SOBREVIVIENTES DE LA MASACRE DE MY LAI
Mike Hastie, Médico del ejército Vietnam | March 17, 2021
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 5 de abril de 2021
Es sábado por la noche, alrededor de las 9pm el 14 de marzo del 2021 en Portland, Oregón. En dos días será el
aniversario 53 de la masacre de My Lai. Desde que fui soldado en las tierras
altas centrales de Viet Nam, he realizado tres viajes ahí, que incluían tres al
sitio de la masacre de My Lai en la provincial de Quang Ngai. Esos viajes
fueron en 1994, 2016 y 2018 para el aniversario número 50.
Pasaron 50 años desde que estuve en
Viet Nam. Medio siglo. Pasé la mayor parte de mi vida adulta recuperándome de
la guerra (La guerra americana, como le llaman los vietnameses). Este momento
del año siempre es difícil para mí y sé que también lo es para una cantidad
incontable de gente que conozco, parte del ejército o no. Cuando la masacre que
revelada por primera vez en 1969 y 1970, cambió drásticamente el curso de la opinión
de los estadounidenses, aunque algunos de esos cambios llegaron lentamente
porque la negación camuflajes las mentiras. Tomaría más años antes de que las tropas
estadounidenses comenzaran a regresar a casa, con el fin oficial de la guerra
el 30 de abril de 1975.
Los Estados Unidos estuvieron involucrados en Viet Nam
por treinta años. Financiamos a Francia y cuando fueron derrotados en la
batalla de Dien Bien Phu, en 1954, la batuta oficial fue pasada a los Estados
Unidos comenzando con los llamados consejeros de liderazgo. En la mañana del 8
de marzo de 1965, 3,500 tropas navales aterrizaron en la playa de Da Nang en
Viet Nam. Tres años después, el 16 de marzo de 1968, la masacre ocurrió. Todo
pasó muy rápido, como muchos americanos pasaron del baile de graduación a Viet Nam.
Para mí, todo se centró alrededor de la Mentira de la
guerra de Viet Nam y de cómo desmanteló mi vida. Fui criado en el ejército, ya que
mi padre fue un oficial del ejército y veterano combatiente en la Segunda
Guerra Mundial. Como muchos otros hombres que conocí en el ejército cuyos
padres también pelearon esa guerra. Yo era extremadamente patriótico y amaba
todo acerca de este país. La Traición que sentí cuando regresé de Viet Nam me
pondría, eventualmente, en dos hospitales psiquiátricos en 1980 y 1994.
Recuerdo estar en cuarto acolchonado en el hospital psiquiátrico en 1980
mientras que un terapeuta intentaba calmarme jugando con una pelota grande. El
terapeuta intentaba que me concentrara en atrapar la pelota, en lugar de en mi
odio intense contra el gobierno estadounidense. Sufría dos cosas principales:
el abuso de mi padre militar y el abuso de la patria. Se habían fusionado en
una ansiedad aguda que me dejó con depresión severa.
Cuando regresé a Viet Nam en 1994, me internaron
nuevamente después de haber regresado a la escena del crimen. Mi primera
exposición al sitio de la masacre de My Lai tuvo un impacto tremendo en mí. Mi
vergüenza era monumental, especialmente cuando estaba rodeado de un grupo
grande de locales que estaban en el sitio al mismo tiempo que yo. Varias
personas me vieron con curiosidad, ya que probablemente me reconocieron como
ciudadano americano. Tuve una experiencia poderosa cuando uno de los hombres
del grupo grande se me acercó, me estrechó la mano y dijo algo que consideré
muy noble, porque lo podía ver en su mirada. He atesorado esta experiencia
desde entonces.
Unos días después tuve otra experiencia conmovedora en
Hue, que está al norte de Quang Ngai. Una mujer local anciana se me acercó para
pedirme dinero. Le di una gran cantidad y reconoció el regalo mientras yo
incliné mi cabeza. Cuando me alejé unos 15 pies, por alguna razón desconocida,
me volteé y caminé hacia ella besándola en el cachet. Se iluminó como una chica
de 16 años con una sonrisa maravillosa. Emocionalmente me dio cuenta de que
estaba besando a una figura maternal y ahí fue cuando experimenté mi ponderosa
conexión con los vietnameses.
