Discurso de apertura, Rechazar el Fascismo, 10 de diciembre de 2017
¡Esta pesadilla
tiene que terminar: El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!
20 de diciembre de 2017 | Traducción del inglés para Periódico Revolución | revcom.us
Lo siguiente es el texto del discurso de apertura en las reuniones de masas
de Rechazar el Fascismo en diferentes partes de Estados Unidos.
“El régimen de Trump y Pence es un régimen fascista. Ni insulto ni exageración sino
eso es lo que es.
“Para el futuro de la humanidad y del planeta, nosotros, el pueblo, debemos expulsar
a este régimen.”
Hace un año se formó RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo), un mes antes de la
inauguración de Trump. Esto es lo que dijimos en ese entonces. Cada día que ha
pasado desde aquel entonces, cada día que provoque angustia y furia, ha
confirmado este mensaje y misión básica.
La Oficina Nacional de Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) ha preparado el
siguiente discurso para iniciar una discusión sobre lo que nuestra organización
se propuso a hacer, y por qué; para adentrarnos en lo que hemos y no hemos
logrado, y por qué; y al final, qué debemos hacer ahora. Después de discutir
este discurso, se darán dos discursos cortos seguidos de discusiones que tratan
más a fondo lo que proponemos para las próximas seis semanas.
En este momento en que nos reunimos, las comunidades inmigrantes por todo Estados
Unidos viven en el terror de que sus familias y sus vidas resulten destrozadas.
Los arrestos de los inmigrantes han aumentado en un 43 por ciento este año. La
Prohibición de Viajar hecha por Trump ya está en vigor.
Los incendios forestales arrasan con California, debido a la ausencia casi total de
lluvia este año. Tres huracanes devastadores azotaron al país en 2017, y Donald
Trump con la arrogancia de un señor colonial racista, arrojó rollos de papel de
cocina a la gente de Puerto Rico. Hoy, meses después, la mayoría de la isla
sigue sin electricidad. Ante esto y la contundente evidencia científica del
calentamiento global, el Régimen de Trump y Pence ha triturado todos los
reglamentos de protección ambiental en que puedan poner sus sucias manos,
incluido el abandono del Acuerdo Ambiental de París que por débil que sea, es
el único acuerdo internacional para reducir el calentamiento global.
Donald Trump ha intensificado el peligro de una guerra nuclear catastrófica — al
amenazar con descargar “fuego y furia” y “destruir por completo” a Corea del
Norte. Hace un año, el Llamamiento a la Acción de Rechazar el Fascismo también dijo que “Trump tiene
el dedo encima del disparador nuclear, por lo que el Régimen de Trump y Pence
es más peligroso para el mundo que ni Hitler”. Esto también era cierto en ese
entonces, y, ominosamente, es aún más cierto hoy.
Nuestro Llamamiento a la Acción fundador
también reconoció que “El fascismo tiene rumbo e impulso. Criminaliza el
disentimiento pieza por pieza. Aporrea la verdad. Sataniza y singulariza a un
grupo tras otro, en una trayectoria que lleva a horrores reales. Todo esto ya
ha empezado bajo el Régimen de Trump. La historia ha demostrado que hay que parar el fascismo
antes de que sea tarde”.
¿Verdad que esto sigue siendo cierto?
El agosto pasado, a base de reconocer que millones de personas sienten de corazón
que Esta pesadilla tiene que terminar, Rechazar el Fascismo convocó a marchas y reuniones de
protesta a nivel nacional el 4 de noviembre que INICIARÍAN un proceso en que
las personas continuarían protestando de diferentes maneras todos los días, haciendo crecer y
construyendo el movimiento, para que los miles que actuaran el 4 de noviembre
atrajeran e incorporaran a decenas y luego a cientos de miles, que se
convirtieran al final en millones de personas — decididas a no cesar hasta que
se cumpla nuestra demanda:¡El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!
Fundamentamos nuestro llamamiento en la realidad de que la situación era (y sigue siendo) tan
extrema, tan grave —con decenas de millones de personas en Estados Unidos
angustiadas por el grave peligro que el Régimen de Trump y Pence plantea para
vidas en Estados Unidos y en el resto del mundo— que era posible, y sigue
siendo posible, que las masas de personas reorganizaran su vida y actuaran con
la determinación de protestar día tras día y noche tras noche. Porque protestar
de una manera a la altura del peligro del fascismo inminente era lo único que
podría pararlo.
