"Esto no es un plan para cerrar Guantánamo", advierte un centro
de abogados de EEUU
María Laura Carpineta
Télam.com.ar
23 de febrero de 2016
HACE CASI UN AÑO, EL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS, BARACK OBAMA, DIJO EN UN ACTO EN OHIO, QUE UNA DE LAS COSAS QUE MÁS LAMENTABA
ERA NO HABER CERRADO LA CÁRCEL DE GUANTÁNAMO EN SU PRIMER DÍA EN LA CASA
BLANCA. HOY EL MANDATARIO ENVIÓ UN PROYECTO DE LEY AL CONGRESO PARA HACERLO,
PERO LA INICIATIVA DEJÓ GUSTO A POCO.
Hace casi un año, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo en un acto en Ohio, que una de las cosas que más
lamentaba era no haber cerrado la cárcel de Guantánamo en su primer día en la
Casa Blanca. Hoy el mandatario envió un proyecto de ley al Congreso para
hacerlo, pero la iniciativa dejó gusto a poco.
"Este no es un plan para cerrar Guantánamo (...) El corazón del plan -mover a los detenidos que no han sido
acusados por ningún crimen y que nunca lo serán a una prisión en Estados
Unidos- no significa cerrar Guantánamo, sino que apenas la reubica en otro
código postal", sentenció en un comunicado el Centro de Derechos
Constitucionales, una organización de Nueva York que defiende a varios detenidos.
"La infamia de Guantánamo nunca fue el lugar dónde está ubicada, sino su régimen inmoral e ilegal de detención
indefinida. Cerrar Guantánamo en sentido real significa poner fin a esa
práctica", agregó uno de sus abogados, Ibraham Al Qatabi, en diálogo telefónico
con Télam.
El proyecto de ley presentado por el gobierno de Obama propuso trasladar a los 91 detenidos que siguen en la cárcel
militar de Guantánamo, abierta en 2002 en la base militar estadounidense del
mismo nombre, ubicada en una porción del territorio cubano, arrendado por
Estados Unidos a principio del siglo XX.
Esta cárcel no sólo se convirtió en uno de los símbolos de las torturas, los abusos y los crímenes cometidos durante el
gobierno de George Bush y su llamada guerra contra el terrorismo, sino que
además dejó al desnudo el doble discurso actual de la dirigencia política en
Washington en materia de derechos humanos.
De los 91 detenidos hoy en Guantánamo, 35 ya están aprobados por el Pentágono para ser liberados, 10 son juzgados por comisiones
militares creadas ad hoc sin ninguna de las garantías constitucionales
estadounidenses y los restantes 46 aún esperan tener una audiencia frente a la
Junta de Revisión Periódica.
Este cuerpo cumple la función de determinar si los presos que nunca fueron acusados por un crimen son demasiado peligrosos
como para ser liberados.
Como vino haciendo en los últimos años, el gobierno de Obama tiene planeado transferir para mitad de año a los 35
detenidos ya aprobados para su liberación a terceros países a través de
acuerdos bilaterales, que muchas veces incluyen una promesa de ayuda
financiera. Para esto no necesita la aprobación del Congreso.
Sin embargo, necesitará de las mayorías republicanas que controlan las dos cámaras del Congreso hace años para autorizar
el traslado de los 10 detenidos que están siendo juzgados por las oscuras
comisiones militares y con los presos del grupo de los 46 que no sean aprobados
por la Junta de Revisión Periódica.
Este cuerpo fue creado por decreto por Obama en marzo de 2011 y recién comenzó en julio de 2013. Desde entonces sólo revisó
los casos de 21 detenidos y aprobó la liberación de 18 de ellos, destacó Al Qatabi.
"Obama propuso replicar las condiciones de detención indefinida que existen hoy en Guantánamo en cárceles de máxima
seguridad en Estados Unidos", concluyó el abogado.
"El presidente quiere tratar de terminar su mandato con un gesto, una victoria simbólica, no acabar con una
ilegalidad", agregó.
Carlos Warner, uno de los abogados defensores designados por el gobierno de Obama para los detenidos en
Guantánamo, tampoco cree que el proyecto de ley presentado hoy vaya a cambiar
el fondo de la cuestión.
Para Warner no está claro si los únicos 10 presos con una acusación -aunque sea producto de "un sistema que es una
broma judicial"- continuarían sus procesos legales en Estados Unidos en
una corte civil o en una militar de concretarse el plan de Obama, explicó a Télam.
Tampoco está claro -agregó el defensor público de Ohio- qué pasará con los detenidos que según el propio proyecto de
ley de Obama "deben seguir detenidos y no son candidatos para ser juzgados
en Estados Unidos o para ser transferidos a un tercer país".
Warner estima que del actual grupo de 46 detenidos cuyos casos serán analizados, entre 10 y 15 serán aprobados para ser
liberados a un tercer país antes de fin de año.
"El problema principal es el resto. Se sabe que son inocentes, que no se los puede acusar de nada en concreto, pero
como hace 10 ó 14 años que están presos por algo que no hicieron, están
enojados y amenazan con atacar a cualquier estadounidense que vean cuando sean
liberados", contó Warner, un abogado estadounidense que visita
periódicamente Guantánamo.
"El gobierno dice que son muy peligrosos por lo que podrían hacer. Pero eso está mal. No se puede tener a
alguien detenido por lo que va a hacer en el futuro", aseguró el abogado,
quien además agregó que ningún país quiere "tomar a un preso que estuvo
encerrado sin causa, está enojado y promete atacar".
Tanto para Al Qatabi como para Warner el proyecto de ley de Obama tiene gusto a poco, pero lo peor es que aún si no
corrige la ilegalidad de fondo, lo más probable es que no sea aprobado en el
Congreso este año.
En 2010, luego que los republicanos arrebataran el control de una de las dos cámaras, el Congreso prohibió que
Obama utilice fondos públicos para transferir a presos de Guantánamo a
territorio estadounidense, como entonces había propuesto el mandatario.
En noviembre pasado, el flamante presidente de la cámara baja, el republicano Paul Ryan, reiteró la posición de su partido
y advirtió a la Casa Blanca que Obama "no tiene la autoridad para
cerrar" Guantánamo.
Por eso, una posible aprobación del nuevo proyecto de ley parece, cuanto menos, improbable.
"Siempre se trató de una cuestión de voluntad política. Muchos analistas legales sostienen que el presidente puede
firmar un decreto y poner fin a Guantánamo", destacó Warner.
Obama firmó decretos en contadas ocasiones en estos últimos siete años, pero sus efectos fueron siempre limitados.
Inclusive en 2014 autorizó por decreto la liberación de cinco talibanes afganos
que hacían años estaban detenidos en Guantánamo para intercambiar por un
sargento estadounidense capturado.
Sin embargo, es difícil creer que el mandatario estadounidense vaya a cerrar las puertas por decreto y en un año
electoral sobre uno de los símbolos que aún polariza a Estados Unidos.
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