La detención de un activista de Reprieve concuerda con el criterio de la NSA
Los oponentes de los drones considerados "amenazas" y "adversarios" por EE.UU.
Glenn Greenwald
Znet/The Guardian
01 de octubre de 2013
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Un conocido y altamente respetado activista yemení contra los drones [vehículos aéreos sin tripulación (VAST)] fue detenido
ayer por funcionarios del Reino Unido en el aeropuerto de Gatwick bajo la ley
de “contraterrorismo” de ese país, al que había viajado para hablar en un
evento. Baraa Shiban, coordinador de proyectos para la obra benéfica legal
Reprieve basada en Londres, fue retenido durante una hora y media e interrogado
repetidamente sobre su trabajo contra los drones y sus puntos de vista
políticos respecto a los abusos de los derechos humanos en Yemen.
Cuando objetó que sus puntos de vista políticos no eran relevantes para
problemas de seguridad, funcionarios británicos del mantenimiento del orden
amenazaron con detenerlo durante las nueve horas permitidas por la Ley de
Terrorismo del año 2000, el mismo estatuto del que abusaron los funcionarios
del Reino Unido el mes pasado para detener a mi compañero, David Miranda,
durante nueve horas.
Shiban cuenta su historia hoy en el Guardian, y relata que el funcionario
británico le dijo que “me había detenido no solo porque era de Yemen, sino
también debido a mi trabajo para Reprieve investigando y criticando la eficacia
de ataques de drones estadounidenses en mi país”.
La noción de que Shiban planteara algún tipo de amenaza para la seguridad
era totalmente absurda. Como el Guardian informó el martes, “visitó el Reino
Unido sin incidente alguno durante este verano y testificó en mayo ante una
audiencia en el Congreso de EE.UU. sobre el impacto del programa encubierto de
drones en Yemen”.
Ver el activismo contra los drones como indicador de una amenaza de
terrorismo es pernicioso. Como dijo ayer Cory Crider de Reprieve, “si hubiera
alguna duda de que el Reino Unido abusa sus poderes de contraterrorismo para
silenciar críticos, esto la termina”.
Pero percibir a oponentes a los drones como “amenazas” o incluso “adversarios” no es
nada nuevo. Documentos de máximo secreto del gobierno de EE.UU. obtenidos por
el Guardian del informante de NSA Edward Snowden caracterizan incluso
la oposición política y legal más básica a los ataques de drones como parte de
“campañas de propaganda” de “adversarios” de EE.UU.
Esa admisión forma parte de una red interna en la web de máximo secreto del
gobierno de EE.UU., similar en apariencia, al sitio en línea de Wikipedia.
Según una entrevista con Snowden en junio en Hong Kong, los únicos individuos
empoderados para escribir esas notas son los que tienen “máxima aprobación secreta
y certificados públicos de infraestructura clave”, tarjetas especiales de
acceso que permiten acceso único a ciertas partes de los sistemas de la NSA.
Agregó que esas notas son “revisadas por pares” y que cada modificación hecha
es registrada por el usuario.
Una nota específica se refiere a “amenazas a vehículos aéreos sin tripulación”.
Enumera diversos peligros para los drones estadounidenses, incluyendo “amenazas
de defensa aérea”, “interferencias con sistemas de sensores de VAST”, “tiempo
terrestre” y “guerra electrónica empleada contra el sistema de comando y control”.
Pero junto a esas amenazas más obvias, convencionales, existe lo que la nota
describe como “campañas de propaganda que apuntan al uso de VAST”.
Bajo el título “temas de propaganda de adversarios”, el documento enumera lo que
califica de “ejemplos de temas de propaganda potencial que podrían ser
empleados contra operaciones de VAST”.
Un ejemplo semejante se titula “Nacionalidad de Objetivo vs. Proceso Debido”. Señala:
“Ataques contra personas estadounidenses y europeos que se han convertido en extremistas
violentos son frecuentemente criticados por propagandistas argumentando que la
acción letal contra esos individuos los priva de debido proceso”.
A los ojos del gobierno de EE.UU., “debido proceso” –la idea de que el gobierno de
EE.UU. no debería matar a personas lejos de un campo de batalla sin presentar
evidencia de su culpa– ya no es un elemento básico del sistema político
estadounidense, sino más bien un arma maliciosa de “propagandistas”. La Unión
Estadounidense por las Libertades Civiles (en inglés American Civil Liberties
Union o ACLU) y el Centro por los Derechos Constitucionales, entre muchos otros
grupos, han planteado exactamente ese argumento contra el programa de ataques
con drones de EE.UU. (“el asesinato por el gobierno de EE.UU. de los ciudadanos
estadounidenses Anwar Al-Awlaki, Samir Khan, y de Abdulrahman Al-Awlaki de 16
años en Yemen en 2011 violaron la garantía fundamental de la Constitución
contra la privación de libertad sin debido progreso legal”).
Otro párrafo de la nota de la NSA se queja de que la frase “ataque de drone” es un
“término degradante”, ya que “implica autómatas irreflexivos sin capacidad de
pensamiento independiente” y por lo tanto “puede invocar una reacción
emocional”. Esto, afirma el documento “es lo que se propone hacer la
propaganda”.
Aunque en un punto el documento sugiere que alguna oposición a los drones puede
provenir de “ciudadanos con legítimas agendas sociales”, la sección sobre
“temas propagandísticos del adversario” incluye virtualmente cada uno de los
argumentos planteados con más frecuencia en EE.UU. contra la política de drones
de EE.UU., incluyendo que la amenaza de terrorismo es pequeña en comparación
con otras amenazas, que los ataques de drones intensifican en lugar de limitar
el riesgo de terrorismo al nutrir el ánimo antiestadounidense, y que los drones
matan demasiados civiles.
