconocido todavía la
existencia del secuestro ni tampoco que fuera una operación instigada por la
agencia de inteligencia.
Desde la CIA nadie ha querido emitir declaración alguna a VICE News sobre el
secuestro de Abu Oma. Nadie dice nada sobre la tapadera denunciada por De Sousa
ni por el presunto maltrato del que fue objeto por parte de la agencia. En una
reciente entrevista con VICE News, el antiguo director adjunto de la CIA,
Michael Morell, también declinó hablar sobre Abu Omar o De Sousa.
"No voy a volver a hablar de ningún nombre ni de ninguna presunta operación",
dijo Morell.
El clérigo, de quien se rumorea que habría sido uno de los informadores de élite de la CIA desde antes del 11
S, era miembro del grupo radical egipcio Al-Gama'a al-Islamiyya. Los gobiernos
egipcios y norteamericano tacharon a la organización de grupo terrorista en
1997, después de que esta reivindicara la autoría de la infausta masacre de 62
personas en Luxor. Omar se fue de Egipto rumbo a Albania en la década de los 90.
Allí se le acusó de haber planeado un ataque contra un ministro egipcio que
estaba de visita oficial en el país del este (el ataque nunca llegó a
producirse), y acto seguido fue expulsado. De allí se mudó brevemente a
Alemania, hasta que a principios de 2001 se trasladó a Milán, una vez le fuera
concedido el asilo político.
'El juicio en Italia ignoró flagrantemente el derecho
internacional y las obligaciones del tratado y el juicio en rebeldía se limitó a
seguir un presunto abuso a los derechos humanos detrás de
otro'
Después del 11S, la División de Investigaciones Generales y de Operaciones
Especiales (DIGOS) de Italia, empezó a seguir a Omar. El clérigo era entonces el
imán de una mezquita radical donde impartía feroces sermones anti
estadounidenses y donde, se sospechaba, reclutaba a combatientes yihadistas para
que lucharan contra el ejército norteamericano en Irak y Afganistán. La DIGOS
también estuvo compartiendo la información recabada sobre el clérigo con el
responsable de la sucursal de la CIA en Milán, Robert Seldon Lady, otro de los
agentes condenados por Italia en el caso de Abu Omar. La fiscalía registró su
residencia después de que fuera imputado y descubrió una fotografía del clérigo
que había sido tomada un mes antes de su abducción.
El 17 de febrero de 2003, cuando tenía 39 años, Omar caminaba rumbo a la
mezquita cuando fue interceptado por Luciano Ludwig Pironi, agente de policía
italiano e informador de la CIA desde hacía años. Pironi le pidió que le
mostrara su pasporte. Acto seguido una furgoneta blanca se detuvo frente a ambos
y Omar fue metido a empujones en su interior. Le condujeron a la base aérea de
Aviano, 75 kilómetros al norte de Venecia y sede del regimiento 31 de las
fuerzas aéreas estadounidenses. Desde allí fue trasladado a la base aérea de
Rammstein, en Alemania. Y luego a El Cairo, donde la CIA se lo entregó a los
agentes de inteligencia para ser interrogado en lo que De Sousa describió como
una "tortura de poder".
Durante la cumbre del programa de rendición de la CIA, la agencia entregó a
varios sospechosos de terrorismo a Egipto, un país con una historia bien
documentada en el uso de la tortura para extraer confesiones.
Después de la desaparición de Abu Omar, su mujer, que también suscribió la
denuncia a los derechos humanos interpuesta ante el Tribunal Europeo, llamó a la
policía para intentar localizar a su marido. Entonces se abrió una investigación
sobre su desaparición. Un agente de la CIA empleó una tapadera para relatar lo
que le había ocurrido al imán, y les dijo a los agentes italianos que Abu Omar
habría volado a los Balcanes.
En abril de 2004 Abu Omar apareció en Egipto condenado a una pena de arresto
domiciliario, tras pasar 14 meses detenido. Las autoridades egipcias le
liberaron a condición de que no discutiera con nadie las circunstancias de su
detención, a lo que Omar se avino. Sin embargo, justo después de ser liberado,
llamó a su mujer por teléfono — hacia más de un año que no sabía nada de él — ,
y a un segundo imán.
