Entrevista al periodista de investigación Seymour Hersh
La propaganda que sirvió para preparar la guerra
de Irak está siendo reutilizada en Irán
Amy Goodman Democracy Now! 23 de noviembre de 2011
Traducción por S. Seguí
Mientras Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá tienen previsto anunciar en
estas fechas un conjunto coordinado de sanciones contra la industria del
petróleo y petroquímica de Irán, el veterano periodista de investigación Seymour
Hersh cuestiona el creciente consenso sobre el supuesto programa iraní de armas
nucleares. La presión internacional ha ido en aumento contra Irán desde que la
Agencia Internacional de Energía Atómica reveló en un informe las “posibles
dimensiones militares” de las actividades nucleares de Irán, citando pruebas
“creíbles” que “indican que Irán ha llevado a cabo actividades relacionadas con
el desarrollo de un artefacto explosivo nuclear”. En su último artículo para el
blog del The New Yorker, titulado “Irán y el OIEA” (1), Hersh afirma que el
reciente informe es un “documento político”, no un estudio científico.
Amy Goodman: Hoy, Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá tienen
previsto anunciar un conjunto coordinado de sanciones contra Irán. ABC News y el
Wall Street Journal informan que las sanciones irán dirigidas contra la
industria del petróleo y petroquímica de Irán. La semana pasada, el presidente
Obama advirtió de que no se han excluido ningún tipo de opciones.
Barack Obama: Las sanciones tendrán efectos drásticos y enorme
alcance, y estamos construyendo una plataforma que ya ha sido establecida. La
pregunta es, ¿existen medidas adicionales que podemos tomar? Vamos a explorar
todas las vías para ver si podemos resolver este asunto diplomáticamente. He
dicho muchas veces, y lo confirmo hoy, que no estamos excluyendo ninguna
opción.
Amy Goodman: La presión internacional sobre Irán ha ido en aumento
desde que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) reveló en un
informe –cito textualmente – “las posibles dimensiones militares” de sus
actividades nucleares. EL OIEA dijo que había pruebas “creíbles” e indicó [que]
“Irán ha llevado a cabo actividades relacionadas con el desarrollo de un
dispositivo nuclear explosivo.” Asimismo, el OIEA aprobó una resolución el
pasado viernes, expresando su “creciente preocupación” por el programa nuclear
de Irán de acuerdo con las conclusiones del informe.
El presidente del Parlamento de Irán, Alí Larijani, anunció ayer que Irán
revisará sus relaciones con el OIEA como consecuencia del informe. Larijani
indicó que podría resultar difícil para Irán seguir cooperando con el organismo
de control nuclear.
Alí Larijani: Si este organismo actúa en el marco de la Carta lo
aceptamos, como miembros de las Naciones Unidas, y cumpliremos con nuestras
responsabilidades. Pero si la agencia pretende desviarse de sus
responsabilidades, entonces no debe esperar cooperación de la otra
parte.
Amy Goodman: Palabras del presidente del Parlamento iraní. Mientras
tanto, algunos iraníes han expresado el deseo de una mayor cooperación con el
OIEA.
Saíd Bahrami: Teniendo en cuenta el hecho de que el gobierno ha
hecho un montón de aclaraciones, sería mejor que aumentara su cooperación con el
OIEA y que éste vea por sí mismo, de cerca; con lo que no habría pretexto para
las grandes potencias.
Amy Goodman: La semana pasada, el Pentágono confirmó que ha recibido
nuevas bombas anti-búnker –bunker-busting bombs- de alto poder
destructivo, capaces de destruir sitios subterráneos, incluidas las
instalaciones nucleares de Irán. Estas bombas, de cerca de quince toneladas de
peso, tienen seis veces el tamaño del actual arsenal anti-búnker de la Fuerza
Aérea.
Las nuevas sanciones contra Irán son también una continuación de las
denuncias estadounidenses del mes pasado en el sentido de que funcionarios
iraníes estuvieron involucrados en un frustrado complot para matar al embajador
saudí en Washington. EE.UU. tiene previsto anunciar hoy que el sector financiero
de Irán constituye una “preocupación de primer orden en materia de lavado de
dinero.” Esta frase desencadena una disposición de la USA Patriot Act que
advierte a las empresas europeas, asiáticas y latinoamericanas que se les podría
impedir hacer negocios con Estados Unidos si continúan trabajando con Irán
Así pues, para hablar más sobre las sanciones y las implicaciones del informe
del OIEA, nos vamos a Washington, DC, para hablar con el periodista de
investigación, ganador del Premio Pulitzer, Seymour Hersh, que ha estado
informando sobre Irán desde hace una década. Su último trabajo para el blog del
The New Yorker, se titula “Irán y el OIEA” y se puede leer en ese sitio (1).
