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21 de agosto de 2015

El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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Discurso de apertura, Rechazar el Fascismo, 10 de diciembre de 2017

¡Esta pesadilla tiene que terminar: El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!

20 de diciembre de 2017 | Traducción del inglés para Periódico Revolución | revcom.us

Lo siguiente es el texto del discurso de apertura en las reuniones de masas de Rechazar el Fascismo en diferentes partes de Estados Unidos.

“El régimen de Trump y Pence es un régimen fascista. Ni insulto ni exageración sino eso es lo que es.

“Para el futuro de la humanidad y del planeta, nosotros, el pueblo, debemos expulsar a este régimen.”

Hace un año se formó RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo), un mes antes de la inauguración de Trump. Esto es lo que dijimos en ese entonces. Cada día que ha pasado desde aquel entonces, cada día que provoque angustia y furia, ha confirmado este mensaje y misión básica.

La Oficina Nacional de Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) ha preparado el siguiente discurso para iniciar una discusión sobre lo que nuestra organización se propuso a hacer, y por qué; para adentrarnos en lo que hemos y no hemos logrado, y por qué; y al final, qué debemos hacer ahora. Después de discutir este discurso, se darán dos discursos cortos seguidos de discusiones que tratan más a fondo lo que proponemos para las próximas seis semanas.

En este momento en que nos reunimos, las comunidades inmigrantes por todo Estados Unidos viven en el terror de que sus familias y sus vidas resulten destrozadas. Los arrestos de los inmigrantes han aumentado en un 43 por ciento este año. La Prohibición de Viajar hecha por Trump ya está en vigor.

Los incendios forestales arrasan con California, debido a la ausencia casi total de lluvia este año. Tres huracanes devastadores azotaron al país en 2017, y Donald Trump con la arrogancia de un señor colonial racista, arrojó rollos de papel de cocina a la gente de Puerto Rico. Hoy, meses después, la mayoría de la isla sigue sin electricidad. Ante esto y la contundente evidencia científica del calentamiento global, el Régimen de Trump y Pence ha triturado todos los reglamentos de protección ambiental en que puedan poner sus sucias manos, incluido el abandono del Acuerdo Ambiental de París que por débil que sea, es el único acuerdo internacional para reducir el calentamiento global.

Donald Trump ha intensificado el peligro de una guerra nuclear catastrófica — al amenazar con descargar “fuego y furia” y “destruir por completo” a Corea del Norte. Hace un año, el Llamamiento a la Acción de Rechazar el Fascismo también dijo que “Trump tiene el dedo encima del disparador nuclear, por lo que el Régimen de Trump y Pence es más peligroso para el mundo que ni Hitler”. Esto también era cierto en ese entonces, y, ominosamente, es aún más cierto hoy.

Nuestro Llamamiento a la Acción fundador también reconoció que “El fascismo tiene rumbo e impulso. Criminaliza el disentimiento pieza por pieza. Aporrea la verdad. Sataniza y singulariza a un grupo tras otro, en una trayectoria que lleva a horrores reales. Todo esto ya ha empezado bajo el Régimen de Trump. La historia ha demostrado que hay que parar el fascismo antes de que sea tarde”.

¿Verdad que esto sigue siendo cierto?

El agosto pasado, a base de reconocer que millones de personas sienten de corazón que Esta pesadilla tiene que terminar, Rechazar el Fascismo convocó a marchas y reuniones de protesta a nivel nacional el 4 de noviembre que INICIARÍAN un proceso en que las personas continuarían protestando de diferentes maneras todos los días, haciendo crecer y construyendo el movimiento, para que los miles que actuaran el 4 de noviembre atrajeran e incorporaran a decenas y luego a cientos de miles, que se convirtieran al final en millones de personas — decididas a no cesar hasta que se cumpla nuestra demanda:¡El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!

Fundamentamos nuestro llamamiento en la realidad de que la situación era (y sigue siendo) tan extrema, tan grave —con decenas de millones de personas en Estados Unidos angustiadas por el grave peligro que el Régimen de Trump y Pence plantea para vidas en Estados Unidos y en el resto del mundo— que era posible, y sigue siendo posible, que las masas de personas reorganizaran su vida y actuaran con la determinación de protestar día tras día y noche tras noche. Porque protestar de una manera a la altura del peligro del fascismo inminente era lo único que podría pararlo.

