Criminales de Guerra
1 de diciembre de 2011 Margaret Kimberly
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 31 de enero de
2012
Vivimos en un mundo regido por personas que llaman al mal bien y al bien mal.
Que designan a personas, los poderosos, como dignos de respeto y admiración.
A los presidentes y primeros ministros se les da un pase, no importa cuan
malas sean sus acciones, siempre y cuando realicen sus sucios actos en nombre de
algún país.
Instituciones como las Naciones Unidas o la Corte Penal Internacional son
indispensables para ellos, ya que cortan una franja de terror en todo el mundo.
Tan grandes y aparentemente intocables son que muy pocas personas se molestan en
mirar lo que realmente hacen, y con quienes están en deuda.
Cuando la OTAN decidió que quería cambiar Libia, se dirigió a las Naciones
Unidas alegando que el pueblo de ese país necesitaba ser protegido de su
presidente Muammar Gaddafi. El visto bueno del voto del Consejo de Seguridad, y
las palabras de apoyo del Secretario General hizo que esta guerra de agresión
pareciese cualquier cosa menos eso.
La misma crítica puede hacerse a las Naciones Unidas patrocinadoras de la
Corte Penal Internacional. La CPI fue establecida con el fin de castigar a los
criminales de guerra que no fueron procesados por sus propios países. Hasta el
momento, la CPI sólo ha logrado procesar a los
africanos. Los casos actuales presentados para la investigación implican la
República Democrática del Congo, Uganda, Sudán, Kenia, República Centroafricana,
Costa de Marfil y Libia. En el pasado, algunos líderes serbios fueron arrojados
a este tribunal en buena medida, pero África ha sido el blanco mas claro de la
CPI.
Si Libia se presenta como un caso perseguible, no es Saif al-Islam Gaddafi el
que debe ser investigado, sino Barack Obama, Nicolas Sarkozy, y David Cameron.
Son ellos los que hicieron la guerra de agresión y los que utilizan a las
Naciones Unidas para presentar su dudoso caso.
Hay un precedente para llamar a los capitalistas del mundo occidental
criminales de guerra. A principios de este mes en Kuula Lumpur, Malasia, el ex
primer ministro Mahathir Mohamad, convocó a un tribunal para investigar a George
W. Bush y su socio de crímenes, el ex primer ministro del Reino Unido Tony
Blair. La Fundación Kuala Lumpur para Criminalizar la Guerra, encontró a Blair y
Bush culpables de crímenes contra la
paz como resultado de su plan de invadir y ocupar Irak. Este tribunal no
tiene poder de ejecución, pero dejo bien claro de el Reino Unido y los EE.UU. no
estaban dispuestos a castigar a sus gobernantes por los hechos horribles que
cometieron.
El Congreso de Estados Unidos y de hecho las legislaturas estatales tenían
poder para destituir a Bush por el escándalo de Irak, pero firmemente, y muy
públicamente se negaron a hacerlo. Incluso cuando el partido de la oposición
había llamado a la mayoría electoral y la posibilidad de presentar cargos, que
deliberadamente se negaron. El ascenso de Obama puede proporcionar una pista
para este comportamiento aparentemente inexplicable. Los demócratas ya tenían en
mente que cuando llegara su turno para estar en el asiento del conductor, no
querían que el público tuviera nociones para hacerlos responsables de sus actos
criminales.
En realidad, las Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional actúan a
instancias de los países occidentales capitalistas únicamente. Estas hicieron la
vista gorda cuando Bush y Blair invadieron Irak o cuando sus sucesores mataron a
civiles libios. Sus socios en los medios corporativos no permiten un verdadero
debate acerca de cómo todo esto funciona y ellos hacen caso omiso al tribunal de
Kuala Lumpur. Una vez más, estamos abandonados a nuestra suerte en la búsqueda
de esta o cualquier otra información que pueda desviarse de la línea del
partido.
Ninguna de las cadenas de televisión y ninguno de los principales periódicos
informaron a sus lectores y televidentes estadounidenses de que el resto del
mundo está dispuesto a poner a sus líderes en el Banquillo. Barack Obama ha
gestionado con habilidad el copiar la agenda de Bush, y puede esperar ser
reelegido con el apoyo de la gente que de otra manera se hacen llamar amantes de
la paz.
La semana pasada la OTAN, es decir, los Estados Unidos, mataron a seis niños
en Afganistán en un ataque con aviones no tripulados. A estos seres humanos se
les pone la horrible etiqueta de "daños colaterales" cuando los criminales de
guerra quieren dar un nombre al terror que desatan. El ganador del Premio de la
Paz no dijo nada, como tampoco lo hicieron sus seguidores.
No importa que la mayoría de los demócratas estén dispuestos a ungir a Barack
Obama otra vez con el título de líder del mundo libre. Tal vez debería ser
llamado el criminal principal del mundo y prescindir de cualquier idea de
libertad. La única libertad en cuestión es su capacidad para hacer lo que quiera
sin ser llamado a rendir cuentas.
Columna de Margaret Kimberley en Freedom Rider aparece semanalmente en Black
Agenda Report, y es ampliamente reproducido en otros lugares. Ella mantiene un
blog que actualiza con frecuencia, así como en http://freedomrider.blogspot.com.
La Sra. Kimberley vive en la ciudad de Nueva York, y se la puede contactar vía
e-mail en Margaret.Kimberley@BlackAgandaReport.com
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