EU imputa a Julian Assange 17 cargos por espionaje
David Brooks, Corresponsal
La Jornada
24 may 2019
Pese a que Assange, fundador de Wikileaks, fue sacado en abril de la embajada de Ecuador
en Londres, donde estuvo asilado más de seis años, sus partidarios realizaron
ahí hace unos días una protesta para pedir su liberación. Foto Ap
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Nueva York. El Departamento de Justicia de
Estados Unidos formuló 17 nuevos cargos, de acuerdo con la Ley de Espionaje de
Estados Unidos, contra Julian Assange, director fundador de Wikileaks, al ampliar el
caso para la extradición, lo que alarmó a periodistas y defensores de la
libertad de expresión en este país.
Los cargos revelados ayer por el Departamento de Justicia del régimen de Donald
Trump culpan a Assange por su papel en la publicación y difusión de cientos de
miles de documentos militares y diplomáticos clasificados que fueron entregados
a Wikileaks por el entonces analista de inteligencia Chelsea Manning, en 2010.
La acusación formal afirma que Assange, Manning y afiliados de Wikileaks “compartieron el objetivo común de subvertir restricciones legales sobre información clasificada y difundirla
públicamente”. Agrega que con ello también se revelaron
identidades de fuentes humanas que entregaban información a Estados
Unidos, y con ello ponerlos en riesgo (vale señalar que el gobierno de Estados
Unidos no ha logrado comprobar un solo caso de estas consecuencias durante los
últimos años).
El Departamento de Justicia afirmó que las acciones de Assange provocaron
serios daños a la seguridad nacional de Estados Unidos en beneficio de nuestros
adversarios. Las autoridades insistieron ayer en que Assange no es
periodista, tratando de evitar que se les acuse de que este caso amenaza la
libertad de prensa, algo que no lograron.
El Comité de Reporteros por la Libertad de la Prensa casi de inmediato emitió una
declaración en la cual afirmó que el uso de la Ley de Espionaje
para criminalizar la recepción y la publicación de información clasificada
representa una amenaza grave para los periodistas que buscan publicar tal
información en el interés público y que eso no tiene que ver con que si
las autoridades califican o no a Assange como periodista.
Joel Simon, director ejecutivo del Comité de Protección de Periodistas, afirmó que
esta acusación contra Assange es un ataque a la Primera Enmienda (de la Constitución,
que garantiza la libertad de expresión) y una amenaza a todos los periodistas
de cualquier lugar que publican información que los gobiernos prefieren
mantener secreta. La libertad de prensa en Estados Unidos y en el mundo está en
riesgo por este enjuiciamiento.
Edward Snowden, ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional que detonó un
debate mundial sobre el espionaje masivo de ciudadanos por el gobierno, publicó
ayer en un tuit: “el Departamento de Justicia acaba de declarar la guerra no
contra Wikileaks, sino contra el periodismo. Esto ya no se trata de Julian Assange: este caso
decidirá el futuro de los medios”.
Wikileaks respondió, también en un tuit: esto es locura, es el fin del periodismo sobre
seguridad nacional y de la Primera Enmienda.
Defensores de la libertad de prensa insisten en que lo que hizo Wikileaks no es diferente de
lo que hace cualquier medio que obtiene y divulga información sobre los
gobiernos. Más aún, señalan, la Ley de Espionaje se ha aplicado
tradicionalmente contra funcionarios del gobierno, y no contra periodistas y
medios. De hecho, Barack Obama, quien se distinguió por usar dicha ley contra
filtradores más que cualquier otro presidente en la historia, decidió no
proceder contra Assange, justo por sus implicaciones contra la libertad de prensa.
Una primera acusación contra Assange fue formulada en secreto en marzo de 2018 ante
un tribunal de Virginia, donde se afirma que el australiano conspiró con
Manning para realizar una intrusión ilegal de un sistema de cómputo
del Pentágono, y con la cual se inició el proceso de su extradición de Gran
Bretaña, donde está encarcelado por haber violado su libertad bajo fianza. Los
nuevos cargos ampliarán –aunque potencialmente complicarán– la solicitud de
extradición que Washington impulsa ante las autoridades judiciales británicas.
Assange fue arrestado en abril por policías locales y sacado a la fuerza de la embajada
de Ecuador en Londres, donde estuvo asilado durante más de seis años.
En tanto, Manning, quien cumplió siete de los 35 años de su condena por filtrar
los documentos a Wikileaks, antes de que el presidente Barack Obama le otorgara clemencia, está de regreso
en la cárcel por negarse a testificar por segunda vez ante un gran jurado en
contra de Assange.
Los documentos clasificados filtrados fueron publicados por diversos medios en
varios países en colaboración con Wikileaks, incluyendo La Jornada, lo que quedó
documentado en el libro México en Wikileaks. Wikileaks en La Jornada. Memoria de una aventura periodística.
Pedro Miguel, coordinador. México 2012. Ediciones La Jornada.
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