Bienvenido a Democracy Now!, señor Hersh. Háblenos de lo que usted considera
que debería saberse sobre lo que está pasando en Irán en este momento en lo que
respecta al sector de la energía nuclear.
Seymour Hersh: Bueno, usted ha mencionado Irak. Es precisamente eso,
casi el mismo tipo de… no sé si llamarlo “psicosis”, pero es una especie de
mundo de fantasía que se está construyendo allí, como se construyó en Irak, el
mismo tipo de… se trata de lecciones no aprendidas, obviamente. Mire, he estado
escribiendo sobre Irán y podría decirle que desde 2004, con George Bush, y en
particular con su vicepresidente, Cheney, estábamos… Cheney estaba
particularmente preocupado por que hubiera centros secretos de construcción de
un arma atómica, lo que es muy diferente al simple enriquecimiento. Tenemos
enriquecimiento de uranio en Irán. Ellos mismos lo han reconocido, tienen
inspectores allí, hay cámaras allí, etc. Irán es un país signatario del Tratado
de No Proliferación y nadie les está acusando de hacer trampas. De hecho, ese
último informe que tanto ha conmocionado a todos dice también que, una vez más,
no han encontrado ninguna evidencia de que Irán esté desviando el uranio que
está enriqueciendo. Y también que lo está enriqueciendo básicamente a niveles
muy bajos para fines pacíficos, según dicen, un 3,8 por ciento. Así pues, hay un
pequeño porcentaje enriquecido al 20 por ciento para uso médico, pero eso es
bastante pequeño y también está bajo las cámaras, bajo inspección.
Lo que tenemos es que en aquellos días, en los años 2004, 2005, 2006, 2007,
hasta el final de su mandato, Cheney mantuvo su Mando conjunto de operaciones
especiales (Joint Special Operations Command - JSOC) que envía equipos al
interior de Irán. Trabajan con diferentes grupos de la disidencia –azeríes,
kurdos, incluso jundallah, que es un grupo sunita de oposición muy
fanático– y hacen todo lo posible para tratar de encontrar pruebas de una
instalación subterránea no declarada. Monitoreamos todo, ejercimos una
vigilancia increíble. En aquellos días, lo que hicimos entonces, podemos incluso
mejorarlo hoy día. Y algunas de estas cosas son muy técnicas, muy secretas, pero
te puedo asegurar que no hay muchas cosas que puedes hacerse en estos momentos
en Irán sin que nos enteremos de alguna manera. No han encontrado nada. Nada. No
hay evidencia alguna de armas. En otras palabras, no hay pruebas de que haya
instalaciones para construir la bomba. Tienen instalaciones para enriquecer,
pero no instalaciones separadas para construir una bomba. Esto es así,
simplemente es un hecho. No lo hemos encontrado, si es que existe. Sigue siendo
una fantasía. Todavía queremos pensar –mucha gente piensa en efecto– que
exista.
El gran cambio, en las últimas semanas, fue que el OIEA salió con un nuevo
informe. Y no es un informe científico, es un documento político. Recoge muchas
de las viejas acusaciones que se han hecho en los últimos años, acusaciones que
fueron examinadas por el OIEA, bajo la dirección de Mohamed El-Baradei, que
dirigió el OIEA durante 12 años, el egipcio que ganó un Premio Nobel de la Paz
por su trabajo, alguien muy escéptico respecto a Irán al principio y que fue
haciéndose menos escéptico a medida que Irán se fue abriendo más y más. Sin
embargo, hay ahora nuevo director del OIEA, un funcionario japonés llamado
Amano, perteneciente a un partido japonés de derechas. Estoy seguro de que es un
hombre honorable, que se cree lo que dice creer. Pero resulta que tenemos una
serie de documentos que WikiLeaks consiguió de la embajada estadounidense en
Viena, una de las embajadas en Viena, informando de lo maravilloso que era que
Amano estuviese allí. Esto es del último año. Estos documentos fueron publicados
por el grupo de Julian Assange y son muy importantes, porque lo que dicen los
documentos es que Amano ha prometido lealtad a Estados Unidos. Tengo entendido
que fue elegido siendo un candidato marginal. Los estadounidenses lo apoyamos
mucho. Hicieron falta seis votaciones. Todo el mundo lo consideraba débil, pero
nosotros seguimos apoyando su candidatura al puesto. Y conseguimos que lo
pusieran allí. Él respondió dándonos las gracias y afirmando que comparte
nuestros puntos de vista, que comparte nuestros puntos de vista sobre Irán. Él
va a hacer… básicamente… era toda una expresión de amor. Él va a hacer lo que
nosotros queramos.
