El gobierno de Obama se niega de nuevo a decirle
a un tribunal si el programa de aviones no tripulados de la CIA
existe
Glenn
Greenwald 17 de febrero de 2013
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 26 de febrero de
2013
No es nuevo que el gobierno estadounidense sistemáticamente abuse de su poder
para mantener en secreto un asunto para proteger así sus acciones de la opinión
pública, la rendición de cuentas y la revisión judicial. Pero a veces que este
abuso es tan extremo, tan evidente, que merece la pena tomar nota, ya que revela
que su preocupación por la seguridad nacional es una auténtica vergüenza.
Este es el caso con el comportamiento del Departamento de Justicia de Obama
en la demanda
presentada por la ACLU contra la CIA para obligarla a responder a
la petición del Acta de Libertad de Información (FOIA) de la ACLU sobre su
programa de asesinatos. Esta solicitud de la FOIA no busca nada especial sino
solo la información más básica sobre el programa de "asesinatos selectivos", tales
como "la supuesta base legal para llevar a cabo los asesinatos selectivos;
algunas restricciones sobre las personas que pueden ser seleccionadas; las bajas
civiles; algunos límites geográficos del programa; el número de asesinatos
selectivos llevados a cabo por la agencia".
Todo el mundo sabe que la CIA tiene un programa de asesinatos selectivos por
el que usa aviones no tripulados para
bombardear y lanzar misiles sobre aquellos que quiere matar, incluidos
ciudadanos estadounidenses. Esto se discute abiertamente en los medios de
comunicación.
Funcionarios claves de Obama, incluyendo al propio presidente, no solo hacen
declaraciones selectivas sobre el programa sino que
alardean abiertamente sobre sus supuestos éxitos. Leon Panetta, el director
de la CIA, dijo publicamente en 2009 al ser preguntado por el programa de
aviones no tripulados de la CIA: "Creo que es suficiente decir que esas
operaciones han sido muy efectivas porque han sido muy precisas". En 2010,
Panetta, hablando
con el Washington Post, elogió el programa de aviones no tripulados de la
CIA en Pakistán como "la operación más enérgica en la que la CIA ha estado
involucrada en toda su historia". Esto es solo una pequeña muestra de los
halagos de los funcionarios de Obama sobre este programa (para ver más, miren aquí
entre las páginas 15 y 28).
A pesar de todo eso, el Departamento de Justicia de Obama no solo ha
rechazado desde el inicio entregar los documentos requeridos sobre el programa
de aviones no tripulados sino que incluso rechazan
decir si estos documentos existen. Lo hacen insistiendo en que la
existencia de algo como un "programa de aviones no tripulados de la CIA" es
también un secreto, y por eso, no pueden ni admitir ni negar si poseen algún
documento de los que solicita la FOIA: "el propio hecho de saber si existen o no
esos documentos, es secreto", repite el Departamento de Justicia de Obama una y
otra vez como un mantra hipnótico kafkiano.
Conforme a las exenciones 1, 3 y 5 de la FOIA, 5 U.S.C. § 552(b)(1), (3) y
(5), la Oficina del Asesor Jurídico ni confirma ni niega la existecia de los
documentos descritos en su solicitud. No podemos hacerlo porque el propio hecho de la
existencia o no de tales documentos es secreta, está protegida de su publicación
por la ley y es información privilegiada. |
Incluso tras la declaraciones
públicas sin fin del presidente discutiendo y alabando el programa de
aviones no tripulados, el juez federal que presidió el juicio el pasado
septiembre, aplazó sumisamente (como es habitual) las reclamaciones de secreto
del Departamento de Justicia y desestimó
la demanda de la ACLU. La jueza, Rosemary Collyer, dictaminó que todas las
declaraciones públicas citadas por la ACLU por las que los funcionarios de Obama
alardeaban del programa de aviones no tripulados no constituían un
reconocimiento oficial de que la CIA (generalmente al contrario que otros
gobiernos) tenía un programa de aviones no tripulados. La ACLU ha apelado esta
decisión.
Ya eran ridículas antes las declaraciones de secreto del Departamento de
Justicia, pero ahora han alcanzado proporciones de Alicia en el País de las
Maravillas. La semana pasada, el candidato de Obama a liderar la CIA, John
Brennan, pasó
horas y horas delante del Comité de Inteligencia del Senado alabando el
programa de asesinatos selectivos de la CIA y discutiendo la supervisión que
haría de este programa como director de la CIA. Después, Mike Rogers, Jefe del
Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes fue
a Face the Nation e hizo lo mismo. Cuando le preguntaron si "el gobierno
había sido sincero con el Congreso al compartir la información sobre cuales son
las reglas en el uso de" aviones no tripulados, el republicano Rogers respondió:
"Cada mes mi comité tiene que ir a la CIA a revisarlo. Yo, como jefe, reviso
cada ataque aéreo que hacemos contra el terrorismo, tanto desde el lado civil
como del militar cuando se trata de ataques terroristas".
