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El imán radical, su presunta secuestradora de la CIA y sus 10 años persiguiendo justicia

Jason Leopold
VICE NEWS Español
23 de junio de 2015

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos celebrará el próximo martes una audiencia largamente esperada. Se trata del caso de abducción y tortura del clérigo radical Abu Omar. Dos individuos en particular estarán deseando escuchar la sentencia, después de haberse pasado muchos años persiguiendo implicar a la CIA y a Italia por su responsabilidad.

Uno de los individuos es el mismo Abu Omar.

El otro es una ex agente de la CIA que fue condenada por el secuestro de Omar.

La audiencia, que se celebrará en Estrasburgo, concierne a uno de los casos más flagrantes de "rendición extraordinaria" de la CIA. Se trata del juicio a un programa antiterrorista posterior al 11S extremadamente controvertido. La trama consistía en secuestrar secretamente a presuntos terroristas en un país y enviarlos a un segundo país para ser implacablemente interrogados.

Los abogados de Omar, cuyo nombre real es Osama Mustafá Hassan Naser, presionarán a los jueces para que su veredicto condene a Italia como culpable de múltiples violaciones de la Convención Europea de los Derechos Humanos. Omar desapareció en las calles de Milán hace 12 años a manos de la CIA, los servicios secretos y de inteligencia del ejército italiano (SISMI). Los presuntos terroristas que fueron retenidos en las prisiones ilegales de la CIA por toda Europa — donde dicen que fueron torturados — han acudido a menudo al tribunal de derechos humanos para exigir responsabilidades a los gobiernos europeos que, presuntamente, habrían actuado como cómplices de tales abducciones.

Sabrine De Sousa es una de las implicadas. Tanto ella como otros más de 20 agentes de la CIA fueron procesados, condenados y sentenciados en rebeldía por los tribunales italianos en 2009, en relación con el papel que habría jugado De Sousa en el secuestro de Omar. Se trata del primer y último procedimiento criminal celebrado en relación al programa de rendición de la CIA, una operación en la que se vieron involucrados más de 100 presuntos terroristas y que fue apoyado por decenas de países europeos.

La rendición de Abu Omar mereció una breve mención en el informe de 6700 páginas, todavía clasificado, que redactó el Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos. El informe, que fue completado el pasado mes de diciembre, detallaba la existencia del programa de torturas de la CIA. Así lo relató a VICE News uno de los funcionarios estadounidenses que han leído el informe. Pese a todo, el funcionario no especificó cuál era la opinión del Senado sobre la operación.

Al igual que Omar, De Sousa, residente en Washington DC, también se ha propuesto la misión de conseguir que la CIA sea hecha responsable por la abducción y la tortura del clérigo. En una serie de entrevistas concedidas a VICE News durante los últimos siete meses, De Sousa subrayó que no tuvo nada que ver con el secuestro de Omar. Sin embargo, un fiscal italiano asegura haber recabado evidencias de lo contrario. A pesar de que De Sousa afirma que no estuvo implicada, sí parece saber cómo y por qué se planeó el secuestro.

"Cuando fui sentenciada, regresé y examiné los cables de la CIA…", sobre el secuestro, afirmó De Sousa. "Creo firmemente que la verdad tiene que salir a la luz… Nunca debería de haberse producido la captura ilegal".

De Sousa reconoció que en 2002 trabajó como intérprete para el equipo que visitó Milán durante la fase de planeamiento de la operación. Sin embargo, De Sousa asegura que se había ido a esquiar con su hijo y que ya había sido desvinculada de la operación cuando Omar fue aprehendido en 2003. De Sousa asegura que Omar no encajaba en el perfil del programa porque no constituía un "amenaza inminente" a la seguridad nacional.

"Omar no era nadie", confesó De Sousa a VICE News. Ella está convencida de que su detención ilegal fue un movimiento deliberado para escalar en la compañía, conducido por el responsable de la oficina de Roma de la CIA, Jeffrey Castelli. Castelli habría buscado y recibido el apoyo del cuartel general de la CIA. A día de hoy Castelli es el vicepresidente ejecutivo de la empresa de seguridad privada Endgame, situada en Arlington, Virginia, y no ha querido responder a las preguntas de VICE News.

