Islamofobia en los medios de comunicación occidentales
Stephen Lendman Uruknet 9 de enero de 2011
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales
Bastos
Tras el 11 de septiembre los medios de comunicación occidentales,
especialmente en Estados Unidos y Gran Bretaña, describen a los musulmanes como
fundamentalistas, extremistas, terroristas y fanáticos. Por todo Occidente el
Islam se identifica con violencia cuando, de hecho, tiene raíces comunes con el
Cristianismo y Judaísmo. Sus principios se basan en el amor, no en el odio; en
la paz, no en la violencia; en la caridad, no en la explotación, y en una
sociedad justa para personas de todas las confesiones religiosas. Esto nunca se
hubiera sabido a través de los reportajes de los medios islamofóbicos.
Definición de islamofobia
El Runnymede Trust* identifica ocho componentes para caracterizar al
Islam:
-- monolítico, estático e insensible al cambio;
-- tiene valores diferentes a los de otras culturas y religiones;
-- es inferior a las sociedades occidentales;
--brutal, irracional, primitivo, sexista, violento, agresivo, amenazador,
apoya al terrorismo y choca con la civilización occidental;
-- una ideología utilizada para lograr ventaja política o militar;
-- critica irracionalmente los valores occidentales;
-- justifica prácticas discriminatorias que excluyen a los musulmanes de la
corriente principal de la sociedad y
-- cree que la hostilidad anti-musulmana es natural y normal.
Un informe del año 2004 de la Comisión Británica sobre Musulmanes e
Islamofobia titulado “Islamophobia: issues, challenges and action”
[“Islamofobia: problemas, desafíos y acción”] afirmaba que 1.6 millones de
musulmanes británicos viven “de una dieta de muerte, hipocresía y negligencia
que está traumatizando y radicalizando a toda una generación. ¿Qué nos depara el
futuro?”, preguntaba. ¿Cómo puede una Gran Bretaña laica dar cabida a musulmanes
religiosos?¿Qué se ha hecho para contrarrestar los efectos debilitantes de la
islamofobia?¿Por qué ha habido una ausencia de acciones oficiales?. “¿Por qué el
movimiento antirracista es tan reticente a tratar los prejuicios, el odio y la
discriminación basados en la religión?”. ¿Está institucionalizada la islamofobia
occidental y a qué coste?
Las sociedades occidentales están dirigidas por hombres blancos, generalmente
cristianos, de las clases media y superior. Son responsables de servir a todos
los ciudadanos, sin embargo las personas blancas no musulmanas institucionalizan
la islamofobia en vez de denunciarla y de eliminarla.
Es un término nuevo para un viejo temor que existe en Europa desde el siglo
XVIII. Desde la década de 1960 es clave la presencia de 15 millones de
musulmanes europeos occidentales, varios millones más que en Estados Unidos.
Otro factor son las guerras por los recursos naturales, fundamentalmente
petróleo y gas. Otros factores incluyen las ideas erróneas acerca del Islam, al
que equivocadamente se asocia con la violencia y el terrorismo, así como la
explotación de esto para obtener ventaja política. Los reportajes de los medios
occidentales contribuyen entonces avivando el temor y la hostilidad, y
describiendo a los musulmanes de forma tópica como peligrosos y amenazantes.
En Estados Unidos destacados académicos como Bernard Lewis y Samuel
Huntington promueven la tesis del choque de civilizaciones, según el cual
Huntington afirma que el problema subyacente de Occidente “no es el
fundamentalismo islámico. Es el Islam, una civilización diferente cuyo pueblo
está convencido de la superioridad de su cultura y obsesionado con la
inferioridad de su poder”.
El 22 de octubre de 2001 un artículo de Edward Said publicado en The
Nation titulado “The Clash of Ignorance” [“El choque de la ignorancia”]
criticaba a ambos académicos y los calificaba de ideológicamente “beligerantes”.
Citando el análisis de Huntington de 1993, “The Clash of Civilization?”
[“¿Choque de civilizaciones?”] y el de Lewis de 1990, “The Roots of Muslim Rage”
[“Las raíces de la cólera musulmana”], Said afirmaba que ambos hombres tratan la
identidad y cultura islámicas a la manera de los “dibujos animados”, “donde
Popeye y Pluto se pegan sin piedad” y prevalece el más “virtuoso”. Ellos y otros
como ellos se basan en estereotipos, no en la razón o en análisis bien fundados,
y siembre van hombro con hombro con Hollywood y los principales medios de
comunicación.
Huntington afirmaba también: “Las ideas occidentales de individualismo,
liberalismo, constitucionalismo, derechos humanos, igualdad, libertad, el
imperio de la ley, democracia, libre mercado y separación de Iglesia y Estado a
menudo tienen poca resonancia en las sociedades islámicas”. De hecho, “los
valores occidentales” son un reflejo invertido de lo que afirmaba
IHuntington.