El 4 de noviembre, cuatro mil personas se movilizaron en más de 20 ciudades, y lo hicieron ante amenazas fascistas que se diseminaron en los medios informativos y el internet. En tres ciudades nuestras marchas enfrentaron a viles fascistas armados que vinieron con el fin de amenazar y posiblemente hacerles daño a los que se atrevieran a marchar con Rechazar el Fascismo.

El 4 de noviembre era un presagio importante de lo que hace falta: un día inspirador, la más importante manifestación para exigir que se saque del poder al Régimen de Trump y Pence en su conjunto. La valentía, la convicción y la determinación de esta protesta deben darle esperanzas a toda persona de conciencia. Pero, el 4 de noviembre no lanzó el movimiento de protestas no violentas de masas continuas y crecientes. Esto hacía falta, y aún hace falta urgentemente, si es que la humanidad vaya a parar la consolidación del fascismo en la superpotencia más poderosa del mundo.

De plano, faltaron suficientes cantidades de personas. Faltaron suficientes voces de conciencia prominentes — personas que tengan una plataforma para hacerse oír y a que les presten atención millones de personas. Faltó que tomaran las calles en representación suficientes organizaciones que han estado luchando contra los diferentes ataques del Régimen de Trump y Pence. Muchos estudiantes participaron el 4 de noviembre, pero las escuelas y universidades no salieron en masa.

Hemos dicho desde la fundación de Rechazar el Fascismo que sólo al tomarse las calles con valor y convicción, con acciones fuera del marco de los procesos políticos normales de Estados Unidos, tales como las elecciones, las audiencias, etc., se podría ponerle un alto a lo que es una situación altamente anormal: un régimen fascista total que está triturando normas y reconfigurando la sociedad y el gobierno. Bajo el lema de Hacer que Estados Unidos Vuelva a Tener Grandeza, el Régimen de Trump y Pence está forjando un fascismo estadounidense: el Destino Manifiesto y el excepcionalismo estadounidense, un fascismo envuelto en la Biblia interpretada textualmente y la bandera estadounidense, empapado de racismo, misoginia, y xenofobia. El Llamamiento a la Acción del Rechazar el Fascismo dice que el fascismo no es simplemente un burdo conjunto de políticas reaccionarias horripilantes… Lo crucial es entender que una vez en el poder, en esencia el fascismo elimina los derechos democráticos tradicionales”. En cierto momento, lo que podría ocurrir más pronto de lo que reconozcan la mayoría de las personas, podría llegar a ser muy tarde para pararlo — con una fuerte represión del disentimiento, y la acomodación de la población con la nueva norma del fascismo.

Rechazar el Fascismo reconoció que, para parar este monstruo implacable, había que expulsar al régimen en su conjunto. Con Trump como el maestro de ceremonias demagógico, y Pence como el fascista cristiano medieval a su lado, han montado una vil camarilla que controla y está reconfigurando todas las divisiones del poder ejecutivo. El partido Republicano fascista controla el Congreso, dos tercios de los gobiernos estatales y está posicionando a sus jueces en las cortes. Están triturando las normas de la verdad, la ciencia, la separación de poderes y la separación entre la iglesia y el estado, y cosas adicionales, y peores, todo ello sin ninguna oposición seria por parte de la dirigencia del partido Demócrata. Incluso después de que millones de personas firmaron una petición por un juicio de destitución, incluso después de que un senador republicano que va a salir del Congreso dijo que Trump ha puesto a Estados Unidos en un camino hacia una tercer guerra mundial, la dirigencia del partido Demócrata dijo: un juicio de destitución no es una opción en consideración — ni ahora ni después de los comicios de 2018.

Rechazar el Fascismo ha planteado que es sólo la acción decidida de masas de la gente la que tiene el potencial de detener esto. Que se haga con el paso del tiempo con la participación de cientos de miles y millones de personas en protesta de masas día tras día, con el crecimiento de sus fuerzas y su determinación, con el objetivo de crear una crisis política nacional de modo que, como dice el Llamamiento para el 4 de noviembre: “Cada fuerza y facción en la estructura del poder se verá obligada a responder a nuestra demanda. Las grietas y divisiones entre los de arriba, que ya son evidentes hoy, se intensificarán y ensancharán. A medida que atraigamos a cada vez más personas a ponerse de pie, todo esto podría llevar a una situación en que este régimen ilegítimo sea sacado del poder”.

