El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que
viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también
la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense.
Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar
los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática
encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.
Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar
3. La Nueva República Socialista en América del Norte tiene la orientación de
darle la bienvenida a los inmigrantes de todo el mundo quienes tengan un deseo
sincero de contribuir a las metas y objetivos de esta República, según lo
establecido en la presente Constitución y en las leyes y políticas que se
establezcan y se promulguen en conformidad con la presente Constitución. A
partir del establecimiento de la Nueva República Socialista en América del
Norte, cualquiera que vive fuera del territorio de esta República que quiera
entrar a su territorio y cualquier persona que desee ser ciudadano o residente
permanente de esta República debe observar las leyes y procedimientos
pertinentes que se hayan establecido sobre la base de la presente Constitución.
Cualquiera que solicite el asilo en esta República y al cual se determine, por
medio de los procedimientos pertinentes que se hayan establecido para este fin,
que ha sido víctima de la persecución o que tiene un temor fundado de
persecución por haber participado en justas luchas contra los estados
imperialistas y reaccionarios u otras fuerzas reaccionarias o por haber
realizado actividades científicas, artísticas o de otro tipo que han causado que
entrara en conflicto con los poderes e instituciones de la reacción, podrá
valerse del asilo en la Nueva República Socialista en América del Norte, siempre
y cuando jure observar la Constitución de esta República y obre en consecuencia.
Siempre que no incurran en ninguna violación seria de las leyes de esta
República, las personas que reciben asilo tienen el derecho de permanecer en el
territorio de esta República por el tiempo que elijan y se les concederá los
mismos derechos que los ciudadanos, a excepción de que, mientras no hayan
conseguido la ciudadanía, no podrán votar en las elecciones ni ser elegidos o
nombrados a cargos públicos. Después de cierto plazo estipulado por ley, tendrán
el derecho a ser ciudadanos de esta República, con los mismos derechos y
responsabilidades que los demás ciudadanos. Se llevará a cabo el proceso de
obtener ciudadanía así como la evaluación del status de asilo de todos aquellos
a los cuales se les otorgue asilo, conforme a las leyes y los procedimientos
establecidos para estos fines.
A finales de junio surgió la indignación internacional ante la horrible
imagen de agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos arrancando a los
niños inmigrantes de los brazos de sus padres, y luego el daño emocional a estos
niños pequeños mientras Estados Unidos los usaban para enviar un mensaje a otros
inmigrantes y refugiados: “Dejen de venir aquí”. De esos 2500 niños separados y
detenidos, 300 aún no se han reunido con sus padres deportados sin sus
hijos.
Pero la realidad es que hay otros 12.800 niños aún bajo custodia, los que
ingresaron en Estados Unidos a solas, sin un padre o tutor. Este es el número
más alto de “menores no acompañados” jamás detenidos en cualquier momento, ¡y
representa un aumento de cinco veces desde mayo de 2017! Estos jóvenes
migrantes, principalmente niños de los países del Triángulo Norte de
Centroamérica —El Salvador, Honduras y Guatemala—, dejaron atrás a sus familias
y todo, arriesgándose la peligrosa travesía de varias semanas por todo México,
solo para ser tratados como criminales al buscar asilo en Estados Unidos.
Al mismo tiempo, en agosto se han aumentado en un 38 por ciento los arrestos
en la frontera de familias inmigrantes provenientes del Triángulo
Norte, lo que representa el mayor número de llegadas de familias jamás
registradas en agosto.
¿Por qué motivo vinieron esta gente a Estados Unidos?
La verdad es que las condiciones en estos países son tan intolerables que
obligan a enormes sectores de la población a huir. ¿Y cómo es que las
condiciones han llegado a ser así? La violencia, tumulto y pobreza en esos
países que los han hecho inhabitables para tanta gente son las consecuencias de
décadas de pillaje y dominación militar y política yanqui en esta región que los
gobernantes imperialistas estadounidenses consideran tan arrogantemente como “el
patio trasero de Estados Unidos”.
El apoyo directo de Estados Unidos a los tiranos brutales y sus ejércitos
asesinos y escuadrones de la muerte en la década de 1980 llevó a la masacre de
cientos de miles de personas en los países del Triángulo Norte. Esta violencia
reaccionaria tenía el fin de reprimir los movimientos de resistencia respaldados
por el principal rival mundial de Estados Unidos en ese entonces, la Unión
Soviética (que se había convertido en una potencia imperialista capitalista tras
el derrocamiento del socialismo a mediados de la década de 1950). La expansión
del saqueo económico por parte de las corporaciones estadounidenses en las
décadas siguientes —facilitada por el Tratado de Libre Comercio entre
Centroamérica y los Estados Unidos (CAFTA), la versión para esta región del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que le ha arruinado la
vida a decenas de millones de mexicanos— lo hizo imposible que enormes
cantidades de personas se ganaran la vida trabajando en la tierra. Y la
violencia pandillera generalizada (a menudo trabajando con la policía) que azota
a grandes sectores de estos países hoy y ha creado tasas de asesinato récord
mundiales es el resultado de decisiones tomadas por Estados Unidos en la década
de 1990 para deportar a miles de jóvenes a América Central, en nombre de la
“guerra contra las pandillas”.
