Otro ex preso de Guantánamo dejó Uruguay y vive en
Turquía
Cuatro permanecen en el país aunque con dificultades para trabajar.
RAÚL SANTOPIETRO
04 Septiembre 2022
El palestino Mohamed Tahamatan. Foto: Leonardo Mainé.
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Han pasado casi ocho años desde que seis presos de la cárcel de Guantánamo,
por decisión del entonces presidente José Mujica, fueran
trasladados y liberados en Uruguay. En aquellas primeras semanas tras su
llegada el 7 de diciembre de 2014 cada paso que daban era seguido de cerca por
los medios. Con el transcurso del tiempo se fueron integrando en la sociedad y
ya no llamaron la atención. Al punto tal que uno de ellos dejó el país y pasó
desapercibido.
De los seis refugiados que llegaron al país, cuatro continúan en Uruguay.
Incluso, dos de ellos formaron familia.
El primer exrecluso que se integró al mercado laboral fue el sirio Ahmed
Ahjman. Creó Nur Dulces, un emprendimiento gastronómico de postres árabes, que
instaló en el Mercado Agrícola de Montevideo (MAM). El sirio aprendió
rápidamente el idioma español y se incorporó a la cultura uruguaya en poco
tiempo.
Tiene un grupo de ciclistas con los que recorre el país. Sin embargo, es el
único que actualmente no está trabajando ya que debió cerrar su negocio cuando
el MAM suspendió sus actividades durante la pandemia. Y hasta el momento no
pudo reabrirlo.
A él le siguió su compatriota Alí Shabaan que desde hace años es profesor
en un centro de idiomas ubicado en Pocitos. Allí da clases de árabe y de
inglés. El sirio está en pareja con una uruguaya con quien actualmente vive en
Ciudad de la Costa. Si bien cuenta con un ingreso, Shabaan buscó varias veces
cambiar de trabajo. En tres oportunidades superó las pruebas de conocimiento,
pero al llegar a las etapas de entrevistas personales fue rechazado.
Para Cristian Mirza, quien fuera el nexo entre los
refugiados y el gobierno cuando llegaron los refugiados, lo que le ocurrió a
Shabaan fue lisa y llanamente “discriminación”. En diálogo con El País, el
docente recordó que en una de las postulaciones para una zona franca el sirio
fue el mejor calificado en las pruebas, pero que al momento del contacto cara a
cara con los reclutadores se le dijo que no sería tenido en cuenta.
El tunecino Adel Bin Muhammed El Querghi y el sirio Omar Mahmoud Faraj han
construido caminos similares. Se casaron con parejas uruguayas, pero al poco
tiempo ambos se separaron de sus esposas tras ser denunciados por violencia
doméstica y tener que portar tobilleras electrónicas.
Ambos trabajaron juntos en un parking que funciona debajo del Centro
Islámico del Uruguay en el centro de Montevideo. Luego, apostaron por iniciar
una sociedad e inauguraron un local de comidas árabes. Ubicado en la calle
Soriano 1302, Alí Babá, ambos expresos llevan adelante el emprendimiento
gastronómico.
Se fueron
Mohammed Tahamatan mantuvo un perfil bajo desde su liberación. Se casó con
una uruguaya y tuvo dos hijos. Fue noticia en dos oportunidades: cuando se
estrenó un documental sobre él y cuando su visita a Mendoza activó las alertas
del Departamento de Investigación Antiterrorista argentino. Con excepción de
esos episodios, el palestino llevó adelante una vida sin llamar la atención. Al
punto tal que dejó el país hace meses y no fue noticia. En un primer momento,
intentó emigrar a Jordania pero si bien su familia sí pudo ingresar al país él
fue rechazado por lo que decidieron regresar a Uruguay. Más adelante, optaron
por otro destino. Y actualmente Tahamatan vive con su familia en Turquía.
El sirio Jihad Diyab también está en tierras turcas. Su situación fue
difícil de manejar para las autoridades del anterior gobierno.
Un foco de conflicto fueron las declaraciones públicas del sirio
denunciando torturas por parte del gobierno de Estados Unidos. Y luego, en
varias ocasiones, intentó emigrar con documentos falsos hasta que fue detenido
en Venezuela en septiembre de 2016.
Tras ser deportado a Uruguay el expreso inició una huelga de hambre durante
semanas al punto tal que en más de una oportunidad perdió el conocimiento y fue
atendido de urgencia por personal médico que le debió dar suero para
recuperarlo.
En aquel entonces, octubre de 2016, su reclamo era que lo reunificaran con
su familia. Hubo varios intentos de la Cancillería del momento para que sus
familiares llegaran a Montevideo, pero el propio Diyab les pidió que no
aceptaran venir porque entendía que no estaban dadas las condiciones.
Finalmente, según contó Mirza, pudo llegar a Turquía e instalarse allí
aunque el docente reconoció que hace años le perdió el rastro.
Los cuatro “encontraron su lugar en el mundo”, pero “el estigma pesa”
El docente y diputado suplente por el
Movimiento de Participación Popular (MPP), Cristian Mirza, fue el interlocutor
entre los ex presos y el gobierno. En su opinión, el proceso fue “altamente
positivo” y los resultados, para él, demuestran que “la decisión de Mujica fue
correcta”.
Si bien reconoce que hubo “falta de
planificación” en las etapas posteriores a su llegada, asegura que Uruguay dio
un paso “inédito” en su historia y la de América Latina.
En relación a cómo se encuentran los ex
presos dijo que los cuatro que permanecen en el país “encontraron su lugar en
el mundo” y destacó que dos de ellos constituyeron familia en Uruguay.
Mirza relató que todos cuentan con ingresos propios que les permiten
mantenerse sin ayuda estatal. Aunque resaltó que encuentran dificultades para
obtener trabajo. “El estigma de Guantánamo pesa y sigue pesando mucho”,
aseguró.
Fuente: https://www.elpais.com.uy/informacion/sociedad/ex-preso-guantanamo-dejo-uruguay-vive-turquia.html
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