Desde mi viaje de regreso a My Lai en el 2018 para el
aniversario 50, conocí y fotografié a varios sobrevivientes. Conocí a una mujer
local que trabajó como guía de turista en el sitio de My Lai en el 2016 y que
me abrió muchas puertas. Su nombre es Kieu Phan. Fue muy amable conmigo, ya que
se dio cuenta lo importante que era para mí entender qué había pasado cuando
las tropas estadounidenses habían llegado a la aldea que eventualmente sería
conocida como la impensable masacre de My Lai en todo el mundo. Tuvo familiares
que fueron asesinados ese infame día. Kieu Phan había pasado la mitad de su
vida devota a hablar por los 504 que murieron. Su recreación emocional de lo
que pasó es una de las experiencias más notables que he tenido.
Sobrevivientes de la masacre de My Lai 2018
Miré cada cara.
Después estudié la verdad.
Las caras revelaron la violencia vívida en contra de la gente de Viet Nam.
El 16 de marzo, 1968,
504 civiles, incluyendo 173 niños y 17 mujeres embarazadas,
fueron asesinados en My Lai en 4 horas por los
soldados estadounidenses que se volvieron locos
Mi patria está profundamente callada, porque nunca
Nos hicimos responsables de nada.
Hubo cientos de My Lais durante la guerra.
Exponer la vergüenza nacional está absolutamente prohibido,
Porque violaría el sistema de valores de la nación.
Soy un soldado estadounidense que regresó a Viet Nam
Para atestiguar el sufrimiento que todavía existe.
My Lai llega a tu alma,
Y nunca se va.
Nací en el Estados Unidos,
Pero mi corazón es vietnamés.
“Viet Nam fue una atrocidad desde el
comienzo”, dijo David Hackwort, un coronel retirado con varias medallas de
combate por heroísmo en Corea y Viet Nam. “Fue ese tipo de guerra, una sin
frente, de gran frustración. Hubo cientos de My Lais. Te perforaban la tarjeta
por números de cuerpos que contaras”. – artículo del New York Times, diciembere
28, 2003.
Por mucho que haya leído acerca de la masacre de My
Lai, es difícil escribir acerca de tantas de esas cosas que fueron descritas en
detalle. La barbarie de la matanza fue mucho peor de lo que cualquier escritor
de ficción podría detallar. Me encontré con un artículo largo que escribió el
veterano Tim O’Brian, ganador de un premio, cuando regresó a Viet Nam en 1994.
Lo tituló “La Viet Nam en mí”. Estuvo en la Zona de Aterrizaje (LZ por sus siglas en inglés)
Gator en la provincial de Quang Ngai. Llegó ahí en febrero de 1969 ya
que LZ Gator era una base para el quinto batallón de la 46ava infantería, de la
Brigada de Infantería 198. Habían alrededor de 800 soldados estadounidenses que
en su mayoría eran los soldados de infantería. Este es Tim O’Brian hablando
acerca de la historia de la provincial de Quang Ngai durante la guerra:
“En los años que precedieron los
asesinatos de My Lai, más del setenta por ciento de las aldeas en esta
provincial habían sido destruidas por ataques aéreos, artillería, mecheros
Zippo, napalm, fósforo blanco, bulldozers, pistolas y varios medios. Aproximadamente
40 por ciento de la población había vivido en campos de refugiados, mientras
que las bajas civiles en el área se acercaban a los 50,000 cada año. Esas
cifras, reportadas por el periodista Jonathan Schell in 1967, fueron
confirmadas más adelantes como substancialmente correctas por investigadores
gubernamentales. No que yo necesitara confirmación. En 1969, los escombros
estaban alrededor de todos nosotros, era tan común que parecían parte de la
geografía, tan natural como una montaña o un río. Los escombros eran la regla.