Esto no lo pudimos iniciar el 4 de noviembre. Esta es la misión que queda por lograrse. Así que, adentrémonos en esto.

Tenemos que adentrarnos en esto no sólo para nosotros mismos… y no a solos, sino como una parte integral de la lucha de expulsar a este régimen. Tenemos que enfrentar directa y honestamente la necesidad que pesa sobre la humanidad y juntos abrir brecha hacia adelante. Lo hacemos porque “En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista”.

Al ver el panorama más amplio en una perspectiva y contexto amplio de lo que ocurrió y no ocurrió el 4 de noviembre, se revela que un número masivo de personas no se tomó las calles ni tuvo la determinación de permanecer en las calles para expulsar al régimen porque están acostumbradas a cierto estilo de vida, a una estabilidad que se deriva de vivir en un país que no ha experimentado una guerra en su propio territorio en 160 años ni ninguna gran agitación en más de medio siglo.

La realidad que enfrentamos es que la mayoría de las personas en las clases medias, las que más han alzado la voz por angustia e indignación contra el régimen, tienen un estilo de vida al cual, hasta la fecha, no están dispuestos a interrumpir. Se han habituado a dejar que otros se encarguen de los asuntos políticos y de gobernanza, salvo quizás accionar una palanca de la máquina de votar cada pocos años. Incluso la mayoría de la población que no vota todavía no estaba dispuesta a abandonar la normalidad de su vida, aunque esa normalidad está empezando a deshilacharse y deshacerse. Esto subyace a por qué muchas personas dieron una acogida sincera al mensaje básico de Rechazar el Fascismo y realmente odian al Régimen de Trump y Pence, pero en este momento se negaron a romper con las normas y el marco de la política de costumbre.

Hemos estado trabajando y seguimos trabajando sobre la contradicción entre la estabilidad relativa de la vida de la mayoría de las personas en Estados Unidos y su profunda e intensa repugnancia y angustia por las horrorosas acciones y futuro del Régimen de Trump y Pence. No logramos activar a un número suficiente de personas para hacer lo que hay que hacer. El enorme problema para todos aquellos que odian al Régimen de Trump y Pence, pero no están dispuestos, todavía, a romper con la normalidad de su vida y con el marco político en que conciben sus acciones de afectar la política, es que el mundo y la vida, tales como los conocen, están por llegar a su fin si el Régimen de Trump y Pence sigue en el poder.

Tenemos que decir una vez más, que ya que Trump tiene el dedo en el disparador nuclear —sin ninguna restricción por parte de ninguna otra persona en el gobierno o en las fuerzas armadas— lo que está en juego con la continuación de la complacencia de la gente, el precio de acomodarse con el fascismo que viene desarrollándose y de seguir con la vida cotidiana y en efecto normalizar lo que no es normal, bien podría ser el futuro de nuestra especie y del planeta. Cabe repetir, esto no es ninguna exageración.

Se ha entrenado a la gente para que crea que lo único posible es apoyar, cifrar sus esperanzas o trabajar con el partido Demócrata. Una y otra vez los medios de comunicación presentan los temas importantes en términos de los republicanos o los demócratas con los ojos enfocados en las próximas elecciones aun antes de terminar las actuales.

Tenemos que decirle a la gente: No les hagan caso a los que les digan que se puede tratar con este régimen de las formas normales — sea por medio de elecciones, fiscales especiales o un cambio en el Congreso. Tenemos que decírselo, y tenemos que convencerlos.

¿Esto significa que no hay esperanzas en esta situación? ¿Que la gente nunca actuará? ¡NO!

Hay una aguda contradicción entre la profunda e intensa repugnancia de la gente por Trump y Pence y todas las cosas horripilantes que han hecho, y por otro lado, sus falsas ilusiones que se derivan de su vida relativamente estable, su experiencia y su creencia en el funcionamiento estable del gobierno, sus instituciones y sus procesos. Aunque la situación personal de la gente en Estados Unidos de hecho es precaria, pesa la realidad de que la vida en Estados Unidos es relativamente estable, y la creencia ilusoria de que siempre será así.

