La absurda y peligrosa fantasía de que Donald Trump no es belicista
Raymond Lotta
28 de agosto de 2020 | revcom.us
17 de agosto de 2020. Es realmente asombroso cómo
algunos progresistas y autodenominados radicales se engañan a sí mismos cuando se trata de la
política exterior de Donald Trump. Ellos se creen y difunden el peligroso mito
de que, a pesar de todos sus desvaríos e imprevisibilidad, Trump es un
aislacionista “antibélico” que quiere reducir la huella militar global de
Estados Unidos y no está dispuesto a empantanarse en guerras interminables.
Descríbelo como quieras... pero belicista no es, dicen. Mal, mortalmente mal.
De hecho, la retórica belicosa de Donald Trump ha ido a la par con actos de provocación contra
adversarios específicos que podrían haber conducido, y aún podrían conducir, a
la guerra — Irán es un excelente ejemplo. El ejército estadounidense bajo Trump
se ha guiado y está operando según una nueva Estrategia de Seguridad Nacional
enunciada en 2018 que es nada menos que una visión siniestra para el conflicto
entre Estados Unidos y China1. Desde el primer día de la pandemia mundial de
COVID-19, Trump se fue lanza en ristre a avivar la histeria racista anti-China
y a escalar la guerra económica con China. Y la demencial euforia de Trump por
las armas nucleares tiene una contraparte más calculada en un importante
aumento de la capacidad de Estados Unidos de librar una guerra nuclear.
“Estados Unidos ante todo” no es una agenda de atrincheramiento “antiglobalista”. En el núcleo
de su política exterior, “Estados Unidos ante todo” es un proyecto imperial
agresivo, unilateralista (“vamos por nuestro propio camino, a la mierda las
restricciones de las alianzas y la diplomacia imperialistas tradicionales”).
Es un proyecto impregnado de una ideología de superioridad civilizatoria
cristiana blanca y fascista.
Hagamos una relación de las prácticas del belicista Trump.
Prueba # 1: Gasto militar, armas nucleares y drones de Estados Unidos
El dizque “antibélico” Trump ha presidido niveles masivos de gasto militar. Los desembolsos para el
año fiscal 2020 estuvieron en niveles casi récord (ajustados por inflación), y
el presupuesto militar que presentó Trump a principios de este año fue el más
grande desde la Segunda Guerra Mundial (en dólares constantes)2.
El mayor aumento de una sola categoría solicitado involucra armas nucleares, incluyendo la ampliación
de las instalaciones de producción de armas. Tómese
nota: la Revisión de la Postura Nuclear de 2018 de la administración redujo el
umbral para que Estados Unidos arroje una bomba nuclear sobre un “enemigo” (esto
incluye las respuestas de Estados Unidos a ataques y amenazas no nucleares)3. Y en febrero de 2020, Estados Unidos dotó submarinos
con sus primeras (y recién desarrolladas) armas nucleares de bajo rendimiento.
Aquí hay un examen sorpresa para los sabiondos de “Trump por la paz”. En cuanto a las guerras de drones de
Barack Obama (uno de los monstruosos crímenes de guerra de esa administración),
Donald Trump: a) las ha terminado; b) las ha continuado; c) las ha
intensificado. La respuesta es c. El régimen de Trump y Pence no solo superó el volumen de ataques con drones bajo
Obama en sus dos primeros años... hizo que las guerras con drones en países
como Somalia, Yemen y Pakistán fueran más secretas que nunca4.
Prueba # 2: El fin del control de armas como lo han conocido las potencias imperialistas
Donald Trump sacó a Estados Unidos de tres tratados relacionados con armas nucleares.
Sacó a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán en 2018; en 2019 se salió
del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio; y a fines de mayo de
este año se retiró del Tratado de Cielos Abiertos, que permitía vuelos de
observación sobre Rusia y Alaska5. Trump no quiere que Estados Unidos esté “maniatado”
en la producción, emplazamiento y despliegue de armas nucleares, especialmente
en el manejo de su rivalidad con China.