De Sousa dejó la CIA en 2009 después 16 años en la agencia. Desde entonces, ha trabajado obsesivamente por intentar limpiar su nombre — tiene abogados dentro y fuera de Estados Unidos que siguen trabajando por que el gobierno italiano la absuelva — y descubrir lo que, a su juicio, es solo una operación de la CIA para encubrir la "detención ilegal" de Omar y su posterior tortura en Egipto. Mientras tanto, Omar, que al principio buscó ser reparado por el sistema judicial italiano, espera que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos esté de acuerdo en que se le debe que se esclarezcan las responsabilidades. Lleva esperando 6 años para que el jurado escuche su caso.

Sus abogados esgrimen que Omar no ha sido compensado por las torturas a las que fue sometido mientras estaba encarcelado en Egipto. También aseguran que Italia ha omitido castigar tanto a sus propios funcionarios como a los agentes de la CIA, a los que se responsabilizó de su detención ilegal.

"Va a acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la institución más sofisticada y la que cuenta con el mejor sistema del mundo en materia de derechos humanos. Llegará para decir 'No se me ha ofrecido ninguna compensación por lo que me ha sucedido", declaró la experta en antiterrorismo de Amnistía Internacional Julia Hall, a VICE News.

Chris Jenks, director del departamento de Justicia Criminal y profesor de derecho en la universidad de Harvard, asegura que Abu Omar está buscando desacreditar a Italia:

"Italia se ha visto sometida al aumento de la atención mediática y al escrutinio judicial. Es improbable que ni ella ni ningún otro país europeo vuelvan a cooperar con Estados Unidos en ninguna operación de inteligencia desplegada en Europa".

* * *

El secuestro de Omar ha merecido miles de crónicas. Sin embargo, hasta la fecha ni la CIA ni las administraciones Bush y Obama han reconocido todavía la existencia del secuestro ni tampoco que fuera una operación instigada por la agencia de inteligencia.

Desde la CIA nadie ha querido emitir declaración alguna a VICE News sobre el secuestro de Abu Oma. Nadie dice nada sobre la tapadera denunciada por De Sousa ni por el presunto maltrato del que fue objeto por parte de la agencia. En una reciente entrevista con VICE News, el antiguo director adjunto de la CIA, Michael Morell, también declinó hablar sobre Abu Omar o De Sousa.

"No voy a volver a hablar de ningún nombre ni de ninguna presunta operación", dijo Morell.

El clérigo, de quien se rumorea que habría sido uno de los informadores de élite de la CIA desde antes del 11 S, era miembro del grupo radical egipcio Al-Gama'a al-Islamiyya. Los gobiernos egipcios y norteamericano tacharon a la organización de grupo terrorista en 1997, después de que esta reivindicara la autoría de la infausta masacre de 62 personas en Luxor. Omar se fue de Egipto rumbo a Albania en la década de los 90. Allí se le acusó de haber planeado un ataque contra un ministro egipcio que estaba de visita oficial en el país del este (el ataque nunca llegó a producirse), y acto seguido fue expulsado. De allí se mudó brevemente a Alemania, hasta que a principios de 2001 se trasladó a Milán, una vez le fuera concedido el asilo político.

'El juicio en Italia ignoró flagrantemente el derecho internacional y las obligaciones del tratado y el juicio en rebeldía se limitó a seguir un presunto abuso a los derechos humanos detrás de otro'

Después del 11S, la División de Investigaciones Generales y de Operaciones Especiales (DIGOS) de Italia, empezó a seguir a Omar. El clérigo era entonces el imán de una mezquita radical donde impartía feroces sermones anti estadounidenses y donde, se sospechaba, reclutaba a combatientes yihadistas para que lucharan contra el ejército norteamericano en Irak y Afganistán. La DIGOS también estuvo compartiendo la información recabada sobre el clérigo con el responsable de la sucursal de la CIA en Milán, Robert Seldon Lady, otro de los agentes condenados por Italia en el caso de Abu Omar. La fiscalía registró su residencia después de que fuera imputado y descubrió una fotografía del clérigo que había sido tomada un mes antes de su abducción.

El 17 de febrero de 2003, cuando tenía 39 años, Omar caminaba rumbo a la mezquita cuando fue interceptado por Luciano Ludwig Pironi, agente de policía italiano e informador de la CIA desde hacía años. Pironi le pidió que le mostrara su pasporte. Acto seguido una furgoneta blanca se detuvo frente a ambos y Omar fue metido a empujones en su interior. Le condujeron a la base aérea de Aviano, 75 kilómetros al norte de Venecia y sede del regimiento 31 de las fuerzas aéreas estadounidenses. Desde allí fue trasladado a la base aérea de Rammstein, en Alemania. Y luego a El Cairo, donde la CIA se lo entregó a los agentes de inteligencia para ser interrogado en lo que De Sousa describió como una "tortura de poder".