En un ensayo publicado en 2002 de Paul Weyrich y William Lind titulado “Why
Islam is a Threat to America and the West” [“ Por qué el Islam es una amenaza
para Estados Unidos y Occidente”] se calificaba al Islam de quinta columna y
religión de guerra. En septiembre de 2001 la suscitadora de odios Ann Coulter
escribía: “Deberíamos invadir sus países, asesinar a sus dirigentes y
convertirlos al Cristianismo. Acaso no fuimos meticulosos acerca de localizar y
castigar sólo a Hitler y sus más altos cargos. Bombardeamos las ciudades alemana
y matamos civiles. Era la guerra. Y esto es la guerra”.
En noviembre de 2001 Franklin Graham (hijo de Billy Graham) declaró en NBC
Nightly News que “el Islam es una religión muy malvada y perversa”.
En febrero de 2002 Pat Robertson afirmó que los musulmanes “quieren coexistir
hasta que pueden controlar y dominar, y entonces, si es necesario, destruyen. No
se puede decir que la religión musulmana sea una religión de paz. No lo es”.
También en febrero de 2002 el fiscal general [estadounidense] John Ashcroft
calificó al Islam de “religión en la que Dios te exige que envíes a tu hijo a
morir por Él. El Cristianismo es una fe en la que Dios envía a su hijo a morir
por ti”.
Desde entonces hasta ahora esto no ha disminuido, con destacadas figuras y
noticias de los medios difundiendo odio y miedo, apoyando las guerras
imperialistas globales. Comparando una dicotomía Occidente/Oriente, Edward Said
escribió sobre colonizadores frente a colonizados, “lo familiar (Europa,
Occidente, nosotros) y lo extraño (Oriente, el este, ellos)”. Lo fuerte contra
lo débil. Lo superior contra lo inferior. La creencia de que el poder actúa
correctamente, sin importar lo equivocado que esté, lo destructivo o lleno de
odio que sea.
La profesora Deepa Kumar trabaja activamente en el movimiento social por la
paz y la justicia global. También dirige investigaciones sobre la guerra, el
imperialismo, la globalización, laq clase, el género y los medios, incluyendo
cómo estos tratan al Islam.
En su reciente ensayo titulado Framing Islam: The Resurgence of
Orientalism During the Bush II Era aborda los acontecimientos posteriores al
11 de septiembre y explica la reaparición del extremismo del “choque de
civilizaciones”. Bajo Bush II y Obama esto se convierte en “una cuestión de
sentido común”, en una lógica política dominante.
Kumar consideraba cinco mitos post 11 de septiembre “claves y que se dan por
sentados”:
(1) el Islam es monolítico. De hecho, tal como se practica en decenas de
países es diverso con muchas ramas sunníes y chiíes.
(2) es excepcionalmente sexista. De hecho, ni más ni menos que todas las
demás religiones. El dogma cristiano afirma que Eva fue creada de la costilla de
Adán. En un tiempo se quemaba en la hoguera a las mujeres europeas y
estadounidenses por brujas. Les costó cien años de lucha tener derecho a votar.
Siempre se ha atacado sus derechos, incluyendo los que tienen sobre sus cuerpos,
ya que los fascistas cristianos promueven el dominio masculino de género.
(3) es inherentemente violento e intolerante, el término “jihad” se usa
erróneamente para connotar guerra santa. De hecho, se refiere tanto a una lucha
interna para vencer la propia debilidad como a una menor por la supervivencia y
la defensa.
(4) la mente musulmana es incapaz de razonar y de hacer ciencia. El 12 de
septiembre de 2006 el Papa Benedicto XVI equiparó al Catolicismo con la razón y
afirmó que el Islam carecía de ella. Muchas otras personas antes que él
defendieron el mismo argumento que era entonces tan espurio y racista como
ahora.
(5) “Occidente difunde democracia mientras que el Islam genera terrorismo”. A
consecuencia de ello la civilización occidental debe modernizarlo y dominarlo.
Estados Unidos, por supuesto, desdeña las libertades democráticas y prefiere a
déspotas fáciles de cooptar en vez de la justicia y la liberación sociales.
Kumar lucha contra los mitos por medio de análisis académicos y pone en
evidencia lo odiosos y falsos que son.
En una entrevista del 22 de septiembre de 2010 analizaba la islamofobia en
Estados Unidos y afirmaba que prevalecen el temor y la animadversión hacia los
musulmanes. “Sin embargo, no creo que esto provenga de los estadounidenses
ordinarios, sino que más bien (tras el 11 de septiembre) los medios dominantes y
la elite política han contribuido a generar una actitud hacia los musulmanes que
ha sido muy negativa”. Muy recientemente los extremistas del Tea Party lo
explotaron. Otro grupo llamado “Stop Islamization of America” [Alto a la
islamización de Estados Unidos] promueve la idea de que “los musulmanes están
conspirando para hacerse con el poder en Estados Unidos”.
