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El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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No olvide Guantánamo: pues Obama quiere que lo olvide

Nat Hentoff
29 de agosto de 2012

Traducido del inglés por
El Mundo No Puede Esperar
10 de septiembre de 2012

El legado de George W. Bush y de Dick Cheney, la prisión bajo mando militar en la Bahía de Guantánamo, Cuba -- por mucho tiempo considerada en todo el mundo como una caricatura del imperio de la ley del cual Estados Unidos es tan orgulloso – está wexperimentando una expansión cada vez mayor bajo el presidente Barack Obama, mientras su administración oculta lo que pasa ahí, tanto del derecho nacional como del internacional.

Cito aquí un informe de Reuters del 20 de agosto: "No se permite que los sospechosos de Al Qaeda sometidos a las llamadas técnicas de interrogatorio severas, ni los abogados encargados de defenderlos en los tribunales militares de Guantánamo, hablen sobre los tratos que ellos consideran tortura" ("Insight: At Guantánamo tribunals, don't mention the 'T' word", de Jane Sutton y Josh Meyer, reuters.com).

En respuesta a eso, Hina Shamsi, director del Proyecto de Seguridad Nacional de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), al presumir que se trata de un tribunal estadounidense y no un tribunal iraní, le dijo a Reuters: "La pregunta aquí es: ¿Puede el gobierno someter a las personas a la tortura y a los malos tratos, y luego impedir que hablen sobre eso? "

Tenga en cuenta, como nota el artículo de Reuters: "Los agentes de la CIA han escrito libros (acerca de las técnicas de interrogación). El ex presidente George W. Bush ha explicado por qué las consideraba necesarias y legales".

Sin embargo, Bush dijo que nunca se usó la tortura. Una refutación particularmente penetrante de su afirmación se halla en el libro bien documentado " Administration of Torture" (incluido en Guantánamo), escrito por Jameel Jaffer y Singh Amrit de la ACLU y publicado por Columbia University Press. En el libro se incluyen muchas páginas de documentos oficiales, entre ellos unos escalofriantes informes de autopsia sobre los detenidos.

Un abogado defensor en Guantánamo me dijo una vez que durante su primer encuentro con un posible cliente, el preso le preguntó: "Pero, ¿qué estás haciendo aquí? Aquí no rige ninguna ley”.

El informe de Reuters demuestra que ese prisionero dio en el clavo: "Las normas de seguridad (en Guantánamo) restringen no sólo lo que se puede hacer público, sino también lo que los abogados pueden discutir con sus clientes".

¿Qué? ¿Cuándo están ante un tribunal estadounidense?

Lo que eso significa en realidad, dice el jefe de la fiscalía, el general de brigada Mark Martins, es: "Lo que (los abogados) no pueden hacer es tomar un documento que pueda tener información clasificada relacionada con las fuentes y los métodos (de interrogatorio), y - a menos que se clasifique ese documento como algo que se puede revelar al cliente – no se le puede mostrar el documento ".

Por eso los abogados para los acusados de desempañar un papel de alto nivel en los asesinatos en masa del 11 de septiembre "se han negado a enviar correspondencia legal a sus clientes hasta que los inspectores del campo carcelario se pongan de acuerdo en dejar de leerla".

¿Quién revisa esa correspondencia legal y quién tiene el poder de bloquearla?

De acuerdo con el artículo de Reuters: "Los equipos de revisión se componen de abogados del Pentágono, traductores y ex oficiales de inteligencia: gente de las mismas agencias que detuvieron e interrogaron a los acusados y ahora se los enjuicia".

El mero día después de 9/11, el presidente George W. Bush aseguró a nosotros y al resto del mundo: "No permitiremos que este enemigo gane la guerra cambiando nuestro estilo de vida o restringiendo nuestras libertades".

Sin embargo, el presidente y el Departamento de Justicia están violando los valores de los abogados defensores estadounidenses en Guantánamo cuando estos representan a sus clientes encarcelados, según informa Reuters:

"Los abogados sostienen que la entrega de documentos relacionados con sus casos, para que los revisan, los obligaría a revelar la estrategia del juicio, lo que es ilegal y viola el derecho del acusado a un juicio justo".

Y para colmo: "Dijeron que también sería una violación ética que podría poner en peligro sus licencias de ejercer la abogacía".

¿Dónde podría ocurrir tal cosa? Pues en la "nueva normalidad" de Estados Unidos, donde Bush, Cheney y Obama - definidores de lo que es un "juicio justo" en Guantánamo - han burlado la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y Otros Tratos o Castigos Crueles, Inhumanos o Degradantes, firmada por el presidente Ronald Reagan en nombre de Estados Unidos en 1988.

Como dice esa convención, las partes deben "tomar medidas legislativas, administrativas, judiciales o de otra índole para impedir los actos de tortura en todo territorio que esté bajo su jurisdicción... ninguna declaración que se demuestre que se hizo como resultado de la tortura pueda ser invocada como prueba en ningún procedimiento”.

Guantánamo está claramente bajo nuestra jurisdicción. Y como el pacto internacional se aplica a todos (los presos), sin importar el país del cual son ciudadanos, Estados Unidos ha continuado violando el derecho internacional en Guantánamo, tanto por sus prácticas pasadas como por sus múltiples formas de negarles un juicio justo a los acusados que actualmente esperan tribunales militares.

Además, no se puede justificar nada de este dolor, sufrimiento y degradación valiéndose de "una orden de un funcionario superior o de una autoridad pública".

Por lo tanto, así los propios altos mandos también están violando el derecho nacional e internacional.

Pero ni George W. Bush ni Barack Obama, que son ellos mismos posibles acusados, ha intentado en lo más mínimo presentar cargos contra ninguna persona involucrada en dichos crímenes descarados contra los acusados en Guantánamo.

Por ahora, no se ve ni siquiera un atisbo de vergüenza entre los fiscales u otros perpetradores de crímenes estadounidenses en Guantánamo. Como Reuters también nos recuerda: "Algunos detalles del programa, incluyendo el submarino, los simulacros de ejecución y la privación del sueño, ya los revelaron Bush y la propia CIA."

Si usted está esperando para que Mitt Romney y Paul Ryan consideren formar una comisión de investigación independiente, pues mejor esperar sentado porque podría ser una espera muy dolorosa. Hasta el momento, en cuanto a eso, no existe ninguna ley eficaz en este país sobre los crímenes de lesa humanidad, cometidos en la actualidad o en el pasado, en Guantánamo.

Nat Hentoff es una autoridad reconocida a nivel nacional sobre temas de la Primera Enmienda y la Carta de Derechos. Es miembro del Reporters Committee for Freedom of the Press (Comité de Reporteros por la Libertad de Prensa) y el Cato Institute, del cual es miembro directivo.

Este artículo se publicó por primera vez en el Aspen Daily News


 

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