Este nuevo informe no dice nada nuevo. Esto no lo digo yo. Está en el
artículo que hice para el blog del New Yorker… tiene más información. Hablé con
ex inspectores. Son voces distintas de las que se leen en el New York Times y el
Washington Post. Hay otras personas de las que no se informa, que son mucho más
escépticas sobre este informe pero que no los vemos en la cobertura de la
noticia. Así que lo que estamos recibiendo, aquí en la prensa diaria
mayoritaria, es una pequeñita porción del análisis de este informe. Hay un
análisis completamente diferente, que se resume en estas palabras: muy poco de
nuevo.
Y la forma en que funcionan estas cosas, Amy, es también vieja. Un informe
que aparece en un periódico de Londres, que resulta ser falso, que resulta ser
propaganda, lanzado por nosotros o por servicios secretos europeos, no está
claro... Todo esto sucedió, si recordamos bien, con la historia de Ahmed
Chalabi, durante la preparación para la guerra en Irak, todo esto, ya sabes, los
grandes arsenales grandes que existían en el interior de Irak. El mismo tipo de
propaganda que se está utilizando ahora se ha visto en los últimos años, en la
última década, en varios periódicos. El OIEA lee estas cosas y decide que no es
verdad… que es un montaje, o que al menos no está fundamentado en nada que ellos
conozcan. Todos estos informes antiguos, creo que con la excepción de un nuevo
estudio que fue puesto publicado el OIEA… había probablemente 30 ó 40 documentos
antiguos, con sólo tres posteriores a 2008, todos los cuales son, según muchas
personas dentro del OIEA, montajes que no merecen casi ninguna confianza. Así
que ahí estamos.
Amy Goodman: Así que, Hersh, nos dice usted que no es información
nueva. Que se trata de un nuevo jefe del OIEA, que es lo que hace la diferencia.
¿Puede hablarnos más sobre la infiltración de EE.UU. en Irán, el JSOC en Irán,
la vigilancia sobre Irán?
Seymour Hersh: Por supuesto. Es decir, el tipo de cosas que hacían. Te
podría decir cosas que eran secretas ocho, nueve años atrás. Por ejemplo, si
había una instalación subterránea que pensábamos que era… en la que veíamos
movimientos de excavación, digamos, en una zona de montaña, poníamos en el
camino, cuando había camiones arriba y abajo de la carretera, poníamos a lo
largo de la carretera lo que aparentaban ser piedras. De hecho, eran sensores
que podían medir el peso de los camiones que entraban y salían. Si un camión
entraba ligero de peso y salía con carga se podía suponer que estaba saliendo
con tierra, que estaban excavando. Hacíamos este tipo de control.
También hemos puesto todo tipo de contadores pasivos, de medidores de
radiactividad. Uranio, incluso plutonio… la mayor parte del material que manejan
es uranio enriquecido. No están fabricando plutonio. Sin embargo, se le puede
seguir el rastro porque en un momento dado hay que moverlo. Una vez se saca y se
empieza a transportar, se puede rastrear. Es fácil encontrar contadores Geiger,
si se quiere, para usar ese término pasado de moda. Se puede medir la
radiactividad y ver si hay aumento. En ocasiones, entrábamos en un edificio
–nuestras tropas quiero decir, a veces incluso con estadounidenses–, un edificio
en Teherán, donde se pensaba que había algo sospechoso en marcha, organizábamos
un tumulto en la calle, mientras sacábamos unos cuantos ladrillos y colocábamos
otros con un contador Geiger, si se quiere, o un dispositivo de medición para
ver si en ese edificio se estaban haciendo algún tipo de enriquecimiento que no
conociéramos.
