Diez años después del veredicto militar estadounidense
en contra de Chelsea Manning
Kevin Gosztola
The Dissenter
Julio 31, 2023
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 3 de agosto de 2023
Dibujo del tribunal militar de la soldado Manning y
jueza militar coronel Denise Lind por el sargento Shawn Sales (producido para
el ejército estadounidense y el dominio público).
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Fue hace diez años que el ejército de Estados Unidos encontró culpable a la soldado Chelsea Manning de violar la Ley de Espionaje,
junto con otras ofensas relacionadas. Ella fue afortunadamente absuelta de los
cargos más alarmantes impuestos en su contra: “ayudar al enemigo”.
Manning le dio a WikiLeaks alrededor de 700,000 documentos, muchos de los cuales contenían evidencia de tortura, crímenes,
abusos de derechos humanos y corrupción dentro del Departamento de Estado.
Oficiales apanicados del ejército estadounidense y de seguridad nacional lucharon para responder a las consecuencias de lo que fue
revelado y el gobierno estadounidense inmediatamente endureció las
restricciones acerca de cómo los soldados, contratistas y personal de bajo
nivel de agencias pueden tener acceso a la información de bases de datos.
Los oficiales incluso adoptaron un programa de “amenaza interna” que fue un retroceso a la era de McCarthy en los 40 y 50.
Los medios de prestigio apenas mostraron interés en procesos previos al juicio de Manning. La cobertura consistente de los medios
dependía del trabajo de los periodistas, como el reportero David Dishneau de la
Associated Press, Nathan Fuller del Manning Support Network, el reportero Adam
Klasfeld de Courthouse News, Alexa O’Brien, reportera independiente, el artista
de tribunal Clark Stoeckley y yo.
La Freedom of the Press Foundation juntó fondos y contrató taquígrafos, que produjeron transcripciones del juicio para la prensa
y el público.
El 30 de julio del 2013, en el Forte Meade en Maryland, la coronel de la armada Denise Lind presentó un veredicto. Lind
encontró a Manning culpable de cinco ofensas de la Ley de Espionaje. También
fue encontrada culpable de múltiples ofensas de robo, así como de “exceder
acceso autorizado” en una computadora del gobierno bajo la Ley de Fraude de
Cómputo y Abuso ((CFAA).
El Centro por Derechos Constitucionales (CCR), que presionó para más transparencia en la corte marcial condenó
el veredicto. “La Ley de Espionaje” en sí misma es una reliquia desacreditada
de la era de la Primera Guerra Mundial, creada como una herramienta para
suprimir a los disidentes políticos y activistas anti guerra y es indignante
que el gobierno escoja invocarla en primer lugar en contra de Manning. Los
empleados de gobierno que denuncian crímenes de guerra, otros abusos y la
incompetencia del gobierno deben ser protegidos bajo la Primera Enmienda”.
Destaqué en mi cobertura del
veredicto que Manning fue condenada en el National Whistleblower
Appreciation Day, y que su condena cristalizó una contradicción
considerable. Mientras que oficiales de Estado Unidos profesaron su apoyo por
los whistleblowers, los fiscales militares simultáneamente aseguraron un
veredicto de culpabilidad en uno de los casos más severos y vengativos jamás
presentados contra una soldado estadounidense.
'El intento del mal general necesario para ayudar al enemigo'
La teoría de los fiscales militares estadounidenses detrás del cargo de “ayudar al enemigo” fue increíblemente alarmante.
Sostuvieron que Manning “ayudó al enemigo de los Estados Unidos al darles
información conscientemente a través de medios indirectos a al-Qaida y a
al-Qaida en la península árabe”.
“El soldado Manning tuvo conocimiento de que estos enemigos al-Qaida y a al-Qaida en la península árabe usaron WikiLeaks
para reunir información acerca de los Estados Unidos y, por lo tanto, al darle
información a WikiLeaks, le dio información al enemigo”, dijo el fiscal
principal el mayor Ashden Fein durante su discurso final.
