EE.UU. intensifica sus bombardeos sobre Somalia mientras el
coronavirus se propaga
Nick Turse | 27 de abril de 2020
Fuentes: The Intercept
Foto: Tres estudiantes somalíes caminan por un barrio de Mogadiscio,
Somalia, 19 marzo 2020. (Foto: Abdirazak Hussein Farah/AFP)
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Traducido del inglés para Rebelión
por Sinfo Fernández
En los primeros meses de este año, el Mando para África de EE.UU. (AFRICOM)
lanzó más ataques aéreos en Somalia que durante los ocho años de Barack Obama
en el cargo.
La escalada masiva de la guerra no declarada de Estados Unidos en Somalia
se produce cuando el secretario general de las Naciones Unidas, António
Guterres, ha pedido en repetidas ocasiones un alto el fuego
mundial a causa de la pandemia de la Covid-19. “Solo
debería haber una lucha en nuestro mundo hoy, nuestra compartida batalla contra
la Covid-19”, reiteró el 3 de abril. “Tenemos que movilizar cada gramo de
energía en vencerla”.
Ese mismo día, AFRICOM realizó un “ataque aéreo contra terroristas de
al-Shabab en las cercanías de Bush Madina, Somalia”, según un comunicado de
prensa del Mando. Estados Unidos afirmó que cinco miembros de al-Shabab habían
muerto en el ataque.
Desde principios de año, AFRICOM ha anunciado 39 ataques aéreos en Somalia.
El Mando anunció, con Obama en el poder, un total de 36 de esos ataques entre
2009 y 2017, alcanzando su punto máximo en 2016 con 19 ataques aéreos
declarados. El año pasado, bajo el presidente Donald Trump, Estados Unidos
realizó 63 ataques aéreos en Somalia, la mayor cantidad en un único año.
“Es responsabilidad de nuestro Mando apoyar a nuestros socios para que este
grupo terrorista no pueda expandirse y atacar la patria de Estados Unidos como
desean sus líderes”, dijo el general del Cuerpo de Marines de Estados Unidos
Bradford J. Gering, subdirector de operaciones del AFRICOM, después del ataque
del 3 de abril contra objetivos de al-Shabab, que fue seguido por nuevos
bombardeos durante los días 5, 6, 9 y 10 de abril. AFRICOM no respondió a una
solicitud de información adicional acerca de este repunte de los ataques a
tiempo para incluirla en esta publicación.
“El ritmo intenso de las operaciones aéreas y terrestres de Estados Unidos
en Somalia parece centrarse en apoyar los esfuerzos de las fuerzas del gobierno
somalí y sus aliados [de la Misión de la Unión Africana en Somalia] para
desalojar al grupo terrorista de sus bastiones”, dijo Chris Woods, director de Airwars, un grupo de
vigilancia de los ataques aéreos con sede en el Reino Unido. “Hay también un
número significativo de ataques dirigidos al liderazgo dentro del grupo terrorista".
El aumento de los ataques aéreos de EE.UU. se produce cuando el número de
casos de la Covid-19 en Somalia crece de manera similar. El 8 de abril había 21 casos
confirmados del nuevo coronavirus en Somalia. El pasado
miércoles había 286.
La mayoría de los infectados no tienen antecedentes de viajes al extranjero, lo
que indica la transmisión local de la enfermedad y las preocupantes
perspectivas para el futuro, especialmente entre las muchas personas
desplazadas internamente que han perdido sus hogares a causa del
conflicto en curso entre al-Shabab y el Gobierno federal de Somalia, que cuenta
con el respaldo de Estados Unidos.
“Hay un mayor riesgo de que los casos pasen desapercibidos o no se
diagnostiquen si la transmisión comunitaria comienza y se generaliza”, se lee
en un informe del 20 de abril de la Oficina de Coordinación de Asuntos
Humanitarios de la ONU. “El impacto en los 2,6 millones de desplazados internos
que viven en más de 2.000 asentamientos atestados con acceso limitado a
servicios de salud, agua, saneamiento e higiene sería catastrófico”.
