Conoce a Alfreda Bikowsky, la Oficial Superior en el centro de los escándalos de
tortura de la CIA
Glenn Greenwald y Peter Maass
(The Intercept)
19 de diciembre de 2014
“NBC News la llamaba ayer
una "apologista clave” del programa de tortura de la CIA.
Un artículo complementario de The New Yorker la apodaba “la reina no identificada de la tortura”, y,
en parte, "el modelo para el personaje principal de 'La noche más
oscura'“. Sin embargo, en ambos artículos permanecía como alguien sin nombre.
La persona descrita por NBC y The New Yorker es la alta oficial de la CIA Alfreda Frances
Bikowsky. Varias agencias de noticias han informado de que, como resultado de una larga cadena de
errores y malas conductas significativas, su competencia e integridad están en duda -incluso para miembros de la propia agencia.
The Intercept está dando a conocer el nombre
de Bikowsky, a pesar de las objeciones de la CIA, debido a su papel clave en engañar al Congreso sobre
el uso de tortura por la agencia, y su participación activa en el programa
de tortura (incluyendo participar directamente en la tortura de al menos un
detenido inocente. Por otra parte, Bikowsky ya ha sido identificada públicamente por agencias de
noticias como la agente de la CIA responsable de muchos de estos actos.
El resumen general del informe de la tortura publicado por el Senado la semana pasada ofrece abundante documentación de que la CIA engañó al Congreso repetida y deliberadamente sobre múltiples aspectos de su programa
de interrogatorios. Ayer, NBC News informó de que una agente de la CIA, en
particular, fue la responsable de muchas de esas afirmaciones falsas describiéndola como “una de las mayores
expertas sobre Al Qaeda que sigue siendo un alto cargo de la CIA.”
NBC, mientras ocultaba su identidad señaló que el mismo funcionario no identificado "también participó en 'interrogatorios mejorados' del auto-roclamado autor
intelectual del 11 de septiembre, Khalid
Sheikh Mohammed, fue testigo del ahogamiento simulado del sospechoso de terrorismo Abu
Zubaydah y ordenó la detención de un sospechoso de terrorismo que resultó ser ajeno a Al Qaeda según el informe.”
Jane Mayer que escribía
ayer en The New Yorker sobre el artículo de NBC, agregaba que el oficial “todavía ocupa
una posición de gran autoridad dentro de la sección de contraterrorismo de la CIA.” Este oficial
señalaba Mayer es el mismo que "decidió ignorar información suministrada a la CIA que podría muy bien
haber impedido los ataques del 11 de septiembre; que se regodeó después en la participación en sesiones
de tortura; malinterpretó inteligencia de tal manera que envió la CIA a una persecución absurda de células
durmientes de Al Qaeda en Montana. Y mintió a supervisores del Congreso afirmando que la tortura funcionaba.”
Mayer también escribía que la agente es “la misma mujer” identificada en el informe del Senado que supervisó
“el mes de rendiciones y horripilantes
interrogatorios de otro detenido, cuya detención fue un caso de identificación errónea”.
Ambos medios de información retuvieron el nombre de esa agente de la CIA, aunque su
identidad es ampliamente conocida entre los periodistas ha sido utilizado por varios medios
de comunicación en relación con su trabajo en la CIA. Ambos artículos se referían a peticiones de la CIA para
no identificarla, aunque facilitaban detalles que dejaban clara su identidad.
De hecho, a principios de este año, The Washington Post identificó
a Bikowsky por su nombre, describiéndola como una analista de la CIA “que estaba relacionada
con un fallo crítico de intercambio de información de inteligencia previo a los ataques del 11 de septiembre de 2001,
y la chapuza en la 'rendición' en 2003 de un
ciudadano alemán inocente que se creía que era un agente de Al Qaeda.” La noticia del Post llevaba a McClatchy y al periodista independiente
Marcy Wheeler a plantear dudas sobre la conveniencia de ex abogado personal de Bikowsky Robert Lit, jugara un papel clave en su calidad de actual abogado
del gobierno en decidir qué partes del informe sobre la tortura debía ser publicado.
