Estados Unidos intensifica sus bombardeos sobre el ISIS en el este de
Siria tras el anuncio de retirada de Trump
Trevor Aaronson y Ali Younes
The Intercept / Al Jazeera
05 de enero de 2019
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Consecuencias de la campaña de bombardeos
de EE.UU. en Al Kashmah, de donde huyeron los civiles debido a los incesantes
ataques. (Foto obtenida por The Intercept)
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Después de que el presidente Donald Trump anunciara la retirada de 2.000 soldados de Siria el
mes pasado, el ejército estadounidense ha incrementado su campaña de bombardeos
sobre el territorio restante del Estado Islámico en la parte oriental del país,
según fuentes sobre el terreno y como atestiguan las fotografías que obtuvimos.
Los ataques más feroces de la semana pasada se produjeron en Al Kashmah, una aldea en el río
Éufrates cerca de la frontera con Irak, según la información facilitada por
tres fuentes en el este de Siria. En medio de los ataques aéreos y de
artillería por parte de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) respaldadas por
Estados Unidos, los civiles y familiares de los combatientes de ISIS huyeron a
las aldeas situadas al sur, según dichas fuentes. Si bien Al Kashmah aún no ha
caído, las únicas personas que quedan allí son combatientes luchando en lo que
se ha convertido en la primera línea de la guerra contra el ISIS en la
provincia de Deir al-Zour.
Los combatientes del ISIS se agrupan en aldeas a lo largo del Éufrates, desde la
frontera con Iraq hasta el sur de Hajin, un antiguo bastión suyo que cayó a
mediados de diciembre ante las FDS, una milicia integrada por kurdos.
Permanecen aún en esas zonas alrededor de 50.000-60.000 personas, según un
activista civil en Deir al-Zour que documenta los abusos de los derechos
humanos y pidió no ser identificado por razones de seguridad. “Los civiles de
estas zonas no tienen dónde ir ni dónde esconderse del bombardeo de sus aldeas
por parte de EE. UU.”, dijo el activista, señalando que los residentes han
sufrido daños por igual a manos del gobierno sirio, de EE.UU. y del ISIS.
Las aldeas controladas por el ISIS a lo largo del Éufrates están siendo objetivo de las
incursiones de bombardeos de EE.UU. desde noviembre como parte de la Operación
Roundup. Además de los objetivos militares, la Operación Roundup bombardeó
zonas civiles, incluido un
hospital, según informaron The Intercept y Al Jazeera el mes pasado.
La repentina decisión de Trump del 19 de diciembre pasado, de retirar rápidamente las tropas
terrestres de EE. UU. involucradas en la lucha contra el ISIS en Siria, cogió
por sorpresa incluso al Departamento de Defensa. Al hablar con los periodistas
durante aquel día, el presidente se negó a dar un calendario de retirada diciendo que
se produciría “a lo largo de un período de tiempo determinado”. Sin embargo, el
aumento en la intensidad de los bombardeos contradice las afirmaciones de Trump
y otros respecto a que el ISIS ha sido derrotado o que la guerra de EE.UU. en
Siria, que en gran parte se ha llevado a cabo desde los cielos, ha terminado.
No está claro si proseguirán los ataques aéreos de EE. UU. una vez que las
tropas se hayan marchado.
Bombardeos en Al Kashmah (Foto obtenida por The Intercept)
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Durante los últimos días de 2018, la campaña de EE.UU. estuvo bombardeando los pueblos
situados arriba y abajo del Éufrates, centrándose principalmente en Al Kashmah.
En la noche de la víspera de Año Nuevo, las bombas cayeron implacablemente
sobre el lugar; a la mañana siguiente, la aldea estaba en gran parte destruida,
según un combatiente del ISIS allí presente. (Para este artículo, y a través de
los servicios de mensajería, entrevistamos a miembros del ISIS y de las FDS,
así como a un líder tribal, aceptando su anonimato para evitar que todos ellos
puedan convertirse en blanco de las diversas facciones en conflicto por el
hecho de hablar con periodistas).
Según dos fuentes en el terreno, la coalición contra el ISIS parece estar atacando los
cibercafés, lugares que civiles y combatientes del ISIS utilizan por igual en
los pueblos. Según las fuentes, no forman parte de la infraestructura de comunicaciones
tácticas del ISIS, pero los militantes suelen utilizarlas para comunicarse con
el mundo exterior, especialmente con sus familias en otros países.
“Sencillamente, les gusta trastornar y desordenarlo todo”, dijo un combatiente del ISIS en una
entrevista. “Bombardearon los lugares donde venden gasolina para los motores, o
aceite de cocina, o donde filtran el agua, atacan todos estos lugares. No solo
la red, lo bombardean todo para que tu vida sea horrible”.
El riesgo de víctimas civiles de los bombardeos en Deir al-Zour es alto porque las aldeas
rurales se han convertido en zonas densamente pobladas con las familias de
combatientes del ISIS y los civiles que huyen en los últimos meses desde
ciudades y pueblos más grandes que han caído ante las fuerzas lideradas por los
kurdos. “Aquí no hay ningún edificio que esté vacío”, dijo el combatiente del
ISIS, refiriéndose a las aldeas restantes controladas por su grupo en Deir
al-Zour. Los combatientes y los civiles en las aldeas han descrito la campaña de
bombardeos de los EE.UU. como una política de tierra quemada, usando un término
árabe que se traduce como “quemar la tierra”.
