La ciberguerra se perfecciona
10 de junio de 2012 Juan
Gelman
Cada vez más. “Flame”, el último virus detectado, goza de una complejidad que
lo convierte tal vez en el más poderoso del planeta. Sólo puede ser producto de
conocimientos tecnológicos muy avanzados de un país. Lo descubrieron por
casualidad en el 2011: la Unión Internacional de Telecomunicaciones, organismo
de la ONU, solicitó a Karsperski Lab la investigación del gusano que el año
anterior había atacado a miles de Macs en diferentes regiones del Medio Oriente
-y no sólo-, particularmente en Irán, el blanco preferido, pero también en los
territorios palestinos, Siria, Líbano, Sudán, Arabia Saudita y Egipto. El
laboratorio Kasperski, con sede central en Moscú, es famoso a nivel mundial por
su capacidad de producir antivirus informáticos de gran calidad.
El Estado que ideó y concretó Flame no lo admite oficialmente, pero The Wall
Street Journal (1-6-12) lo señala sin ambages al referirse a otra ciberarma, el
notorio Stuxnet: EE.UU, es decir, la CIA y el laboratorio nacional de Idaho del
Departamento de Energía. El Washington Post (1-6-12) añade que el Servicio de
Inteligencia israelí también participó en la creación de este virus. Trascendió
que una de las primeras medidas que tomó Obama al ocupar la Casa Blanca fue la
ampliación y el desarrollo de la ciberguerra que W. Bush emprendió contra el sistema nuclear
iraní mediante el proyecto “Juegos Olímpicos” (www.staradvertises.com.news,
1-6-12). Un error de programación del ataque que dañó instalaciones nucleares de
Irán en el 2010 permitió que el Stuxnet “se escapara” de la planta de Natanz, se
esparciera por el mundo y fuera detectado.
Los ataques de Flame sucedieron a los de Stuxnet. Cien veces más complejo que
un virus típico de computadora y con un código que pesa cincuenta veces más,
Flame puede causar efectos sólo comparables con los de un bombardeo aéreo: en
abril pasado, cortó todas las comunicaciones por Internet del Ministerio del
Petróleo iraní y afectó a la mayoría de las exportaciones de crudo del país (//techland.time.com,
31-5-12). Es lo que se denomina un malware o código maligno, o software
malintencionado, que además permite al atacante la captura del tipeo y de la
pantalla de una computadora y aun la escucha de conversaciones que tienen lugar
cerca de los altavoces.
David Sanger, jefe de la oficina del New York Times en Washington, acaba de
dar a conocer un libro que explica cómo los especialistas de “Juegos Olímpicos”
tomaron el control de las centrifugadoras del centro de enriquecimiento de
uranio de Natanz (Confront and Conceal, Crown Publishers, Nueva York, 2012).
Insertaron el programa en las máquinas, éste grabó los sonidos de su
funcionamiento y cuando comenzó a destruirlas sólo se oía en la planta el ruido
de su actividad normal hasta que explotaban. Los técnicos iraníes no entendían
qué estaba pasando.
La empresa de seguridad de la información Symantec-Israel señaló que Flame
tiene un impacto masivo en Irán y reveló que el virus infecta y roba información
de las computadoras iraníes y de otros países del Medio Oriente (www.haaretz.com, 30-5-12).
Funcionarios estadounidenses argumentan que ese método es mejor que un bombardeo
aéreo, pero olvidan el enorme daño que causa cuando el virus, inevitablemente,
se disemina más allá del blanco y ataca en otros países, incluido el propio
EE.UU.
El gobierno de Israel no confirma ni niega su participación en estos juegos
olímpicos, pero el viceprimer ministro Moshe Yaalon dio algún indicio de ello:
opinó que el uso de ciberarmas es “razonable” contra “la amenaza iraní”. “El
nuestro es un país bendecido por su riqueza tecnológica -agregó- y estos
instrumentos abren toda clase de posibilidades para nosotros” (//tribune.com.pk, 30-5-12).
Yaalon es también ministro de asuntos estratégicos.
La Casa Blanca no se apea de sus contradicciones: Obama insistió en que no
objeta el programa energético de Irán, sólo que alguno de estos virus atacó a la
planta eléctrica de Bushehr, construida por Rusia. Luego de que algunos
funcionarios estadounidenses, que guardaron el anonimato, confirmaran la
existencia y el empleo de Flame, EE.UU. negó de manera terminante que tuviera
algo que ver. Pero el FBI ha comenzado una investigación para determinar quién o
quiénes son culpables de las filtraciones sobre el programa de ciberataques
contra las instalaciones nucleares iraníes (//online.wsj.com, 5-6-12).
Hay una cuestión de fondo: el Pentágono viene proclamando que un posible
ciberataque contra EE.UU. será considerado como un acto de guerra y podría
conducir a una represalia militar (//online.wsj.com, 30-5-12). ¿Cómo habrá que entender entonces
los operativos de “Juegos Olímpicos”? ¿EE.UU. ya está en guerra con Irán?
(Con información de Página 12)
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