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El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.




Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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Fui castigado bajo la Ley de Espionaje. ¿Por qué no fue castigado Joe Biden?

Así como yo, Biden mantuvo información clasificada fuera de una instalación segura y compartió dicha información con la prensa para expresar preocupación acerca de la política estadounidense, pero los fiscales nos trataron de manera muy distinta.

Daniel Hale

Ex analista de inteligencia que fue sentenciado a 45 meses en una prisión federal bajo la Ley de Espionaje

Al Jazeera English

5 Mar 2024

US President Joe Biden

El consejero especial Robert Hur dijo, en un reporte publicado en febrero, que Biden no enfrentaría cargos criminales por sacar documentos clasificados al final de la presidencia de Obama porque había cooperado con los investigadores y parecería comprensivo ante un jurado [Leah Millis/Reuters]

En febrero fui liberado de la prisión federal habiendo servido 33 meses por haber violado la Ley de Espionaje después de haber hecho pública información clasificada detallando lo que vi como el alto costo moral del programa de América de asesinatos con drones. Antes de tener tiempo de ajustarme al mundo más allá de los muros de concreto, me golpeó la noticia del reporte del Consejero Especial Hur [PDF] en donde planteó las razones por las cuales decidió no acusar al presidente Biden por supuestas violaciones de la misma ley.

Casi siempre estoy motivado de escuchar acerca de lo que sea que el Departamento de Justicia decide en contra del uso de la Ley de Espionaje. Para el momento en el cual la tinta se secó en 1917, ya había sido utilizada para silenciar las voces de disidentes a través del país. Miles fueron rodeados y sumariamente convictos por su oposición que América participara en el conflicto humanos más sangriento de la historia de los tiempos.

Mientras algunos de los peores aspectos de la ley han sido enmendados desde entonces, la Ley de Espionaje sigue siendo el estatuto criminal premier para enjuiciar a las fuentes de gobierno que se apoyan en la prensa para exponer abusos secretos del gobierno al público. La decisión de los oficiales del Departamento de Justicia de ir detrás de los denunciantes con la Ley de Espionaje ha sido parte de un esfuerzo conjunto para señalar claramente que la próxima persona que se atreva a hablar con un periodista podría enfrentar décadas de encarcelamiento.

Después de leer el reporte del consejero especial Hur, estaba curioso por encontrar similitudes entre mi caso y el de la investigación del presidente. Según el reporte, el presidente Biden mantuvo información clasificada fuera de un lugar seguro en su hogar y oficina, al igual que yo. El presidente, posteriormente, habló con un periodista acerca de la información que tenía, nuevamente, como lo hice yo.

Tanto el presidente Biden como yo expresamos a nuestros respectivos reporteros las preocupaciones que teníamos acerca de la política estadounidense – él acerca del fallido aumento en Afganistán en el 2009 (como vicepresidente) y las mías acerca de las consecuencias de esa política. ¿Así que por qué decisión de enjuiciar a uno y no al otro?

Según Hur, el presidente hubiera sido visto como demasiado simpático para convencer a un jurado de culpabilidad en su caso. Que Hur crea que Biden es un individuo bien intencionado que no tenía la intención de lastimar con sus acciones es una razón suficiente para no acusarlo. Ahora contrasta eso con lo que el gobierno dijo acerca de mí en mi sentencia, acusándome de poner en peligro al público y comparándome con un vendedor de heroína. No me pintaron como alguien con buenas intenciones, sino alguien que intentó “causar simpatía con los periodistas” por el bien de la notoriedad, al contrario de actuar por el bien del interés público.

Hur continuó con evadir inteligentemente el asunto de intención en donde preocupa la Ley de Espionaje. Contra intuitivamente la ley no requiere que se pruebe la intención de dañar a los Estados Unidos – sólo evidencia de que el posesor no autorizado de información de defensa nacional conscientemente la retuvo y de manera voluntaria lo comunicó a alguien sin derecho a recibirla.

Los fiscales normalmente demuestran su punto señalando las pilas de acuerdos de confidencialidad que cada sostenedor de autorización debe firmar para continuar empleado. Al ser electo, Biden tal vez jamás tuvo que firmar un acuerdo, pero – dejando aparte su grado de simpatía – no hubiera sido muy difícil probar que sabía que la divulgación de información clasificada era ilegal.

Sin embargo, a Biden lo soltaron sin responsabilidad alguna porque no quiso hacer daño alguno. En contraste, las mociones previas a juicio del gobierno en mi caso argumentaron que no me permitirían presentar evidencia de lo que llamaron mis “buenos motivos”. Con miedo de que mis motivos pudieran parecerles muy comprensivos al jurado, yo – como cualquier otro denunciante antes de mí – me quedé prácticamente sin defensa debido a un tecnicismo legal en la manera en la que la ley está escrita. Sin otra opción, fui obligado a declararme culpable para evitar un juicio costoso que no podía ganar.

Todo dicho, la culpa que profesé por proveer voluntariamente información de defensa nacional a un periodista no fue nada en comparación con la inmensa vergüenza que sentí por participar voluntariamente en el programa de drones. En el 2021, a las escasas semanas de haber sido sentenciado a prisión federal, Zemari Ahmadi y nueve miembros de su familia, la mayoría niños pequeños, fueron victimas de un ataque equivocado de drones estadounidense. El Pentágono lo llamó un “ataque justo” antes de que la verdad los forzara a retractarse cuidadosamente y conducir una investigación interna que encontró a nadie culpable de la pérdida de vidas inocentes.

Al día de hoy, soy la única persona que trabajó en el programa de drones en ser encontrado responsable. No por mi rol en él, sino por mi esfuerzo para revelarle la verdad mortal al público con la ayuda de un periodista.

Estoy sinceramente contento de que el presidente Biden haya podido recibir lo que a muchos otros en el punto de mira de la Ley de Espionaje les fue negado – el beneficio de la duda. Pero si Joe Biden verdaderamente desea transmitir el tipo de ideales que ayudaron a asegurar su presidencia en primer lugar, usará su poder como presidente para perdonar a los denunciantes y cesar la política de la guerra contra el terror de los “asesinatos selectivos”.

Los puntos de vista expresados en este artículo son del autor y no necesariamente reflejan la postura editorial de Al Jazeera.


 

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