El sumario de la denuncia interpuesta por Abu Omar ante el Tribunal Europeo
de Derechos Humanos dice que Omar "proclama haber sido sometido a la tortura
martaba. Omar habría estado atado y tumbado sobre un colchón húmedo
sometido a descargas de corriente eléctrica".
Unas semanas después de las llamada telefónicas, la autoridades egipcias
encarcelaron de nuevo a Abu Omar, esta vez por otros tres años. Omar dice que
fue confinado en solitario y que los interrogatorios y las torturas sobre sus
presuntos vínculos con el terrorismo, continuaron. Finalmente, en 2007 fue
puesto en libertad sin cargos y le mandaron a vivir con su familia en
Alejandría, bajo la prohibición de no volver a salir nunca más de su país.
Omar anunció de manera inmediata que denunciaría a los gobiernos
estadounidense e italiano.
* * *
De Sousa asegura que Egipto fue obligado a liberar a Abu Omar porque la CIA
no tenía ninguna evidencia para incriminarle, ni ninguna otra prueba que
presentar a los egipcios que probara su presunta vinculación con el terrorismo.
Según ella, fue entonces cuando la CIA decidió inventarse "una tapadera".
Sin embargo, según la orden de arresto emitida por los fiscales italianos,
existe otro motivo por el que Abu Omar fue entregado a Egipto. La CIA quería que
Egipto lo convirtiera de nuevo en informador, para que así pudiese suministrar
información sobre cualquier plan contra Estados Unidos, que entonces se estaba
preparando para invadir Irak. De haber aceptado, Abu Omar hubiese sido liberado
y devuelto a Egipto. Pero se negó. Las fuentes de la fiscalía eran Reda, el imán
al que Abu Omar llamó después de ser detenido por primera vez, y un agente de
policía italiano que aseguró que un agente de la CIA le explicó que tal era el
objetivo del secuestro.
El intento de la CIA por contratar un servicio de inteligencia extranjero
para torturar a un presunto terrorista y así convertirlo en informante, no
estaba exento de precedentes. A finales de 2001, Estados Unidos entregó a Ibn
Shakyh-Libi, acusado de terrorismo, a Egipto. Allí fue interrogado y torturado
por agentes de inteligencia egipcios y estadounidenses en relación al entrenamiento en armamento químico y biológico que Irak estaba
proporcionando a al Qaeda. La información sustraída de Libi fue empleada por
la administración Bush para justificar la invasión de Irak. Libi se desdijo de
sus palabras más adelante.
'Voy a conseguir que Obama admita que este secuestro
sucedió'
No mucho después de que Abu Omar fuera liberado en 2007, un tribunal italiano
formuló cargos contra 26 estadounidenses — 25 agentes de la CIA y un coronel de
las Fuerzas Aéreas que sería absuelto más adelante — y entonces agentes de los
servicios de inteligencia italianos declararon haber orquestado el la detención
ilegal de Abu Omar.
23 de los norteamericanos, incluida De Sousa, fueron declarados y juzgados en rebeldía en noviembre de 2009, bajo cargos de detención
ilegal. La sentencia les condenó a pagar 1 millón de euros a Abu Omar y medio
millón a su mujer. Sus condenas fueron mantenidas tras ser apeladas tres años
después. (Giorgio, el presidente italiano, absolvió al coronel de las Fuerzas
Aéreas en 2013).
En agosto de 2009, los abogados de Abu Omar presentaron su demanda. Denunciaron las violaciones de
derechos humanos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Al mismo tiempo,
De Sousa redobló sus esfuerzos.
Jenks, el profesor de derecho en Harvard, advirtió que el gobierno italiano
jamás pidió al gobierno estadounidense que extraditara a los agentes de la CIA,
un aspecto que cree que los abogados de Abu Omar sacarán a colación en la
audiencia de la semana que viene.
"Omar podría estar buscando que el Tribunal Europeo ordene al gobierno
italiano que pida a los Estados Unidos la rendición de sus agentes", señaló
Jenks. "Para ello, tendrá que argumentar que Italia, al no extender las
imputaciones y al no exigir a Estados Unidos la entrega de los agentes de la
CIA, ha fracasado en su obligación de tomar todas las medidas necesarias para
garantizar el respeto a los derechos de Omar, tal y como establece la Convención
Europea.
