Las declaraciones de firma de Bush
Declaraciones de firma
Dennis Loo, Comité Directivo de El Mundo no Puede Esperar
Domingo, 3 de febrero de 2008
Declaraciones
de firma (en inglés)
dennisloo.blogspot.com
Desde que asumió el cargo, el presidente Bush ha hecho centenares de
declaraciones de firma que efectivamente anulan las leyes que firma - mucho más
que el conjunto de todos los presidentes anteriores. En estas declaraciones de
firma, declara que no está sujeto a la autoridad ni del Congreso ni de la
magistratura. En su primer mandato solamente, hizo veinticinco por año. (Para
saber más, vea el capítulo nueve, titulado "The Campaign for Unfettered Power:
Executive Supremacy, Secrecy and Surveillance" [La campaña por el poder sin
trabas: la supremacía ejecutiva, los secretos y el espionaje], del libro de
Barbara Bowley Impeach
the President: the Case Against Bush and Cheney [Juicio de destitución
al presidente: El caso contra Bush y Cheney). Después de las elecciones del año
2006, a mediados del mandato, desistió un poco; pero, cuando se hizo claro que
el Congreso no le negaría nada, volvió a afirmar agresivamente el poder
ejecutivo sin trabas.
Cuando hablo en público acerca de la Casa Blanca de Bush y Cheney, planteo
frecuentemente que, por malos que se piensa que sean, al analizar más a fondo y
con más atención lo que han estado haciendo, se da cuenta de que son muchísimo
peores. La verdad es espeluznante.
Aun aquellos que sí han seguido lo que está pasando continúan
reaccionando con "conmoción y pavor". La monstruosidad de lo que está ocurriendo
de hecho dificulta que la gente de este país responda, porque se trata de algo
tan distante de lo que suelen pensar acerca de su gobierno.
Incluso entre los que saben mucho de historia y que, por lo tanto, albergan
pocas ilusiones sobre este gobierno, hay algunos que no captan la gran
importancia de las medidas que se están tomando. Muchos de ellos tienden a
pensar que esto no es más que lo mismo y que la lucha para sacar del poder a
Bush y Cheney impide ver el carácter fundamental del imperialismo de EE.UU. Por
lo tanto, se mantienen al margen de la lucha para un juicio de destitución.
Esas personas no alcanzan a ver que Bush y Cheney están en la vanguardia de
una ruptura con las normas del pasado, y que la legalización de la tortura, la
trituración de los derechos al debido proceso, el espionaje en todas partes, las
afirmaciones abiertas de que el ejecutivo no tiene que responder a nadie - ni al
Congreso, ni a la magistratura, ni a los tribunales internacionales, ni al
pueblo - son los elementos de un estado fascista. Si usted queda con los brazos
cruzados, permitiendo que Bush y Cheney hagan lo que hagan, y usted no lo lucha
y no hace todo posible para sacarlos del poder, entonces está permitiendo que
esas nuevas medidas lleguen a ser la nueva norma. Eso sería un error fatal.
Las personas a quienes ahora se torturan y detienen indefinidamente son las
más indefensas - por ejemplo, los musulmanes; y los académicos despedidos y
amenazados incluyen a los que han planteado sus posturas con mayor fuerza (como
Ward Churchill). Las personas que todavía no enfrentan redadas y brutalidad
demasiadas veces ignoran la suerte de aquéllas. Naomi Wolf, en su nuevo libro
The End of America (El Fin de América) cita a un amigo que en otras
situaciones es compasivo, que dice: "Pues esa no es mi lucha".
Negarse a defender a los que sufren la muerte, la tortura, la brutalidad y el
despido no sólo es indefendible moralmente, sino miope. Si un gobierno puede
hacer cosas terribles con impunidad a los más vulnerables, sus próximos pasos
serán - y ya son - perseguirles sistemáticamente a los menos marginados: las
personas que ahora piensan que es permisible que el ejecutivo pisotea las
libertades y los derechos civiles en nombre de "la seguridad nacional".
Presten atención al siguiente artículo que señala que Hillary, Obama, y
Romney han dicho públicamente que, al ser elegidos, utilizarán también las
declaraciones de firma. McCain ha dicho que no lo hará; sin embargo, cuando el
Congreso aprobó la enmienda McCain del 2005, que prohíbe torturar a los
detenidos, Bush agregó una declaración de firma que indicó que no iba a cumplir
con ella. McCain no dijo nada. No dijo nada a pesar de que Bush acaba de
destruir el valor de la enmienda. No dijo nada porque él mismo quería ser
presidente.
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