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PALESTINA. CUANDO EL DEFENSOR DE EDWARD SNOWDEN APOYA EL BDS

¿Terrorismo o legitima resistencia a la ocupación israelí?

Glenn Greenwald
vientosur.info
29 de abril de 2016

Todas las formas de lucha contra la ocupación ilegal de Palestina, que dura desde hace decenios, son sistemáticamente calificadas como “terrorismo” por Israel, mientras que la campaña internacional no violenta de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) es, sin embargo, objeto de intimidaciones, incluso de prohibiciones en diferentes países occidentales, entre ellos Francia. Todo indica, por tanto, que no hay ningún medio que pueda ser considerado como una forma legítima de resistencia al ocupante israelí, tal como explica el abogado de Edward Snowden1.

Todo el mundo comprende claramente en la actualidad que la palabra “terrorismo” es un término de propaganda adaptable a cualquier cosa. No tiene sentido determinado y no es concretado para una situación particular. Sin embargo, su reciente aplicación a un recrudecimiento de la violencia contra los soldados de la ocupación israelí en Cisjordania es tan manipuladora y abusiva que vale la pena ponerla en evidencia.

Israel ocupa militarmente Cisjordania desde hace decenas de años y, de hecho, sigue ocupando Gaza. Esta ocupación es ilegal desde el punto de vista del derecho internacional y las Naciones Unidas demandan regularmente al gobierno israelí que abandone el territorio palestino. Los más ardientes defensores de Israel admiten que Cisjordania está bajo un régimen de ocupación beligerante y que la empresa de colonización es, y ha sido siempre, claramente ilegal desde el punto de vista del derecho internacional. A pesar de este consenso mundial, las colonias israelíes continúan extendiéndose a gran velocidad. Israel no hace ningún esfuerzo significativo para negociar un acuerdo que tenga por objetivo poner fin a la ocupación y, ahora, los principales ministros se oponen a ello incluso de forma abierta.

En respuesta a este estado de cosas, ha habido en 2015 una serie de ataques de personas palestinas contra soldados israelíes en Cisjordania2. En la prensa americana del “Israeli land” (en realidad son las tierras confiscadas a Palestina, ndr), las personas palestinas que atacan a soldados israelíes son invariablemente calificadas como “terroristas” y sus ataques calificados de “terrorismo”.

Para quienes, como yo, denuncian desde hace mucho que el término “terrorismo” no tiene ya casi otro significado que “violencia ejercida por musulmanes contra Occidente y sus aliados” y carece de otro objetivo que deslegitimar la violencia de un lado a la vez que se justifica la del otro, ¿hay prueba más clarificadora que ésta? ¿En qué sentido aceptable se puede hablar aquí de “terrorismo”? Si la lucha contra un ejército de ocupación es “terrorismo”, sencillamente porque el ejército pertenece a Israel y los atacantes son palestinos, ¿no resulta evidente la forma en que se utiliza este término?

Los Estados Unidos han actuado a menudo de la misma forma: invadir y ocupar países como Irak y Afganistán y luego etiquetar a cualquiera que lucha contra sus ejércitos de ocupación como “terroristas”, eventualmente encarcelándoles en Guantánamo por ello. Inútil decirlo, tanto los americanos como los israelíes (así como la mayor parte de los demás pueblos) se reservan el derecho absoluto de combatir a cualquier ejército extranjero que invada su territorio. Hollywood, en los años 1980, produjo una película titulada Red Dawn (Alba roja) que imaginaba la ocupación de los Estados Unidos por la Unión Soviética y sus aliados nicaragüenses y cubanos. Contaba la historia de heroicos ciudadanos americanos que, bajo la dirección de estudiantes de secundaria, llevaban a cabo una guerrilla contra las tropas ocupantes, matando a decenas y decenas de soldados. Se imagina sin dificultades la confusión general y la indignación que habría producido que alguien hubiera acusado a los cineastas de glorificar el terrorismo y de demonizar a los resistentes americanos calificándoles de terroristas.

