Guerras eternas: EU, con presencia militar en 172 países
David Brooks
La Jornada
27 octubre 2017
Nueva York. Algo chistoso sucedió en medio de otra controversia más provocada por el
comportamiento del presidente esta semana: se descubrió otro frente más de la
aparente infinita “guerra contra el terrorismo” de Estados Unidos.
Pocos dentro y fuera del gobierno sabían que casi mil militares
estadounidenses operan en Níger hasta que cuatro de ellos murieron en un
enfrentamiento, uno de los cuales detonó otra controversia ya que el comandante
en jefe Donald Trump no se acordó de su nombre cuando llamó a su viuda para
consolarla la semana pasada.
Al inicio, toda la atención giró sobre el asombroso intercambio entre Trump
y la familia de uno de los soldados caídos en una emboscada en el país
africano, algo que ha continuado hasta ahora. Trump de nuevo insistió el miércoles
en que todos menos él están mintiendo, incluyendo la viuda del soldado, quien
sostiene que Trump no recordó el nombre de su marido cuando la llamó para
consolarla, afirmando que tenía “una de las mejores memorias de todos los
tiempos”, y se ufanó de haberse comunicado con todas las familias, más que sus
antecesores, entre otras cosas que después han sido disputadas.
Trump enfatizó que fue sumamente cordial y “muy cortés” con la viuda del
sargento La David Johnson. Preguntado sobre las críticas de senadores de su
propio partido por, entre otras cosas, su capacidad como comandante en jefe, y
sus respuestas descalificándolos, se quejó de que “la prensa me hace parecer más
incivilizado de lo que soy. Fui a una universidad del Ivy League, fui un
estudiante agradable, y me fue muy bien. Soy una persona muy inteligente”.
Mientras el comandante en jefe presumía de qué tan bueno e inteligente es,
otros empezaron a preguntar qué fue lo que sucedió en Níger el 4 de octubre y
la naturaleza de la misión militar estadounidense ahí y en esa región en
general.
Los legisladores encargados de supervisar al Pentágono no estaban enterados
de la operación ni de las dimensiones de la presencia estadounidense. El
influyente senador republicano y “halcón” pro militar Lindsey Graham del Comité
de Fuerzas Armadas dijo que “yo no sabía que había mil tropas [estadounidenses]
en Níger”. El líder de la minoría demócrata de la cámara alta Chuck Schumer
también afirmó que no sabía de la presencia de tantas tropas de su país ahí. El
presidente del Comité de Fuerzas Armadas y veterano de guerra John McCain
insistió en que el Pentágono - que después informó que tiene 800 efectivos en Níger-
debe proporcionar más información sobre sus operaciones en África.
Ante ello, ahora se abrió un debate sobre la autorización del comandante en
jefe de enviar tropas para operaciones bélicas sin autorización expresa del
Congreso. Hasta ahora, bajo Trump como sus antecesores, estas operaciones son
consideradas autorizadas por la orden aprobada en 2001 por el gobierno
estadounidense para el uso de fuerza militar inmediatamente después de los
atentados del 11-S, pero algunos dicen que es hora de que el Congreso limite o
por lo menos autorice ese despliegue de fuerza internacional.
Todo esto es parte de las guerras más largas de la historia del este país
que se lanzaron a partir y con la justificación del 11-S de 2001. Según datos
oficiales, Estados Unidos hoy día tiene más de 240 mil tropas desplegadas en
por lo menos 172 países -o sea, casi todo país en el planeta- más
otros 40 mil que aparentemente están en misiones secretas ya que el Pentágono
no revela dónde están ubicados más que en lugares desconocidos.
La lista de países donde hay militares estadounidenses incluye lugares menos
conocidos como Níger, hasta ahora, junto con Jordania, Tailandia y Somalia además
de los frentes más conocidos como Afganistán, Irak, Siria y Yemen. El Pentágono
informó -después de lo ocurrido en Níger- que tiene aproximadamente 6 mil efectivos
en 53 países en África.
Más allá de decenas de miles de tropas que han permanecido durante décadas en
Europa o Japón y Corea del Sur desde que Estados Unidos se convirtió en el
superpoder militar desde la era de la Segunda Guerra Mundial, a partir de 2001,
las invasiones de países (Irak, Afganistán) más la ampliación de la
llamada “guerra contra el terror”, ahora la misión militar en diversas regiones
gira en torno al “contra-terrorismo”, con un nuevo perfil para las fuerzas
especiales y nuevas tecnologías como los drones. Estas no se llaman
intervenciones militares ni guerras, sino cosas como “operaciones de
contingencia”. Aunque el nivel total de tropas estadounidenses desplegadas en
el exterior se ha reducido durante las últimas décadas, su alcance es tal vez más
amplio.
Vale señalar que esto no es promovido solo por Trump, el Congreso ya aprobó
unos 700 mil millones para el presupuesto militar del próximo año –más de los
que había solicitado el comandante en jefe.
El nuevo comandante en jefe carece de credibilidad y genera preocupación no
solo por su carácter ya tan comentado, ni por sus afirmaciones insultantes
durante su campaña de que él era más inteligente que los generales, sino también
porque evadió el servicio militar. Cuando el servicio era obligatoria
durante la guerra de Vietnam, Trump, como muchos hijos de ricos, obtuvo
aplazamientos médicos de su servicio en cinco ocasiones, con el diagnóstico de
esporas de hueso en el pie. El senador McCain, quien es veterano condecorado de
guerra de Vietnam y prisionero de guerra, hizo alusión a eso hace unos días,
cuando comentaba sobre esa guerra y cómo el reclutamiento obligatorio se aplicó
a “los de ingresos más bajos… mientas que el nivel de ingreso más alto
encontraba un doctor que diría que tienen una espora de hueso. Eso está mal“.
Mientras tanto, ante las tensiones con Corea del Norte que en un momento
llevaron al comandante en jefe a declarar que se tenía que contemplar “destruir
totalmente” ese país -no dijo su aparato militar, ni su complejo nuclear, sino todo
el país lo cual tendría que incluir sus 25 millones de habitantes- ha regresado
al centro de atención ya que Trump, calificado como mentalmente inestable por
expertos -tiene su dedo sobre el botón del arsenal nuclear más grande del
mundo, con unas 4 mil ojivas.
Trump no solo ha amenazado con el uso de las armas nucleares sino que
aparentemente sugirió, en una reunión en julio, que ese arsenal actual debería
de multiplicarse por 10. Fue ese comentario por el que supuestamente su
secretario de Estado Rex Tillerson habría dicho que su jefe era “un ímbecil”.
Por hora, bajo la Ley de Energía Atómica de 1946, el presidente tiene el
control exclusivo para lanzar bombas nucleares. “Podría desatar la fuerza
apocalíptica del arsenal nuclear solo por su palabra, y en minutos”, recuerda
el New York Times en un editorial reciente.
No por nada el Congreso está considerando promover una ley prohibiendo al
presidente lanzar un ataque nuclear sin una declaración de guerra por el poder
legislativo.
El experto militar y ex coronel Andrew Bacevich, escribiendo en TomDispatch.com, afirma que hoy día dos
hechos son indisputables: Estados Unidos está permanentemente involucrado en
operaciones de conflicto en por lo menos siete países, y el segundo es que a la
gran mayoría de los estadounidenses no les importa. “En el Estados Unidos del
siglo 21, la guerra ya no es gran tema… los estadounidenses podrían no darle la
bienvenida [a la guerra] pero han aprendido a vivir con ella”.
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