Fein añadió que “el soldado Manning tenía el intento del mal general necesario para
auxiliar al enemigo y la evidencia muestra que ella actuó de manera voluntaria
y deliberada con sus revelaciones”.
Según Fein, el ejército estadounidense entrenó a Manning para que “siempre asumiera” que los “adversarios” estaban “leyendo
material publicado en internet”. El “enemigo usó el internet”. El “enemigo”
estaba capacitado para “juntar información del internet para usarla en contra
de los Estados Unidos”.
Los fiscales militares incluso intentaron convencer a la juez militar que Osama bin Laden había solicitado copias de los documentos
de WikiLeaks cuando supo de su publicación y que eso hacía a Manning culpable
de “ayudar al enemigo”.
El abogado defensor David Coombs instó a
Lind a descartar el cargo de “ayudar al enemigo” antes del veredicto. Para que
se pudiera afirmar que Manning tuvo “intento general maligno”, Coombs mantuvo
que el ejército necesitaba prueba de que no transfirió los documentos
directamente a al-Qaida y a al-Qaida en la península árabe. Así que ella
transfirió los documentos a WikiLeaks con el propósito de facilitarle acceso de
los archivos a grupos terroristas. (Esas pruebas no existen).
Después de que Lind rechazara
la solicitud, Ben Wizner de la American Civil Liberties Union (ACLU) dijo la
juez militar falló en considerar las implicaciones de los cargos por la Primera
Enmienda. Ahora era “imposible comunicarse con el público sin comunicarse con
el enemigo”. Cualquier oficial del Pentágono podía contestar preguntas de la
prensa y cuando la información fue transmitida, podía “ayudar al enemigo”.
Yochai Benkler, quien testificó como testigo para la defensa durante el juicio, escribió
para The Guardian, “incluso si Lind exonera a Manning, la decisión dejará una
gran sombra sobre los periodistas de seguridad nacional y sus fuentes”.
“La decisión establece un espeluznante precedente: filtrar documentos a estos periódicos puede ser en sí legalmente suficiente
para constituir la ofensa de ‘ayudar al enemigo’ si quien filtró es suficientemente
sofisticado acerca de la información y de cómo el enemigo usa el internet”, declaró Benkler.
Una 'Hacker,' una 'Anarquista,' y una 'Traidora'
Mas allá del alegato de que Manning “auxiliara” terroristas, los fiscales estadounidenses fueron despiadados en desgarrar su
personalidad. Fein describió
a Manning como una “hacker” que veía a sus “compañeros soldados como
tortilleras, un montón de rednecks, hiper masculinos e ignorantes o idiotas ingenuos”.
“Ella no era un alma perturbada. Ella era una soldado determinada con conocimiento, habilidad y deseo de lastimar a los
Estados Unidos en su esfuerzo de guerra. Y, su señoría, ella no era una soplón. Ella era una traidora. Una
traidora que entendió el valor de la información comprometida en manos del
enemigo y tomó medidas deliberadas para asegurarse de que ellos, junto con el
mundo, recibiera todo”.
Invocando el fantasma del senador Joseph McCarthy, Fein insistió que a Manning “no le importaba la bandera” y que “comprometió cientos
de miles de documentos en la búsqueda de su patología anarquista”.
“En lugar de la bandera estadounidense, Manning puso
su confianza y lealtad en WikiLeaks y Julian Assange”.
Lind contempló
esta línea de ataque al permitirles a los fiscales llamar a Jihrleah Showman,
quien era el “líder del equipo” de Manning, en el 2009, al estrado como
testigo. Durante la conversación acerca de por qué Manning se unió al ejército,
Showman dijo que Manning le había dicho que la bandera estadounidense “no tenía
significado” para ella. No consideraba que tuviera “ninguna lealtad a este país
o a nadie”.
