EEUU: Corte Suprema a favor de indocumentado en robo de identidad
AP 4 de mayo 2009
WASHINGTON - La Corte Suprema decidió el lunes que los indocumentados que
usan números de identificación falsos no pueden ser acusados de cometer un robo
de identidad si no se demuestra que sabían que estaban utilizando números reales
de la Seguridad Social y otros códigos.
La decisión de la corte limita entonces el uso de una ley impuesta en el
2004, la cual pretendía imponer más mano dura contra expertos en robo de
identidad, así como contra inmigrantes arrestados en redadas que sean hallados
usando números de la Seguridad Social falsos al igual que otros números de
registro para extranjeros.
Varios activistas se habían quejado de que las autoridades federales usaban
la amenaza de la acción judicial por robo de identidad _que implica dos años en
prisión_ para persuadir a que la gente se declarara culpable de otros cargos
menores y lograr así la aceptación de la deportación inmediata.
Nina Perales, abogada de la Mexican American Legal Defense and Education
Fund, un grupo activista por la defensa de los inmigrantes hispanos, señaló que
ahora estas acciones judiciales ya no se pueden usar.
El juez Stephen Breyer escribió en su fallo que la intención de la persona es
a menudo fácil de determinar cuando se trata de un caso que tipificó como
clásico robo de identidad.
En los casos en que "el acusado se valió de información de otra persona para
acceder a la cuenta bancaria de esa persona, el gobierno puede probar
conocimiento previo con poca dificultad", destacó Breyer.
Pero los indocumentados necesitan documentos de identidad y a menudo los
compran a falsificadores sin saber si pertenecían a alguien.
Ese fue el ejemplo del indocumentado que ganó el caso el lunes. Ignacio
Carlos Flores Figueroa, un inmigrante mexicano que trabajaba en una fábrica de
acero en Illinois, viajó a Chicago y compró números de identificación a alguien
que traficaba con carnés de identidad falsos.
Los números pertenecían a gente real. Flores Figueroa había trabajado en la
fábrica durante seis años con un nombre falso.
En su caso no se puede probar que usó los números de la Seguridad Social y
una tarjeta de residencia estadounidense, a sabiendas que pertenecían a una
persona real. El acusado admitió haber usado documentos falsos pero no el delito
de robo de identidad.
La fiscalía no presentó pruebas de que el acusado sabía que se trataba de
documentos legítimos y no simplemente inventados.
El caso es: Flores-Figueroa versus EE.UU., 08-108.
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