La películas, los principales medios de comunicación y grupos que promueven
el odio han manipulado a los estadounidenses ordinarios. “Cada país que trata de
obtener el consentimiento de sus ciudadanos para la guerra debe construir un
enemigo al que temer y odiar”. Los altos cargos de Bush utilizaron el Islam de
forma muy similar a cómo las tácticas de la Guerra Fría vilipendiaron a los
comunistas y a cómo se denigró e insultó a los japoneses durante la Segunda
Guerra Mundial. “Hoy se considera que todos los musulmanes son responsables de
los hechos que tuvieron lugar el 11 de septiembre”, el fomento del odio y el
miedo sustituyen a la verdad, con Hollywood y los reportajes de los medios
principales a la cabeza.
Especialmente las películas describen a los “hombres árabes como brutales,
violentos y chabacanos, y a los países con una mayoría musulmana como
incivilizados, misóginos, irracionales y no democráticos”. Los reportajes de los
principales medios de comunicación toman esto y “siguen el ejemplo de 'los
principales definidores de noticias', esto es, personas que son los dirigentes
políticos y económicos clave”. Han “etiquetado ampliamente a la comunidad
musulmana como una comunidad en la que no se puede confiar y
anti-estadounidense”. Los medios dominantes se hacen eco de ello.
El 10 de enero titulaba un artículo publicado en Monthly Review “How
to Fight Islamophobia and the Far Right, in Europe and the United States” [“Cómo
luchar contra la islamofobia y la extrema derecha, en Europa y Estados Unidos”,
en el que afirmaba:
“Una tendencia alarmante [barre] Europa”. Los partidos de extrema derecha
atacaron a los musulmanes y a los inmigrantes para “ganar votos en muchos países
de Europa”. Se vio en Francia, Austria, Bélgica, Dinamarca, Italia, los Países
Bajos, Suecia, Finlandia, Grecia, Hungría, Bulgaria, Letonia, Rumania y
Eslovaquia, tiempos difíciles para el cambio, incluido en Estados Unidos.
“A lo que estamos asistiendo es a un movimiento populista de extrema derecha
que empieza a manifestar racismo en su misma esencia”. Es tanto electoral como
de base, “y se fundamenta en intimidar a las comunidades musulmanas y de
inmigrantes latinos”. La islamofobia incita a la histeria de la “guerra contra
el terrorismo” y “sirve a la agenda interna de la extrema derecha de manera
similar a lo que se ha hecho en Europa”.
Un pusilánime enfoque centrista “únicamente fortalece a la extrema derecha”,
tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Luchar contra la islamofobia
exige ponerla al descubierto “como una táctica de chivo expiatorio de un sistema
en crisis”. Sin embargo, imponerse exige “alternativas políticas y económicas a
la guerra”, pero no hay que esperar que los medios dominantes las promuevan.
El artículo de Kumar publicado en el número de marzo/abril de 2007 de
International Socialist Review titulado “Islam and Islamophobia”
explicaba cómo en el año anterior hubo incesantes ataques a los musulmanes. Hoy
no es diferente. Su amenaza común “es una visión polarizada del mundo”, la lucha
clásica del bien contra el mal que retrata hiperbólicamente a un Occidente
democrático contra un primitivo e incivilizado Islam, que desea crear “un
imperio islámico desde Europa hasta el sudeste de Asia”. No importa que personas
de todas las religiones y etnias de todas partes del mundo quieran justicia
social, libertad y paz.
Los orientalistas, sin embargo, consideran a Oriente “dinámico, complejo y
siempre cambiante”, mientras que el Islam “es estático, primitivo y despótico”.
Necesita “la intervención occidental para provocar un cambio progresista”, algo
que las sociedades islámicas no pueden hacer por sí mismas.
Kumar argumenta que “luchar contra la islamofobia y desafiar el racismo
estadounidense en relación a los pueblos de Oriente Próximo es una condición
previa esencial para que resurja un movimiento contra la guerra fuerte”. Una de
sus mayores debilidades ha sido su incapacidad o falta de voluntad psra desafiar
la islamofobia. “De forma bastante literal nuestro futuro depende de la creación
de este movimiento”. El cambio progresista depende de unas bases de paz,
igualdad de la justicia y libertades democráticas, logros que por el momento no
están a la vista.
Stephen Lendman vive en Chicago y su correo electrónico es
lendmanstephen@sbcglobal.net. Su blog es sjlendman.blogspot.com.
* N. de la t.: Runnymede Trust es un think tank británico fundado en 1964 que
se dedica a la investigación y defensa de temas como la etnicidad y diversidad
cultural, con los objetivos declarados de luchar contra la discriminación
racial, de influir en la legislación y promover la multietnicidad en el Reino
Unido.
Fuente: www.uruknet.info?p=73544
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