Es probable que el caso de tortura de los contratistas de Abu Ghraib vaya a juicio tras la orden de un juez
estadounidense
"La sentencia ha despejado el camino, casi 20 años después, para que nuestros
clientes puedan contar su historia en audiencia pública", dijo el director
jurídico del Centro de Derechos Constitucionales, que presentó la demanda en
nombre de los detenidos.
Charles Graner, soldado del ejército estadounidense, tortura a prisioneros encapuchados
y esposados en la prisión de Abu Ghraib, a las afueras de Bagdad, Irak. (Foto:
Mando de Investigación Criminal del Ejército de EE.UU.)
|
BRETT WILKINS
Common Dreams
02 de agosto de 2023
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 3 de agosto de 2023
Los supervivientes de las torturas infligidas por las tropas estadounidenses y por interrogadores privados se
alegraron de que un juez federal rechazara esta semana el último intento de un
infame contratista militar de desestimar una demanda interpuesta por iraquíes
encarcelados en la tristemente célebre prisión de Abu Ghraib durante los
primeros años de la ocupación estadounidense.
El lunes, la juez Leonie Brinkema, del Tribunal del Distrito Este de Virginia, en
Alexandria, se negó
a desestimar la demanda por
tortura contra CACI Premier Technology,
un eje del complejo militar-industrial con sede en la cercana Arlington, con
más de 22.000 empleados y miles de millones de dólares en contratos con el gobierno.
"Estoy muy contenta de recibir la noticia de que nuestro caso puede seguir adelante hacia el juicio".
La demanda contra CACI -presentada en 2008 por el Centro de Derechos Constitucionales en nombre
de los ex detenidos Suhail Al Shimari, Asa'ad Al Zuba'e y Salah Al-Ejaili-
alega que funcionarios de la empresa conspiraron con personal militar estadounidense
para someter a los demandantes a tortura y otros delitos. Una investigación
realizada en 2004 por el teniente general del ejército estadounidense Anthony
Jones y el mayor general George Fay concluyó que los empleados de CACI
participaron en la tortura de los prisioneros de Abu Ghraib y alentaron dicha tortura.
"Estoy muy contento de recibir la noticia de que nuestro
caso puede seguir adelante hacia el juicio", declaró el martes en un comunicado
el demandante Salah Al-Ejaili,
periodista de Al Jazeera encarcelado y torturado durante dos meses en Abu Ghraib.
"He mantenido la paciencia y la esperanza durante los
dos años que hemos esperado esta decisión -y a lo largo de las casi dos décadas
transcurridas desde que sufrí abusos en Abu Ghraib- de que algún día lograría
justicia y rendición de cuentas en un tribunal estadounidense", añadió.
"El día de hoy nos acerca a mí y a los demás demandantes un paso más".
En Abu Ghraib -donde un torturador estadounidense "daba la bienvenida" a un nuevo
prisionero esposado y con los ojos vendados arrojándolo de bruces desde un
vehículo y proclamando:
"No se puede deletrear maltrato sin Abu"-, los detenidos se
enfrentaban diariamente a malos tratos descritos como "sádicos, flagrantes
y gratuitos" en un informe
del general de división del ejército Antonio Taguba.
Las palizas, las amenazas de muerte y los abusos sexuales,
religiosos y raciales eran habituales. Los prisioneros -hasta el 90% de los
cuales eran inocentes, según un informe
de la Cruz Roja- también fueron amenazados o atacados por perros adiestrados,
obligados a masturbarse en grupo delante de interrogadores masculinos y
femeninos, y violados por hombres y objetos, en un caso mientras una soldado
fotografiaba a la víctima adolescente. Otras fueron obligadas a maldecir su
religión o a comer cerdo, que está estrictamente prohibido a los musulmanes.
Además de los hombres, las mujeres -algunas de las cuales
declararon haber
sido violadas o haber sufrido abusos sexuales por parte de sus captores
estadounidenses- fueron retenidas en Abu Ghraib como moneda de cambio para obligar
a los hombres buscados a entregarse a las autoridades de ocupación. Una mujer dijo que la
habían metido en una celda con el cadáver ensangrentado de su hermano, uno de
las decenas de detenidos de Abu Ghraib que murieron a
manos de las tropas estadounidenses, por negligencia médica o por los
bombardeos de los insurgentes iraquíes.
Las fotografías de tropas estadounidenses sonrientes posando junto al cadáver de Manadel
al-Jamadi, torturado hasta la muerte en Abu Ghraib, se encontraban entre
los cientos de horribles
imágenes que sacudieron la conciencia del mundo tras su publicación después
de que el sargento
Joe Darby, delator del ejército, las filtrara.
Aunque 11 soldados de bajo rango fueron condenados y encarcelados por su participación en el escándalo de torturas de
Abu Ghraib y el general de brigada Janis Karpinski, comandante de la prisión,
fue degradado, ningún otro militar de alto rango tuvo que rendir cuentas por
los malos tratos. Tampoco lo hizo ninguno de los funcionarios del gobierno
de George W. Bush o de la Agencia Central de Inteligencia que idearon,
aprobaron y ordenaron la tortura de detenidos en la denominada Guerra contra el Terror.
CACI -que ha intentado que se archive el caso en 18 ocasiones- alega que
no es responsable de las torturas infligidas por sus empleados a los
prisioneros de Abu Ghraib, citando esta vez sin éxito la sentencia del Tribunal
Supremo de EE.UU. de 2021 en el caso Doe contra
Nestlé. En ese caso, los jueces dictaminaron por 8
a 1 que las empresas no podían ser demandadas en virtud de la Alien Tort Statute
-que otorga a los tribunales federales jurisdicción sobre demandas civiles
interpuestas por ciudadanos extranjeros que alegan violaciones del derecho
internacional- por su presunta
complicidad en el tráfico y esclavitud de niños de África Occidental en la
industria del cacao.
En 2013, CACI sorprendió a los observadores al demandar
a cuatro de los antiguos demandantes de Abu Ghraib por 15.000 dólares en
concepto de honorarios de testigos, dietas de viaje y transcripciones de
declaraciones en los que incurrió la multimillonaria empresa.
También en 2013, otro contratista, Engility Holdings -antes conocido como L-3 Services y Titan Corp- acordó pagar 5,28
millones de dólares a 71 ex presos torturados en Abu Ghraib y otros centros
de detención estadounidenses en Irak durante la ocupación estadounidense.
El director jurídico del Center for Constitutional Rights, Baher Azmy, dijo
que la decisión de Brinkema "afirma que las normas de derechos humanos
reivindicadas por el Alien Tort Statute siguen siendo vitales y están
disponibles para abordar un caso que revela pruebas sustanciales identificadas
por el tribunal de que CACI facilitó y promovió la tortura y los abusos de los
detenidos en Abu Ghraib".
"La sentencia", añadió Azmy, "ha despejado el camino,
casi 20 años después, para que nuestros clientes cuenten su historia en
audiencia pública."
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|