Jenks también advirtió que, según la Convención Europea de Derechos
Humanos, los juicios en rebeldía son considerados como abusos en sí mismos de
los derechos en cuestión.
"El juicio en Italia ignoró flagrantemente el derecho internacional y las
obligaciones del tratado, y el juicio en rebeldía se limitó a seguir un presunto
abuso de los derechos humanos detrás de otro", escribieron él y su colega Eric Talbot Jensen en un artículo
publicado por un semanario de Harvard sobre el caso.
"La ausencia de los agentes de la CIA en los juicios por rebeldía del caso
Abu Omar, constituyen otra violación de la Convención Europea… Mientras Italia
puede haberse manifestado en contra de la "rendición extraordinaria", el precio
por hacerlo no era otro que el compromiso de Italia con el estado de derecho y
los derechos humanos".
Hay que subrayar que mientras la demanda de Abu Omar en el Tribunal Europeo
esperaba ser atendida, Italia le condenó en rebeldía y le sentenció a seis años de prisión bajo cargos
de terrorismo.
Pese a todo, los autores advirtieron que De Sousa sería incapaz de argumentar
que su juicio en rebeldía era injusto porque ella misma contrató a un abogado
privado. La Convención Europea estipula que los procedimientos en rebeldía no
supondrán ninguna violación de nada de lo estipulado en la convención, cuando el
acusado haya contratado los servicios de un abogado.
Los intentos de Abu Omar por exigir la responsabilidad de los agentes de
seguridad italianos se materializaron después de que el Tribunal Constitucional
italiano dictaminara en marzo de 2009 que las evidencias empleadas por
los fiscales para asegurar las condenas estaban protegidas por "secretos de
Estado". Había sido en julio de 2006, cuando el presidente del Consejo de
Ministros, siguiendo el ejemplo de los manuales de estrategia de Bush y de
Obama, proclamó que determinada información y determinados documentos esgrimidos
por el fiscal estaban protegidos por "secretos de Estado".
En su demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Abu Omar proclamó
que el uso de secretos de estado por parte de Italia ha contribuido a "prevenir
el castigo de los responsables y a impedir la compensación por los daños y
prejuicios que [él] padeció", y que "es contrario a las obligaciones procesales
dispuestas según la Convención Europea de Derechos Humanos.
"Todo el concepto de secretos de Estado ni siquiera existió ni en Italia ni
en toda Europa hasta que Estados Unidos empezó a emplearlo de manera sistemática
en sus propios tribunales" en casos como el de Abu Omar, declaró Julia Hall, una
experta en antiterrorismo de Amnistía Internacional, que ha trabajado
ampliamente en el caso del clérigo. "En Italia se lo han inventado con todo el
morro. Es una muestra de cómo la política bélica de Estados Unidos contra el
terror ha infectado a Europa. Tal será un asunto clave en el [Tribunal Europeo
de Derechos Humanos] proceso. Abu Omar podría declarar que la aplicación
privilegiada de los secretos de estado ha obstruido el funcionamiento de la
justicia".
El director adjunto del fiscal antiterrorista del caso, Armando Spataro,
declinó hacer declaración alguna cuando fue interpelado por VICE News. El mes
pasado, Spataro hizo una presentación en PowerPoint ante el Instituto
Interregional para la Investigación del Crimen y la Justicia de Naciones Unidas.
En ella resumió su investigación sobre las circunstancias de la abducción. VICE
News obtuvo una copia de las 79 transparencias del PowerPoint, que incluyen
nuevos detalles sobre las evidencias que Spataro obtuvo durante el curso de su
investigación, que, según dice él, implican a agentes de la CIA, a agentes del
servicio de inteligencia italiano y a algunos más. Según comentó el gobierno
italiano, la transparencias del PowerPoint interferían con su investigación y
desbarataron sus esfuerzos por responsabilizar a determinados individuos del
secuestro de Abu Omar.
En un artículo de opinión que escribió el pasado mes de enero, después de que el Comité de
Inteligencia del Sentado norteamericano hubiese publicado su informe sobre las
torturas, Spataro detalló que cuatro "gobiernos sucesivos, dirigidos,
respectivamente, por los primeros ministros Romano Prodi, Silvio Berlusconi,
Mario Monti y Enrico Letta", obstruyeron la investigación y la imputación de los
responsables por la "detención ilegal" de Abu Omar, esgrimiendo que se trataban
de secretos de estado.
