La Corte Suprema sanciona la intolerancia — el
Orgullo significa oponerle resistencia
Eva Sahana | Reimpreso de CounterPunch, traducido por revcom.us
10 de junio de 2018 | Periódico Revolución |
revcom.us
El mes de Orgullo debería ser un momento para celebrar el amor, compartir
nuestras bellas diferencias y abrazar nuestra humanidad compartida. Sin embargo,
hoy la Corte Suprema emitió un fallo dirigido a las personas LGBTQ,
deshumanizándonos e impidiendo que vivamos nuestras vidas libres de
discriminación y odio. Hemos perdido el derecho a comprar pasteles de boda,
pronto perderemos nuestro derecho a la atención médica y se impondrán horrores
incalculables sobre nosotros y millones más en todo el mundo, si esto continúa.
A mí no me van a forzar a quedarme en las sombras, así que estoy ORGULLOSA de
compartir el hecho de que soy pansexual y no quisiera ser de otra manera.
Al crecer como católica, me enseñaron que la homosexualidad era
un pecado grave, una transgresión repugnante, un fenómeno antinatural y
dañino. Y lo creí realmente. Cuando era una adolescente, cuando comencé a
enamorarme de una chica de mi clase de geometría, comencé a internalizar esta
homofobia. Me odié verdadera y ferozmente a mí misma por sentirme así, nunca le
conté a nadie la verdad, y me mentí constantemente, esperando poder “rezar hasta
no ser gay”. Cambiar este autodesprecio y dolor requirió años de cuestionarme y
retarme a mí mismo, romper con esa religión opresiva por completo, y abrirme los
ojos a la realidad: los seres humanos son diversos y bellos en tantas maneras, y
mi vida vendría a menos si no me despertara y apreciara el cautivador mundo que
tengo ante mí.
A medida que crecía y me transformaba, he amado a personas de
todos los géneros, y he estado tan agradecida de estar rodeada por una pequeña
comunidad de personas que me aman y me apoyan por lo que soy, y que respetan a
todas las personas, no importan las diferencias. Pero he llegado a ver que la
homofobia y la intolerancia anti-LGBTQ acechan a la vuelta de cada esquina,
desde aquellos que abiertamente nos calumnian y avergüenzan, hasta aquellos que
se mantienen callados cuando se nos niega nuestra humanidad.
En El cuento de la criada, mientras que el show arroja luz sobre
el proceso de consolidación del poder del fascismo cristiano, un personaje
llamado Emily le dice a otro profesor: “No pueden asustarnos hasta regresar al
closet”. Pero sí lo hicieron. Y si no impedimos que los fascistas nos persigan,
pueden hacerlo aquí. Estas viles ideas no son solo opiniones de viejos
intolerantes: el estado militar / policial más poderoso del planeta las
refuerza. Sabemos que la policía en todo el país persigue a las personas de
color y LGBTQ, y recordamos a Roxana Hernández, una mujer hondureña trans que
murió recientemente bajo custodia de ICE en la frontera. El Orgullo se originó
como una represalia justa contra la brutalidad policial. Y ahora, el régimen de
Trump y Pence utiliza la corte para intensificar la intolerancia sancionada por
el estado en todo el país, mientras desata a las tropas de asalto para
aterrorizarnos. Si continúan en esta trayectoria, deshumanizándonos y
privándonos de nuestros derechos y protecciones, los horrores que podrían caer
sobre nosotros son casi inimaginables.
Cuando ganamos el derecho de casarnos con aquellos que amamos,
muchos pensamos que las cosas seguirían mejorando. Pero se están volviendo mucho
peores, mucho más peligrosos de lo que la mayoría de las personas se da cuenta
actualmente. El reciente fallo de la Corte Suprema legaliza la intolerancia bajo
la apariencia de “la libertad de religión”, la que ha llegado a significar la
libertad para discriminar. Al mismo tiempo, el régimen de Trump y Pence tiene un
plan para revocar una norma de la época de Obama que impidió que los médicos
denegaran la atención médica a las personas transgénero. Cuando se le preguntó
acerca de las personas homosexuales, Trump “bromeó” que Pence, que apoya la
torturadora “terapia de conversión” para los niños LGBTQ, quiere ahorcarlas a
todas. Mientras tanto, están arrancando a cientos de niños de los brazos de sus
padres en la frontera y diezmando todo Yemen, dejando a un millón de personas
con cólera y 18 millones muriendo de hambre. ¿Qué tan peor puede llegar a
ser? No quiero averiguarlo.
Es por eso que formo parte de un movimiento que no confía en las
personas en el poder para salvarnos; no lo harán. Pero hay muchos de nosotros en
el lado correcto de la historia —la gente sentada a nuestro lado en el tren, los
tipos en nuestras bodegas, la anciana en el parque, los niños jugando en la
cancha de baloncesto— que comparten nuestra indignación y nuestro dolor, que no
quieren ver la próxima cosa que va a pasar. Invito a todos los que se sienten el
impulso de actuar, a que se unan a la organización Rechazar el Fascismo mientras
trabajamos para reunir a millones de nosotros en las calles para poner fin a
esta pesadilla y expulsar a Trump, Pence y todos los demás miembros anti-LGBTQ,
pro guerra, extremadamente racistas, misóginos y fascistas de su
régimen. Construir este movimiento es la cosa más difícil que he hecho, pero
ante el genocidio, la guerra nuclear y la devastación de nuestro increíble
planeta, nada podría ser más significante.
¡Recuerda que el Orgullo siempre se ha tratado de la
resistencia! Hagamos que ésta cuente.
Eva Sahana es una voluntaria en el
comité directivo de Rechazar el Fascismo / RefuseFascism.org de la Ciudad de Nueva York.
Ella está dedicada a expulsar al régimen de Trump y Pence a través de la
resistencia masiva y no violenta en las calles. Póngase en contacto con ella en
evasahana7@gmail.com.
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