Prepara Trump campos de concentración para migrantes
David Brooks, corresponsal
La
Jornada
17 jun 2019
Críticos
siguen denunciando esta política: “La pesadilla en la frontera de Estados
Unidos ha sido deliberadamente fabricada por el gobierno de Trump”. Foto Ap /
archivo
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Nueva York. El régimen de Donald Trump está preparando campos de concentración para migrantes, incluyendo
menores, continua sin ubicar a miles de niños que separó de sus padres,
advierte que mantendrá a familias enteras presas y, en violación abierta de las
leyes de asilo nacional e internacional, deportará casi de inmediato a miles
más de refugiados a México, todo mientras continúa sus operaciones
de persecución interna de comunidades inmigrantes a lo largo del país.
La crueldad es la base de la política migratoria de este gobierno denuncian una y
otra vez defensores de derechos humanos, de libertades civiles, abogados de
migración y una amplia gama de legisladores y otros políticos.
Una experta en “campos de concentración” de los nazis y otros países, Andrea
Pitzer, comentó a Esquire que parte de la respuesta del gobierno de Trump al
flujo migratorio es “lo que yo llamaría un sistema de campos de concentración…
y la definición de eso… es la detención masiva de civiles sin un juicio”.
Por cierto, se reveló la semana pasada que el gobierno de Trump usará una base
militar en Oklahoma que fue un campo de concentración para japoneses-americanos
internados durante la Segunda Guerra Mundial para detener unos mil 400 niños
inmigrantes no acompañados.
Y hablando de niños, el New York Times reportó sobre el más joven de los niños inmigrantes separados de sus
padres: Constantin, un bebé de 4 meses quien, cuando finalmente fue retornado
había vivido ya la mayoría de su vida apartado de sus padres quienes habían
intentando migrar desde Rumania (son de la comunidad minoritaria Roma) a través de México. Hasta la fecha las autoridades
no han explicado porqué separaron a la familia.
[https://www.nytimes.com/es/2019/06/17/constantin-ninos-separacion-frontera/].
El hecho de que aún no se sabe el número preciso de niños separados a la fuerza de
sus padres después de ser detenidos al cruzar la frontera sigue asombrando a
defensores de derechos humanos tanto dentro como fuera del país.
Aunque unas 2 mil 800 familias han sido reunificadas bajo orden judicial, a principios
de este año inspectores federales reportaron que el régimen e Trump
probablemente había separado a miles más familias de lo que antes se registró y
por ahora aún se desconoce cuándo, dónde ni quiénes son. Aún hay padres que hoy
pasarán otro día y noche sin saber dónde están sus hijos.
Hoy, ante la sede de la Organización de Naciones Unidas en Ginebra, una delegación
que incluyó a Randi Weingarten, la presidenta del gremio nacional American
Federation of Teachers, su contraparte Alfonso Cepeda Salas, secretario general
del SNTE, junto con activistas de Families Belong Together llamaron a que el
gobierno estadounidense reunifique a todas las familias y repitieron su
consigna de “Aulas no Jaulas”.
Según el régimen de Trump, hay alrededor de 13 mil 200 inmigrantes menores de
edad bajo su custodia -gran parte de los cuales llegaron no acompañados (o eso
se dice).
A fines de la semana pasada, Trump anunció que nombrará a Thomas Homan, el ex
director de la agencia migratoria conocida como ICE, al nuevo puesto que
inventó de “zar fronterizo”. Homan fue uno de tres altos funcionarios que
recomendó la implementación de la política de separación de familias. Tambien
fue, en ese puesto, quien implementó las medidas represivas contra comunidades
inmigrantes por todo el país, incluyendo la multiplicación de arrestos de
inmigrantes sin historial criminal, redadas, y hasta detención de activistas.
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) dijo que el nombramiento de
Homan “probablemente intensificará la crueldad de las políticas fronterizas del
gobierno” y señaló que “miles de padres y niños continúan sufriendo las
consecuencias” de la política de separaciones que él ayudó a impulsar.
Esta noche Trump, vía tuit declaró que la próxima semana “ICE iniciará el proceso de
remover a los millones de extranjeros ilegales que ilícitamente han encontrado
su camino hacia Estados Unidos. Serán removidos tan rápido como lleguen.
México, usando sus leyes de migración fuertes, está haciendo una muy buena
labor de frenar a la gente mucho antes de que lleguen a nuestra frontera sur.
Guatemala se está preparando para firmar un acuerdo de tercer país seguro”.
Todo esto supuestamente para reducir el flujo migratorio, sobre todo de
Centroamérica. Hoy, el Departamento de Estado refrendó su decisión de
suspender la asistencia que brindaba a Honduras, El Salvador y Guatemala hasta
que muestren que han tomado “acciones concretas para reducir los migrantes
ilegales que llegan a la frontera estadounidense”.
Críticos siguen denunciando toda esta política: “La pesadilla en la frontera sur de Estados
Unidos ha sido deliberadamente fabricada por el gobierno de Trump”, afirmó hoy
Michelle Brane, directora de derechos migratorios de la Comisión de Mujeres
Refugiadas, señalando que Estados Unidos tiene la capacidad para manejar las
necesidades de familias huyendo violencia y desesperación en Centroamérica.
Eric Schwartz, presidente de Refugees Internacional denunció como violatorio de
la ley estadounidense el “tratamiento de solicitantes de asilo como criminales
o animales”, y enfatizó que las restricciones sobre los que buscan asilo como
la política de trasladarlos a México “ponen en grave riesgo a mujeres, hombre y
niños extremadamente vulnerables”.
Para mayor información: https://www.jornada.com.mx/sin-fronteras
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