Miren, vayamos al grano. Los sectores progresistas y los sectores históricamente marginados de Estados Unidos esperan que los demócratas se encarguen de sus intereses. Esto también es así, quizá sea especialmente así, de parte de los que quieren reformar al partido Demócrata. Existe una “fe”, sin ninguna corroboración en la realidad, de que el partido Demócrata vaya a reparar lo que están haciendo Trump y Pence y su régimen. No lo hará. Ellos, y otros en el poder, sólo actuarán si creen que están perdiendo la lealtad de enormes sectores de la sociedad. Sólo actuarán cuando la agitación y el trastorno creados por la gente los impulsen a actuar sobre lo que es para ellos su mayor interés: mantener su sistema.

Si bien sigue siendo cierto que Rechazar el Fascismo aún no es conocido por toda la sociedad, mucha gente sí sabía del 4 de noviembre. Dondequiera que fuéramos, una inmensa mayoría de la gente respondía con entusiasmo a las consignas y el Llamamiento de Rechazar el Fascismo — cargando pancartas en las manifestaciones, contribuyendo a los anuncios en el New York Times y el Washington Post y de muchas otras formas. Pero, al sopesar si correr el riesgo de trastornar su vida y sus creencias o no, a fin de realmente entrarle con todo a lo que objetivamente se requiere para parar la consolidación fascista en marcha del Régimen de Trump y Pence, se retiraron a la falsa ilusión de un mundo cuyo fin está llegando.

Debemos reconocer claramente el entrenamiento, y, hay que decirlo, el adoctrinamiento. Todos los días la dirigencia del partido Demócrata y aquellos, como la MSNBC entre otros en los medios de comunicación, así como las organizaciones políticas y de servicios tipo oenegeísta, que por su parte se apoyan en el partido Demócrata y a su vez promueven que se confíe en el partido Demócrata, le dicen a la gente que NO haga lo que Rechazar el Fascismo estaba llamando y lo que sigue llamando a hacer. Que no se tome las calles, que no provoque a la bestia de los fascistas, que no socave sus esfuerzos electorales de atraer a los votantes indecisos, que no piense ni actúe fuera del marco de la política de costumbre y, para ser francos, quizá no se ponga a cuestionar por qué los demócratas han conciliado con estos fascistas durante un largo tiempo, ni se ponga a empezar a cuestionar cómo están las cosas en su conjunto.

Le están diciendo a la gente que responda a esto de formas normales — que espere que Mueller termine su investigación, y por favor, no haga nada que perjudique nuestras posibilidades en los comicios de 2018 o 2020. Rechazar el Fascismo ha señalado con razón que (1) esto bien podría ser muy tarde para impedir una guerra catastrófica, la devastación ambiental, el terror y desarraigo en la vida de millones de inmigrantes, el fin del derecho al aborto y muchos otros horrores, que incluyen leyes aún más draconianas que reprimen el disentimiento; y (2) estos fascistas están trabajando tiempo extra para arrebatarles los derechos de votar a los negros y los latinos, en combinación con todo un sistema electoral racista arreglado con su base histórica en las zonas rurales, para que amarren su triunfo electoral. ¡NO! Sería mortífero dejarnos embaucar con esto en la lucha contra la consolidación del fascismo. Tenemos que poner el argumento de que el único camino adelante es VOTAR CON LOS PIES EN LAS CALLES.

En resumen, debemos discutir por qué tenemos que continuar y perseverar en este argumento por medio de lo que decimos, lo que escribimos y de mayor importancia, por medio de lo que hacemos, para que las personas enfrentan la necesidad que representa para ellas y toda la humanidad la consolidación del fascismo por el Régimen de Trump y Pence. Y sobre esa base, por qué lo que Rechazar el Fascismo está organizando y construyendo es el camino para hacer el cambio que se necesita: sacar del poder político al Régimen de Trump y Pence.

Debemos discutir y entender, y debemos explicar a las personas por todo Estados Unidos, que la base para sacar al Régimen de Trump y Pence se encuentra, fundamentalmente, en ellas. Rechazar el Fascismo está preparado para darle con todo con eso. Estamos preparados para dirigir junto con otros. Hay un lugar para todos, para organizaciones diversas con muchos diferentes objetivos y entendimientos que reconocen, o que se puede ganar a reconocer, que la única manera de detener la consolidación de un Estados Unidos fascista son las acciones de la gente en unión y con determinación en las calles para impulsar la expulsión del Régimen de Trump y Pence.

