La batalla por Berkeley:
Habla el fascista Ben Shapiro… Los estudiantes
se ponen al frente y de pie
19 de septiembre de 2017 | Periódico Revolución |
revcom.us
15 de septiembre: Rueda de prensa de Rechazar el Fascismo y otros
denunció el cierre militarizado del plantel de UC Berkeley, el arresto
ultrajante de una activista de Rechazar de Fascismo, y la calumnia policial de
que ella portaba un “arma prohibida”.
El 14 de septiembre la policía arresta a un
activista de Rechazar el Fascismo por llevar en la calle uno de los afiches de
acusaciones. Se transmitieron por la televisión las fotos policiales de los
nueve detenidos con leyendas que decían que les han levantado cargos de tener
“armas prohibidas”. En el caso del activista de Rechazar el Fascismo, se trataba
de un afiche grande que denunciaba los ataques del régimen de Trump a los
musulmanes. Foto: @RefuseFascism |
Sunsara Taylor entre los estudiantes y otros en el
mitin de agravios en la Universidad de California en Berkeley, 14 de septiembre.
Crédito: Especial para revcom.us |
Estudiantes a primera hora en la Universidad de
California en Berkeley, 14 de septiembre. Crédito: Especial para
revcom.us
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Una persona que participó en el mitin de agravios
en la Universidad de California-Berkeley, 14 de septiembre. Crédito:
@RefuseFascism.org
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En las narices del sicario intelectual fascista Ben Shapiro, y ante la
movilización masiva de policías y el cierre policial de mucho del espacio
público central en el plantel de la Universidad de California-Berkeley, unos
1.500 estudiantes y miembros de la comunidad universitaria participaron en el
mitin de agravios convocado por Rechazar el Fascismo (“No, Ben Shapiro, el
problema NO es ‘matonismo universitario’, el problema es matonismo intelectual
fascista QUE SIRVE al régimen fascista de Trump y Pence”). Estudiantes,
profesores, gente de la comunidad, activistas, y otros se expresaron con pasión
y profundidad, desde muchos ángulos, denunciando el régimen, el asalto fascista
contra la universidad, y discutiendo muchísimos temas más. Al mismo tiempo, en
desafío al cierre policial del plantel, docenas de estudiantes hicieron un
plantón de protesta en el centro de estudiantes MLK cercano. El día entero
representó la emergencia muy importante de oposición desde dentro de la
universidad, así como de la comunidad, al régimen de Trump y Pence y a la
embestida fascista contra las universidades (con la ayuda de los liberales que
manejan UC Berkeley).
Shapiro fue invitado a UC por los Berkeley College Republicans, y la rectora
Carol Christ le proporcionó el auditorio más grande el plantel gratis. Desde
temprano en la mañana, convirtieron al plantel en un campo armado — instalaron
barreras concretas por las calles y vías peatonales, cerraron por completo seis
edificios importantes, entre ellos el centro de estudiantes, y todo el espacio
entre ellos (incluida la histórica Sproul Plaza y otra plaza grande en frente
del auditorio) para las 4 de la tarde. Se reporta que trajeron policías desde
todos los 10 planteles de la Universidad de California. También movilizaron a la
policía de Berkeley. En un despliegue de fuerza, un contingente de policías de
motocicleta pasó en formación por la calle cerrada que colinda con el plantel.
Hubo vehículos militares y perros policías. Cambiaron las reglas para amenazar e
intimidar a la gente y desatar a la policía: dos días antes, el municipio de
Berkeley celebró una reunión especial del consejo municipal para autorizar el
uso de gas pimienta contra los manifestantes antifascistas (Berkeley había
prohibido el uso de gas pimienta durante protestas durante 20 años). Instalaron
retenes y detectores de metal en “puntos de acceso” fuertemente controlados, y
sólo permitieron entrar a personas que tuvieran boletos para el discurso de
Shapiro y que presentaran su identificación. Un estudiante que observaba la
escena con repugnancia y asombro simultáneos dijo: “¿Esto es una universidad o
una prisión?”.
Sin embargo, todo esto no logró intimidar. En el pedacito de espacio público
que el estado dejó abierto para la oposición, Rechazar el Fascismo estaba
agitando y convocando a la gente todo el día antes del evento. Los estudiantes
se arremolinaron alrededor de la mesa con materiales de Rechazar el Fascismo. En
el ambiente electrizante, el debate de masas estalló horas antes de que el mitin
de agravios iba a empezar. Fascistas y una variedad de voces reaccionarias que
entraron en Berkeley para el discurso de Shapiro retaron a Rechazar el Fascismo,
y a la vez fueron retados por estudiantes y otros. Rechazar el Fascismo prendió
un fuerte equipo de sonido y arrancó el mitin de agravios, estableciendo desde
el principio que se trataba de un asalta fascista en conjunto contra las
universidades como un eslabón clave en la transformación fascista de Estados
Unidos — y que en nombre de la humanidad, NO se podría aceptar esto.
Los oradores animaron a los estudiantes y otros a que se pusieron al frente y
participaran en el mitin de agravios. Durante las siguientes cuatro horas,
muchos pero muchos estudiantes y otros subieron al escenario improvisado de
cajones de plástico y se expresaron con pasión y claridad.
