La verdadera definición de terrorismo
Glenn Greenwald Salon/Information Clearing House 13 de diciembre de
2011
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El FBI anunció ayer que ha obtenido un acta de procesamiento contra Faruq
Khalil Muhammad ‘Isa, un ciudadano iraquí de 38 años, quien está actualmente en
Canadá, cuya extradición es solicitada por EE.UU. El titular en el Comunicado de
Prensa del FBI suministra la historia básica: “Presunto terrorista acusado en
Nueva York por el asesinato de cinco soldados estadounidenses”. La demanda
criminal previamente presentada con autenticación suministra los detalles:” ‘Isa
es acusada de “suministrar apoyo material a una conspiración terrorista” porque
supuestamente apoyó un ataque en 2008 contra una base militar estadounidense en
Mosul que mató a 5 soldados estadounidenses. En otras palabras, si EE.UU. invade
y ocupa tu país, y respondes defendiéndolo contra el ejército invasor –la máxima
definición de un “objetivo militar, no civil” – eres un…Terrorista.
La demanda, en su primer párrafo, resume la acusación de terrorismo contra
‘Isa:
“Sharif Sayfildin, junto con otros, mientras estaba fuera de EE.UU., conspiró
a sabiendas e intencionalmente para matar, intencionalmente, deliberadamente,
maliciosamente y con premeditación y alevosía, a uno o más nacionales de EE.UU.
a saber: personal militar de EE.UU., mientras esos nacionales de EE.UU. se
encontraban fuera de EE.UU.
Al decir “fuera de EE.UU.,” el gobierno quiere decir: dentro de Irak, el país
de ‘Isa. La mayor parte de la queja detalla conversaciones que ‘Isa sostuvo
supuestamente por Internet, mientras estaba en Canadá, con varios tunecinos que
querían iniciar ataques suicidas contra soldados estadounidenses en Irak; no se
afirma que haya organizado el ataque en Mosul sino solo que otorgó aliento
político y religioso (la red de la que supuestamente formaba parte también
realizó un ataque suicida contra una comisaría de la policía iraquí, aunque la
supuesta participación de ‘Isa se limita al ataque contra la base militar de
EE.UU. en la que murieron los 5 soldados junto con varios iraquíes, y la
acusación de terrorismo se basa solo en las muertes de los soldados
estadounidenses).
En un esfuerzo por presentarlo como un demencial terrorista fanático, la
demanda incluye la siguiente descripción de conversaciones que tuvo mientras era
monitoreado:
38. Vigilancia electrónica ha revelado numerosos casos en el período entre
abril de 2009 y la actualidad en los cuales el acusado expresó cólera ante la
invasión estadounidense de Irak y el deseo de vengarse contra EE.UU. Por
ejemplo:
a. En una conversación telefónica con su madre el 19 de octubre de
2009, el acusado declaró: “Como si un enemigo penetra tu país, madre, nadie
debiera seguir excluido, grande o pequeño, todos tienen que alzarse y combatir,
mujer, hombre, niño, niña, cualquiera y todos, ¿comprendes?”
b. En una conversación telefónica con su madre del 9 de noviembre de
2009, el acusado habló del “enemigo infiel” que entra a un país musulmán y
declaró que es la responsabilidad de todos combatir contra ese enemigo. Mencionó
la yihád y preguntó: “¿Sabes madre que cuando muere un mártir tiene 7
características: Primero recibe perdón por todos sus pecados, luego llega a ver
su propio sitio en el Paraíso… también llega a tener 70 vírgenes? El acusado
agregó que su mayor deseo es morir como un mártir”
¿No es exactamente el modo de pensar que tendría más o menos cualquiera en el
mundo: si un ejército extranjero invade su país y procede a ocuparlo brutalmente
durante los próximos ocho años, ¿es su deber solemne combatir en su contra? Por
cierto, ¿no es exactamente la mentalidad que llevó a algunos jóvenes
estadounidenses a alistarse después del ataque del 11-S y ser saludados como
héroes: nos atacaron en nuestro suelo, y por ello ahora queremos combatir contra
ellos?
No obstante, cuando es EE.UU. el que invade y ataca, se supone que todos
consideren esta reacción muy común con burla, horror y disgusto –mirad esos
primitivos terroristas religiosos fanáticos que no respetan la vida humana –
porque la única reacción saludable, normal, civilizada, que alguien debe tener
ante una invasión, la ocupación, y la destrucción de su país es gratitud, o por
lo menos una aquiescencia pasiva. Cualquier otra cosa, por definición, lo
convierte en terrorista. Es porque existe un derecho inherente estadounidense a
invadir u ocupar a quienquiera desee y solo un terrorista resistiría (o ved una
vívida expresión (de humor negro) de este derecho patológico imperial, en esta
especulación casual de un profesor de derecho en Cornell de que Irán puede haber
cometido un “acto de guerra” si derribó el avión no tripulados estadounidense
que penetró su espacio aéreo y sobrevoló su suelo sin permiso: “si es verdad,
como afirman los iraníes, que el avión no tripulados no cayó por accidente sino
fue derribado por medios electrónicos iraníes, ¿no es ya de por sí un acto de
guerra?”).
Una cosa es condenar las acciones de ‘Isa por motivos morales o éticos:
supongo que se podría decir que el deber solemne de todo iraquí es tratar
respetuosamente a los invasores estadounidenses como visitantes apreciados
(aunque no invitados), o por lo menos ceder a las tropas invasoras
estadounidenses el monopolio de la violencia. Pero es algo enteramente distinto
calificar a alguien que decide ofrecerles resistencia de “terrorista” y
procesarlo por acusaciones que significan cadena perpetua (en contraste: un
soldado israelí mató ayer a un manifestante palestino en una pequeña aldea
Cisjordania, gran parte de cuya tierra había sido apropiada por colonos
israelíes, disparándole en la cara una granada de gas lacrimógeno a una
distancia relativamente corta, mientras un avión israelí atacaba una casa civil
en Gaza y mataba a un padre, a su joven hijo y hería a otros niños; actos de
este tipo, o los innumerables actos de matanza imprudente o incluso deliberada
de civiles por estadounidenses, nunca deben ser considerados como
terrorismo).
Pocas cosas ilustran mejor la extrema carencia de significado de la palabra
terrorismo que el que sea aplicada a un ciudadano de un país invadido por
ofrecer resistencia contra el ejército invasor y apuntar a objetivos puramente
militares (y está lejos de ser la primera vez que iraquíes y otros acusados de
resistencia contra los militares invasores de EE.UU. han sido considerados
formalmente como terroristas por haberlo hecho). En la medida en que la palabra
significa algo operacionalmente, es: el que se opone efectivamente a la voluntad
de EE.UU. y sus aliados.
Este tópico es tan vital porque esta palabra sin significado, libre de
definición –terrorismo– impulsa tantos de nuestros debates y políticas.
Virtualmente cada debate en el que participo incluye rápida y prominentemente a
defensores de la política gubernamental que invocan la palabra como una especie
de elixir mágico que termina el debate: por cierto, el presidente Obama tiene
que asesinar ciudadanos sin proceso debido: son terroristas; por cierto tenemos
que quedarnos en Afganistán: tenemos que detener a los terroristas; el
Presidente Obama no solo tiene razón cuando mata gente (incluidos civiles)
utilizando aviones no tripulados, sino se justifica que alardee e incluso bromee
al hacerlo, porque son terroristas; por cierto algunos deben ser mantenido en
prisión sin acusarlos: son terroristas, etc. etc. Es una palabra que al mismo
tiempo no significa nada y lo justifica todo.
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article29948.htm
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