Antes de concluir, creemos que esta contradicción, entre la repugnancia de la gente por el Régimen de Trump y Pence y su poca disposición en este momento a trastornar la relativa “normalidad” de su vida, es lo principal en que no logramos abrir brecha para que prosperara el 4 de noviembre. Otros factores también pesaron, por ejemplo, tuvimos que movilizar una masa crítica lo suficientemente grande de personas y organizaciones para que la gente considerara como viable la audacia de nuestro plan y misión. Nos dijeron que les daban miedo todos los rumores de lo que los fascistas pudieran hacer. Estas son cuestiones reales que hay que tratar, pero existen en el problema mayor de lo que hemos descrito. Pues hay muchas ocasiones en la historia cuando la gente supera el miedo y desafía los obstáculos, al reconocer la necesidad de actuar de formas extraordinarias.

Debemos discutir y empezar este resumen en esta reunión. Es un resumen y un proceso que continuará. Y, al mismo tiempo, tenemos que seguir adelante. Nuestro análisis del Régimen de Trump y Pence es correcto y se confirma a diario. Nuestra misión y objetivo de expulsar al régimen por medio de la acción no violenta de masas de millones de personas es lo que tiene que ocurrir.

Con este fin, la Oficina Nacional está proponiendo el siguiente plan para las siguientes seis semanas, aproximadamente hasta el fin de enero.

El plan tiene tres elementos.

#1: Un elemento clave del período entrante es hacer trabajo de divulgación amplia, investigar activamente con muchos diferentes tipos de personas y organizaciones; lucha ideológica sobre la necesidad que enfrenta la humanidad con el Régimen de Trump y Pence y qué es el camino hacia adelante; y polémicas en las redes sociales y nuestro sitio web que comparan y contrastan los diferentes análisis y soluciones. En el período que viene tenemos que estar luchando y aprendiendo activamente— haciendo un balance del primer año del Régimen de Trump y Pence y de la resistencia y lucha a que llamamos. No debemos hacer esto solamente entre nosotros, sino junto con las personas muy ampliamente. Esto debe ser un período de trabajo de divulgación amplia y de lucha ideológica y aprendizaje (interrelacionados entre sí). De mucha importancia, por medio de este proceso tenemos que construir más y hacer crecer a Rechazar el Fascismo y forjar una unidad de principios con otras organizaciones y comunidades opuestas a este régimen.

#2. Rechazar el Fascismo tiene que seguir dirigiendo lucha. En particular tenemos que iniciar acciones que denuncien de manera contundente al régimen y sus crímenes y por qué tiene que marcharse. Además, tenemos que actuar de maneras que pongan al descubierto agudamente por qué la dirigencia demócrata no es ninguna respuesta. En este sentido, debemos examinar el ejemplo de los jóvenes de DACA que fueron a la oficina de Nancy Pelosi y denunciaron la manera en que ella estaba traficando con la vida de sus familias y comunidades y su estatus, y que ellos no aceptaban eso. En las acciones que hacemos debemos aprender de las acciones de ACT-UP a principios de los años 1990. Además, Rechazar el Fascismo debe participar y trabajar en coaliciones que sean consecuentes con nuestra misión, para protestar con motivo del aniversario de la inauguración de Trump.

También debemos atraer e incorporar a muchas personas nuevas en la difusión del mensaje de Rechazar el Fascismo y la recaudación de fondos para esta gran causa.

Después de discutir lo que he presentado aquí, ___________ presentará una visión de toda esta cuestión.

#3: La Oficina Nacional anima a las secciones locales y a las personas que están empezando a conocer Rechazar el Fascismo a que vean y discutan el discurso filmado y la sesión de preguntas y respuestas de Bob Avakian, ¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista. Un mundo mejor ES posible.

Este discurso y las preguntas y respuestas tratan muchas de las cuestiones que la gente enfrenta y plantea.

Así que, antes de abrir la discusión, déjenme concluir con lo que hemos dicho durante más de un año, y que sigue siendo tan cierto como el día en que se escribió por primera vez:

“Que no digan que no removimos cielo y tierra para expulsar a este régimen. El presente debe ser un momento en la historia en que millones de personas toman posición, juntas, con convicción y coraje, superando el miedo y la incertidumbre, para oponer resistencia y decir ¡NO! No sólo para nosotros, sino en nombre de la humanidad”.

¡Esta pesadilla tiene que terminar: El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!


 

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