Toda guerra es una guerra contra los niños
Kathy Kelly
Counterpunch
3 de abril de 2019
Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
En los Estados Unidos, todavía no nos hemos dado cuenta de la inutilidad y
las inmensas consecuencias de la guerra, mientras desarrollamos, almacenamos,
vendemos y usamos armas espantosas. El número de niños asesinados está
aumentando.
A las 9:30 de la mañana del 26 de marzo, la entrada a un hospital rural en
el noroeste de Yemen, que cuenta con el apoyo de Save the Children,
estaba llena de pacientes que esperaban ser atendidos y los empleados llegaban
al trabajo. De repente, los misiles de un ataque aéreo golpearon el hospital y
mataron a siete personas, cuatro de ellas niños.
Jason Lee, de Save the Children, dijo a The New York Times que la coalición liderada por Arabia Saudita, ahora
en su quinto año de guerra en Yemen, conocía las coordenadas del hospital y
podría haber evitado el ataque. Llamó a lo que sucedió "una grave
violación del derecho humanitario".
El día anterior, Save the Children informó de que los ataques aéreos
llevados a cabo por la coalición liderada por Arabia Saudita mataron al menos a
226 niños yemeníes e hirieron a 217 más en los últimos doce meses. "De
estos niños", señaló el informe, "210 estaban dentro o cerca de una
casa cuando sus vidas fueron destrozadas por bombas que habían sido vendidas a
la coalición por gobiernos extranjeros".
El año pasado, un análisis publicado por Save the Children estimó que 85.000 niños menores de cinco
años probablemente murieron de inanición o enfermedad desde la escalada de la
guerra en Yemen de la coalición liderada por Arabia Saudita en 2015.
"Los niños que mueren de esta manera sufren enormemente a medida que
las funciones de sus órganos vitales se desaceleran y finalmente se
detienen", dijo Tamer Kirolos, Directora en
Yemende Save the Children. “Sus sistemas inmunológicos son tan
débiles que son más propensos a las infecciones y son incapaces de llorar por
falta de fuerzas. Los padres tienen que presenciar cómo sus hijos se van
consumiendo, incapaces de hacer nada por ellos”. Kirolos y otros que han
informado continuamente sobre la guerra en Yemen creen que estas muertes son
totalmente prevenibles. Exigen una suspensión inmediata de la venta de armas a
todas las partes en conflicto, el fin de los bloqueos que impiden la
distribución de alimentos, combustible y ayuda humanitaria y la aplicación de una
presión diplomática total para poner fin a la guerra.
Estados Unidos, un importante partidario de la coalición liderada por
Arabia Saudita, ha sido culpable de matar a pacientes inocentes y trabajadores
de hospitales al bombardear un hospital. El 3 de octubre de 2015, los ataques
aéreos de los Estados Unidos destruyeron un hospital de Médicos Sin Fronteras
en Kunduz, Afganistán, y mataron a 42 personas. "Los pacientes se quemaron
en sus camas", informó MSF, "el personal médico fue decapitado y
perdió extremidades, y otros recibieron disparos desde el aire mientras huían
del edificio en llamas".
Más recientemente, el 23 de marzo de 2019, ocho niños se encontraban entre
los catorce civiles afganos muertos por un ataque aéreo
estadounidense también cerca de Kunduz.
Las atrocidades de la guerra se acumulan horriblemente. Nosotros en los
Estados Unidos todavía no nos hemos dado cuenta de la inutilidad ni de las
inmensas consecuencias de la guerra. Continuamos desarrollando, almacenando,
vendiendo y usando armas horribles. Nos robamos a nosotros mismos y a otros los
recursos necesarios para satisfacer las necesidades humanas, incluida la lucha
contra las terribles realidades del cambio climático.
Debemos prestar atención a las palabras y acciones de Eglantyne Jebb, fundadora de Save the Children hace
un siglo. En respuesta al bloqueo británico de la posguerra de Alemania y
Europa del Este, Jebb participó en un grupo que intentaba entregar alimentos y
suministros médicos a los niños que se morían de hambre.
Eglantyne Jebb
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En Trafalgar Square, en Londres, distribuyó un folleto que mostraba a los
niños demacrados y declaraba: "Nuestro bloqueo ha causado esto, millones
de niños mueren de hambre". Fue arrestada, procesada, condenada y multada.
Pero el juez del caso se conmovió por su compromiso con los niños y pagó la
multa. Su generosidad fue la primera donación a Save the Children.
"Toda guerra", dijo Jebb, "es una guerra contra los niños.
Kathy Kelly es coordinadora de Voces para la No Violencia Creativa y ha
trabajado en estrecha colaboración con los Jóvenes
Voluntarios Afganos por la Paz. Es autora de Other Lands Have Dreams,
publicado por CounterPunch / AK Press. Puede ser contactada en: Kathy@vcnv.org
Fuente: https://www.counterpunch.org/2019/03/29/every-war-is-a-war-against-children/
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