El artículo de McClatchy identificó a Bikowsky por su nombre como el oficial que "jugó un papel
central en la entrega fallida de Khaled el-Masri.El-Masri, que
resultó ser inocent, afirmó que había sido torturado por la agencia. Masri, un ciudadano alemán que fue
secuestrado en Macedonia y torturado por la CIA en Afganistán fue liberado en 2003 después de que se reveló que no estaba relacionado
con Al Qaeda.
Ya en 2011, John Cook, el editor saliente de The Intercept, escribió un artículo en
Gawker, basado en la información de Ray Nowosielski y John Duffy, refiriéndose por su nombre a Bikowsky y apuntando a
una amplia evidencia que mostraba que ella “tiene una larga (si bien bajo
seudónimos) historia de estar asociada con algunas de las pifias más
desastrosas de la agencia”, incluyendo un papel clave en el fallo de la CIA
previo al 11 de septiembre al no notificar al FBI que dos conocidos agentes de
Al Qaeda habían entrado en el país.
A principios de ese año, Associated Press informó
de que un "analista de la CIA [que]había llevado a la agencia a una de las mayores vergüenzas diplomáticos de
la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo” (la rendición para ser torturado del
inocente El-Masri) fue repetidamente promovida. A pesar de las recomendaciones internas de ser castigada, la AP informó que
en cambio "ha sido elevada uno de los puestos de trabajo de primera clase en el Centro de Contraterrorismo de la CIA.”
El artículo la nombraba como "Frances”, explicando que AP “accedió a la petición de la
CIA de referirse a Frances por su segundo nombre porque el primero es inusual.”
El nombre de Bikowsky, y su larga cadena de acciones controvertidas, se han convertido en
un secreto tan abierto que incluso tiene su propia página extensa y detallada en Wikipedia.
La entrada la describe como un "oficial de la Agencia Central de Inteligencia de carrera
que ha dirigido... la unidad de la jihad global”.
En los meses previos a la publicación del informe de la tortura,
la CIA y la Casa Blanca lucharon para evitar que el Senado ni siquiera asignara seudónimos
a los oficiales de la CIA son descritas en el informe. El Senado finalmente capituló por lo
que es difícil seguir cualquier narrativa coherente sobre lo que hicieron estos oficiales.
Como Mayer escribió en el artículo de ayer:
“Los lectores pueden especular sobre cómo encajan las piezas, y quienes son
las personalidades detrás de este programa. Pero incluso sin seudónimos, es extremadamente
difícil conectar los puntos.... Sin nombres, o incluso con seudónimos, es casi imposible
de armar el rompecabezas, o pedir responsabilidades a nadie del gobierno estadounidense.
Evidentemente, eso es exactamente por lo que la C.I.A. luchaba durante su proceso de redacción
de ocho meses de duración, detrás de todas esas puertas cerradas.”
Nombrar a Bikowsky permite a las personas armar estos rompecabezas y exigir
responsabilidades a determinados funcionarios. Los argumentos de la CIA para la supresión
de su nombre son vagas y poco convincentes general a la posibilidad de que ella pudiera ser blanco de represalias.
Los argumentos de la CIA se centran en una amenaza indefinida contra su seguridad. “Nos opondríamos
fuertemente a adjuntar el nombre de nadie, dado el entorno actual”, dijo un portavoz de la CIA,
Ryan Trapani, a The Intercept en un correo electrónico. En un mensaje de voz posterior, agregó:
"Hay gente loca en este mundo y tratamos de mitigar esos riesgos.”
Sin embargo, más allá de Bikowsky, varios funcionarios de la CIA que dirigieron
e implementaron el programa ya se han identificado públicamente -en realidad,
muchos de los arquitectos clave del programa, como José Rodríguez, son invitados frecuentes
en los programas de noticias.
Trapani también argumentó que el informe del Senado “se basa sólo en
la perspectiva de una parte de esta historia”, y que un artículo sobre Bikowsky
“no requiere nombrar a personas que nunca han tenido la oportunidad de refutar
lo que se ha dicho sobre ellos.” Cuando The Intercept solicitó la refutación
de la CIA -o de Bikowsky- a la interpretación crítica que de ella se da en el informe del Senado,
Trapani se negó a ofrecer una. Señaló que el director de la CIA, John Brennan, había impugnado
la afirmación del informe de que la agencia había tergiversado el valor del programa de interrogatorios.
Traducido por contrapunto2002.blogspot.com
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