El 4 de noviembre, cuatro mil personas se movilizaron en más de 20 ciudades, y lo
hicieron ante amenazas fascistas que se diseminaron en los medios informativos
y el internet. En tres ciudades nuestras marchas enfrentaron a viles
fascistas armados que vinieron con el fin de amenazar y posiblemente hacerles daño a los que se
atrevieran a marchar con Rechazar el Fascismo.
El 4 de noviembre era un presagio importante de lo que hace falta: un día
inspirador, la más importante manifestación para exigir que se saque del poder
al Régimen de Trump y Pence en su conjunto. La valentía, la convicción y la
determinación de esta protesta deben darle esperanzas a toda persona de
conciencia. Pero, el 4 de noviembre no lanzó el movimiento de protestas no
violentas de masas continuas y crecientes. Esto hacía falta, y aún hace falta
urgentemente, si es que la humanidad vaya a parar la consolidación del fascismo
en la superpotencia más poderosa del mundo.
De plano, faltaron suficientes cantidades de personas. Faltaron suficientes voces
de conciencia prominentes — personas que tengan una plataforma para hacerse oír
y a que les presten atención millones de personas. Faltó que tomaran las calles
en representación suficientes organizaciones que han estado luchando contra los
diferentes ataques del Régimen de Trump y Pence. Muchos estudiantes
participaron el 4 de noviembre, pero las escuelas y universidades no salieron en masa.
Hemos dicho desde la fundación de Rechazar el Fascismo que sólo al tomarse las calles
con valor y convicción, con acciones fuera del marco de los procesos políticos
normales de Estados Unidos, tales como las elecciones, las audiencias, etc., se
podría ponerle un alto a lo que es una situación altamente anormal: un régimen
fascista total que está triturando normas y reconfigurando la sociedad y el
gobierno. Bajo el lema de Hacer que Estados Unidos Vuelva a Tener Grandeza, el Régimen
de Trump y Pence está forjando un fascismo estadounidense: el Destino
Manifiesto y el excepcionalismo estadounidense, un fascismo envuelto en la
Biblia interpretada textualmente y la bandera estadounidense, empapado de
racismo, misoginia, y xenofobia. El Llamamiento a la Acción del Rechazar el Fascismo
dice que “el fascismo no es simplemente un burdo conjunto de políticas reaccionarias
horripilantes… Lo crucial es entender que una vez en el poder, en esencia el fascismo elimina los
derechos democráticos tradicionales”. En cierto momento,
lo que podría ocurrir más pronto de lo que reconozcan la mayoría de las
personas, podría llegar a ser muy tarde para pararlo — con una fuerte represión
del disentimiento, y la acomodación de la población con la nueva norma del fascismo.
Rechazar el Fascismo reconoció que, para parar este monstruo implacable, había que
expulsar al régimen en su conjunto. Con Trump como el maestro de ceremonias
demagógico, y Pence como el fascista cristiano medieval a su lado, han montado
una vil camarilla que controla y está reconfigurando todas las divisiones del
poder ejecutivo. El partido Republicano fascista controla el Congreso, dos
tercios de los gobiernos estatales y está posicionando a sus jueces en las
cortes. Están triturando las normas de la verdad, la ciencia, la separación de
poderes y la separación entre la iglesia y el estado, y cosas adicionales, y
peores, todo ello sin ninguna oposición seria por parte de la dirigencia del
partido Demócrata. Incluso después de que millones de personas firmaron una
petición por un juicio de destitución, incluso después de que un senador
republicano que va a salir del Congreso dijo que Trump ha puesto a Estados
Unidos en un camino hacia una tercer guerra mundial, la dirigencia del partido
Demócrata dijo: un juicio de destitución no es una opción en consideración — ni
ahora ni después de los comicios de 2018.
Rechazar el Fascismo ha planteado que es sólo la acción decidida de masas de la gente la
que tiene el potencial de detener esto. Que se haga con el paso del tiempo con
la participación de cientos de miles y millones de personas en protesta de
masas día tras día, con el crecimiento de sus fuerzas y su determinación, con
el objetivo de crear una crisis política nacional de modo que, como dice el
Llamamiento para el 4 de noviembre: “Cada fuerza y facción en la estructura del
poder se verá obligada a responder a nuestra demanda. Las grietas y divisiones
entre los de arriba, que ya son evidentes hoy, se intensificarán y ensancharán.
A medida que atraigamos a cada vez más personas a ponerse de pie, todo esto
podría llevar a una situación en que este régimen ilegítimo sea sacado del poder”.