Las consecuencias en esos países han sido catastróficas, y han causado un
gran flujo de refugiados e inmigrantes a la frontera entre México y Estados
Unidos. Un factor relacionado es que hay un sector de la clase dominante yanqui
que ve la inmigración en el contexto no solo de la necesidad económica de
Estados Unidos (la superexplotación de la mano de obra mexicana y
centroamericana siempre ha sido la piedra angular de la economía capitalista en
el suroeste y oeste estadounidenses), sino como parte de mantener el dominio
sobre México y Sur y Centroamérica a través del “poder blando” (es decir, la
dominación económica, política y cultural junto con la fuerza bruta y la
intimidación). Piensan que la mejor manera de proteger y avanzar los intereses
imperialistas yanquis es mantener una situación en que la inmigración pueda
continuar pero bajo un mayor control estadounidense.
Este era el programa que Obama implementó. Y sus consecuencias fueron
terribles, incluido el intento de detener el flujo de refugiados
centroamericanos mediante una militarización más intensa de la frontera y la
deportación de la abrumadora mayoría a sus países de origen. En
NoticiasABC Obama dijo: “Nuestro mensaje directo a las
familias en Centroamérica; no envíen a sus hijos a las fronteras. Si llegan,
serán devueltos. Más importante aún, es posible que no lleguen”.
Obama expandió y desencadenó a la Patrulla Fronteriza, lo que obligó a cada
vez más inmigrantes a cruzar la frontera por las partes más peligrosas del
desierto de Arizona, donde cientos de personas perdieron la vida cada año. Los
huesos y restos de estos migrantes, devorados por animales del desierto, son
frutos de la política de Obama. Obama ganó el título de “Deportador en Jefe”
porque bajo su régimen se deportó a un récord de dos millones de inmigrantes.
Promovió el programa Comunidades Seguras, en virtud del cual las fuerzas
policiales locales trabajaron de la mano con los agentes de ICE en ciudades de
todo Estados Unidos para perseguir a los inmigrantes, hasta que ese programa se
terminó; usó la detención indefinida para desalentar a otros a tratar de
ingresar; y entregó decenas de millones de dólares, como lo hace Trump ahora, al
gobierno mexicano para financiar el arresto y deportación de inmigrantes y
refugiados centroamericanos antes de que alcanzaran la frontera con Estados
Unidos.
La solución fascista
El régimen de Trump y Pence representa otro sector de los gobernantes que
está convencido de que el programa fascista de la represión extrema, la
satanización abiertamente racista de la gente de color bajo al estilo “Hacer que
Estados Unidos Vuelva a Ser Blanco”, y la limpieza étnica antiinmigrante pueda
resolver lo que de hecho es una contradicción intratable para este sistema. Su
“solución” fascista incluye:
Crear más espacio de detención para mantener a más niños, por
períodos aún más largos
El número récord de jóvenes inmigrantes
retenidos hoy no es el resultado de un aumento en el número de jóvenes que
llegan a la frontera, sino que es un resultado directo de los cambios para
aumentar los riesgos para cualquiera que intente asumir la responsabilidad
de sus niños. En el pasado, entregaron a los “menores no acompañados” a
patrocinadores, como padres que ya estaban en Estados Unidos, parientes o
amigos de la familia, tan pronto como se verificara la relación. Pero en
junio, el Departamento de Seguridad Nacional anunció que los posibles
patrocinadores y otros miembros adultos que viven con ellos tendrían que
presentar huellas dactilares, y que los datos se compartirían con las
autoridades migratorias, lo que puede amenazar con deportación a las
familias de aquellos que se presenten para ser patrocinadores si alguien no
está documentado. Como resultado, muchos menos se están presentando, así
dejando a los menores bajo custodia durante casi el doble de tiempo que bajo
la política anterior.
Ahora el gobierno se centra en expandir el
espacio de detención para que pueda encarcelar a aún más niños, por
períodos aún más largos. El 11 de septiembre anunciaron planes para
triplicar el número de camas de 1200 a 3800 en el campamento de detención de
inmigrantes en Tornillo-Guadalupe, una ciudad carpa en el sofocante desierto
cerca de El Paso, Texas. También han pedido al Pentágono que se preparara
para retener a niños inmigrantes en bases militares alrededor de Estados
Unidos.
Detener a padres e hijos inmigrantes juntos,
indefinidamente
El régimen de Trump y Pence se está esforzando
para eliminar los obstáculos que impidan que retengan en custodia
—indefinidamente— a padres e hijos bajo custodia
juntos. La razón por la cual este régimen fascista arrancó a
los niños de sus padres en junio es porque se les ha impedido retener niños
en centros de detención por más de 20 días bajo un acuerdo de 1997 que
resultó de una demanda colectiva conocida como Flores. Eso ha
significado que las familias bajo custodia tenían que ser liberadas después
de 20 días. El régimen argumenta que la política de liberar de la detención
a las familias para aguardar sus audiencias migratorias —una política
llamada burdamente “catch and release” (pescar y soltar)— conduce a que los
inmigrantes no comparezcan a la audiencia. De hecho, más de las tres cuartas
partes de estos inmigrantes sí se presentan a la corte.
El 7 de septiembre, los Departamentos de
Seguridad Nacional y de Salud y Servicios Humanos propusieron una regulación
federal que reemplazaría el acuerdo de Flores y permitiría la
detención indefinida de las familias.
Estos crímenes contra los inmigrantes son solo una parte de los ultrajes
intolerables que este sistema lleva a cabo continuamente, y que causan tanto
sufrimiento humano innecesario para las masas del mundo. ALTO a la
satanización, criminalización y deportación de inmigrantes y la militarización
de la frontera.
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