Estados Unidos: No podrán parar la resistencia
Pablo Ruiz Argenpress.info 22 de abril de 2010
Hace semanas atrás fue arrestado Michael Walli en Estados Unidos. Walli,
junto a la maestra Nancy Gwin, el sacerdote Luis Vitale y Ken Wayne ingresaron
en noviembre pasado a las dependencias de la Escuela de las Américas.
Por este hecho, fueron detenidos y sometidos a proceso judicial por violar la
propiedad privada del Ejército de los Estados Unidos que paradojalmente ellos
mismos pagan con sus impuestos.
En enero pasado, solamente tres de ellos se presentaron frente al juez
Faircloth siendo condenados a seis meses de prisión federal por esta acción de
desobediencia civil. Walli, no compareció al juicio quedando con orden de
arresto.
El domingo 22 de noviembre ellos ingresaron a la Escuela de las Américas
después de la procesión fúnebre en que miles de activistas llegan al límite de
la base militar para recordar que la Escuela de las Américas ha sido
efectivamente una Escuela de Asesinos.
Esa mañana, estuve siguiendo por radio la protesta desde Santiago de Chile.
En la actividad, en las afueras del Fuente Benning, los activistas leían los
miles de nombres de las víctimas asesinadas por los graduados de esa singular
escuela. A cada nombre, se le agregaba: ¡¡Presente!! Entre ellos, escuché el
nombre del cantante popular chileno Víctor Jara quien fue asesinado con 44
disparos luego de haber sido salvajemente torturado por los militares el 15 de
septiembre de 1973.
Esa lista que leían esa mañana era interminable como el sufrimiento que han
padecido nuestros pueblos como consecuencia de la Doctrina de Seguridad Nacional
inoculada a los militares de América Latina: Made in USA.
Pero quiero volver a ese domingo 22 de noviembre. En la actividad también se
encontraba presente la coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos
Desaparecidos de Honduras, Bertha Oliva, quien se encontraba allí para denunciar
los abusos que se cometen en su país ya que, como todos saben, el 28 de junio
del año pasado, los militares dieron un golpe de Estado contra el presidente
Manuel Zelaya sin que la ONU ni el mismo gobierno de Estados Unidos lo
impidiera.
No resulto novedad para el movimiento encontrar entre los cabecillas de esa
acción a graduados de la Escuela de las Américas, entre ellos al manda más del
Ejército, Romeo Vásquez, quien hoy es nada menos que gerente general de la
Empresa Hondureña de Telecomunicaciones, Hondutel. Un premio a sus servicios
golpistas.
A pesar que muchos han creído que la Escuela de las Américas terminó a fines
de los ochenta porque tuvo que abandonar el Canal de Panamá. O que otros, tiempo
después, ingenuamente, pensaran que finalmente había sido clausurada en el
Fuerte Benning, Estados Unidos, porque la "inteligencia" no encontró mejor
estrategia que cambiarle el nombre, para parar las continuas protestas que se
venían desarrollando, la Escuela de las Américas ha seguido operando.
No importa que hoy tenga un nombre distinto. No importa que se llame hoy
Instituto de Seguridad y Cooperación del Hemisferio Occidental o Whisec en
inglés. Lo importante es que sigue siendo la temible Escuela de las
Américas.
Por eso muchos compañeros en Estados Unidos resisten allí. Ellos dicen: "No
en nuestro nombre". No quieren que en su patio trasero ni en ningún otro lugar
se siga preparando a militares para la guerra y las violaciones a los derechos
humanos de pueblos hermanos.
Ya suman miles los que en un acto de rebeldía, cruzaron la línea blanca o la
alambrada que separa al regimiento de la vía pública. Es una forma de
resistencia, de protesta, a la política exterior de la potencia
estadounidense.
Centenares de ellos han sido condenados por estas acciones, entre ellos el
fundador de este movimiento el sacerdote Roy Bourgeois que ha servido ya cuatro
años en prisión.
Sin embargo, resulta curioso señalar que muchos de nuestros países siguen
enviando militares a dicho regimiento conociendo la larga historia de
intervenciones de Estados Unidos en los asuntos de América Latina y sus nefastas
consecuencias. No solamente mandan soldados Colombia, Chile o Perú, sino también
países como Nicaragua, El Salvador, Ecuador y Paraguay, entre otros más. Y esto
es más curioso ya que se supone que estos países corren el claro riesgo de
sabotajes y posibles golpes de estado por parte de quien se sigue creyendo el
amo del mundo. El intento de golpe de estado en Venezuela tiempo atrás y el de
Honduras, así lo demuestran.
Vale la pena recordar que solamente Bolivia, Argentina, Venezuela y Uruguay
han tomado la decisión de retirar sus tropas de la Escuela de las Américas. Por
lo menos ellos han tenido una actitud digna y soberana. También son dignos
quienes en Estados Unidos no se suman a la maquinaria del terror.
Por eso, el 6 de abril cuando fue llevado frente a un tribunal Michael Walli
y fue instado a declararse "culpable", para poder elegir en dónde servir sus
meses de prisión, por razones de conciencia, Michael no lo quiso hacer. Walli
arriesga a ser condenado a un año y medio por este tercer acto de rebeldía.
Es claro, como dicen en el movimiento contra la Escuela de las Américas en
Estados Unidos, "podrán encarcelar a los resistentes pero no podrán parar la
resistencia".
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