Si bien han circulado informaciones sobre posibles retiradas militares de EE.UU.
e incluso de cierre de bases en África, el número de puestos de avanzada de EE.UU.
en Somalia es significativo y está a punto de ampliarse. Hay cinco bases
estadounidenses en Somalia -la segunda por tamaño en
el continente después de la de Níger-, según los documentos de planificación
AFRICOM 2019 anteriormente secretos revelados por The Intercept a principios de este
año. El pasado septiembre, al-Shabab atacó una
de esas bases, un puesto avanzado estadounidense en Baledogle. Y, en enero, el
grupo terrorista asaltó la base estadounidense en Manda Bay, Kenia, matando a
un soldado y a dos contratistas estadounidenses.
Chris Woods, de Airwars, llamó la atención sobre el hecho de que la huella ampliamente dispersa de los
puestos de avanzada del AFRICOM dejó a sitios más pequeños como Manda Bay en situación
de vulnerabilidad. “Si bien podemos apreciar reducciones en algunas naciones
africanas, en otras es probable que veamos bases consolidadas y reforzadas»,
dijo a The Intercept.
De hecho, el número del personal estadounidense en Somalia sigue siendo
alto, a pesar de la pandemia mundial y de las conversaciones sobre reducciones.
El mes pasado, el New York Times informó de que había aproximadamente 500 soldados estadounidenses en
el país. Pero el número total de personal del Departamento de Defensa “con
tareas en misiones de entrenamiento, operaciones y otras actividades de
asistencia de la fuerza de seguridad”, fluctúa entre 650 y 800, según el
portavoz de AFRICOM, John Manley. A pesar del apoyo a un armisticio universal
por parte de docenas de países, incluidos aliados de Estados Unidos como el
Reino Unido, Francia y Alemania, así como los grupos de derechos humanos, la
administración Trump se ha negado a vincularse al llamamiento a poner fin a la
lucha. Un funcionario de la Casa Blanca remitió a The Intercept un comentario del
Departamento de Estado a la revista Foreign Policy: “Estados Unidos apoya el llamamiento del secretario general
de la ONU a favor de un alto el fuego global, aunque señala que continuaremos
adelante con nuestra legítima misión de luchar contra el terrorismo”.
Según señaló Woods, aunque ha habido una reducción significativa en los
enfrentamientos de algunos conflictos, incluida una pausa en los ataques aéreos
rusos en el norte de Siria desde principios de marzo, otras zonas de guerra
están sufriendo un marcado repunte de la violencia.
“En Somalia, no hemos visto tregua alguna en las acciones de Estados Unidos
contra al- Shabab, al contrario, se están intensificando como nunca antes”,
dijo a The Intercept. “Es profundamente preocupante que cada vez más partes beligerantes hagan oídos
sordos al llamamiento de la ONU para declarar un alto el fuego durante esta
crisis de salud global”.
Nick Turse es un escritor que colabora con The Intercept e informa sobre
seguridad nacional y política exterior. Es autor de “Tomorrow’s Battlefield:
U.S. Proxy Wars and Secret Ops in Africa” y “Kill Anything That Moves: The Real
American War in Vietnam”; su obra más reciente es «Next Time They’ll Come to
Count the Dead: War and Survival in South Sudan”. Ha escrito para el New York
Times, Los Angeles Times, San Francisco Chronicle, The Nation y Village Voice,
entre otras publicaciones. Ha recibido un Premio Ridenhour por su periodismo de
investigación, un Premio James Aronson de Periodismo por la Justicia Social y
una Beca Guggenheim. Turse es miembro de The Nation Institute y editor jefe de
TomDispatch.com.
Fuente: https://theintercept.com/2020/04/22/coronavirus-somalia-airstrikes/
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