Quita a los hombres malos de la
Casa Blanca y dejen a los niños en paz
Raymond Nat Turner, 27 de julio del 2018
Hombres Malos
Miguel era un niño precoz de seis años.
María, su mama, juraba que el brillo del sol
Comenzaba en sus ojos verdes.
Le llamaba cariñosamente “Ojos verdes”.
Bendecido con un tono perfecto,
La aptitud musical de Miguel era fuera de serie.
Podía reproducir melodías de la guitarrita golpeada
Que su abuelo rescató de la basura de los ricos
Y puso en las manos chiquitas de Miguel
Cuando empezó a caminar
Y el cielo era el límite- antes de que los hombres malos
Con divisas lo secuestraran…
Mareas de luz fosforescente, 24 horas al día, 7 días a la semana
Y obscuridad arbitraria detrás
De ventanas obscurecidas…recordaban
A Miguel que su mundo se volteó como
Un coche que pierde el control en algún lugar de Oregón o Nueva York.
Extraña a su mamá, se mece solito y murmura “ma-má, ma-má, ma-má…”
La aguja filosa le pica el brazo de piel café.
Grita: “¡ma-má, mama!”
Luz drena de sus ojos esmeraldas en cámara lenta
Y se repite como banderas rojas arrojadas por el resto de su vida…
Después de 54 días, Miguel es reunido con su mamita.
Ella busca sarna y piojos por amaneceres esmeralda,
Encontrando ventanas rotas en donde un alma fue torturada
Y donde las pesadillas residen de manera rentable:
Los cuidados a menores por parte de los hombres malos drogadictos y violadores…
© 2108. Raymond Nat Turner, The Town Crier. All Rights Reserved.
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