Su huelga de hambre se acerca al decimoséptimo día. Ha sobrepasado el punto
donde los expertos dicen que se puede causar un “daño psicológico y un
impedimento cognitivo irreversible,” aún así el prisionero británico Shaker
Aamer, que lleva detenido sin cargos o juicio durante 11 años en la prisión de
la Bahía de Guantánamo, sigue comprometido a resistir.
Cada día en Guantánamo es una tortura, así como el tiempo que me tuvieron
antes, en las bases aéreas de Bagram y Kandahar, en Afganistán. No son realmente
los actos individuales de abuso (el strappado, que es el proceso refinado de la
Inquisición española donde te cuelgan de las muñecas de manera que tus hombros
se empiezan a dislocar, la privación de sueño, y las patadas y puñetazos); sino
la experiencia combinada. Mi libro favorito aquí (lo he leído una y otra vez) ha
sido 1984 de George Orwell: la tortura es para la tortura, y el sistema es para
el sistema.
Su conciencia política, sin embargo, le previene de estar dispuesto a
pedir clemencia, terminar su huelga de hambre y aceptar lo que el sistema le
está haciendo.
“Se me ha robado más de una década de mi vida, por ninguna buena razón.”
declara Aamer. “Estoy resentido por eso, por supuesto. Me he perdido el
nacimiento de mi hijo pequeño, y algunos de los años más maravillosos de mis
cuatro hijos. Me encanta ser padre, y siempre trabajé para hacerlo lo mejor que
puedo.”
Quiere ir a casa, a Londres, pero afirma, “Nunca voy a suplicar. Si tengo
que morir aquí, quiero que mis hijos sepan que morí por unos principios, sin
arrodillarme ante los que me abusan.”
Clive Stafford Smith, abogado y director ejecutivo de la organización
humanitaria de abogados basada en GB, Reprieve, comparte
que Aamer, que es “considerado ampliamente como un carácter robusto e
ingenioso, ha empezado a tener en cuenta la posibilidad de que pueda morir en la
Bahía de Guantánamo.” Ha pedido a Smith que “informe” a su mujer de que “podría
no salir vivo después de todo.”
Si muere en Guantánamo, el presidente Barack Obama, su administración y
todo el gobierno de los Estados Unidos serán en gran medida responsables, pero,
según las alegaciones y los detalles compartidos por Smith, Gran Bretaña y
Arabia Saudita pueden ser responsables también.
Aamer es uno de los 86 prisioneros a los que todas las agencias de
inteligencia les retiraron los cargos y están listos para ser liberados, sin
embargo, hay
gato encerrado. Según Reprieve, “es el único de los 779 que han
sido detenidos en la Bahía de Guantánamo y retirados sus cargos que
supuestamente está listo para ser liberado, pero sólo a un país, Arabia
Saudita.” Reprieve cree que si fuera repatriado a Arabia Saudita sería “detenido
indefinidamente, y el acceso a los medios y a sus abogados restringido
enormemente.” De hecho, Aamer ha protestado que “se le repatrie forzosamente a
Arabia Saudita.”
“La única razón por la que los EEUU quieren enviar a Shaker a Arabia
Saudita es para callarlo, lo más probable al sentenciarlo a una larga condena
después de un juicio farsa,” sostiene Smith.