Y también tenemos una capacidad increíble de buscar aberturas de ventilación
desde el aire, desde los satélites. Si usted está construyendo una instalación
subterránea, tiene que ventilarla. Tiene que conseguir que entre aire limpio.
Que se elimine el aire contaminado y que entre aire fresco. Así que, tenemos
chicos que son expertos, gente tremenda incrustada en la comunidad. Algunos de
ellos se retiraron y crearon una empresa privada para llevar a cabo esta misión.
Ellos monitorizan la vigilancia aérea en busca de aberturas de ventilación, a
fin de encontrar un patrón, tratar de encontrar un patrón, de una instalación
subterránea. Nada. No se encontró nada.
Y lo más importante es que nosotros y el OIEA, incluso también este nuevo
informe, afirmamos que –permítanme hacer hincapié en esto– si no se está
desviando uranio, si no está desapareciendo uranio de los libros y se está
transportándolo a escondidas a otro lugar a fin de construir la bomba –y en este
sentido el OIEA es absolutamente categórico– todo lo que se están enriqueciendo,
cualquiera que sea el porcentaje al que lo enriquezcan, está bajo la vigilancia
de las cámaras y la inspección de los inspectores. Todo está abierto, en virtud
del Tratado, el tratado de salvaguardia. Nadie está acusando a Irán de violar el
Tratado. Sólo los acusan de hacer trampas al margen, o de que hay alguna prueba
de que las están haciendo. Y no ha habido evidencia de un desvío. Así que si
usted va a hacer una bomba, va a tener que traer el uranio de otro lugar. Y
teniendo en cuenta el tipo de vigilancia que tenemos, esto va a ser difícil de
conseguir, importarlo de un tercer país, traer el uranio y enriquecerlo, o traer
uranio enriquecido. Es sólo una posibilidad remota.
Y lo que tenemos es, como ya he dicho, una especie de histeria, la misma que
había sobre Irak que vuelve sobre Irán. Y esto no es un alegato en favor de
Irán. Hay un montón de cosas que los iraníes hacen y que son inaceptables, la
manera en que tratan a la disidencia, etc. etc. Así que sólo estoy hablando en
el contexto de la algarabía que se está montando. Y en cuanto a las sanciones se
refiere, disculpen pero hemos estado sancionando a Cuba durante 60 años, y
Castro… ya sabes, puede que esté enfermo, pero todavía está allí. Las sanciones
no van a dar resultado. Estamos ante un país que produce petróleo y gas, cada
vez menos pero sigue habiendo mucho. Y tienen clientes en el Lejano Oriente. Los
iraníes tienen compradores de su energía. Nosotros somos los perdedores en este
asunto.
Amy Goodman: ¿Podemos comparar el gobierno de Obama con el de Bush en
lo que respecta a Irán?
Seymour Hersh: No puedo encontrar una comparación. Lo mismo, un poco
menos belicoso, pero lo mismo… Tengo razones para creer que, a diferencia de
Bush, el presidente Obama está realmente preocupado por un ataque. No quiere que
los israelíes bombardeen Irán. Ese es el tipo de discurso que hemos estado
leyendo en la prensa últimamente.
Y hay nuevos artilugios, como usted mencionó, bombas de 14.000 kg,
construidas por Boeing, creo. El problema es que la mayoría de las instalaciones
de Irán, las que conocemos, las instalaciones declaradas para ser inspeccionadas
con cámaras, un lugar llamado Natanz, están a 20 ó 25 metros bajo tierra. Y
tendríamos que lanzar un montón de bombas para hacerle algún daño de
consideración. Por supuesto que podríamos dañarlo, pero el costo a nivel
internacional sería tremendo. La justificación para ir y bombardear es tan vaga
y tan nimia. Se han hecho estudios, estudios técnicos del MIT y otros lugares,
que muestran que el gobierno israelí también ha participado con sus científicos
en estos estudios, que muestran que sería muy difícil hacer un daño
significativo dada la profundidad de las instalaciones subterráneas. Pero se
sigue oyendo hablar de este asunto.
Además, mira, este presidente no ha dicho nada acerca de lo que está pasando
otra vez en la plaza Tahrir. Estamos mudos. Ha estado mudo ante este tipo de
belicosidad. Pero mi opinión, a partir de información interna, él comprende
mejor estos asuntos. Creo que lo que hay ahora es un juego político para hacerlo
aparecer como un duro. Ya sabes, todo el mundo va detrás del voto independiente.