La brutalidad era S.O.P (procedimientos de operación estándar, por sus siglas
en inglés), niños escamosos, mujeres golpeadas con pistolas, casas quemadas,
zonas libres de disparos, conteo de cuerpos, bombardeos indiscriminados y fuego
acosador; aldeas en cenizas, pistolas M-60 abatiendo líneas de árboles y vidas
humanas a su paso. En una guerra sin objetivo, intentas no atinarle. Cierras
tus ojos, cierras tu corazón. Las consecuencias eran atinarle y fallarle,
literalmente. Con pocos objetivos militares, con un enemigo que era parte de la
población, la compañía Alpha comenzó a referirse a Quang Ngai como un enemigo
verdadero, el lugar físico, la tierra y las plantaciones de arroz. Lo que había
comenzado para nosotros como una guerra rara y viciosa, pronto evolucionaría en
algo mucho más vicioso, una rama de nihilismo asesino, desperdicio sin querer,
falta de objetivos de acción mezclados falta de objetivos espirituales. Como
escribió Schell después de los eventos en My Lai, “No debe haber duda de dicha
atrocidad fue posible solo porque un número de métodos alternos para matar civiles
y destruir las aldeas se había convertido en la regla y no la excepción, en
nuestra manera de conducir la guerra”.
“El proveedor de violencia más grande del
mundo el día de hoy, es mi propio gobierno”– Martin Luther King Jr, 4 de abril,
1967
“Durante la guerra de Viet Nam, los Estados Unidos
fueron responsables por más de un millón de cráteres de bomba” – Howard Zinn.
¡Muchos de estos ataques aéreos fueron My Lais desde el cielo!
Cuando el corresponsal de The New Yorker Jonathan Schell estuvo de tour en la provincial
de Quang Ngai en el verano de 1967, como escribió después, un GI (un
soldado estadounidense) que haciéndole de chofer en jeep de pronto se volteó y
le dijo “No creería las cosas que suceden en esta guerra”. “¿Qué cosas?”
preguntó. “No lo creería”. “¿Qué tipo de cosas, entonces?”. “No me creería así
que no se lo voy a contar”, dijo el GI, moviendo su cabeza en negativa. “Nadie
se va a enterar de algunas cosas y cuando esta guerra termine y todos estemos
de vuelta en casa, nadie sabrá”. (Seymour M. Hersh – My Lai 4 – Un reporte de
la masacre de My Lai y las consecuencias).
La publicación de la revista Life del 5 de diciembre de
1969 contenía algunas de las fotografías más impactantes de la guerra de Viet
Nam. Ron Haeberle, el fotógrafo de guerra que estuvo en uno de los helicópteros
que aterrizaron en My Lai en la mañana del 16 de marzo de 1968, tendría acceso
total y permiso para tomar fotografías para documentar la masacre por parte del
ejército estadounidense. En ese momento, él no tenía idea de lo que revelaría.
Cómo pudo mantener su compostura emocional y tomar fotografías tan poderosas,
siempre será un misterio para mí. Conocí a Ron Haeberle en el aniversario 50 de
la masacre, en el 2018. Tuve una breve conversación con él y lo fotografié
durante una entrevista que tuvo con un reportero local mientras estaba en el
museo. Directamente detrás de él estaba el monumento de mármol oscuro con los
nombres de los 504 que fueron ejecutados por el gobierno estadounidense. En el
artículo que apareció en Life Magazine, Ron Haeberle fue citado junto con tres
de sus fotografías: “a la izquierda”, dijo, “la figura de una mujer, una cabeza
apareció de un arbusto. Todos los otros los soldados comenzaron a dispararle,
una y otra vez. Se había caído sobre una de esas cosas que sobresalen de los
campos de arroz y su cabeza quedaba salida, como un objetivo de tiro. No hubo
ningún intento de cuestionarla. Solo le siguieron disparando. Podías ver sus
huesos volando en el aire pedazo por pedazo”.
