George Takei conmemora los campos de concentración de
japoneses estadounidenses y explica por qué Trump es “el verdadero terrorista”
Reportaje
Democracy Now! en Español
20 de febrero de 2017
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(en inglés)
Ayer se cumplieron 75 años de la orden ejecutiva 9066 que ordenaba la reclusión
forzada de más de 120.000 hombres, mujeres y niños de ascendencia japonesa en
campos de concentración. La orden fue firmada por el presidente Franklin Delano
Roosevelt el 19 de febrero de 1942 y regía sobre aproximadamente 70.000
ciudadanos estadounidenses. Durante el fin de semana se realizaron en todo el
país eventos de conmemoración por este 75º aniversario de la reclusión forzada
de japoneses estadounidenses con residencia legal en el país. Mucha gente se
pregunta actualmente si esta historia podría repetirse. En 2015, al defender su
propuesta de una prohibición completa y total al ingreso de musulmanes a
Estados Unidos, Trump la comparó con las medidas tomadas por Roosevelt.
Para ampliar esta información, vea nuestra conversación con el legendario actor y
activista George Takei, que creció en un campo de concentración.
TRANSCRIPCIÓN
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
JUAN GONZÁLEZ: Ayer se cumplieron 75 años desde
que el 19 de febrero de 1942 Franklin Delano Roosevelt firmara la Orden
Ejecutiva 9066, que forzó a más de 120.000 hombres, mujeres y niños de
ascendencia japonesa a trasladarse a campos de concentración. Entre ellos había
casi 70.000 personas que eran ciudadanas estadounidenses.
PRESIDENTE FRANKLIN DELANO ROOSEVELT: Estados Unidos de América fue
atacado repentina y deliberadamente por fuerzas navales y aéreas del imperio de
Japón. Como comandante en jefe del Ejército y la Marina he ordenado que se
tomen todas las medidas necesarias para nuestra defensa.
JUAN GONZÁLEZ: A lo largo del fin de semana, se
llevaron a cabo eventos en memoria del mencionado día por todo Estados Unidos
para conmemorar el 75º aniversario de la reclusión de los japoneses
estadounidenses. Mucha gente se pregunta si la historia puede repetirse. En la
campaña electoral, Donald Trump pidió explícitamente que se creara un registro
de musulmanes. Y como presidente ha intentado vetar la entrada a refugiados y a
viajeros procedentes de siete países de mayoría musulmana. En una entrevista
con la cadena ABC en 2015, Trump defendió su propuesta de un veto total y completo a la entrada de musulmanes en Estados
Unidos comparándolo con las acciones llevadas a cabo por Roosevelt.
DONALD TRUMP: Lo que estoy haciendo no difiere
mucho de la medida tomada por Roosevelt para los alemanes, los italianos o los
japoneses hace muchos años.
GEORGE STEPHANOPOULOS: ¿Así que es usted partidario de
los campos de internamiento?
DONALD TRUMP: Estamos hablando de un presidente que fue muy respetado por todos. Él hizo lo mismo. Si nos fijamos en
lo que él hizo, fue mucho peor. Es decir, él hablaba de los alemanes porque
estábamos en guerra. Ahora estamos en guerra.
JUAN GONZÁLEZ: Pues bien, nuestro próximo
invitado sostiene que uno de los episodios más oscuros de la historia de
Estados Unidos ha comenzado a repetirse. Nos acompaña George Takei, el
legendario actor y activista por los derechos de los homosexuales, que creció
en un campo de internamiento. Se le conoce sobre todo por realizar el papel de
Hikaru Sulu en "Star Trek". El espectáculo de Takei en Broadway,
"Allegiance" (Lealtad) se proyectó en cines de todo Estados Unidos el
domingo, el Día Conmemorativo del internamiento de los japoneses
estadounidenses. El musical trata sobre la reclusión de japoneses estadounidenses,
y está inspirado en la historia real de Takei y su familia. Bienvenido a
Democracy Now!, George Takei.
GEORGE TAKEI: Es un placer estar aquí.