Durante la cumbre del programa de rendición de la CIA, la agencia entregó a varios sospechosos de terrorismo a Egipto, un país con una historia bien documentada en el uso de la tortura para extraer confesiones.

Después de la desaparición de Abu Omar, su mujer, que también suscribió la denuncia a los derechos humanos interpuesta ante el Tribunal Europeo, llamó a la policía para intentar localizar a su marido. Entonces se abrió una investigación sobre su desaparición. Un agente de la CIA empleó una tapadera para relatar lo que le había ocurrido al imán, y les dijo a los agentes italianos que Abu Omar habría volado a los Balcanes.

En abril de 2004 Abu Omar apareció en Egipto condenado a una pena de arresto domiciliario, tras pasar 14 meses detenido. Las autoridades egipcias le liberaron a condición de que no discutiera con nadie las circunstancias de su detención, a lo que Omar se avino. Sin embargo, justo después de ser liberado, llamó a su mujer por teléfono — hacia más de un año que no sabía nada de él — , y a un segundo imán.

El sumario de la denuncia interpuesta por Abu Omar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dice que Omar "proclama haber sido sometido a la tortura martaba. Omar habría estado atado y tumbado sobre un colchón húmedo sometido a descargas de corriente eléctrica".

Unas semanas después de las llamada telefónicas, la autoridades egipcias encarcelaron de nuevo a Abu Omar, esta vez por otros tres años. Omar dice que fue confinado en solitario y que los interrogatorios y las torturas sobre sus presuntos vínculos con el terrorismo, continuaron. Finalmente, en 2007 fue puesto en libertad sin cargos y le mandaron a vivir con su familia en Alejandría, bajo la prohibición de no volver a salir nunca más de su país.

Omar anunció de manera inmediata que denunciaría a los gobiernos estadounidense e italiano.

* * *

De Sousa asegura que Egipto fue obligado a liberar a Abu Omar porque la CIA no tenía ninguna evidencia para incriminarle, ni ninguna otra prueba que presentar a los egipcios que probara su presunta vinculación con el terrorismo. Según ella, fue entonces cuando la CIA decidió inventarse "una tapadera".

Sin embargo, según la orden de arresto emitida por los fiscales italianos, existe otro motivo por el que Abu Omar fue entregado a Egipto. La CIA quería que Egipto lo convirtiera de nuevo en informador, para que así pudiese suministrar información sobre cualquier plan contra Estados Unidos, que entonces se estaba preparando para invadir Irak. De haber aceptado, Abu Omar hubiese sido liberado y devuelto a Egipto. Pero se negó. Las fuentes de la fiscalía eran Reda, el imán al que Abu Omar llamó después de ser detenido por primera vez, y un agente de policía italiano que aseguró que un agente de la CIA le explicó que tal era el objetivo del secuestro.

El intento de la CIA por contratar un servicio de inteligencia extranjero para torturar a un presunto terrorista y así convertirlo en informante, no estaba exento de precedentes. A finales de 2001, Estados Unidos entregó a Ibn Shakyh-Libi, acusado de terrorismo, a Egipto. Allí fue interrogado y torturado por agentes de inteligencia egipcios y estadounidenses en relación al entrenamiento en armamento químico y biológico que Irak estaba proporcionando a al Qaeda. La información sustraída de Libi fue empleada por la administración Bush para justificar la invasión de Irak. Libi se desdijo de sus palabras más adelante.

'Voy a conseguir que Obama admita que este secuestro sucedió'

No mucho después de que Abu Omar fuera liberado en 2007, un tribunal italiano formuló cargos contra 26 estadounidenses — 25 agentes de la CIA y un coronel de las Fuerzas Aéreas que sería absuelto más adelante — y entonces agentes de los servicios de inteligencia italianos declararon haber orquestado el la detención ilegal de Abu Omar.

23 de los norteamericanos, incluida De Sousa, fueron declarados y juzgados en rebeldía en noviembre de 2009, bajo cargos de detención ilegal. La sentencia les condenó a pagar 1 millón de euros a Abu Omar y medio millón a su mujer. Sus condenas fueron mantenidas tras ser apeladas tres años después. (Giorgio, el presidente italiano, absolvió al coronel de las Fuerzas Aéreas en 2013).