“Había un niño pequeño caminando hacia
nosotros en asombro”, decía Haeberle. “Le habían disparado en el brazo y la
pierna. No estaba llorando o hacienda algún ruido”. Haeberle se hincó para
tomarle una foto. Un soldado se hincó junto a él. “El soldado le disparó tres veces
al niño. El primer disparo lo tiró, el segundo lo levantó en el aire y el
tercero lo mató y sus fluidos corporales salieron. El soldado simplemente se
levantó y caminó. Era el efecto estroboscópico. Estábamos tan cerca de él que
estaba borroso”.
“Nos dijeron que la vida no tiene
significado para estas personas. Sin esas fotografías, My Lai se hubiera
quedado escondida. Después de ver las fotografías, la gente tuvo que repensar
la guerra”. – Ron Haeberle
Pude obtener el correo electrónico de Ron Haeberle de un veterano
que vive en Hanoi. Le envié un correo hace dos semanas y le pregunté qué había
visto en cuatro horas en My Lai y cómo le había afectado emocionalmente la
masacre. Le dije que no tenía que ser una respuesta larga, solo algo que
pudiera usar en el futuro, siendo ahora ese futuro. Esta fue su respuesta:
“Hola, Mike. Esta es mi corta respuesta a tus
preguntas. Lo que presencié durante mis cuatro horas en My Lai 4 fueron las
leyes de la guerra que no aplican. Se convirtió en una zona de tiro libre que resulta
en el asesinato de los llamados simpatizantes Vietcong, hombres, mujeres, niños
y bebés. Tuve problemas en entender en ese momento lo que estaba pasando con la
masacre de civiles en el sur de Viet Nam. Esto no era la fuerza local del
batallón 48 vietnamés que se supone que confrontaríamos en My Lai4.
Emocionalmente me conflictuó el 16 de marzo de 1968, impactando mi punto de
vista sobre la vida. Después me enteré de que Vietnam estaba llena de
atrocidades similares que sucedieron durante la guerra y permanecieron
escondidas y jamás reportadas al público. Lo mejor, Ron. Febrero 28, 2021”.
La cita más ponderosa que jamás he escuchado acerca de la masacre de My Lai fue de Larry Colburn.
Estaba en el helicóptero como artillero cuando el piloto Hugh Thompson aterrizó su helicóptero durante la
masacre. Confrontó al teniente William Calley para que detuviera la matanza.
Calley respondió diciendo que no estaba a cargo de la operación. Hugh Thompson
fue responsable, al final, de salvarles la vida a personas, incluyendo a un
niño pequeño que estaba en una zanja en donde 170 civiles fueron asesinados a
quema ropa. Larry Colburn y el otro artillero, Glenn Andreotta, sacaron al niño
de la zanja y lo subieron al helicóptero para llevarlo a una clínica de emergencia.
Los tres soldados estadounidenses que estuvieron en el helicóptero tuvieron una vista aérea
de lo que sucedía durante la masacre. Citaron a Larry Colburn diciendo “Lo
único que no hicieron los soldados estadounidenses fue cocinarlos y
comérselos”.
“Mientras las operaciones estadounidenses comenzaron a expandirse en MeKong Delta, a finales de 1966, el número de
fuerzas estadounidenses en el país incrementaron a más de 385,000. El ejército,
como la marina, dejaron un camino devastador de bajas civiles, miles y miles de
no combatientes golpeados, heridos, violados, torturados o asesinados en los
años que siguieron” – Nick Turse, Kill Anything That Moves – The Real
American War in Vietnam
No hubo un día durante la guerra en el que el gobierno de Estados Unidos no cometiera atrocidades en
contra de los vietnamitas. ¡Ni un solo día!
“La verdad era oscura, demasiado profunda
y demasiado pura, para vivirla tienes que explotar” – Bob Dylan
Terminaré esto escribiendo acerca de una fotografía.
La tomé de una zanja para drenaje en My Lai. La imagen fue tomada en 1994 antes
de que la zanja fuera rellenada con concreto, para disminuir su autenticidad.