JUAN GONZÁLEZ: Bien, usted ya ha visitado
nuestro programa pero, ¿podría hablar de la experiencia de su propia familia y
sobre lo que usted pasó cuando era niño como resultado de las políticas de
internamiento que Roosevelt puso en marcha?
GEORGE TAKEI: Bueno, de hecho ayer, que como
usted ha dicho, se considera el día conmemorativo, recordé el encarcelamiento
durante mi infancia en el hogar del hombre que nos puso detrás de esas vallas
de alambre de espino, la casa de Franklin Delano Roosevelt en Hyde Park. Hablé
de mis recuerdos allí. Y hablé de aquella mañana en la que mis padres me
levantaron muy temprano en la mañana, junto con mi hermano que es un año menor
que yo, y mi hermana, que todavía era un bebé, vistiéndonos a toda prisa. Nos
dijeron a mi hermano y a mi que esperáramos en la sala de estar mientras ellos
hacían las maletas en la habitación. Así las cosas, estábamos los dos
simplemente mirando por la ventana principal de la sala de estar, cuando vimos
a dos soldados marchando por la entrada hacia nuestra casa portando rifles con
bayonetas relucientes en ellos. Llegaron hasta el porche delantero dando
pisotones.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Y esto dónde sucedió?
GEORGE TAKEI: Esto fue en Los Ángeles.
JUAN GONZÁLEZ: Los Ángeles, de acuerdo.
GEORGE TAKEI: En la calle Gardner, en una casa
de dos dormitorios. Seguidamente golpearon la puerta principal con los puños.
Era un sonido aterrador. Mi padre salió y abrió la puerta. Y, literalmente, a
punta de pistola, nos ordenaron salir de nuestro hogar. Mi padre nos dio a mi
hermano y a mi unas pequeñas bolsas para que los lleváramos, y le seguimos
hacia fuera en la calzada y esperamos a que saliera nuestra madre. Cuando ella
salió, tenía a nuestra hermana bebé en un brazo y una bolsa enorme de lona en
el otro, y las lágrimas corrían por su rostro. Todo esto se lo relaté a una
gran audiencia en la Biblioteca Roosevelt, en la finca de más de mil acres de
Franklin Delano Roosevelt. Fue un sentimiento extraño.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Y dónde fue internada finalmente su familia?
GEORGE TAKEI: Bueno, primero nos llevaron a
los establos de caballos en el hipódromo de Santa Anita. Nos llevaron allí en
un camión con otras familias que habían sido detenidas. Y desde allí, nos
condujeron a la zona de los establos, y a cada familia se nos asignó un establo
de caballos, aun con el penetrante hedor del estiércol, para que durmiéramos.
Para mis padres, fue una experiencia degradante y humillante el llevar allí a
sus tres hijos y arreglar los catres para que durmiéramos. Por aquel entonces
yo era un niño de cinco años, y para mí, la perspectiva era totalmente
diferente: me pareció que era medio divertido dormir donde duermen los
caballos. Así pues, las experiencias de mi infancia fueron muy diferentes al
dolor que sintieron mis padres y a la angustia, la humillación, la degradación
y la rabia por las que pasaron durante más de cuatro años.
JUAN GONZÁLEZ: Y creo recordar que no era solo
el presidente liberal, Roosevelt, quien respaldó esta política, sino que
además, ¿no estuvo Earl Warren, en aquel entonces fiscal general, y más tarde
famoso juez del Tribunal Supremo, también propagando fobia contra los japoneses
por toda California? ¿No es así?
GEORGE TAKEI: Earl Warren era un hombre
ambicioso. Quería presentarse a gobernador. Y se dio cuenta de que la cuestión
política más popular en California en ese momento era el movimiento
"encerremos a los japoneses". Por cierto, estoy utilizando el término
extenso para designar a los japoneses, pero se solía utilizar una palabra más
fea. Y él hizo una declaración asombrosa como fiscal general, el principal
abogado del estado. Él dijo: "No tenemos informes de espionaje o sabotaje
o actos de rebeldía por parte de los japoneses estadounidenses, y eso es
preocupante", el hecho de que no hubiera ningún informe. Dijo que los
japoneses son "inescrutables". No se puede saber lo que están
pensando detrás de ese semblante sereno. Por lo tanto, sería prudente
encerrarlos antes de que hagan cualquier cosa. Así que, para este fiscal
general, la falta de pruebas fue la evidencia. Y se alimentó de esta histeria,
del histerismo de guerra de esa época, y logró llegar hasta el presidente
Franklin Delano Roosevelt.
