Camaroneros de Mississippi no se fían del permiso para pescar
Dahr Jamail IPS 23 de agosto de 2010
BILOXI, Estados Unidos - El sudoriental estado estadounidense de
Mississippi reabrió todas sus áreas de pesca. Pero quienes se dedican a la
captura de camarones se niegan a sumergir sus redes pues creen que las aguas y
la fauna marina siguen contaminadas por el derrame petrolero de la transnacional
BP.
"Éste es el único lugar en Mississippi para capturar ostras, y ahora hay
petróleo y dispersantes por encima", dijo a IPS el pescador James Miller,
señalando la ensenada de Mississippi desde su bote camaronero.
El 20 de abril, la plataforma de exploración Deepwater Horizon, que la
multinacional British Petroleum (BP) arrendaba a la firma suiza Transocean,
sufrió una explosión y, dos días después, se hundió. Sólo pudo detenerse el
derrame desde el 15 de julio. En el interín se volcaron casi cinco millones de
barriles de petróleo (unos 758 millones de litros).
El 6 de este mes, los estaduales Departamento de Recursos Marinos y
Departamento de Calidad Ambiental, en coordinación con la Oficina Nacional de
Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Administración de Drogas y
Alimentos de Estados Unidos (conocida por sus siglas en inglés FDA), ordenaron
reabrir todas las aguas territoriales de Mississippi a todas las actividades
pesqueras.
La medida incluyó a la pesca comercial y recreativa, tanto de peces como de
camarones, que se había cesado por precaución tras el desastre.
Pero Miller, junto con muchos otros pescadores comerciales de camarones, se
niega a echar al agua sus redes de arrastre.
IPS acompañó a Miller en su bote camaronero, junto con el pescador Mark
Stewart y el activista Jonathan Henderson, de la Gulf Restoration Network, una
organización ambientalista que trabaja para documentar y aliviar los efectos de
la catástrofe petrolera.
El objetivo era demostrarle al público que la zona donde ellos pescan está
contaminada tanto con petróleo como con el dispersante químico Corexit.
Su método fue simple: sujetaron un trapo absorbente a un anzuelo, lo echaron
al agua por un breve lapso y luego lo retiraron para ver los resultados. El paño
estaba cubierto por una grasosa sustancia marrón que los pescadores
identificaron como una mezcla del crudo con los dispersantes.
Miller y Stewart, ambos participantes en el programa Naves de Oportunidad, de
BP, fueron entrenados para identificar esos productos, y algunos miembros del
gobierno del estado de Mississippi los han acusado de mentir en sus
hallazgos.
"¿Por qué mentiríamos sobre el petróleo y los dispersantes en nuestras aguas,
cuando nuestro sustento depende de que podamos pescar aquí?", preguntó Miller a
IPS.
"Yo quiero que esto se limpie para que podamos volver a vivir como antes.
Pero si nuestras aguas están contaminadas no tiene sentido pescar", sostuvo.
IPS observó a Miller y a Stewart realizar ocho pruebas en distintos puntos
del entorno de la ensenada de Mississippi. En todos los casos, los trapos
exhibieron las mismas manchas.
En una ronda anterior para realizar pruebas, ambos pescadores llevaron
consigo al científico Ed Cake, de Gulf Environmental Associates.
Sobre esa experiencia, Cake escribió: "Cuando el bote se detenía para tomar
muestras, pequeñas burbujas de entre 0,5 y una pulgada (entre 1,27 y 2,54
centímetros) de diámetro salían a la superficie periódicamente, y poco después
estallaban, dejando un pequeño rastro de petróleo".
Poco después, Miller llevó las muestras a una reunión comunitaria en la
cercana localidad de D'Iberville, para mostrárselas a los pescadores y sus
familias.
En la reunión, los pescadores apoyaron por unanimidad una petición que exigía
el despido de William Walker, director del Departamento de Recursos Marinos de
Mississippi y responsable de la apertura de las zonas de pesca.
El 9 de este mes, y pese a todos los informes sobre bolas de alquitrán,
petróleo y dispersantes que se encontraron en aguas del estado, Walker declaró
que "no debería haber nuevas amenazas".
También ordenó que todos los gobiernos costeros locales dejaran de realizar
tareas relativas al desastre, financiadas con dinero que BP le concedió al
estado.
En los últimos días, pescadores y científicos hallaron petróleo, peces
muertos y "agua negra" en distintos puntos de Mississippi.
"Hemos enviado muestras a todos los medios de noticias que conocemos, tanto
aquí, en Mississippi, como en (Washington) D.C.", dijo Stewart a IPS. Él
representa la tercera generación de pescadores de su familia. "En este bote
llevamos a la gente de Ray Mabus, que se llevó muestras contaminadas que nos vio
extraer, y no hemos oído nada de ellos", agregó. Raymond Mabus es secretario de
la Armada de Estados Unidos y ex gobernador de Mississippi. El presidente Barack
Obama le encargó elaborar "a la brevedad posible un plan de restauración a largo
plazo de la costa del Golfo", explicó.
Muchos pescadores de la zona acusan a Mabus de no cumplir con su tarea.
"Pensamos que abrieron la temporada camaronera prematuramente", dijo Miller a
IPS.
"¿Cómo podemos volver a colocar nuestro producto en el mercado cuando en
Estados Unidos todos saben lo que ocurrió aquí? En los últimos meses vi tantos
animales muertos que ni siquiera los puedo contar", añadió.
Varios pescadores de camarones, entre ellos Miller y Stewart, ofrecieron una
conferencia de prensa el día 19 en la ciudad de Biloxi. Otros pescadores allí
presentes tampoco están trabajando por temor a que la gente se enferme al
consumir lo que ellos puedan capturar.
"Queremos que el gobierno y BP sean transparentes en relación a los
dispersantes Corexit", dijo a IPS el pescador Danny Ross, de Biloxi.
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