El gobierno de Trump busca relajar restricciones de la política antiterrorista de
Estados Unidos
Charlie Savage y Eric Schmitt
The
New York Times es
14 de marzo de 2017
Los restos de un edificio destruido en el
sureste de Yemen en 2011 por un ataque con drones estadounidense Credit Khaled Abdullah/Reuters
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WASHINGTON – El gobierno de Trump analiza cómo desmantelar o evadir restricciones de
la era de Obama orientadas a evitar muertes de civiles por ataques
con drones, incursiones de comandos y otras misiones antiterroristas fuera
de zonas de guerra convencionales como Afganistán e Irak, según dijeron
funcionarios familiarizados con las discusiones internas.
El presidente Donald Trump ya ha aceptado una solicitud del Pentágono para
declarar “áreas activamente hostiles” en partes de tres provincias de Yemen;
allí serían aplicables normas de campo de batalla menos restrictivas. Eso abrió
la puerta a un ataque de equipos de operaciones especiales a finales de enero
en el que perdieron la vida varios civiles, así como a la mayor serie de
ataques aéreos estadounidenses contra militantes de Al Queda en Yemen, la cual
comenzó hace casi dos semanas, de acuerdo con los funcionarios.
También se espera que Trump apruebe una propuesta similar del Pentágono para hacer que
algunas zonas de Somalia formen parte de ese tipo de campos de batalla
“activamente hostiles” durante 180 días, con lo cual se eliminarían las
restricciones para ataques aéreos e incursiones dirigidos a presuntos
militantes del grupo Al Shabab, vinculado con Al Qaeda.
De izquierda a derecha, el secretario de Defensa Jim
Mattis y el presidente Trump antes de abordar el Air Force One Credit Stephen Crowley/The New
York Times
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Al interior de la Casa Blanca, la suspensión temporal de las limitaciones en
partes de Yemen y Somalia es vista como una prueba mientras el gobierno
considera eliminar o relajar de manera más amplia las reglas del gobierno
de Obama, señalaron los funcionarios, que describieron las discusiones internas
a condición de mantener su anonimato.
La posibilidad de recurrir al uso de la fuerza militar —y aceptar el riesgo
de más bajas civiles— en áreas de conflicto del mundo musulmán se da mientras el gobierno de Trump está tratando de aumentar significativamente
el gasto militar y de recortar el presupuesto de ayuda al extranjero y del Departamento de Estado.
Sin embargo, entre sectores del gobierno hay preocupación por esta modificación en
la política gubernamental. Más de tres decenas de miembros de las instituciones
de seguridad nacional de los Estados Unidos han solicitado al secretario de
Defensa, Jim Mattis, mantener la trayectoria de los principios de la era de
Obama para las misiones antiterroristas, pues señalaron que se debe continuar
con los estándares estrictos para el uso de la fuerza en zonas de guerra no
tradicionales.
En una carta que enviaron el domingo a Mattis, exfuncionarios advirtieron que “incluso
una cifra pequeña de daños o muertes no intencionales de civiles —sin importar
si están o no legalmente permitidos— puede provocar reveses estratégicos
importantes” al aumentar la violencia por parte de grupos de militantes o
provocar que socios y aliados reduzcan su colaboración con Estados Unidos.
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