El día después del fósforo blanco
Patrick Cockburn The Independent 1/8/2010
Traducción: Celita Doyhambéhère para Página 12
La mortalidad infantil, casos de cáncer, bebés deformes y leucemia en
Faluja, bombardeada en el 2004, exceden los de Hiroshima y Nagasaki en
1945
El importante aumento en la mortalidad infantil, casos de cáncer y leucemia
en la ciudad iraquí de Faluja, que fue bombardeada por marines de Estados Unidos
en 2004, excede los informados por los sobrevivientes de las bombas atómicas
arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, según un nuevo estudio. Los
médicos iraquíes en Faluja se han quejado desde 2005 de estar abrumados por el
número de bebés con serios defectos de nacimiento, que van desde una niña que
nació con dos cabezas a parálisis de los miembros inferiores. Dijeron que
también estaban viendo más casos de cáncer de lo que veían antes de la batalla
de Faluja entre las tropas estadounidenses y los insurgentes.
Sus afirmaciones están apoyadas por una encuesta que muestra un aumento
cuadruplicado de todos los tipos de cáncer y un aumento multiplicado por doce de
cáncer en niños menores de 14 años. La mortalidad infantil en la ciudad es
cuatro veces más alta que en la vecina Jordania y ocho veces más alta que en
Kuwait.
El doctor Chris Busby, un profesor visitante en la Universidad de Ulster y
uno de los autores de la encuesta sobre 4800 individuos en Faluja, dijo que es
difícil establecer la causa exacta de los cánceres y los defectos de nacimiento.
Añadió que “para producir un efecto como éste debe haber ocurrido una muy
importante exposición en 2004 cuando sucedieron los ataques”.
Los marines estadounidenses primero sitiaron y bombardearon Faluja, a 48
kilómetros de Bagdad, en abril de 2004, después de que cuatro empleados de la
empresa de seguridad estadounidense Blackwater murieron y sus cuerpos fueron
quemados. Después de enfrentamientos durante ocho meses, los marines atacaron la
ciudad en noviembre usando artillería y bombas aéreas contra las posiciones
rebeldes. Las fuerzas estadounidenses luego admitieron que habían empleado
fósforo blanco así como otras municiones.
En el ataque, comandantes estadounidenses tomaron a Faluja como una zona de
fuego libre para tratar de reducir el número de bajas entre su propia tropa. Los
oficiales británicos estaban espantados por la falta de preocupación por las
bajas civiles. “Durante las operaciones preparatorias en la operación de
limpieza de Faluja en noviembre de 2004, cierta noche más de cuarenta municiones
de artillería de 155 mm fueron disparadas a un pequeño sector de la ciudad”,
recordaba el brigadier Nigel Aylwin-Foster, un comandante británico sirviendo
para las fuerzas estadounidenses en Bagdad.
Añadió que el comandante estadounidense que ordenó este devastador uso de
fuego no consideró que fuera lo suficientemente significativo para mencionarlo
en su informe diario al general estadounidense al mando. Busby dice que mientras
él no podía identificar el tipo de armamentos usados por los marines, el grado
de daño genético sufrido por los habitantes sugiere el uso de uranio en alguna
forma. Dice: “Creo que usaron un arma nueva contra los edificios para penetrar
las paredes y matar a los que estaban adentro”.
El sondeo fue llevado a cabo en enero y febrero de este año por un equipo de
once investigadores que visitó 711 hogares en Faluja. Los dueños de casa
llenaron un cuestionario dando detalles de cánceres, resultados de partos y
mortalidad infantil. Hasta ahora el gobierno iraquí se ha resistido a responder
a las quejas de los civiles sobre el daño a su salud durante las operaciones
militares.
Los investigadores fueron inicialmente mirados con cierto recelo por los
locales, especialmente después de que un canal de televisión de Bagdad emitió un
informe diciendo que los terroristas estaban llevando a cabo un sondeo y que
cualquiera que lo estuviera conduciendo o contestando preguntas sería arrestado.
Aquellos que organizaron el sondeo subsecuentemente arreglaron para ir
acompañados por una persona importante en la comunidad para disipar
sospechas.
El estudio, titulado “Cáncer, Mortalidad Infantil y Tasa de Género en Faluja,
Irak 2005-2009” es realizado por el doctor Busby, Malak Handam y Entesar Ariabi
y concluye que la evidencia sobre el importante aumento en casos de cáncer y
defectos congénitos de nacimientos es correcta. Se descubrió que la mortalidad
infantil era de 80 cada mil nacimientos, comparados con los 19 en Egipto, 17 en
Jordania y 9,7 en Kuwait. El informe decía que los tipos de cáncer eran
similares en las consecuencias a los de los sobrevivientes de Hiroshima que
estuvieron expuestos a la radiación ionizante de la bomba atómica y el
uranio.
Los investigadores descubrieron aumento en leucemia de más de treinta veces,
diez veces más de aumento en cáncer de mama femenino y un aumento significativo
en linfomas y tumores cerebrales en adultos. En Hiroshima, los sobrevivientes
mostraron un aumento de 17 veces más en leucemia, pero en Faluja Busby dice que
lo llamativo no es sólo la mayor prevalencia del cáncer sino la rapidez con la
que está afectando a la gente.
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