Juez chileno sentencia asesinos de dos estadounidenses: el periodista Charles
Horman y el estudiante Frank Teruggi
03 Febrero 2015
ERNESTO CARMONA*
El Clarín de Chile
A casi 42 años de los hechos, el juez especial Jorge Zepeda Arancibia sentenció a dos
ex oficiales chilenos de inteligencia por el asesinato en el Estadio Nacional
de los estadounidenses Charles Edmond Horman, periodista de 31 años, y Frank
Randall Teruggi Bombatch, estudiante de 24, fusilados en el Estadio Nacional a
los pocos días del golpe que encabezó Pinochet.
La sentencia de 276 páginas condena a 7 años al oficial de inteligencia del
ejército Pedro Octavio Espinoza Bravo, quien paga varias penas por otros
asesinatos, mientras el agente de la fuerza aérea Rafael González Berdugo
deberá cumplir dos años de vigilancia policial como cómplice en el homicidio de
Horman.
La exhaustiva investigación del juez Zepeda acreditó la intervención directa de
EEUU en el golpe a través de la Operación Unitas, llevada a cabo en
Valparaíso simultáneamente con la asonada, pero además desenmascaró la
implacable persecución ordenada por EEUU a los servicios de inteligencia
chilenos contra estadounidenses radicados en Chile proclives a Salvador
Allende, o simplemente interesados en conocer de cerca y vivir el proceso de
revolución pacífica que encabezó el jefe de Estado derrocado por EEUU. En el
Estadio Nacional hubo hasta 24 estadounidenses detenidos registrados (Horman y
Teruggi no fueron anotados), entre hombres y mujeres, incluidos estudiantes,
académicos, escritores e incluso dos curas Maryknoll.
Instigadores y encubridores de esta persecución a ciudadanos estadounidenses fueron sus
propios compatriotas Ray Elliots Charles, capitán de marina y jefe de la misión
militar de EEUU, secundado por el embajador Nathanael Davis. Lejos de proteger
a sus conciudadanos, encubrieron asesinatos y detenciones, además de
proporcionar información falsa a familiares como Edmond Horman, el padre de
Charles, quien se trasladó a Chile a buscar a su hijo.
Charles falleció en 2013 en Chile, adonde vivía en secreto, amparado por una red de
protección de supra-poderes que le proporcionaron hasta seis identidades. En
2012 la Corte Suprema otorgó la extradición de EEUU solicitada por el juez
Zepeda para traerlo a declarar en esta causa, pero el hombre realmente residía
en Chile, en un hogar de ancianos de 5 estrellas.
El caso Horman/Teruggi fue abordado en 1982 por la película Missing, de Costa
Gavras, con Jack Lemmon y Sissy Spacek. Los abogados de esta causa fueron
Fabiola Letelier del Solar y Sergio Corvalán Carrasco, quienes iniciaron este
juicio hace 15 años a petición de los familiares de las víctimas, Joyce Hamren de Horman, la viuda del periodista, y Janis
Randall Teruggi Page, hermana del estudiante, después de fracasar en Estados
Unidos un juicio contra el ex Secretario de Estado Henry Kissinger, boicoteado
por las autoridades estadounidenses.
Horman y Teruggi fueron secuestrados en sus domicilios por personal uniformado en días
diferentes. No fueron registrados como “prisioneros” por la precaria burocracia
de la prisión en que fue transformado el Estadio Nacional. Sufrieron bárbaras y
crueles torturas y fueron asesinados por fusilamiento al día siguiente de su
aprehensión en el mismo coliseo deportivo. Charles Horman, que vivía en Av.
Vicuña Mackenna 4126, San Joaquín, fue ejecutado el 18 de septiembre, “día de
la independencia” chilena. Frank Teruggi, secuestrado desde su domicilio en
Hernán Cortés, a media cuadra de Pedro de Valdivia, Ñuñoa, fue fusilado el 22
de septiembre de 1973. Siete años de prisión para Espinoza Bravo y dos de
vigilancia policial (se supone que en libertad) para González Verdugo parece
poco castigo para estos monstruosos asesinatos. (Verdugo, que primero fungió
como “testigo” y Zepeda lo sentó en el banquillo de los acusados, se cambio el
apellido materno a Berdugo en el curso del juicio).
La investigación judicial de este terrible episodio muestra de paso la doble cara
de la Embajada de EEUU, que en lugar de proteger a los ciudadanos
estadounidenses se dedicó a encubrir crímenes de lesa humanidad de la
incipiente dictadura civil militar. Por ejemplo, cuando el embajador Nataniel
Davis habló con Edmond Horman, el padre de Charles, ya sabía que el
periodista había sido fusilado, sin juicio ni derecho a defensa, en el Estadio
Nacional, pero le ocultó tal información al progenitor y a la familia de la
víctima. Después de múltiples obstrucciones, varias autopsias, sepultaciones y
exhumaciones, en abril de 1974 Charles Horman finalmente fue inhumado en el
Cementerio Greenwood, de Nueva York. O sea, siete meses después de su
asesinato.
*) Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno
Fuente: http://elclarin.cl/web/noticias/politica/14669-juez-chileno-sentencia-asesinos-de-dos-estadounidenses-el-periodista-charles-horman-y-el-estudiante-frank-teruggi.html
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