El domingo 30 de diciembre, el ejército estadounidense admitió haber
matado a 1.139 civiles en Iraq y Siria desde el inicio de su campaña contra el
ISIS en 2014. Esa cifra es significativamente menor que las estimaciones de víctimas
civiles reunidas por grupos de vigilancia como Airwars, que ha declarado que
la cifra de civiles asesinados fluctúa entre los 7.308 y los 11.629.
En respuesta a una lista de preguntas sobre los bombardeos en Siria, un portavoz del
Departamento de Defensa dijo en un comunicado que la coalición dicta “el ritmo
de nuestros ataques contra objetivos del ISIS de forma deliberada y tras
considerar cuidadosamente su impacto en los civiles. El aumento de los ataques
a finales de diciembre tuvo como objetivo específico degradar las capacidades
de ISIS y no estuvo relacionado con ninguna otra variable”.
Tras el anuncio de retirada de Trump, los kurdos, que lideraban las fuerzas sobre el terreno
que se habían asociado con EE.UU. en la lucha contra el ISIS en Siria, contactaron con
el presidente Bashar al-Asad de Siria buscando protección. Al sentirse
traicionados por EE.UU., los kurdos están preocupados ante un posible ataque de
Turquía, que desde hace mucho tiempo teme que su propia población minoritaria
kurda pueda envalentonarse por la existencia de un Estado kurdo o una región
autónoma al sur de Turquía. (En marzo de 2018, las Fuerzas Armadas turcas y las
milicias aliadas les arrebataron a los kurdos el control de la ciudad siria de Afrin).
Por otra parte, tras la evacuación de civiles de Al Kashmah, el ISIS negoció un alto el fuego
de tres días con los kurdos, según tres fuentes en el terreno. El lunes, siete
camiones que transportaban alimentos y ayuda humanitaria entraron en las áreas
controladas por el ISIS en función de ese acuerdo, según una fuente del ISIS y
una de las FDS. El alto el fuego estaba programado inicialmente para que
finalizara el 31 de diciembre, pero los responsables del ISIS están hablando de
una posible extensión a seis meses, según un combatiente del ISIS que tiene
conocimiento de las conversaciones aunque no interviene en ellas. Durante el
alto el fuego temporal, algunos combatientes y desertores del ISIS huyeron de
Deir al-Zour hacia otras partes de Siria, según dos fuentes que habían hecho
ellos mismos esos viajes.
Un alto el fuego duradero permitiría que los tan necesarios suministros llegasen a los
civiles en las aldeas, aunque el ISIS lo utilizaría también para reagruparse.
Los kurdos conseguirían una salvaguardia ante una posible guerra con dos
frentes en caso de que los turcos les atacaran.
Un alto el fuego entre el ISIS y los kurdos, junto con la potencial protección de los
kurdos por parte del gobierno sirio, socavarían en gran parte las
justificaciones públicas de Trump para retirar las tropas estadounidenses de
Siria. En un tuit, Trump describió que Turquía podría “encargarse fácilmente de
lo que quede” del ISIS. En un tuit posterior, el presidente habló de su
conversación con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan:
"El presidente @RT_Erdogan de
Turquía me ha informado con toda firmeza que va a erradicar lo que quede del
ISIS en Siria… y es un hombre que puede hacer eso y más, Turquía está justo en
la “puerta de al lado”. ¡Nuestras tropas están volviendo a casa"
Pero la posibilidad de que Turquía complete un trabajo de limpieza contra el ISIS en
Siria parece ser cada vez más improbable debido a que las alianzas cambian allí rápidamente.
***
Mientras tanto, el ejército estadounidense continúa lanzando bombas sobre Deir al-Zour a pesar
del hecho de que los kurdos, recientemente abandonados por EE.UU., no están
actualmente enfrentándose a los combatientes del ISIS.
“Han apuñalado por la espalda a todos sus aliados y ahora están matando a la gente de aquí”,
dijo el combatiente del ISIS, refiriéndose a EE. UU. “Al final, el Estado
Islámico sobrevivirá y se extenderá o caerá, pero aquí habrá personas que
recordarán lo que ha sucedido y lo contarán y se difundirá por todo Oriente Medio”.
Ali Youne es un destacado periodista de Al Jazeera.
Trevor Aaronson es colaborador de The Intercept y
director ejecutivo del Florida Center for Investigative Reporting. Es asimismo autor de “The Terror Factory: Inside
the FBI’s Manufactures War on Terrorism”. Ha
sido finalista en dos ocasiones de los Premios Livingston, y ha ganado los premios
Molly National Journalism, Data Journalism y John Jay College/Harry Frank
Guggenheim Excelence in Criminal Justice Reporting. Sus trabajos para The
Intercept han conseguido menciones honoríficas en los Premios Online Journalism.
Fuente: http://theintercept.com/2019/01/03/syria-bombing-troop-withdrawal/
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