Así, cuando los americanos luchan contra la ocupación militar en su propio suelo, son nobles héroes. Pero cuando son personas palestinas quienes lo hacen, son terroristas. Este discurso asimila adrede a la gente palestina que resiste contra la ocupación luchando contra el ejército israelí y a Al Qaeda o a la organización del Estado Islámico (OEI), y postula por tanto que todo uso de la fuerza por esas personas -incluso en territorio palestino, incluso dirigida exclusivamente contra objetivos militares israelíes- es ilegítima.

Si la resistencia violenta es ilegítima y si se trata de “terrorismo”, ¿qué se dice de los otros medios de resistencia contra la ocupación israelí? La vía no violenta adoptada por militantes palestinos y sus amistades y apoyos en el mundo entero es la campaña BDS dirigida contra Israel, siguiendo el modelo de la movilización internacional que contribuyó al final del régimen de apartheid en África del Sur en los años 1980 (un régimen que, dicho de paso, era un aliado fiel de los Estados Unidos y de Israel). Sin embargo, hay una campaña muy lograda de Israel y de sus aliados americanos no solo para decretar ilegítimo el boicot, sino para prohibirlo definitivamente. Los organismos oficiales adoptan reglamentaciones para censurar y prohibir la campaña BDS asimilándola al antisemitismo aunque -como escribe el ferviente amigo de Israel, Eric Alterman, en el New York Times - “tenga en sus filas un gran número de jóvenes judíos”.

The Intercept y otros medios han informado en numerosas ocasiones sobre acciones gubernamentales y universitarias para prohibir el militantismo BDS arguyendo que se trata de antisemitismo. En California, los dirigentes del complejo universitario nacional más importante acaban de adoptar una resolución que afirma con fuerza que el BDS es antisemita y por tanto viola la ética universitaria. En Nueva York, recientemente, decenas de legisladores de los dos partidos3 han exigido que la universidad de la ciudad, la City University of New York (CUNY) deje de financiar a un grupo propalestino; una decisión denunciada por el grupo FIRE del campus de la universidad. El primer ministro canadiense Justin Trudeau ha anunciado que el BDS “no tenía sitio en los campus canadienses”. En Francia, se detiene a personas como si fueran vulgares criminales bajo la acusación de “incitación al odio” por llevar puestas camisetas con consignas en favor del BDS. En el Reino Unido se han tomado medidas para prohibir legalmente cualquier apoyo a movimientos pro-boicot. En Israel, varias leyes y proposiciones de ley prohiben cualquier defensa del movimiento y los militantes del mismo tienen prohibido entrar en el país.

Si luchar contra las fuerzas de ocupación israelíes es condenado como “terrorismo” y si el boicot no violento de Israel está prohibido como manifestación de “antisemitismo”, entonces ¿qué puede ser considerado como un medio legítimo para el pueblo palestino y quienes le apoyan para resistir e intentar acabar con una ocupación israelí ilegal que dura ya decenios? La respuesta es: nada. El pueblo palestino está obligado a someterse a Israel de una forma que no se exigiría jamás a ningún otro pueblo en condiciones similares. Todas las formas de resistencia a la ocupación israelí son consideradas como ilegítimas. Es manifiestamente lo que hay que comprender.

25/04/2016

http://orientxxi.info/magazine/terrorisme-ou-legitime-resistance-a-l-occupation-israelienne,1298,1298

Traducción: Faustino Eguberri

* Glenn Greenwald es periodista, cofundador del diario en línea The Intercept y abogado especializado en derecho constitucional. Su último libro, No Place to Hide, trata el asunto Snowden, del que es su abogado defensor.

Notas

1. Edward Joseph Snowden (Elizabeth City, 21 de junio de 1983) es un consultor tecnológico estadounidense, informante, antiguo empleado de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional). En junio de 2013, Snowden hizo públicos, a través de los periódicosThe Guardian y The Washington Post, documentos clasificados como alto secreto sobre varios programas de la NSA, incluyendo determinados programas de vigilancia masiva (ndt)

2 Los ataques de personas palestinas durante la “Intifada de los cuchillos” que se está produciendo desde hace meses no están dirigidos solo contra soldados ni únicamente en la Cisjordania ocupada. Pero soldados (y colonos) proporcionan de lejos el mayor contingente de víctimas y éstas son masivamente agredidas en Cisjordania (ndr de orientxxi.info)

3 Conservadores y demócratas ndt.


 

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