Seis personas sobrevivieron en esa zanja porque estaban cubiertos de cadáveres
y se hicieron los Muertos hasta que los soldados americanos dejaron de
disparar.
Conocí y fotografié a dos mujeres que sobrevivieron la
zanja cuando fue el aniversario 50 en el 2018. A través de Kieu Phan, mi
intérprete, fui capaz de escuchar parte de su historia. Corté sus caras y las
puse en la fotografía. Era importante para mí ubicarlas ahí, porque fue ahí en
donde comenzaron su camino como testigos de soporte y voceras de aquellos que
no sobrevivieron.
Ha Thi Quy, izquierda superior, tenía 93 años cuando
tomé su fotografía. En la mañana de la masacre, los soldados americanos fueron
a su cabaña y rompieron todo. Sacaron a la fuerza su madre e hija también. Su
hija de 17 años se aferraba a ella. Las tres fueron llevadas a la fosa en donde
les dispararon con armas automáticas. Solo Ha Thi Quy sobrevivió
milagrosamente, porque había muchos cuerpos encima de ella. La hirieron en la
cadera derecha. Alrededor de medio día, cuando dejó de escuchar disparos, se
arrastró hacia afuera de la zanja y vio más de la horrenda muerte a su
alrededor, sesos y partes humanas por todos lados. Mientras intentó arrastrarse
a casa, se encontró con mucha gente herida y cadáveres de mujeres, algunas que
habían sido violadas por soldados americanos y luego asesinadas. La mayor parte
de la que estoy presente siente angustia, con periodos de silencio absoluto,
perdida en su dolor. Estoy escuchando un testimonio que es abrumadoramente
ponderosa y honesto. Me siento privilegiado de estar ahí.
La mujer de la derecha es Pham Thi Thuan, que tenía 80
cuando la fotografié. Su padre, hermana, hermano y tres sobrinos fueron
asesinados en My Lai. Los soldados la forzaron a ella y a sus dos hijas, de 3 y
5 años, a la zanja de desagüe. Comenzaron a disparar ronda tras ronda, deteniéndose
para buscar sobrevivientes antes de recomenzar a disparar. Las tres cayeron
bajo cadáveres, mientras que Thuan de alguna manera logró evitar los disparos
mientras buscaba desesperadamente a sus hijas. Declaró que tuvo que escalar
sobre muchos cadáveres después de que los disparos pararon. Ha sido una de las
sobrevivientes más abiertas de la masacre. Su energía emocional para atestiguar
le ha dado significado a su vida. Como sobreviviente tiene que hablar por los
muertos.
Como veterano de Viet Nam y sobreviviente de una de
las más grandes mentiras en la historia de Estados Unidos, también estoy
obligado a atestiguar acerca de la guerra porque tengo que hablar con los
jóvenes en este país que todavía son usados como carne de cañón para los corporativos
ricos que crean guerras que ponen a billonarios en limosinas. Cuando los
políticos y los ricos comiencen a mandar a sus hijos a la guerra, comenzaré a
creer en la noble causa.
“El sobreviviente, entonces, es un perturbado de la
paz. Es un corredor del bloqueo que los hombres construyeron en contra de las
cosas “indescriptibles”. Acerca de esto, quiere hablar y al hacerlo subestima,
sin así quererlo, la validez de las normas existentes. Es un trasgresor genuino
y está hecho para sentir verdadera culpa. El mundo que admira no lo admite y
desde entonces ha visto en este mundo la fuente de orden moral, comienza a
dudar de sí mismo. Y este no es el final, por ahora la culpa se redobló por la
traición, de sí mismo, de su trabajo y su juramento a los muertos. La culpa
final es no atestiguar. La peor tormenta de sobreviviente es no ser capaz de
hablar”. – Terrence Des Pres, The Survivor
Mentir es el arma más ponderosa en la guerra. Mientras que América reza por la paz, nuestra economía alaba la guerra.>
WAR = Wealthy Are Richer
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