En agosto de 2009, los abogados de Abu Omar presentaron su demanda. Denunciaron las violaciones de derechos humanos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Al mismo tiempo, De Sousa redobló sus esfuerzos.

Jenks, el profesor de derecho en Harvard, advirtió que el gobierno italiano jamás pidió al gobierno estadounidense que extraditara a los agentes de la CIA, un aspecto que cree que los abogados de Abu Omar sacarán a colación en la audiencia de la semana que viene.

"Omar podría estar buscando que el Tribunal Europeo ordene al gobierno italiano que pida a los Estados Unidos la rendición de sus agentes", señaló Jenks. "Para ello, tendrá que argumentar que Italia, al no extender las imputaciones y al no exigir a Estados Unidos la entrega de los agentes de la CIA, ha fracasado en su obligación de tomar todas las medidas necesarias para garantizar el respeto a los derechos de Omar, tal y como establece la Convención Europea.

Jenks también advirtió que, según la Convención Europea de Derechos Humanos, los juicios en rebeldía son considerados como abusos en sí mismos de los derechos en cuestión.

"El juicio en Italia ignoró flagrantemente el derecho internacional y las obligaciones del tratado, y el juicio en rebeldía se limitó a seguir un presunto abuso de los derechos humanos detrás de otro", escribieron él y su colega Eric Talbot Jensen en un artículo publicado por un semanario de Harvard sobre el caso.

"La ausencia de los agentes de la CIA en los juicios por rebeldía del caso Abu Omar, constituyen otra violación de la Convención Europea… Mientras Italia puede haberse manifestado en contra de la "rendición extraordinaria", el precio por hacerlo no era otro que el compromiso de Italia con el estado de derecho y los derechos humanos".

Hay que subrayar que mientras la demanda de Abu Omar en el Tribunal Europeo esperaba ser atendida, Italia le condenó en rebeldía y le sentenció a seis años de prisión bajo cargos de terrorismo.

Pese a todo, los autores advirtieron que De Sousa sería incapaz de argumentar que su juicio en rebeldía era injusto porque ella misma contrató a un abogado privado. La Convención Europea estipula que los procedimientos en rebeldía no supondrán ninguna violación de nada de lo estipulado en la convención, cuando el acusado haya contratado los servicios de un abogado.

Los intentos de Abu Omar por exigir la responsabilidad de los agentes de seguridad italianos se materializaron después de que el Tribunal Constitucional italiano dictaminara en marzo de 2009 que las evidencias empleadas por los fiscales para asegurar las condenas estaban protegidas por "secretos de Estado". Había sido en julio de 2006, cuando el presidente del Consejo de Ministros, siguiendo el ejemplo de los manuales de estrategia de Bush y de Obama, proclamó que determinada información y determinados documentos esgrimidos por el fiscal estaban protegidos por "secretos de Estado".

En su demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Abu Omar proclamó que el uso de secretos de estado por parte de Italia ha contribuido a "prevenir el castigo de los responsables y a impedir la compensación por los daños y prejuicios que [él] padeció", y que "es contrario a las obligaciones procesales dispuestas según la Convención Europea de Derechos Humanos.

"Todo el concepto de secretos de Estado ni siquiera existió ni en Italia ni en toda Europa hasta que Estados Unidos empezó a emplearlo de manera sistemática en sus propios tribunales" en casos como el de Abu Omar, declaró Julia Hall, una experta en antiterrorismo de Amnistía Internacional, que ha trabajado ampliamente en el caso del clérigo. "En Italia se lo han inventado con todo el morro. Es una muestra de cómo la política bélica de Estados Unidos contra el terror ha infectado a Europa. Tal será un asunto clave en el [Tribunal Europeo de Derechos Humanos] proceso. Abu Omar podría declarar que la aplicación privilegiada de los secretos de estado ha obstruido el funcionamiento de la justicia".

El director adjunto del fiscal antiterrorista del caso, Armando Spataro, declinó hacer declaración alguna cuando fue interpelado por VICE News. El mes pasado, Spataro hizo una presentación en PowerPoint ante el Instituto Interregional para la Investigación del Crimen y la Justicia de Naciones Unidas. En ella resumió su investigación sobre las circunstancias de la abducción. VICE News obtuvo una copia de las 79 transparencias del PowerPoint, que incluyen nuevos detalles sobre las evidencias que Spataro obtuvo durante el curso de su investigación, que, según dice él, implican a agentes de la CIA, a agentes del servicio de inteligencia italiano y a algunos más. Según comentó el gobierno italiano, la transparencias del PowerPoint interferían con su investigación y desbarataron sus esfuerzos por responsabilizar a determinados individuos del secuestro de Abu Omar.