La defensa de Manning fuertemente objetó a la jueza la decisión de permitir que Showman tomara es estrado porque nunca registró la
supuesta declaración de “deslealtad” en una manera orientada.
Coombs dijo que Showman había fabricado este intercambio para hacer ver mal a Manning. De hecho, Coombs re contextualizó la
supuesta declaración, dejando claro que Manning había expresado la opinión de
que nadie debería tener “lealtad ciega a la bandera” o ser un “autómata”.
Por supuesto, la fría persecución podía ser vista como una extensión del trato cruel e inhumano que Manning sobrevivió. Manning había
estado detenida varios días en condiciones de confinamiento solitario en la
base de marina en Quántico, en Virginia y Camp Arifjan en Kuwait. Los oficiales
médicos que se opusieron a este maltrato fueron ignorados por los comandantes.
El abuso no terminó hasta que se convirtió en un escándalo para el gobierno del presidente Barack Obama. Entonces la
transfirieron a Fort Leavenworth en Kansas.
El ejemplo básico de la seguridad de estado estadounidense de una “amenaza interna”
El veredicto en contra de Manning marcó la altura de la guerra de Obama contra soplones.
El soplón de la Agencia de Seguridad Nacional Edward Snowden había expuesto es sistema global de
vigilancia masiva de la NSA a escrutinio sin precedentes y, en julio, el
Departamento de Estado estadounidense encalló a Snowden en el aeropuerto de
Moscú al revocar su pasaporte.
Manning se convirtió en un ejemplo básico de “amenaza interna” para el estado de
seguridad nacional estadounidense.
Un archive del 2014 del Equipo de Amenaza Nacional Interna (National Insider Threat Task Force), que es parte de la
Oficina del Director de Inteligencia Nacional (Office of the Director for
National Intelligence (ODNI)), declaró que “durante el servició de la soldado
Manning en el ejército estadounidense, ella luchó con su propia imagen como
hombre, cuando quería ser una mujer abiertamente aceptada en el ejército. La
soldado Manning también era defensora de los homosexuales que abiertamente
estaban enlistados” en la política del Departamento de Defensa de “No
preguntes, no digas”.
“La soldado Manning era asociada con un grupo de ‘hackers’ auto proclamados que consideran que la información (en particular la
del gobierno) debe ser de conocimiento público. Ella fue aceptada en este grupo
y se asoció a sí misma como una ‘hacker’ y se suscribió a la ideología del
grupo”. (Así es como las agencias de seguridad describen a WikiLeaks).
“Indicadores de comportamiento” o “motivación” fueron enlistados para detener a la próxima Manning. En marzo del 2016, Manning
escribió que “el que las agencias implementen el programa de amenaza interna
podría examinar a cualquiera que tenga motivos de ‘ambición’, ‘dificultades
financieras’ está “descontento”, tiene ‘una ideología’, una ‘lealtad dividida’,
un ‘ego’ o ‘imagen propia’ o ‘cualquier asunto familiar/personal’ — las
palabras usadas para describir mis motivaciones”.
“Dicho etiquetamiento subjetivo podría fácilmente ser aplicado a virtualmente cada
persona que tiene actualmente permiso de seguridad”.
El gobierno estadounidense no se ha detenido con Manning. Una década más tarde, siguen con la ferviente búsqueda de la
extradición del fundador de WikiLeaks Julian Assange para que sea traído a los
Estados Unidos y puesto en juicio por su papel como editor que publicó los
documentos de Manning.
El veredicto contra Manning sigue siendo un ejemplo para todo el personal actual y antiguo del ejército estadounidense: comparte
con el público documentos que detallen la verdadera naturaleza de las guerras
de Estados Unidos y los fiscales militares te perseguirán sanguinariamente,
como si estuvieras con los terroristas o los regímenes dictatoriales.
Y si Assange es condenado por “crímenes” casi idénticos, tal vez el mensaje se extienda a periodistas y a fuentes y le de al
gobierno estadounidense una latitud incluso más grande para esconder sus
acciones.
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