Esto no lo pudimos iniciar el 4 de noviembre. Esta es la misión que queda por
lograrse. Así que, adentrémonos en esto.
Tenemos que adentrarnos en esto no sólo para nosotros mismos… y no a solos, sino como
una parte integral de la lucha de expulsar a este régimen. Tenemos que
enfrentar directa y honestamente la necesidad que pesa sobre la humanidad y
juntos abrir brecha hacia adelante. Lo hacemos porque “En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a
aceptar a un Estados Unidos fascista”.
Al ver el panorama más amplio en una perspectiva y contexto amplio de lo que ocurrió y
no ocurrió el 4 de noviembre, se revela que un número masivo de personas no se
tomó las calles ni tuvo la determinación de permanecer en las calles para
expulsar al régimen porque están acostumbradas a cierto estilo de vida, a una
estabilidad que se deriva de vivir en un país que no ha experimentado una
guerra en su propio territorio en 160 años ni ninguna gran agitación en más de
medio siglo.
La realidad que enfrentamos es que la mayoría de las personas en las clases
medias, las que más han alzado la voz por angustia e indignación contra el
régimen, tienen un estilo de vida al cual, hasta la fecha, no están dispuestos a
interrumpir. Se han habituado a dejar que otros se encarguen de los asuntos
políticos y de gobernanza, salvo quizás accionar una palanca de la máquina de
votar cada pocos años. Incluso la mayoría de la población que no vota todavía
no estaba dispuesta a abandonar la normalidad de su vida, aunque esa normalidad
está empezando a deshilacharse y deshacerse. Esto subyace a por qué muchas
personas dieron una acogida sincera al mensaje básico de Rechazar el Fascismo y
realmente odian al Régimen de Trump y Pence, pero en este momento se negaron a
romper con las normas y el marco de la política de costumbre.
Hemos estado trabajando y seguimos trabajando sobre la
contradicción entre la estabilidad relativa de la vida de la mayoría de las
personas en Estados Unidos y su profunda e intensa repugnancia y angustia por
las horrorosas acciones y futuro del Régimen de Trump y Pence. No logramos activar a un número suficiente de
personas para hacer lo que hay que hacer. El enorme problema para todos
aquellos que odian al Régimen de Trump y Pence, pero no están dispuestos, todavía, a romper con la
normalidad de su vida y con el marco político en que conciben sus acciones de
afectar la política, es que el mundo y la vida, tales como los conocen, están
por llegar a su fin si el Régimen de Trump y Pence sigue en el poder.
Tenemos que decir una vez más, que ya que Trump tiene el dedo en el disparador nuclear
—sin ninguna restricción por parte de ninguna otra persona en el gobierno o en
las fuerzas armadas— lo que está en juego con la continuación de la
complacencia de la gente, el precio de acomodarse con el fascismo que viene
desarrollándose y de seguir con la vida cotidiana y en efecto normalizar lo que
no es normal, bien podría ser el futuro de nuestra especie y del planeta. Cabe
repetir, esto no es ninguna exageración.
Se ha entrenado a la gente para que crea que lo único posible es apoyar, cifrar sus
esperanzas o trabajar con el partido Demócrata. Una y otra vez los medios de
comunicación presentan los temas importantes en términos de los republicanos o
los demócratas con los ojos enfocados en las próximas elecciones aun antes de
terminar las actuales.
Tenemos que decirle a la gente: No les hagan caso a los que les digan que se puede tratar con este régimen de las
formas normales — sea por medio de elecciones, fiscales especiales o un cambio
en el Congreso. Tenemos que decírselo, y tenemos que convencerlos.
¿Esto significa que no hay esperanzas en esta situación? ¿Que la gente nunca
actuará? ¡NO!
Hay una aguda contradicción entre la profunda e intensa repugnancia de la gente por
Trump y Pence y todas las cosas horripilantes que han hecho, y por otro lado,
sus falsas ilusiones que se derivan de su vida relativamente estable, su
experiencia y su creencia en el funcionamiento estable del gobierno, sus
instituciones y sus procesos. Aunque la situación personal de la gente en
Estados Unidos de hecho es precaria, pesa la realidad de que la vida en Estados
Unidos es relativamente estable, y la creencia ilusoria de que siempre será así.