Prueba # 3: Irán en la mira asesina de Trump... un apoyo militar incondicional a Israel y Arabia
Saudita
Fue Trump, no Irán, quien rompió el acuerdo que los dos países y otras potencias mundiales firmaron en
2015 que limitaba el programa nuclear de Irán. El acuerdo había levantado las
sanciones económicas (medidas que impiden que un país compre y venda bienes en
el mercado mundial, obtenga préstamos, etc.). Desde que rompió el acuerdo,
Estados Unidos ha impuesto sanciones aún más severas que han paralizado la
economía de Irán. Cuando la pandemia golpeó a principios de este año, Trump las
redobló, impidiendo que llegaran suministros médicos a Irán. Esto ha exacerbado
una ya devastadora crisis de salud pública en Irán. Un artículo de revcom.us
describió correctamente esto como “terrorismo médico”6.
Desde la primavera de 2019, el régimen de Trump y Pence ha reforzado la presencia
militar estadounidense en el Golfo Pérsico y ha intensificado las amenazas
contra Irán. Esto dio un salto en enero de 2020 con el asesinato
ilegal por parte de Estados Unidos del general iraní Soleimani en el Aeropuerto
Internacional de Bagdad en Irak, llevando al Medio Oriente al borde del
precipicio de un nuevo conflicto militar importante. Si esto no es belicista,
¿qué es?
Trump ha llevado a nuevas alturas el apoyo de Estados Unidos a Israel y su guerra contra el pueblo
palestino. Ha aumentado la ayuda militar estadounidense, ha reconocido a
Jerusalén como la capital de Israel y ha trabajado para proteger a las Fuerzas
de Defensa de Israel del enjuiciamiento penal internacional por crímenes de
guerra. Envió tropas estadounidenses y aumentó la venta de armas a Arabia
Saudita como parte del enfrentamiento con Irán. Y no ha habido retroceso del
apoyo del imperialismo estadounidense a la salvaje guerra aérea de Arabia
Saudita en Yemen que comenzó en 2015. Estados Unidos continúa compartiéndoles
inteligencia y armas sofisticadas, mientras los saudíes atacan escuelas y
hospitales yemeníes.
Prueba # 4: El acelerado impulso a una guerra contra China.
En 2018, el Pentágono de Trump emitió un informe de Estrategia de Seguridad Nacional en el
que declaraba que “la rivalidad de las grandes potencias”, no la “guerra contra
el terrorismo”, es ahora la principal prioridad de seguridad de Estados Unidos.
Rusia y China, especialmente China, fueron identificados como los principales
rivales de la posición dominante de Estados Unidos en el mundo.
El informe rompe con el pasado al enfatizar la usabilidad de las armas
nucleares: “El temor a una escalada [nuclear] no disuadirá a Estados Unidos de
defender nuestros intereses vitales”.
El “giro hacia Asia” comenzó con Obama. Pero ha ido a un nivel completamente nuevo con Trump. La
evaluación ha sido ampliamente difundida: el creciente poderío económico de
China (obtenido de manera ilícita e injusta) no solo está desafiando el dominio
económico global de Estados Unidos, sino que también se traduce en una
capacidad y alcance militares amenazadores. El mensaje final para nada es
ambiguo: Nosotros, Estados Unidos, somos los principales dominadores y
explotadores del mundo, y hay que parar a China*
El imperialismo estadounidense enfrenta una nueva necesidad en el mundo. La intensificación de
la rivalidad con China presenta nuevos desafíos para la posición hegemónica de
Estados Unidos en el mundo. Este es el factor principal
detrás de los esfuerzos de Estados Unidos para llegar a un acuerdo con los
talibanes en Afganistán y reducir las fuerzas en otros lugares. Trump no está
en una juerga de paz, ni de “traer las tropas a casa”. Su Pentágono está
“reposicionando” fuerzas en todo el mundo, especialmente para enfrentar a
China. Se está planeando un tipo de guerra diferente al pasado, la llamada
“guerra de alta intensidad” en aire, mar, tierra, el espacio y el ciberespacio7. Y, de manera inquietante, hay preparativos en marcha,
incluso del lado de China.
Trump ha alentado y aplaudido a India en sus enfrentamientos militares con China, y está
presionando a países como Australia y Japón para que firmen alianzas con
Estados Unidos contra China. Los buques de guerra estadounidenses y chinos se
encuentran regularmente en el Mar de la China Oriental y el mar de la China
Meridional. Se están multiplicando los focos de tensión para conflictos militares.
Así que, si Donald Trump no es un “belicista”, ¿entonces qué es?
NOTAS
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|