Los aviones teledirigidos de Obama amenazan la
civilización
Glen Ford Black
Agenda Report 11/04/2012 disenso.wordpress.com 16 de abril de 2012
Cuando Barack Obama se presentó como candidato presidencial en 2008, se
comprometió a aumentar el uso de aviones no tripulados contra elementos de Al
Qaeda en Pakistán y Afganistán. Sus representantes vagaban por los programas de
entrevistas defendiendo un tipo de guerra robótica ‘más inteligente’ y barata,
que permitirá a EEUU evitar pérdidas de vidas de soldados en el teatro ‘Af-Pak’
de la guerra. El despliegue acrecentado de Vehículos Aéreos No Tripulados (UAVs,
en sus siglas en inglés) haría posible desechar el ‘estúpido’ enfoque de la
guerra de George Bush, en favor de un uso más humano y barato de los recursos
tecnológicos de EEUU, salvando, así, vidas estadounidenses y asiáticas.
Lo que el candidato de la ‘paz’ estaba realmente proponiendo era un salto
cualitativo en el impulso de EEUU para dominar el planeta. Washington elevaría a
principio estratégico su auto arrogado derecho a utilizar cualquier medio
técnico a su disposición —principalmente aviones no tripulados— para atacar y
asesinar enemigos a voluntad, en cualquier parte del globo, en cualquier
momento, rindiendo cuentas solo ante sí mismo. Fue una declaración de guerra
contra el derecho internacional tal como ha evolucionado a lo largo de los
siglos.
Esta administración ha aumentado el número de aviones no tripulados de la
Fuerza Aérea a 7.500, al menos. Estos aviones se han unido a las Fuerzas de
Operaciones Especiales como ‘punta de lanza’ de la proyección de poder de EEUU
en el mundo en desarrollo, las ‘líneas del frente’ de la actual ofensiva
imperial.
Prácticamente todas las misiones letales de los aviones no tripulados son, en
términos legales, asesinatos, con o sin ‘daños colaterales’. Son también actos
de terror, en el amplio sentido de la palabra, y están pensadas para que lo
sean.
Como ha señalado el politólogo canadiense David Model en un artículo
reciente, Assassination
by Drones: Es evidente que el lanzamiento de un ataque con un UAV por parte
de un estado es una violación del derecho internacional y los responsables de
estos actos se convierten en sospechosos de crímenes de guerra. La guerra con
aviones no tripulados hace trizas el concepto mismo de imperio de la ley. Al
matar a aquellos ‘sospechosos’ de cometer o planear acciones contra EEUU,
Washington se opone a la aplicación de un juicio justo, escribe Model.
Por consiguiente, al tratar de convertir el mundo entero en una zona militar
sin restricciones para el uso de armas de fuego, y una zona sin ley, la guerra
con aviones teledirigidos requiere que se eliminen las garantías judiciales
en todo el mundo, incluso dentro de las fronteras de EEUU. La ley de
detención preventiva aprobada recientemente en EEUU es la extensión lógica de la
legalidad internacional suscitada por la guerra con UAVs y por las ambiciones de
dominio norteamericano del planeta. Barack Obama no es simplemente otro
‘presidente de guerra’, sino un destructor de la civilización mundial, del
conjunto de reglas que los humanos nos hemos dado para tratar unos con otros en
tanto que estados, grupos sociales e individuos. No es una exageración calificar
este salto en la depravación como una guerra contra la humanidad en general y
contra el legado humano histórico.
Ciertamente, es una guerra contra la paz, el mayor crimen internacional. Si
un estado puede matar personas y destruir ciertas organizaciones por decreto,
sin un juicio justo ni rendición de cuentas, ese estado puede también ‘ejecutar’
a otros estados a voluntad. Con Obama, EEUU ha articulado una noción alternativa
de legalidad global que pretende reemplazar al derecho internacional amasado
durante siglos y elegantemente codificado después de la Segunda Guerra Mundial.
La intervención militar ‘humanitaria’ es la doctrina fraudulenta a través de la
cual EEUU busca justificar su actual y desesperada ofensiva contra todos los
obstáculos interpuestos a su dominio global.
Si George Bush habló en términos unilateralistas de una misión estadounidense
para ‘extender la democracia’ como justificación para su agresiva política de
cambio de régimen en Irak y otras partes, Obama invoca la ‘intervención
humanitaria’ como principio pseudo legal universal de conducta internacional. Es
una doctrina diseñada para el Conflicto Final por la supremacía estadounidense
en el planeta, un espantoso constructor que identifica los supuestos intereses
geopolíticos (corporativos) de EEUU con el destino de la humanidad. ¡La
criminalidad imperial sin límites se hace pasar por el más alto tribunal de
justicia!
Desde la época de la guerra de Vietnam, EEUU ha pasado de ser el mayor
proveedor de violencia en el mundo, en palabras del Dr. Martin Luther King, a
una amenaza existencial para el orden mundial, el imperio de la ley y la
seguridad de los habitantes de la Tierra, una amenaza para la civilización
misma. El primer presidente negro de la nación nos ha sumergido en la barbarie
internacional con su ofensiva de aviones no tripulados. Es un
joystickpara el infierno.
Glen Ford es redactor jefe de Black Agenda
Report.
Traducción: Javier Villate
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