Guerrillero por los derechos
David Brooks
La Jornada
18 de mayo de 2016
Fue uno de los abogados más peligrosos para los que abusan del poder, anulan los derechos,
suprimen la disidencia o violan los derechos humanos; desde presidentes
estadounidenses hasta dictadores y agencias de inteligencia. Fue uno de los
compañeros destacados en las luchas por la justicia social y los derechos
humanos en sus múltiples frentes dentro y fuera de Estados Unidos durante el
último medio siglo.
Michael Ratner, abogado constitucionalista, experto en derecho internacional y
en derechos humanos, quien falleció esta semana en Nueva York a los 72 años de
edad, fue un maestro en emplear la ley como arma en las luchas políticas por la
justicia social y la defensa de los derechos y libertades fundamentales.
Fue presidente emérito del Centro para Derechos Constitucionales (CCR, Center
for Constitutional Rights); se integró al equipo de abogados de defensa de
Julian Assange y Wikileaks; fue fundador del grupo internacional de abogados
que trabajó pro bono para representar a los detenidos en Guantánamo (que se
consideró la abogacía de defensa más numerosa en la historia del país).
Anteriormente fue presidente del Gremio Nacional de Abogados (National Lawyers
Guild, la asociación de abogados progresistas), asesor legal del presidente
Jean-Bertrand Aristide de Haití, y fue fundador de Palestine Legal, entidad
dedicada a defender a activistas dedicados a la causa de los derechos del
pueblo palestino. A lo largo de su carrera colaboró con diversas organizaciones
alrededor del mundo y escribió ensayos y libros, incluyendo colaboraciones con
La Jornada.
Ratner retaba a los más poderosos en los tribunales a nombre de los más
vulnerables. Como cuenta el reconocido profesor de leyes David Cole, uno de sus
muchos discípulos, en The Nation, lo hacía por cuestión de principios. Cuando
presentó una demanda con CCR contra el presidente George W. Bush en 2002, a
nombre de los primeros prisioneros de la recién declarada guerra contra el
terror en Guantánamo, Cole le preguntó si pensaba que había probabilidades de
que el caso se ganara. Ratner le respondió que no tenía ninguna posibilidad
ante los tribunales, pero lo presentamos ciento por ciento por cuestión de principios.
Perdió casos constantemente, pero de cierta manera muchos eran triunfos
también, porque el propósito era exhibir las violaciones de derechos humanos y
de leyes por las autoridades y obligar al poder a justificar sus posiciones
inmorales e ilegales en sus propios tribunales. A la vez, se lograba elevar el
perfil público de estos casos, no permitir que se ocultaran los hechos, y,
siempre junto con otras organizaciones y movimientos, exigir justicia.
Pero a veces ganaba ante los tribunales. Su victoria más notable fue en 2004,
cuando la Suprema Corte de Estados Unidos falló que los detenidos de Guantánamo
sí tenían el derecho de cuestionar la legalidad de su detención como
combatientes enemigos ante la justicia estadounidense, un fallo sin precedente.
Anteriormente Ratner y CCR, entre otros grupos, demandaron al presidente Ronald
Reagan por financiar a los contras en Nicaragua, al presidente George Bush
padre por la invasión ilegal de Irak, al secretario de Defensa Donald Rumsfeld
por autorizar el uso de tortura, entre innumerables casos más. Su primer caso
de alto perfil fue contra el gobierno del estado de Nueva York para obligarlo a
fiscalizar a policías que habían matado a reos en la represión del famoso motín
de prisioneros conocido como Attica, en 1971.
Tajante crítico de las injusticias de los gobiernos estadounidenses dentro y
fuera del país, nunca dejó entrar al veneno del cinismo. En 2011, en entrevista
con La Jornada con motivo del décimo aniversario del 11 de septiembre, Ratner
nos comentó: “el carácter mismo del país ha cambiado con la gente común que
acepta las violaciones del gobierno a sus libertades, del derecho
internacional, así como nuestra propia Constitución, al aceptar también que el
gobierno ahora puede espiar a cualquiera aquí sin autorización judicial… todo
con la justificación oficial de la ‘guerra contra el terrorismo’. Jamás hubiera
anticipado todo esto antes del 11-S… culpo a George W. Bush por impulsar todo
eso, pero también culpo a Barack Obama por continuarlo”.
Y contra todo esto fue uno de los luchadores más prominentes, sobre todo en
defender lo que consideraba el sagrado derecho a la disidencia, algo que desde
joven fue centro de su visión. Como estudiante en los años 60 y compañero
escolar de Angela Davis y alumno de Herbert Marcuse, fue testigo y víctima de
actos de represión contra el movimiento estudiantil en la Universidad Columbia
en 1968, cuando estudiaba leyes ahí.
En años recientes comentaba que lo que le daba esperanza eran las constantes
expresiones masivas de disidencia tanto dentro como fuera de Estados Unidos,
así como los efectos de las filtraciones al público por Wikileaks y los
Snowden, que de repente, al revelar información secreta oficial, hicieron
temblar a gobiernos alrededor del mundo, incluido el estadounidense, que hasta
entonces habían gozado no sólo de opacidad, sino de impunidad al llevar a cabo
maniobras y políticas que, según Ratner, son patentemente ilegales, incluida la
detención arbitraria, el asesinato por drone, tortura, secuestro y espionaje
masivo de sociedades.
Salía a la calle no sólo para disfrutar su ciudad adoptada y su querido
Greenwich Village, sino a participar en las grandes expresiones sociales contra
las guerras, por la defensa de las libertades civiles y los derechos
fundamentales. La última vez que lo vi fue en un acto de solidaridad con la
Coalición de Trabajadores de Immokalee. Como siempre, feliz de estar rodeado de
su gente, fueran los disidentes estadunidenses o jornaleros mexicanos y
haitianos, palestinos y judíos rebeldes, entre tantos otros.
El legado de Ratner son sus miles de alumnos y colegas, y los pueblos, incluido
el suyo, quienes, lo sepan o no, se beneficiaron de este velador por sus
derechos y libertades.
Ratner fue un guerrillero por los derechos. Los de todos nosotros.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|