* * *
De Sousa dijo que el juicio que desembocó en su condena era una farsa. Sin ir
más lejos, la mayoría de los agentes de la CIA que fueron condenados, lo
hicieron presentándose bajo distintos apodos.
"La imputación del 75% de los agentes de la CIA es inexistente", relató De
Sousa a VICE News. "Los agentes de la CIA en Roma que planearon el secuestro
nunca han sido hechos responsables. Tampoco se ha extendido ninguna
responsabilidad sobre los agentes de la CIA de alto rango en Langley, que
autorizaron el "secuestro" de un objetivo que no representaba ningún peligro
según los baremos de intervención de la CIA".
De Sousa, que rompió el silencio sobre su implicación en el caso hace dos
años, se encontraba trabajando bajo cobertura diplomática en el consulado
norteamericano en Milán, en el momento de la detención ilegal de Abu Omar (lo
que significa que estaba registrada como empleada del departamento de Estado). Y
como tal, tenía derecho a recibir inmunidad diplomática. Sin embargo, De Sousa
afirmó que ni la CIA ni el departamento de Estado emitieron ningún comunicado al
respecto.
La CIA también prohibió que tanto ella como otros agentes de la CIA
vinculados con la detención ilegal, pudieran viajar por la Unión Europea, debido
a que pendían distintas órdenes de arrestos sobre sus cabezas. Pero De Sousa,
ciudadana de origen indio pero naturalizada estadounidense, se opuso a las
restricciones para viajar debido a que gran parte de su familia vive fuera de
los Estados Unidos, Europa incluida. De Sousa contó que la CIA le comunicó que
si se le permitía viajar, pondría en peligro la seguridad de los agentes en el
extranjero. Así que dejó su trabajo.
Desde entonces De Sousa ha viajado a India a visitar a su familia. Y, desde
entonces, ha eludido también el arresto. No puede decirse lo mismo de Roberton
Seldon Lady, que fue arrestado en 2013 mientras viajaba por Panamá. Sin embargo,
fue puesto en libertad rápidamente y volvió a Estados Unidos antes de que Italia
pudiera acometer ningún intento para extraditarle. Continúa siendo un misterio
qué acciones tomó Estados Unidos para asegurar su regreso.
De Sousa se reunió con miembros del Comité de Inteligencia del Senado en
2010, mientras estos trabajaban en el informe de torturas de manera clasificada,
para poder referirse a la detención ilegal de Omar, su tortura en Egipto y a los
intentos frustrados de De Sousa por limpiar su nombre. Ella confiaba que el
Comité de Inteligencia interviniese en su caso y probara, además, la captura de
Abu Omar. Pero según cuenta, el comité no tomó ninguna medida.
Un miembro del Comité de Inteligencia del Senado, en cualquier caso, comunicó
a VICE News a finales del año pasado, que De Sousa está equivocada. El
trabajador aseguró que el comité había investigado las alegaciones de De Sousa
ante la CIA, pero contó que no puede divulgar ningún detalle al respecto al
tratarse de documentos clasificados.
De Sousa, al sentir que había consumido todas sus opciones para limpiar su
nombre a través de los canales internos de la CIA y de numerosas reuniones con
comités de supervisión del congreso, acudió a la Ley por la Libertad de
Información (FOIA). En primer lugar presentó peticiones ante los departamentos
de Defensa y de Estado, y ante la CIA, en busca de documentos sobre las
decisiones que se habrían tomado sobre cómo el gobierno norteamericano la
protegería durante el transcurso del procedimiento criminal en Italia;
documentos sobre la autorización de entregar a Abu Omar; comunicaciones entre la
CIA y los miembros del Congreso sobre si conceder o no la inmunidad diplomática
en su nombre; un documento que dirimía si la oficina del inspector general de la
CIA investigaría o no la detención ilegal; y un informe elaborado por la junta
de la CIA sobre la responsabilidad de la agencia en la captura. [El abogado de
De Sousa ante la FOIA es el mismo que representa a VICE News en su litigio en
activo ante la FOIA contra el gobierno estadounidense]-
Mientras todavía trabajaba para la CIA, De Sousa pidió ver los resultados del
informe de responsabilidad de la junta. Pero, según cuenta, el director de la
CIA de entonces, Michael Hayden, le dijo que ella no estaba autorizada a verlo
por no estar involucrada en la operación de captura — a pesar de haber sido
condenada en Italia por haber estado implicada.
