Exdirector de Guantánamo, citado por la justicia francesa
Elizabeth Bryant
DW
01 de marzo de 2016
Un tribunal francés citó a un antiguo comandante de la prisión de
Guantánamo para que responda a las acusaciones de detención ilegal y tortura
que pesan sobre él. La citación en sí es una victoria para un exreo.
En su libro Viaje al infierno, el francés Mourad Benchellali relata la tortura y los insultos a los que
se enfrentó durante su detención de dos años en la prisión militar
estadounidense de Guantánamo.
Su primer encuentro con el hombre que dirgía el por entonces recién inaugurado
Camp X-Ray tuvo lugar a principios de 2002, poco después de su llegada.
“Vi sus ojos y su mirada dura, desdeñosa, evaluándome”, escribe Benchellali acerca
del general cuando visitó a los primeros detenidos y les prometió que su
religión islámica sería respetada. Mientras que, en efecto, se produjeron
algunos cambios después de su visita, escribe Benchellali, las mejoras prometidas
por el general “perdieron credibilidad rápidamente”.
Más de una década después, un tribunal de apelación de París ordenó al entonces
comandante de la prisión de Guantánamo comparecer hoy (01.03.2016), como
“testigo asistido”, por las acusaciones de detención ilegal y tortura
realizadas por Benchellali y otro antiguo reo, Nizar Sassi.
“Quiero que explique por qué ordenó que nos torturaran y cómo lo justifica”, dice
Benchellali, refiriéndose al general estadounidense retirado Geoffrey Miller,
que dirigió Guantánamo entre 2002 y 2004.
El general estadounidense Geoffrey Miller.
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Tanto Benchellali como su abogado, William Bourdon, veían poco probable que el
antiguo comandante de la prisión se presentase ante el tribunal - cosa que
finalmente no hizo- y mucho menos que alguna vez sea juzgado en Francia. Aún
así, consideran esta citación como una primera victoria.
“Creemos que debería haber sido acusado, pero al menos es un paso citarlo como testigo
asistido”, dice Bourdon, tratando de describir el término legal francés que
supone ser más que un simple testigo, pero que no implica cargos formales.
Limpiar su nombre
Para Benchellali, la citación es un paso clave en la misión personal que emprendió
con el objetivo de limpiar su nombre, manchado tras pasar dos años y medio en
Guantánamo por ser un supuesto “combatiente enemigo”. En 2004 fue trasladado a
Francia, donde pasó dos años más en la cárcel antes de ser liberado en 2006. Un
año más tarde, un tribunal de apelación anuló las condenas de conspiración
terrorista que pesaban sobre Benchellali y otros cuatro expresos de Guantánamo.
“No es sólo simbólica”, dice refiriéndose a la citación. “Es probable que podamos
ampliar el área de responsabilidad y citar a otras personas. Esperamos que los
jueces puedan continuar con sus investigaciones”.
La audiencia ha tenido lugar tan sólo una semana después de que el presidente
Barack Obama instara a los legisladores a aprobar un plan para cerrar la
prisión militar, una promesa que hizo como candidato en 2008.
Después de salir de prisión, Benchellali escribió “Viaje al infierno”, en el que
describe su viaje desde los suburbios de Lyon a Afganistán, donde su hermano
les prometió a él y a Nizar Sassi unas “vacaciones”. En vez de eso, cuando
llegaron se encontraron en un campo de entrenamiento de Al-Qaeda.
El libro describe cómo ambos lograron escapar del campo y cruzaron la frontera a
la vecina Pakistán. Fue a finales de 2001, cuando Estados Unidos estaba
conmocionado por los ataques del 11 de septiembre. La pareja fue rápidamente
capturada y entregada a las fuerzas estadounidenses, que les trasladaron a Guantánamo.
Benchellali y Sassi llevan años exigiendo que los tribunales franceses abran un
procedimiento judicial contra Miller. El pasado mes de abril, el Tribunal de
Apelación de París pidió la comparecencia del general para interrogarlo. En EE.
UU. Miller también fue acusado de haber abusado de prisioneros en Guantánamo y
en el campo de Abu Ghraib, en Irak, donde ayudó a establecer la política de
interrogatorios de la prisión.
Luchando contra la radicalización
Benchellali trata de limpiar su nombre desde que salió de prisión en 2006.
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Hoy en día, Benchellali recorre Francia y Europa contando su historia y advirtiendo a
los jóvenes contra la radicalización. Con cientos de europeos luchando en Irak
y Siria, Benchellali está muy solicitado aunque, según cuenta, algunas escuelas
francesas siguen siendo reacias a invitarle a hablar.
En noviembre se le impidió ingresar a Canadá, donde dice que había sido invitado a
participar en varios eventos. Después de permanecer detenido durante dos días,
las autoridades fronterizas de Toronto lo enviaron de vuelta a Francia. Pero
Benchellali no se deja intimidar. Actualmente recorre la Bretaña con Amnistía
Internacional y hablará para los más jóvenes esta semana en Bélgica.
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