En un artículo de opinión que escribió el pasado mes de enero, después de que el Comité de Inteligencia del Sentado norteamericano hubiese publicado su informe sobre las torturas, Spataro detalló que cuatro "gobiernos sucesivos, dirigidos, respectivamente, por los primeros ministros Romano Prodi, Silvio Berlusconi, Mario Monti y Enrico Letta", obstruyeron la investigación y la imputación de los responsables por la "detención ilegal" de Abu Omar, esgrimiendo que se trataban de secretos de estado.

* * *

De Sousa dijo que el juicio que desembocó en su condena era una farsa. Sin ir más lejos, la mayoría de los agentes de la CIA que fueron condenados, lo hicieron presentándose bajo distintos apodos.

"La imputación del 75% de los agentes de la CIA es inexistente", relató De Sousa a VICE News. "Los agentes de la CIA en Roma que planearon el secuestro nunca han sido hechos responsables. Tampoco se ha extendido ninguna responsabilidad sobre los agentes de la CIA de alto rango en Langley, que autorizaron el "secuestro" de un objetivo que no representaba ningún peligro según los baremos de intervención de la CIA".

De Sousa, que rompió el silencio sobre su implicación en el caso hace dos años, se encontraba trabajando bajo cobertura diplomática en el consulado norteamericano en Milán, en el momento de la detención ilegal de Abu Omar (lo que significa que estaba registrada como empleada del departamento de Estado). Y como tal, tenía derecho a recibir inmunidad diplomática. Sin embargo, De Sousa afirmó que ni la CIA ni el departamento de Estado emitieron ningún comunicado al respecto.

La CIA también prohibió que tanto ella como otros agentes de la CIA vinculados con la detención ilegal, pudieran viajar por la Unión Europea, debido a que pendían distintas órdenes de arrestos sobre sus cabezas. Pero De Sousa, ciudadana de origen indio pero naturalizada estadounidense, se opuso a las restricciones para viajar debido a que gran parte de su familia vive fuera de los Estados Unidos, Europa incluida. De Sousa contó que la CIA le comunicó que si se le permitía viajar, pondría en peligro la seguridad de los agentes en el extranjero. Así que dejó su trabajo.

Desde entonces De Sousa ha viajado a India a visitar a su familia. Y, desde entonces, ha eludido también el arresto. No puede decirse lo mismo de Roberton Seldon Lady, que fue arrestado en 2013 mientras viajaba por Panamá. Sin embargo, fue puesto en libertad rápidamente y volvió a Estados Unidos antes de que Italia pudiera acometer ningún intento para extraditarle. Continúa siendo un misterio qué acciones tomó Estados Unidos para asegurar su regreso.

De Sousa se reunió con miembros del Comité de Inteligencia del Senado en 2010, mientras estos trabajaban en el informe de torturas de manera clasificada, para poder referirse a la detención ilegal de Omar, su tortura en Egipto y a los intentos frustrados de De Sousa por limpiar su nombre. Ella confiaba que el Comité de Inteligencia interviniese en su caso y probara, además, la captura de Abu Omar. Pero según cuenta, el comité no tomó ninguna medida.

Un miembro del Comité de Inteligencia del Senado, en cualquier caso, comunicó a VICE News a finales del año pasado, que De Sousa está equivocada. El trabajador aseguró que el comité había investigado las alegaciones de De Sousa ante la CIA, pero contó que no puede divulgar ningún detalle al respecto al tratarse de documentos clasificados.

De Sousa, al sentir que había consumido todas sus opciones para limpiar su nombre a través de los canales internos de la CIA y de numerosas reuniones con comités de supervisión del congreso, acudió a la Ley por la Libertad de Información (FOIA). En primer lugar presentó peticiones ante los departamentos de Defensa y de Estado, y ante la CIA, en busca de documentos sobre las decisiones que se habrían tomado sobre cómo el gobierno norteamericano la protegería durante el transcurso del procedimiento criminal en Italia; documentos sobre la autorización de entregar a Abu Omar; comunicaciones entre la CIA y los miembros del Congreso sobre si conceder o no la inmunidad diplomática en su nombre; un documento que dirimía si la oficina del inspector general de la CIA investigaría o no la detención ilegal; y un informe elaborado por la junta de la CIA sobre la responsabilidad de la agencia en la captura. [El abogado de De Sousa ante la FOIA es el mismo que representa a VICE News en su litigio en activo ante la FOIA contra el gobierno estadounidense]-

Mientras todavía trabajaba para la CIA, De Sousa pidió ver los resultados del informe de responsabilidad de la junta. Pero, según cuenta, el director de la CIA de entonces, Michael Hayden, le dijo que ella no estaba autorizada a verlo por no estar involucrada en la operación de captura — a pesar de haber sido condenada en Italia por haber estado implicada.