La CIA emitió entonces su llamada respuesta Glomar a De Sousa, lo
que significa que la agencia no podía ni afirmar ni desmentir que existiese
ningún registro de la operación — y que, en caso de hacerlo, sería clasificado.
Desde entonces De Sousa ha denunciado a la CIA y a los departamentos de Estado y
de Defensa en relación a esos documentos.
"Mis exigencias ante la FOIA están basadas en lo que sé que existe en los
cables, los correos electrónicos, las reuniones y las discusiones", dijo. "No
solo en la CIA, pero también en el [Consejo de Seguridad de la Casa
Blanca]".
De Sousa no discutirá ninguna información clasificada relacionada con la
captura de Abu Omar. En cualquier caso, dice que su intención es discutir lo que
sabe sobre la captura y de cómo sucedió — incluyendo el papel de Italia — ante
un tribunal.
"Voy a hacer que Obama admita que la captura tuvo lugar" dijo. "Tiene que
haber una investigación en Estados Unidos en la que se haga responsable a todos
esos tipos".
* * *
En cualquier caso, tanto Jenks como Hall afirman que se trata de una batalla
en la que De Sousa tiene las de perder.
"Los tribunales de Estados Unidos no dictaminarán ante el poder ejecutivo que
corresponda y no reclamarán inmunidad", afirmó Jenks. "Pero incluso en el caso
improbable de que le vaya bien en Estados Unidos, todo eso no tendrá ninguna
relevancia de cara a su condena en Italia".
Por otro lado, Jenks solo ve ventajas para Abu Omar.
"Teniendo en cuenta que Italia condenó a tanta gente, incluidos los agentes
de seguridad del país, por haber secuestrado a Omar en Italia, me sorprendería
mucho que Omar no triunfara, al menos, en alguna de sus reivindicaciones frente
al Tribunal Europeo de Derechos Humanos", dijo.
Hall estuvo de acuerdo en que tanto De Sousa como Abu Omar son ambos
"víctimas de la CIA", pero que están en situaciones diferentes.
"A Abu Omar no se le acusó de nada" dijo ella. "Era inocente de negligencia
alguna. Simplemente es interceptado y se le manda a un castigo de lo más
extremo. Torturado y encerrado durante cuatro años y la totalidad del gobierno
norteamericano e italiano encima de él. Merece que se le compense porque el
estado ha violado sus derechos, lo cual le ha dejado psicológica y mentalmente
incapacitado.
"Con Sabrina De Sousa [y con el resto de agentes de la CIA] la fiscalía
trabajó con mucho ahínco en términos de la investigación en sí misma. La
fiscalía italiana tiene evidencia de que estuvieron implicados, más allá de que
fueran directamente responsables, cómplices o de que simplemente supieran que la
captura iba a producirse. Todo dependerá realmente del papel que ella jugara en
la organización en el momento de los hechos y en el apoyo que pudiera haber
suministrado", declaró Hall.
Parece que la mayor evidencia obtenida por los abogados de la acusación para
incriminar a De Sousa están la memoria de su teléfono.
"Una de las suscripciones telefónicas más implicadas en las operaciones, las
transferencias y los intercambios de comunicación relacionados con el secuestro
fueron oficialmente asignados a una persona [De Sousa, Sabrina], una agente de
la CIA convocada en el consulado estadounidense en Milán", según relatan los documentos que los fiscales presentaron ante el tribunal. De
Sousa declaró a VICE News que rebatirá esa información, pero no ha dicho nada
más.
Hall ha reconocido que es posible que De Sousa estuviera "en el lugar
equivocado en el momento equivocado".
"Pero no parece que nadie en el gobierno estadounidense vaya a poner las
manos en el fuego por ella" dijo. "Es como un daño colateral".
La resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos no se espera hasta el
año que viene.
Fe de erratas: este artículo dijo originalmente que Chris Jenk es
profesor de derecho en Harvard. Él es profesor de derecho en la Escuela de
Derecho Dedman SMU en Dallas, Texas.
Sigue Jason Leopold en Twitter: @JasonLeopold
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