Un punto destacado del mitin de agravios fue cuando Sunsara
Taylor hizo un anuncio extremadamente importante y emocionante: “Bob
Avakian, el revolucionario más radical con vida, el presidente del Partido
Comunista Revolucionario, el autor de la Constitución para la Nueva
República Socialista en América del Norte, un ex alumno de la UCB y un
participante activo en el Movimiento pro Libertad de Expresión, hablará en el
plantel de la UCB en abril de 2018, sobre la libertad de expresión y la
revolución comunista; y, como parte de eso, denunciará y refutará las mentiras y
distorsiones de la rectora Christ sobre el Movimiento pro Libertad de
Expresión.”
Oradores de Rechazar el Fascismo también llamaron a los presentes a que
empezaran a organizar para el 4 de noviembre, y dirigieron un juramento al estilo de
llamada y respuesta de que los presentes, en nombre de la humanidad, “nos
lancemos a las calles, y permanezcamos en las calles, día tras día y noche tras
noche, antes que los fascistas ya no ocupen nuestras calles, no ocupen nuestras
universidades, y no ocupen la Casa Blanca”.
Al mismo tiempo que el mitin de agravios denunciaba fuertemente el régimen y
la represión, algunos estudiantes se habían reunido dentro del edificio del
centro de estudiantes, uno de los edificios donde las autoridades los cerraron y
sacaron a todos menos la policía. Los estudiantes habían decidido que iban a
negarse a salir e hicieron muy visible su negativa, alzando letreros en las
ventanas que se podían ver desde fuera. En cierto punto, las autoridades dijeron
que los estudiantes podían quedarse, pero que tendrían que dar su
identificación. Los estudiantes, en un acto de resistencia, se negaron a dar su
identificación. Un estudiante que había estado dentro resumió después que
algunos se quedaron porque sentían que sus derechos como estudiantes estaban
siendo violados, otros se quedaban porque se oponían al fascismo, y algunos
querían desmilitarizar el plantel, y juntos hicieron una declaración muy
importante y poderosa.
En cierto punto, los estudiantes que estaban en plantón dentro del edificio
mandaron el mensaje que la policía amenazaba con arrestarlos — por lo que el
mitin de agravios se trasladó hasta estar en vista de los estudiantes adentro,
para apoyarlos directamente. Un teléfono celular sostenido cerca del micrófono
afuera amplificó las palabras de los estudiantes que los apoyaban. La multitud
afuera se solidarizaba con los estudiantes y su demanda de que la policía les
permite salir, como habían planeado, después del discurso de Shapiro — sin
arrestos ni castigos. Después de un largo tiempo, permitieron que los
estudiantes salieran sin incidentes — entre los fuertes vítores de la multitud.
Todo esto en frente de falanges masivas de policías.
La atmósfera era increíblemente tensa y cargada políticamente durante todo el
día: debates grandes y pequeños, discusiones, y argumentos se arremolinaron por
todo el área incluso mientras el mitin de agravios se presentaba en el altavoz.
En algunos de esos círculos de debate, agitadores fascistas semiprofesionales
fueron rodeados por grupos grandes de estudiantes que debatían contra ellos. En
otros, agitadores fascistas no profesionales o partidarios de Trump fueron
rodeados de la misma manera. Y en otros, estudiantes sin ningún fascista en su
grupo discutían intensamente cuestiones al estilo de cómo entender la supremacía
blanca y qué hacer al respecto. Estudiantes que fueron expulsados de sus aulas
por los arreglos de seguridad para Shapiro se sumaron a la protesta y se
sentaron en un círculo en medio de la calle, estudiando y platicando.
Ofensivamente la policía arrestó a por lo menos nueve personas, incluido el
ultrajante arresto de una activista de Rechazar el Fascismo por cargar uno de
los afiches
acusadores en la calle. La tele transmitió fotos policiales de los
arrestados con leyendas policiales que declaraban que estas personas son
acusadas de portar “armas prohibidas”. En el caso de la activista con Rechazar
Fascismo, eso era el afiche grande que denuncia los ataques del régimen de Trump
contra musulmanes.
Estos tiempos no son tiempos normales, ese día no fue un día normal, y la
repuesta de la gente a todo eso tampoco fue normal — el impactante mitin de
agravios de Rechazar el Fascismo, la amplia variedad de personas que
participaron, y las acciones de los estudiantes dentro de centro de estudiantes
fueron muy oportunos, y señalan la base que existe para montar una oposición
mayor y más poderosa.
Efectivamente, eso hace falta. Desde el 24 de septiembre, los fascistas están
presentando cuatro días de discursos con un verdadero quién es quién de nazis
trumpistas, supremacistas blancos, misóginos, xenófobos, y otros intolerantes e
incitadores del odio del alt-right. Promovidos por el orador de primera
plana Milo Yiannopoulos, los otros oradores incluyen Ann Coulter, Steve Bannon,
David Horowitz, Erik Prince (creador de los mercenarios Blackwater), Pamela
Geller, Charles Murray, el presentador del radio InfoWars Mike Cernovich, y
James Damore, despedido de Google por un memorándum que despreciaba y se burlaba
de las mujeres. Estas fuerzas fascistas están retando con todo lo que tengan en
UC Berkeley, los liberales que manejan la universidad están ayudándoles con todo
que lo puedan, y mucho depende de lo que hagan los estudiantes, los profesores,
y la comunidad universitaria para ponerse de pie y negarse a aceptar a un
Estados Unidos fascista. El mitin de agravios y el plantón estudiantil
representan un paso inicial inspirador y extremadamente importante.
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