No sé por qué. No sé por qué es tan importante ir tras personas que no pueden
decidir si son demócratas o republicanos, pero parecería que estamos jugando a
eso.
Amy Goodman: Bueno, pasemos a la respuesta de Israel al informe del
OIEA. Ayer, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, dijo en una entrevista
con la CNN ha llegado el momento para lidiar con Irán. Cuando se le preguntó
concretamente si Israel atacaría a Irán, respondió así:
Ehud Barak: No creo que sea un tema de debate público. Pero te
puedo decir que el informe del OIEA ha tenido un impacto preocupante en muchas
partes del mundo, en los líderes y la opinión pública. Y la gente entiende que
ha llegado el momento. Amano reveló sin ambages lo que encontró, a diferencia de
Baradei. Y se ha convertido en un problema importante, que creo que se ha
convertido, correctamente, en un motivo importante de sanciones, de intensa
actividad diplomática, con carácter de urgencia. La gente entiende ahora que
Irán está decidido a conseguir armas nucleares. No hay otra explicación posible
o concebible para lo que han estado haciendo. Y es preciso pararlo.
Amy Goodman: He aquí al ministro de Defensa israelí, Ehud Barak. ¿Su
respuesta?
Seymour Hersh: Bueno, lo que me pone nervioso es que Barak y
Bibi, Bibi Netanyahu, estén de acuerdo en esto. Ellos no están siempre de
acuerdo en muchas cosas. Ambos están de acuerdo, y esto es preocupante porque,
de nuevo, es un tema político. El país se está derechizando rápidamente; Israel,
por supuesto. Y yo sólo puedo decir que también he hablado, por desgracia, de
que las reglas del juego están tan mal en Israel. No no lo puedo escribir, pero
he hablado con gente de muy alto nivel en los servicios de inteligencia de
Israel. Si te fijas, no se oye mucho sobre eso, pero el ex jefe del Mossad, Meir
Dagan, que dejó su puesto –el hombre que orquestó los intentos de asesinato en
Dubái, etc., es decir, no una paloma precisamente– ha afirmado con toda
vehemencia la locura que significa atacar Irán, con el argumento de que no está
claro lo que tienen. Están sin duda muy lejos de la bomba. Israel ha estado
diciendo desde hace 20 años que están a seis meses de fabricar una bomba.
Pero te puedo decir que he hablado con altos funcionarios israelíes, en
Israel, que me han dicho, que están al corriente de que Irán, tal como
informaron los servicios de inteligencia estadounidenses, creo que fue en 2007,
en su informe National Intelligence Estimate (Estimación de inteligencia
nacional - NIE), dijo, en esencia, que Irán pretendió conseguir la una bomba.
Irán sufrió una guerra de ocho años con Irak, una guerra terrible, de 1980 a
1988, en la que, por cierto, Estados Unidos se puso del lado de Irak, de Saddam
Hussein en ese momento. Entonces Irán, en los años siguientes, comenzó a
preocuparse por los rumores lanzados por Irak sobre la construcción de un arma
nuclear, lo que parecía viable en ese momento, digamos en 1987; pero de 1997 a
2003 nada de nada, según afirmó el NIE estadounidense en 2007, aumentado en
2011. Escribí sobre ello hace un año en The New Yorker, afirmando que sí, que
Irán contempló la fabricación de una bomba, pero de ninguna manera –sabían que
no podían– como disuasión ante Estados Unidos o Israel. No son tontos. La
sociedad persa tiene ya alrededor de veinte siglos. No nos pueden disuadir.
Tenemos demasiadas bombas. Ellos pensaron que quizás podían disuadir a Irak.
Después nuestra invasión y ocupación de Irak en 2003 se detuvieron. Así que
habían hecho algunos estudios. Estamos hablando de modelos de computadora, etc.
no de edificios. Sin duda abrigaban la idea de conseguir una bomba o llegar al
punto en el que tal pudieran fabricar una. Lo hicieron, pero se detuvieron en
2003.