La nota de la NSA afirma además que “la manipulación de estadísticas” sobre
muertes de civiles es un frecuente instrumento de propaganda de “adversarios”,
citando un estudio que concluyó que aproximadamente 9 de cada 10 víctimas de
ataques de drones son civiles. En contraste con semejantes estudios
propagandísticos, la nota de la NSA cita un estudio de la New America
Foundation que concluye que “los civiles representan cerca de un tercio de los muertos”.
También se incluye en la sección más amplia sobre “amenazas” a los drones varias
demandas legales presentadas por la ACLU y el Centro por Derechos
Constitucionales, informes de grupos de derechos humanos como ser Amnistía
Internacional y Human Rights Watch, e investigaciones de las Naciones Unidas
sobre la legalidad de los ataques de drones.
EE.UU. ha denunciado previamente a oponentes a los drones como adversarios de EE.UU. e
incluso simpatizantes de los terroristas. En 2011, el Buró de Periodistas
Investigadores publicó un estudio documentando numerosas muertes de civiles en
Pakistán durante el mismo período para el cual John Brennan, entonces principal
consejero de contraterrorismo de la Casa Blanca y ahora director de la CIA,
había afirmado falsamente que no hubo semejantes muertes. Informes
subsiguientes probaron además la evidente falsedad de las declaraciones de Brennan.
No obstante, un artículo del New York Times sobre ese informe del Buró concedió anonimato a un “alto
funcionario del contraterrorismo estadounidense” para decir: “Hay que
preguntarse por qué un esfuerzo que ha perseguido con tanto cuidado a
terroristas que conspiran para matar civiles se ha sometido a tanta
desinformación”. El funcionario anónimo agregó: “No nos hagamos ilusiones, hay
una serie de elementos a los que nada les gustaría más que difamar esos
esfuerzos y contribuir al éxito de al Qaida”.
Ante esas acusaciones anónimas exteriorizadas por el New York Times, el experiodista del
Washington Post, John Hanrahan, criticó al NYT por otorgar anonimato a
semejantes insinuaciones venenosas y escribió que los periodistas del Buró que
documentaron muertes de civiles por drones de EE.UU. estaban “siendo
calumniados por funcionarios anónimos del gobierno de EE.UU., que incluso los
han acusados de simpatizar con al Qaida”.
Estos últimos documentos sugieren que temas semejantes son dominantes en agencias de
seguridad nacional del gobierno de EE.UU., donde por lo menos algunos
funcionarios ven a oponentes de los drones como propagandistas y adversarios de
EE.UU. El hecho de que alguien como Baraa Shiban sea detenido bajo una ley
sobre el “terrorismo” por funcionarios del Reino Unido y amenazado con una
detención prolongada si se niega a ser interrogado sobre sus puntos de vista
políticos y su activismo contra los drones refleja la misma patología.
También ayer, el gobierno de Obama volvió a negar la visa a un abogado paquistaní que
trabaja con Reprieve, Shahzad Akbar, quien representa a familiares de víctimas
muertas por drones estadounidenses y está demandando al gobierno de EE.UU.
afirmando que los asesinatos por drones son ilegales.
Como dice Reprieve, al negar una vida a Akbar, el gobierno de Obama logró “impedir
que hablara en el Congreso sobre de drones de la CIA la próxima semana”, a lo
que había sido invitado por miembros de la Cámara para que testificara.
Reprieve agregó: “Antes de 2010, el señor Akbar viajaba regularmente a EE.UU.
No fue hasta 2011, cuando comenzó a representar a víctimas de los ataques con
drones de la CIA, que el señor Akbar comenzó a tener significativas
dificultades para obtener una visa de EE.UU.”
El gobierno de EE.UU. tiene una larga historia de trato de oponentes a los drones
como amenazas para la seguridad nacional. En 2012, negó una visa al cineasta
Muhammad Danish Qasim, estudiante paquistaní en Ciencias Mediáticas en la
Universidad Iqra. Había realizado un corto filme titulado “El otro lado”, una
narrativa de 20 minutos de duración que “se desarrolla alrededor de la idea de
la evaluación de los efectos sociales, psicológicos y económicos de los drones
sobre la gente en áreas tribales de Pakistán”. La película destaca el dolor y
los estragos infligidos a niños sobrevivientes y otros parientes de víctimas de
drones. La negación de visa significó que se le impidió recibir el Premio del
Público al Mejor Filme Internacional en el Festival Nacional de Cine para
Jóvenes de Talento de 2012, realizado anualmente en Seattle, Washington.
Para la mayor parte del mundo, la oposición a los drones es la norma. Un sondeo Pew
de 2012 mostró una abrumadora oposición en casi todos los países encuestados.
Pero para EE.UU. y sus leales sirvientes llamados “funcionarios del Reino
Unido”, semejantes puntos de vista reflejan evidentemente amenazas a la
seguridad nacional o incluso, en Londres ahora, sugieren “terrorismo”.
Publicado originalmente en: The Guardian
Glenn Greenwald es un ex abogado constitucionalista estadounidense, columnista, bloguero y escritor. Greenwald trabajó como abogado
especializado en derechos civiles y constitucionales antes de convertirse en un
colaborador de Salon.com, donde se centró en el análisis de temas
políticos y jurídicos. Ha colaborado también con otros periódicos y revistas de
información política como The New York Times, Los Angeles Times, The American Conservative, The National
Interest, In These Times. En agosto de 2012, dejó Salon.com para
colaborar con The Guardian.
Fuente: http://www.zcommunications.org/uk-detention-of-reprieve-activist-consistent-with-nsas-view-of-drone-opponents-as-threats-and-adversaries-by-glenn-greenwald.html
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|