JUAN GONZÁLEZ: Entonces, ¿cuánto tiempo permaneció su familia recluida?
GEORGE TAKEI: Más de cuatro años. Nos llevaron
desde los establos de caballos a los pantanos de Arkansas, y allí nos
encarcelaron durante alrededor de un año. Había vallas de alambre de espino,
torres de vigilancia y armas apuntando hacia nosotros. Además, en un principio,
después de Pearl Harbor, los jóvenes japoneses estadounidenses se apresuraron a
sus centros de reclutamiento como voluntarios para servir en el ejército. Este
acto de patriotismo fue acogido con una bofetada en la cara. Se les negó el
servicio militar y fueron categorizados como enemigos extranjeros. No éramos
ninguna de las dos cosas. No éramos el enemigo, ni tampoco extranjeros. Nacimos,
nos criamos y nos educamos en Estados Unidos, sobre todo en la costa oeste. Y
así, con esa atrocidad, nos metieron en estos campos de prisioneros con vallas
de alambre de espino. Sin embargo, un año después del encarcelamiento, después
de que nos despojaran de todo lo que poseíamos, se dieron cuenta de que había
escasez de mano de obra en tiempos de guerra. Y ahí estaban estos jóvenes que
clasificaron como enemigos extranjeros. ¿Cómo justificar su reclutamiento? Así
que se les ocurrió, de entre todas las cosas, realizar un cuestionario de
lealtad. Y fue elaborado de la forma más descuidada e ignorante posible. La
pregunta más atroz era la número 28. Se trataba de una frase con dos ideas en
conflicto. En esencia, la pregunta decía así: "¿Va usted a jurar su
lealtad a Estados Unidos de América y renunciar a su lealtad al emperador de
Japón?".
JUAN GONZÁLEZ: Bueno, esta cuestión de la
lealtad, obviamente, está ahora en el centro de algunas de las políticas del
gobierno de Trump. En noviembre, un portavoz del Comité de Apoyo Político de
Trump defendió la propuesta del registro de musulmanes citando los campos de
internamiento de japoneses.
GEORGE TAKEI: Japoneses estadounidenses, insisto.
JUAN GONZÁLEZ: Sí, japoneses estadounidenses. Escuchemos a Carl Higbie del Comité de Apoyo Político 'Gran Estados Unidos'
hablando con Megyn Kelly, del canal de noticias Fox News.
CARL HIGBIE: Lo hicimos durante la Segunda Guerra Mundial con los japoneses, quien, como sabe, llámelo como quiera...
MEGYN KELLY: No me diga que...
CARL HIGBIE: Tal vez erróneamente, pero...
MEGYN KELLY: No me diga que está proponiendo que volvamos a los días de los campos de internamiento, espero que no.
CARL HIGBIE: No, no, no. No estoy proponiendo nada de eso, Megyn.
MEGYN KELLY: Usted sabe mucho como para sugerir eso.
CARL HIGBIE: Pero lo que estoy diciendo es que lo primero que tenemos que hacer es proteger Estados Unidos.
MEGYN KELLY: Es decir, ese el tipo de cosas que hace que la gente se asuste, Carl.
CARL HIGBIE: Correcto, pero solo estoy diciendo que hay antecedentes. Y no estoy diciendo que esté de acuerdo con
ello. Pero en este caso, creo absolutamente que basándose regionalmente...
MEGYN KELLY: No me puedo creer que esté usted mencionando los campos de internamiento como antecedente de cualquier cosa que
el presidente electo vaya a hacer.
MEGYN KELLY: Mire, el presidente tiene que proteger a Estados Unidos como prioridad. Y si eso significa que la gente que
no está protegida bajo nuestra Constitución tenga que pasar por algún tipo de
registro, para que podamos entender o hasta que podamos identificar cuál es la
amenaza verdadera y de dónde viene, yo lo apoyo.