Hasta ahí el consenso americano. Y los israelíes te dirán en privado, “Sí,
estamos de acuerdo.” Abandonaron la mayor parte de su planificación, incluso sus
estudios, en 2003. La posición israelí es que no se detuvieron porque vieran lo
que hicimos en Irak, sino porque –según me dijo un general israelí– lo poco que
nos llevó destruir Irak. Hicimos en tres semanas, lo que ellos no pudieron hacer
en ocho años. Ellos pensaban que serían los próximos. Sin embargo, el consenso
era que sí, que se detuvieron. Y además, si usted le pregunta a gente seria,
israelíes inteligentes de los servicios secretos –y hay muchos– “¿de verdad cree
que si consiguen la bomba –y no tienen una ahora– podrían atacar Tel Aviv?” la
respuesta sería, “¿crees que están locos? Los incineraríamos. Por supuesto que
no. Ellos llevan ahí 2.000 años. Eso no va a suceder”. Su temor es que les
facilitasen la bomba a alguien más, etc.
Pero hay un elemento de racionalidad de la comunidad de inteligencia israelí
que no está siendo expresado por sus dirigentes políticos. Es la misma locura
que tenemos aquí. Hay un elemento de racionalidad en nuestra comunidad de
inteligencia que dice –en 2007 y lo ha dicho de nuevo el año pasado– que no
tienen la bomba. No la están fabricando. Está en la NIE, dieciséis organismos
están de acuerdo, dieciséis a cero en una votación interna; antes de eso,
hicieron una actualización en el año 2011 del estudio de 2007 y llegaron al
mismo lugar. No hay nada. Eso no quiere decir que no tengan sueños. Esto no
significa que los científicos no hagan estudios informatizados. Esto no quiere
decir que los físicos de la Universidad de Teherán no hagan lo que a los físicos
les gusta hacer, escribir artículos y hacer estudios. Pero simplemente no hay
evidencia de ningún esfuerzo sistemático para pasar del enriquecimiento de
uranio a la fabricación de una bomba. Es un proceso enorme, difícil. Usted tiene
que tomar un gas muy caliente y convertirlo en metal y luego hacer de él un
núcleo. Y usted tiene que hacer eso por control remoto, ya que no hay manera de
acercarse a estos materiales. Te mataría. Así es de radiactivos.
Mira, yo soy una voz solitaria. Y sabes hasta qué punto es cuidadoso The New
Yorker con lo que publica, incluso en una entrada de un blog. Ese artículo fue
comprobado y vuelto a comprobar. Y cito a personas concretas, por ejemplo a Joe
Cirincione, un estadounidense que ha estado involucrado en cuestiones de desarme
durante muchos años. Son voces diferentes de las que estamos leyendo en los
periódicos. A veces me ofende tener que leer siempre las mismas voces en el New
York Times y el Washington Post. No leemos a persona con puntos de vista
diferentes. Y las hay, no sólo dentro de la comunidad de inteligencia
estadounidense sino también dentro del OIEA en Viena. Hay muchas personas que no
pueden soportar lo que Amano está haciendo, y… Básicamente, recibo correos
electrónicos. Además el artículo salió, se puso, creo, en fin de semana. Y me
envían mensajes de correo electrónico, como locos, gente del interior que me
dice: “¡Así se hace!” Estoy hablando de dentro del OIEA. Es una organización que
no tiene tratos con la prensa, pero que en el interior están muy preocupados por
la dirección que Amano está tomando.
No es un estudio científico, Amy. Es un documento político. Y es un documento
político en el que Amano está jugando nuestro juego. Y es el mismo juego que los
israelíes están utilizando, igual que los contrarios a Irán. Y me gustaría que
pudiéramos separar nuestros sentimientos acerca de Irán y los mulás y lo que
ocurrió con los estudiantes a partir de 1979 de la realidad, que es que creo que
hay una posibilidad muy seria de que los iraníes seguramente nos darían el tipo
de inspecciones que queremos, en a cambio de un poco de cariño: poner fin a las
sanciones y ofrecer un respeto que ellos insisten en que quieren obtener de
nosotros. Y no está sucediendo con este gobierno.
Amy Goodman: Seymour Hersh, quiero darle las gracias por estar con
nosotros. Su último trabajo se halla en el blog de The New Yorker. Se titula
“Iran and the IAEA” (Irán y el OIEA.)
(1) http://www.newyorker.com/online/blogs/comment/2011/11/iran-and-the-iaea.html
?mbid=gnep
Fuente:http://www.democracynow.org/2011/11/21/
seymour_hersh_propaganda_used_ahead_of
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