La CIA emitió entonces su llamada respuesta Glomar a De Sousa, lo que significa que la agencia no podía ni afirmar ni desmentir que existiese ningún registro de la operación — y que, en caso de hacerlo, sería clasificado. Desde entonces De Sousa ha denunciado a la CIA y a los departamentos de Estado y de Defensa en relación a esos documentos.

"Mis exigencias ante la FOIA están basadas en lo que sé que existe en los cables, los correos electrónicos, las reuniones y las discusiones", dijo. "No solo en la CIA, pero también en el [Consejo de Seguridad de la Casa Blanca]".

De Sousa no discutirá ninguna información clasificada relacionada con la captura de Abu Omar. En cualquier caso, dice que su intención es discutir lo que sabe sobre la captura y de cómo sucedió — incluyendo el papel de Italia — ante un tribunal.

"Voy a hacer que Obama admita que la captura tuvo lugar" dijo. "Tiene que haber una investigación en Estados Unidos en la que se haga responsable a todos esos tipos".

* * *

En cualquier caso, tanto Jenks como Hall afirman que se trata de una batalla en la que De Sousa tiene las de perder.

"Los tribunales de Estados Unidos no dictaminarán ante el poder ejecutivo que corresponda y no reclamarán inmunidad", afirmó Jenks. "Pero incluso en el caso improbable de que le vaya bien en Estados Unidos, todo eso no tendrá ninguna relevancia de cara a su condena en Italia".

Por otro lado, Jenks solo ve ventajas para Abu Omar. 

"Teniendo en cuenta que Italia condenó a tanta gente, incluidos los agentes de seguridad del país, por haber secuestrado a Omar en Italia, me sorprendería mucho que Omar no triunfara, al menos, en alguna de sus reivindicaciones frente al Tribunal Europeo de Derechos Humanos", dijo.

Hall estuvo de acuerdo en que tanto De Sousa como Abu Omar son ambos "víctimas de la CIA", pero que están en situaciones diferentes.

"A Abu Omar no se le acusó de nada" dijo ella. "Era inocente de negligencia alguna. Simplemente es interceptado y se le manda a un castigo de lo más extremo. Torturado y encerrado durante cuatro años y la totalidad del gobierno norteamericano e italiano encima de él. Merece que se le compense porque el estado ha violado sus derechos, lo cual le ha dejado psicológica y mentalmente incapacitado.

"Con Sabrina De Sousa [y con el resto de agentes de la CIA] la fiscalía trabajó con mucho ahínco en términos de la investigación en sí misma. La fiscalía italiana tiene evidencia de que estuvieron implicados, más allá de que fueran directamente responsables, cómplices o de que simplemente supieran que la captura iba a producirse. Todo dependerá realmente del papel que ella jugara en la organización en el momento de los hechos y en el apoyo que pudiera haber suministrado", declaró Hall.

Parece que la mayor evidencia obtenida por los abogados de la acusación para incriminar a De Sousa están la memoria de su teléfono.

"Una de las suscripciones telefónicas más implicadas en las operaciones, las transferencias y los intercambios de comunicación relacionados con el secuestro fueron oficialmente asignados a una persona [De Sousa, Sabrina], una agente de la CIA convocada en el consulado estadounidense en Milán", según relatan los documentos que los fiscales presentaron ante el tribunal. De Sousa declaró a VICE News que rebatirá esa información, pero no ha dicho nada más.

Hall ha reconocido que es posible que De Sousa estuviera "en el lugar equivocado en el momento equivocado".

"Pero no parece que nadie en el gobierno estadounidense vaya a poner las manos en el fuego por ella" dijo. "Es como un daño colateral".

La resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos no se espera hasta el año que viene.

Fe de erratas: este artículo dijo originalmente que Chris Jenk es profesor de derecho en Harvard. Él es profesor de derecho en la Escuela de Derecho Dedman SMU en Dallas, Texas. 

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