JUAN GONZÁLEZ: Ese era Carl Higbie, del Comité de Apoyo Político 'Gran Estados Unidos' un comité en pro de Trump. ¿Cuál es la
conexión entre algunas de las cosas que sucedieron entonces que como usted está
diciendo, iban en contra de muchos estadounidenses de origen japonés, y lo que
está sucediendo ahora con Trump y el veto musulmán?
GEORGE TAKEI: El propio hecho de que él mencionara aquello para justificar cualquiera que sean los planes que tienen
para los musulmanes muestra que no ha aprendido la lección derivada de la
internación de los estadounidenses de origen japonés, porque si él realmente
hubiera aprendido esa lección, si él la hubiera estudiado, sabría que la
lección es que nunca hay que hacer algo así otra vez. Ronald Reagan se disculpó
por ello en 1988 y se comprometió a ofrecer un desagravio de 20.000 dólares por
ello, 20.000 dólares que ascendieron hasta 1.600 millones de dólares. Este
hombre, Higbie, ignora este dato totalmente. No debemos hacerlo de nuevo. Y el
hecho de que él lo mencionara muestra su ignorancia.
JUAN GONZÁLEZ: Pero hubo algunas personas que fueron objeto de internamiento que se resistieron. ¿Podría hablar sobre el caso
Korematsu y lo que significó y de cómo reaccionaron los tribunales en aquel momento?
GEORGE TAKEI: Bueno, ellos lo cuestionaron después de que fueran encarcelados, y no solo Korematsu, también Gordon
Hirabayashi y un abogado llamado Min Yasui. Los cuestionaron hasta llegar a la
Corte Suprema. En 1944, en medio de la guerra, la justicia les fue denegada.
Fallaron. Pero después de la guerra, en los años 70, cuestionaron de nuevo la
apreciación de la Corte Suprema. Acudieron hasta la corte federal, y el juez
federal encontró que había un error en la sentencia original. Pero ellos
cubrieron esas palabras con su nombre latino, 'coram nobis', o error en la
sentencia original. Y el gobierno no presentó ninguna apelación al respecto a
la Corte Suprema, por lo que la cosa se quedó ahí. Pero hubo un error en la
sentencia original de la Corte Suprema, y eso nunca debería volver a ocurrir.
JUAN GONZÁLEZ: Lo que más adelante dio lugar a
una ley del Congreso, por lo que respecta a las compensaciones de los
estadounidenses de origen japonés, ¿no?
GEORGE TAKEI: Bueno, eso fue cuando Reagan se
disculpó. En 1988, el Congreso aprobó la Ley de Libertades Civiles. Y estaba
este pago simbólico de 20.000 dólares de compensación. Iban en orden según la
edad del beneficiario, y yo no recibí el mío hasta 1991. Y la carta de disculpa
fue firmada por George H.W. Bush, con la firma "George H.W. Bush" en
el cheque de 20.000 dólares.
JUAN GONZÁLEZ: Háblenos de su decisión, porque
usted ha sido un diligente activista gran parte de su vida, pero ¿cuál es su
postura actual en relación a lo que está pasando con el gobierno de Trump y por
qué cree usted que es tan importante hablar sin reservas en la actualidad?
GEORGE TAKEI: Bueno, muchas de las soluciones, no solo la del veto musulmán, sino una solución tras otra ha sido un fracaso.
Este presidente delira. Él acaba de emitir una declaración la semana pasada
sobre que su gobierno está funcionando como una máquina excelentemente afinada.
No se da cuenta del desastre que es su gobierno, del fracaso del ataque en
Yemen y de la serie de fracasos que él supone: es un peligro. El verdadero
terrorista es Donald Trump. Donald Trump es el presidente terrorista de Estados
Unidos. Y su valoración está decayendo y decayendo, y todavía habla sobre el
fantástico apoyo que ha estado recibiendo. Estamos atravesando un momento
increíble de la historia estadounidense.
JUAN GONZÁLEZ: Quiero darle las gracias, George
Takei, legendario actor y activista. Gracias por estar con nosotros.
Traducido por Carolina Flórez. Editado por Igor Moreno y Democracy Now! en Español.
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