Cheney, Rumsfeld y el oscuro arte de la
propaganda
Publicado el 1 de septiembre de 2011
Por Amy Goodman
“Cuando se miente, se debe mentir a lo grande y ser fiel a esa mentira”,
escribió Joseph Goebbels, el ministro de propaganda del Reich alemán en 1941. El
ex Vicepresidente Dick Cheney parece haber tomado el famoso consejo nazi en su
nuevo libro: “En mi tiempo”. Cheney continúa siendo fiel a sus convicciones en
temas que van desde la invasión a Irak hasta el uso de la tortura. Durante una
entrevista en el programa Dateline de News, dijo en referencia a las
revelaciones del libro: “Harán rodar muchas cabezas en Washington”. Las memorias
de Cheney siguen a las de su colega y amigo Donald Rumsfeld. Mientras ambos
promueven su propia versión de la historia, hay gente que los desafía y
enfrenta.
El título del libro de Rumsfeld, “Conocido y desconocido”, proviene de una
tristemente célebre respuesta que dio durante una conferencia de prensa en el
Pentágono cuando era ministro de Defensa. El 12 de febrero de 2002, cuando
intentaba explicar la falta de evidencias que vincularan a Irak con armas de
destrucción masiva, Rumsfeld dijo: “Hay conocidos que conocemos, hay cosas que
sabemos que sabemos. También sabemos que hay conocidos a los que desconocemos,
lo que quiere decir que sabemos que hay algunas cosas que no sabemos. Pero
también hay cosas desconocidas que desconocemos, aquello que no sabemos que no
sabemos.”
La enigmática declaración de Rumsfeld se hizo famosa y emblemática de su
desdén por los periodistas. Es considerada como un símbolo de las mentiras y
manipulaciones que llevaron a Estados Unidos a la desastrosa invasión y
ocupación de Irak.
Una persona que se convenció gracias a la retórica de Rumsfeld fue Jared
August Hagemann.
Hagemann se enlistó en el ejército para servir a su país, para hacer frente a
las amenazas que repetidamente mencionaba el Ministro de Defensa Rumsfeld.
Cuando el soldado de comando del ejército de Estados Unidos recibió la citación
para su más reciente despliegue (su esposa no recuerda si era el séptimo o el
octavo), la presión fue demasiada. El 28 de junio de 2011, Jared Hagemann, de
veinticinco años de edad, se disparó a sí mismo en la Base Conjunta
Lewis-McChord, cerca de Seattle. El Pentágono indica que Hagemann murió a causa
de una herida de bala “auto infligida”, pero aún así no lo llamó suicidio.
Jared había amenazado con suicidarse varias veces antes. No era el único.
Según se informó, cinco soldados cometieron suicidio en Fort Lewis en julio. Se
estima que más de trescientos mil soldados que volvieron de la guerra padecen
trastornos de estrés post traumático o depresión.
La viuda de Hagemann, Ashley Joppa-Hagemann, se enteró de que Rumsfeld
firmaría ejemplares de su libro en la base. El viernes 26 de agosto, Ashley
entregó a Rumsfeld una copia del programa de los servicios fúnebres en memoria
de su fallecido esposo. Ella me contó: “Le dije que quería que viera a mi
esposo, y así conocería, así podría poner rostro a al menos uno de los soldados
que han perdido sus vidas debido a sus mentiras en relación al 11/S.”
Le pregunté acerca de la respuesta de Rumsfeld: “Todo lo que recuerdo es a él
diciendo ‘Ah sí, oí algo de eso.’ Y luego, todo lo que recuerdo es haber sido
acosada por personal de seguridad, empujada hacia afuera y advertida de no
regresar.” Desafortunadamente es el Sargento del Estado Mayor Hagemann el que
nunca va a regresar a su esposa y a sus dos pequeños hijos.
En su entrevista para la NBC, Cheney afirmó haber
desempeñado un rol en la renuncia del entonces Secretario de Estado Colin
Powell. Consulté al respecto al ex jefe de despacho de Powell, el Coronel
Lawrence Wilkerson, quien respondió: “Por los extractos que leí, vale decir que
no he leído el libro completo, lo más penetrante que dice el vicepresidente en
su libro es que tuvo algo que ver con el alejamiento de Colin Powell de su cargo
en enero de 2005. Eso es un disparate total.” Más importante, sin embargo,
resulta el decidido llamado de Wilkerson exhortando a que los involucrados en
llevar al país a la guerra en Irak sean responsabilizados por sus actos, lo que
implicaría castigo para él mismo. Un pilar central de la invasión a Irak fue el
discurso de Powell del 5 de febrero de 2003 ante Naciones Unidas, en el que se
expuso el caso de las armas de destrucción masiva. Wilkerson asume plena
responsabilidad por la coordinación del discurso de Powell: “Desafortunadamente,
y lo he reconocido muchas veces públicamente y en privado, fui la persona que
preparó la presentación de Colin Powell ante el Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas el 5 de febrero de 2003. Probablemente fue el mayor error de mi vida. Lo
lamento hasta el día de hoy. Lamento no haber renunciado en ese momento.”
Pregunté al Coronel Wilkerson qué piensa de grupos como el Centro por los
Derechos Constitucionales y el abogado y bloguero Glenn Greenwald que han pedido
el juicio penal de Cheney, Rumsfeld y otros funcionarios del gobierno de Bush.
Me respondió: “Estaría dispuesto a testificar, y estaría dispuesto a enfrentar
cualquier castigo que merezca.”
El Coronel Wilkerson dijo sobre el libro de Cheney: “Es un libro escrito sin
miedo. Sin miedo de que un día alguien haga de Dick Cheney un ‘Pinochet’”. El
Coronel Wilkerson se refiere al caso del dictador chileno Augusto Pinochet, que
fue arrestado en Inglaterra y detenido durante un año antes de ser liberado. Un
juez español quería que lo extraditaran para juzgarlo por crímenes contra la
humanidad.
A pocos días del décimo aniversario del 11 de Septiembre y mientras aumentan
las víctimas en todos los bandos, los libros de Rumsfeld y Cheney nos recuerdan
una vez más cuál es la primera víctima de la guerra: la verdad.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
© 2011 Amy Goodman
Texto
en inglés traducido por Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y
Democracy Now! en español. Democracy
Now! en español/a>, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional
que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés
y en más de 250 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el
sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos",
editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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