Miren, vayamos al grano. Los sectores progresistas y los sectores históricamente
marginados de Estados Unidos esperan que los demócratas se encarguen de sus
intereses. Esto también es así, quizá sea especialmente así, de parte de los
que quieren reformar al partido Demócrata. Existe una “fe”, sin ninguna
corroboración en la realidad, de que el partido Demócrata vaya a reparar lo que
están haciendo Trump y Pence y su régimen. No lo hará. Ellos, y otros en el
poder, sólo actuarán si creen que están perdiendo la lealtad de enormes
sectores de la sociedad. Sólo actuarán cuando la agitación y el trastorno
creados por la gente los impulsen a actuar sobre lo que es para ellos su mayor
interés: mantener su sistema.
Si bien sigue siendo cierto que Rechazar el Fascismo aún no es conocido por toda
la sociedad, mucha gente sí sabía del 4 de noviembre. Dondequiera que fuéramos, una inmensa mayoría de la gente
respondía con entusiasmo a las consignas y el Llamamiento de Rechazar el
Fascismo — cargando pancartas en las manifestaciones, contribuyendo a los
anuncios en el New York Times y el Washington Post y de muchas otras formas. Pero, al sopesar si correr el
riesgo de trastornar su vida y sus creencias o no, a fin de realmente entrarle
con todo a lo que objetivamente se requiere para parar la consolidación
fascista en marcha del Régimen de Trump y Pence, se retiraron a la falsa
ilusión de un mundo cuyo fin sí está llegando.
Debemos reconocer claramente el entrenamiento, y, hay que decirlo, el adoctrinamiento.
Todos los días la dirigencia del partido Demócrata y aquellos, como la MSNBC
entre otros en los medios de comunicación, así como las organizaciones
políticas y de servicios tipo oenegeísta, que por su parte se apoyan en el
partido Demócrata y a su vez promueven que se confíe en el partido Demócrata,
le dicen a la gente que NO haga lo que Rechazar el Fascismo estaba llamando y lo que sigue llamando a hacer.
Que no se tome las calles, que no provoque a la bestia de los fascistas, que no
socave sus esfuerzos electorales de atraer a los votantes indecisos, que no
piense ni actúe fuera del marco de la política de costumbre y, para ser
francos, quizá no se ponga a cuestionar por qué los demócratas han conciliado con
estos fascistas durante un largo tiempo, ni se ponga a empezar a cuestionar
cómo están las cosas en su conjunto.
Le están diciendo a la gente que responda a esto de formas normales — que espere
que Mueller termine su investigación, y por favor, no haga nada que perjudique
nuestras posibilidades en los comicios de 2018 o 2020. Rechazar el Fascismo ha
señalado con razón que (1) esto bien podría ser muy tarde para impedir una
guerra catastrófica, la devastación ambiental, el terror y desarraigo en la vida
de millones de inmigrantes, el fin del derecho al aborto y muchos otros
horrores, que incluyen leyes aún más draconianas que reprimen el disentimiento;
y (2) estos fascistas están trabajando tiempo extra para arrebatarles los
derechos de votar a los negros y los latinos, en combinación con todo un
sistema electoral racista arreglado con su base histórica en las zonas rurales,
para que amarren su triunfo electoral. ¡NO! Sería mortífero dejarnos embaucar
con esto en la lucha contra la consolidación del fascismo. Tenemos que poner el
argumento de que el único camino adelante es VOTAR CON LOS PIES EN LAS CALLES.
En resumen, debemos discutir por qué tenemos que continuar y perseverar en este
argumento por medio de lo que decimos, lo que escribimos y de mayor importancia,
por medio de lo que hacemos, para que las personas enfrentan la necesidad que
representa para ellas y toda la humanidad la consolidación del fascismo por el
Régimen de Trump y Pence. Y sobre esa base, por qué lo que Rechazar el Fascismo
está organizando y construyendo es el camino para hacer el cambio que se
necesita: sacar del poder político al Régimen de Trump y Pence.
Debemos discutir y entender, y debemos explicar a las personas por todo Estados Unidos,
que la base para sacar al Régimen de Trump y Pence se encuentra,
fundamentalmente, en ellas. Rechazar el Fascismo está preparado para darle con
todo con eso. Estamos preparados para dirigir junto con otros. Hay un lugar
para todos, para organizaciones diversas con muchos diferentes objetivos y entendimientos
que reconocen, o que se puede ganar a reconocer, que la única manera de detener
la consolidación de un Estados Unidos fascista son las acciones de la gente en
unión y con determinación en las calles para impulsar la expulsión del Régimen
de Trump y Pence.