Un reconocimiento más claro y más definitivo por parte del gobierno de EE.UU.
de que la CIA tiene un programa de aviones no tripulados es imposible de
imaginar. Como resultado, a finales de la semana pasada, la ACLU escribió
una carta a la corte de apelaciones, donde su caso está ahora pendiente de
notificar a la corte sobre estos nuevos reconocimientos. En concreto, según la
ACLU, Brennan y los miembros del comité "discutieron ampliamente varios aspectos
del programa de asesinatos selectivos de la CIA, incluyendo el papel del
"director de la CIA en el proceso de aprobación" para los asesinatos selectivos
en el extranjero". Además, Rogers abiertamente "discutió la supervisión mensual
de su comité del programa de asesinatos selectivos de la CIA". Ahora,
simplemente no existe forma de negar de buena fe que el gobierno de EE.UU ha
reconocido pública y oficialmente el programa de aviones no tripulados de la
CIA.
Pero la buena fe no es un impedimento para el Departamento de Justicia de
Obama cuando se refiere al abuso del poder de tener secretos. Esta mañana, el
Departamente de Justicia envió una carta al
juzgado respondiendo a la de la ACLU. Incluso después de los acontecimientos de
la semana pasada, tienen la audacia de reclamar que incluso la pregunta de si
existe un programa de aviones no tripulados de la CIA tiene que ser rechazada.
El Departamento de Justicia alega (de forma completamente falsa) que la ACLU "no
identifica ninguna declaración en la que el señor Brennan supuestamente confirme
la implicación de la CIA en el uso de vehículos no tripulados para "asesinatos
selectivos", sino simplemente citó "discusiones generales de "asesinatos
selectivos" que no implican la involucración de ninguna agencia en particular".
Rechazan las admisiones del Presidente Rogers sobre la base de que las
"declaraciones hechas por miembros del Congreso no constituyen una declaración
oficial del Poder Ejecutivo".
Basta con pensar sobre esto: Obama y sus ayudantes se jactan a menudo del
programa de aviones no tripulados para que el presidente parezca un
papá-protector, un tipo duro. Alguien del gobierno reveló la semana pasada a la
NBC News un
"informe" enviado por el Departamento de Justicia de Obama al Congreso que
pretende justificar legalmente el programa de asesinatos de la CIA. Todo el
mundo sabe y se está debatiendo ahora si la CIA debería hacer esto o no.
Pero lo que se está perdiendo en el debate es la información más básica sobre
lo que hace la CIA e incluso su justificación legal para hacerlo. El gobierno de
Obama todavía rechaza revelar públicamente el memo OLC que supuestamente
autorizaba (llegaron a un acuerdo hace dos semana para hacerselo llegar solo a
ciertos miembros del Congreso sin la presencia de otro personal, por lo que
todavía mantienen "secreta la ley"). Ocultan todo esto (y por lo tanto evitan la
rendición de cuentas más básca y democrática) basandose en la
indescriptiblemente cínica y estupida pretensión de que ellos no pueden
confirmar o denegar la existencia del programa de la CIA sin poner gravemente en
peligro la seguridad nacional.
Esto es una perversión absoluta del derecho a tener secretos. Incluso entre
los amigos del DC que defienden el comportamiento del gobierno de EE.UU., le
será muy difícil a uno encontrar a alguien que defienda lo que están haciendo
aquí. El gobierno de Obama va diciendo a los periodistas lo grande, preciso y
devastador que es el programa de asesinatos de la CIA, y después dice a los
jueces que no es posible hacer ninguna revelación porque no pueden confirmar de
forma segura al juez que el programa existe.
Este flagrante abuso del derecho a tener secretos es a la vez orwelliano y
tiránico. Tiene el efecto de bloquear la más mínima transparencia sobre la
pregunta más consecuente: la autoridad del gobierno para ejecutar a quien quiera
sin cargo, lejos del campo de batalla, en el más absoluto de los secretos. Esto
demuestra de nuevo que un secreto gubernamental excesivo es una amenaza
infinitamente más grande que las revelaciones no autorizadas. Esto es por lo que
necesitamos proyectos de transparencia radical y más denunciantes decididos. Y
es por eso por lo que nadie debería respetar las afirmaciones de secreto del
gobierno de Obama o creer las afirmaciones que hacen sobre la seguridad
nacional. ¿Qué más hay que hacer para probar lo poco reales que son estas
afirmaciones?
El uso en suelo estadounidense
La semana pasada, la revista Esquire a traves de Charles Pierce señalaba
que Brennan, en su audiencia de confirmación, rechazó decir si el gobierno
de EE.UU. tiene el poder de señalar a ciudadanos estadounidenses para ser
ejecutados sin cargos incluso en suelo estadounidense. Ayer, el senador
republicano Rand Paul, que usó su discurso en el Estado de la Unión para
denunciar "las listas secretas de ciudadanos estadounidenses que podían ser
asesinados sin juicio", dijo
que bloquearía la confirmación de Brennan "hasta que Brennan declare si cree
que los EE.UU. tienen autoridad para usar aviones no tripulados para llevar a
cabo asesinatos selectivos de estadounidenses, en los EE.UU"
Para entender lo radical que es el gobierno de Obama en lo relativo al
secreto de Estado, pensad sobre el hecho de que se niegan incluso a contestar
esta pregunta.
Este artículo apareció en el
blog de Glenn Greenwald en el Guardian UK.
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