Antes de concluir, creemos que esta contradicción, entre la repugnancia de la gente
por el Régimen de Trump y Pence y su poca disposición en este momento a
trastornar la relativa “normalidad” de su vida, es lo principal en que no
logramos abrir brecha para que prosperara el 4 de noviembre. Otros factores
también pesaron, por ejemplo, tuvimos que movilizar una masa crítica lo
suficientemente grande de personas y organizaciones para que la gente
considerara como viable la audacia de nuestro plan y misión. Nos dijeron que
les daban miedo todos los rumores de lo que los fascistas pudieran hacer. Estas
son cuestiones reales que hay que tratar, pero existen en el problema mayor de
lo que hemos descrito. Pues hay muchas ocasiones en la historia cuando la gente
supera el miedo y desafía los obstáculos, al reconocer la necesidad de actuar
de formas extraordinarias.
Debemos discutir y empezar este resumen en esta reunión. Es un resumen y un proceso que
continuará. Y, al mismo tiempo, tenemos que seguir adelante. Nuestro análisis
del Régimen de Trump y Pence es correcto y se confirma a diario. Nuestra misión
y objetivo de expulsar al régimen por medio de la acción no violenta de masas
de millones de personas es lo que tiene que ocurrir.
Con este fin, la Oficina Nacional está proponiendo el siguiente plan para las
siguientes seis semanas, aproximadamente hasta el fin de enero.
El plan tiene tres elementos.
#1: Un elemento clave del período entrante es hacer
trabajo de divulgación amplia, investigar activamente con muchos diferentes
tipos de personas y organizaciones; lucha ideológica sobre la necesidad que
enfrenta la humanidad con el Régimen de Trump y Pence y qué es el camino hacia
adelante; y polémicas en las redes sociales y nuestro sitio web que comparan y
contrastan los diferentes análisis y soluciones. En el período que viene
tenemos que estar luchando y aprendiendo activamente— haciendo un balance del primer año del Régimen de
Trump y Pence y de la resistencia y lucha a que llamamos. No debemos hacer esto
solamente entre nosotros, sino junto con las personas muy ampliamente. Esto
debe ser un período de trabajo de divulgación amplia y de lucha ideológica y
aprendizaje (interrelacionados entre sí). De mucha importancia, por medio de
este proceso tenemos que construir más y hacer crecer a Rechazar el Fascismo y
forjar una unidad de principios con otras organizaciones y comunidades opuestas
a este régimen.
#2. Rechazar el Fascismo tiene que seguir dirigiendo
lucha. En particular tenemos que iniciar acciones que denuncien de manera
contundente al régimen y sus crímenes y por qué tiene que marcharse.
Además, tenemos que actuar de maneras que pongan al descubierto
agudamente por qué la dirigencia demócrata no es ninguna respuesta. En este sentido, debemos examinar el ejemplo de los
jóvenes de DACA que fueron a la oficina de Nancy Pelosi y denunciaron la manera
en que ella estaba traficando con la vida de sus familias y comunidades y su
estatus, y que ellos no aceptaban eso. En las acciones que hacemos debemos aprender
de las acciones de ACT-UP a principios de los años 1990. Además, Rechazar el
Fascismo debe participar y trabajar en coaliciones que sean consecuentes con
nuestra misión, para protestar con motivo del aniversario de la inauguración de Trump.
También debemos atraer e incorporar a muchas personas nuevas en la difusión del mensaje
de Rechazar el Fascismo y la recaudación de fondos para esta gran causa.
Después de discutir lo que he presentado aquí, ___________ presentará una visión de
toda esta cuestión.
#3: La Oficina Nacional anima a las secciones locales y a
las personas que están empezando a conocer Rechazar el Fascismo a que vean y
discutan el discurso filmado y la sesión de preguntas y respuestas de Bob
Avakian, ¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!
En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista.
Un mundo mejor ES posible.
Este discurso y las preguntas y respuestas tratan muchas de las cuestiones que la
gente enfrenta y plantea.
Así que, antes de abrir la discusión, déjenme concluir con lo que hemos dicho
durante más de un año, y que sigue siendo tan cierto como el día en que se
escribió por primera vez:
“Que no digan que no removimos cielo y tierra para expulsar a este régimen. El presente debe ser un momento en la
historia en que millones de personas toman posición, juntas, con convicción y
coraje, superando el miedo y la incertidumbre, para oponer resistencia y decir
¡NO! No sólo para nosotros, sino en nombre de la humanidad”.
¡Esta pesadilla tiene que terminar: El régimen de Trump y
Pence tiene que marcharse!
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