Arabia Saudí bombardea los suministros de comida para
someter a sus enemigos en Yemen
Los buques de guerra y los helicópteros de la coalición saudí han dañado o destruido 250
embarcaciones de pesca y matado a 152 pescadores
Hay “pruebas contundentes de que la estrategia de la coalición saudí está destinada a destruir la
producción y distribución de alimentos”, dice una investigación independiente
Iona Craig - Hodeidah y Saná (Yemen)
eldiario.es/The Guardian
12 de diciembre de 2017
Yemeníes inspeccionan los destrozos tras un bombardeo, ejecutado por la coalición
liderada por Arabia Saudí, en un barrio de Saná (Yemen) en enero de 2016 EFE |
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de Yemen agrava la hambruna que sufre la población civil
A las 23.30, a diez millas náuticas de la costa occidental del Mar Rojo en Yemen,
siete pescadores están cerca de poner fin a las cuatro horas que les ha
costado recoger sus redes con la pesca del día desde su barco. De repente,
lejos del foco de la gran lámpara de la embarcación, uno de los hombres ve una
silueta negra aproximarse a ellos.
Momentos después, un helicóptero empieza a volar en círculos sobre ellos. Los
pescadores están lejos del límite de 30 millas náuticas dentro del que la
coalición liderada por Arabia Saudí les ha advertido permanecer tras
arrojar panfletos sobre tierra. Sin embargo, sin aviso alguno, el
helicóptero abre fuego.
Osam Mouafa agarra a su amigo, Abdullah, y lo arrastra a una esquina, haciéndose una bola
para protegerse de las balas que atraviesan la embarcación. Con disparos
en las dos rodillas y una tercera bala en el muslo, Osam empieza a
sentir que el barco se llena de agua. "El barco se convirtió en un
colador", dice Osam, sentado junto al palo de madera que ahora necesita
para caminar.
Para cuando el ataque indiscriminado ha terminado, Abdullah y el capitán –que
tiene ocho hijos– están muertos. Otro miembro de la tripulación,
Hamdi, ha quedado sordo y con una parte del cuerpo paralizada tras ser
alcanzado en la cabeza por metralla. Los cinco supervivientes, todos sangrando,
empiezan, sin descanso, a achicar agua de la embarcación, que se está
hundiendo.
El barco, sumergido parcialmente y con ropa tapando los agujeros, estuvo a la
deriva durante 15 horas hasta que otro barco los rescató y remolcó hasta la
costa.
Guerra a los pescadores
Han muerto más de 10.000 civiles desde que Arabia Saudí empezó su intervención
militar en Yemen en marzo de 2015. Según Mohammed Hassani, director del
sindicato de pescadores del puerto occidental de Hodeidah, los buques de guerra
y los helicópteros de la coalición en el Mar Rojo han dañado o destruido 250
embarcaciones de pesca y han matado a 152 pescadores.
"Han declarado la guerra a los pescadores", dice Hassani. Más de 150 kilómetros
al sur del puerto de Mocha, los pescadores tienen prohibido salir a navegar
desde que las fuerzas de los hutíes y del expresidente Salé, con las que la
coalición liderada por Arabia Saudí lleva luchando desde hace más de dos años y
medio, fueron expulsadas de la región en febrero por soldados yemeníes
respaldados por un miembro de la coalición, los Emiratos Árabes Unidos.
El sector pesquero de Yemen se ha convertido en una vía de sustento aún más vital
para un país en medio de una de las peores crisis humanitarias. Más de ocho
millones de yemeníes se enfrentan a una hambruna a raíz del estricto bloqueo de
Arabia Saudí desde el 6 de noviembre. Las restricciones se relajaron un poco el
26 de noviembre, permitiendo que llegara alguna ayuda a los más de 20 millones
de yemeníes que dependen de ella. Sin embargo, las agencias de ayuda
humanitaria predicen una hambruna más amplia si puertos claves como el de
Hodeidah permanecen cerrados a importaciones comerciales.
Yemen depende de las importaciones marítimas para más del 80% de su suministro anual
de alimentos. Aunque hay alimentos básicos disponibles, las restricciones
impuestas por los saudíes a las importaciones, combinados con una moneda que se
deprecia a un ritmo acelerado, se traducen en que los precios de la comida se
han disparado. Los salarios de los funcionarios llevan sin
pagarse desde agosto de 2016 y se estima que se ha despedido a alrededor del
55% de su plantilla a raíz del conflicto. Millones de yemeníes no pueden
permitirse comprar comida, haciendo que más del 75% de la población necesite
ayuda humanitaria.
Unos niños juegan cerca de un pantano de alcantarillado con residuos y desechos que
crean un entorno de alto riesgo para el cólera, en Saná EFE | |
Miedo a cultivar
En el distrito de al-Rawda en el norte de Saná, un granjero, Yahya Abdu Taleb, dejó
de cultivar su tierra después de que una bomba cayera en un campo a menos de 50
metros de su casa. Afortunadamente para su familia, el misil no explotó.
De pie en la tierra de cultivo ahora baldía, Yahya observa cómo un equipo del programa
nacional de Yemen para la desactivación de minas extrae el misil, que ha
quedado enterrado a una profundidad de más de tres metros.
"Tengo tres pozos en mi terreno. Ahora no cultivo nada", dice Yahya. Cuando
empezaron a subir los precios de la comida, empezó a reconstruir los túneles de
polietileno que se necesitan para cultivar en las temperaturas extremas de las
montañas del norte de Yemen. Pero sus vecinos le rogaron que parase. "Los
saudíes los atacan [los túneles]. Tenían miedo de que viniesen los aviones, nos
bombardeasen y matasen a nuestras familias".
Zahara Taleb, de nueve años, usó un móvil para grabar cómo sacaban la bomba del
terreno de cultivo de su padre junto a su casa. "Quiero estar segura de
que se la llevan para no seguir teniendo miedo", dice la niña.
Ali al-Mowafa, que dirige al equipo de desactivación de minas que trabaja para
retirar la bomba sin estallar en al-Rawda, dice que han identificado artefactos
fabricados por británicos, norteamericanos e italianos entre los 12 misiles que
no explotaron en una noche de agosto en la que se lanzaron 52 bombas contra el distrito.
Ataques contra el suministro de alimentos
Una investigación de los patrones de bombardeo, llevado a
cabo por la profesora emérita Martha Mundy de la London School of Economics,
concluyó que hay "pruebas contundentes en los primeros 17 meses de los
bombardeos de la coalición liderada por Arabia Saudí de que la estrategia de la
coalición está destinada a destruir la producción y distribución de
alimentos" en áreas controladas por los hutíes y las fuerzas aliadas
leales al antiguo presidente Ali Abdulá Salé. Salé fue asesinado por fuerzas hutíes la
semana pasada en Saná, días después de declarar que había cambiado de bando.
Según los datos de los ataques aéreos de la coalición entre marzo del 2015 y
finales de septiembre de 2017 recopilados por Yemen Data Project, se han registrado 365 ataques aéreos
sobre granjas, 175 contra mercados y 61 contra depósitos de alimentos.
Ali Abdullah Saleh en un discurso en agosto de 2017 EFE |
Violación de leyes internacionales
El viceprimer ministro británico, Damian Green, ha defendido el apoyo de su
gobierno a la venta de armas a Arabia Saudí en base a que "nuestra
industria de defensa es una fuente de puestos de trabajo y prosperidad de una
importancia extrema", al mismo tiempo que subraya el papel de Reino Unido
como "el cuarto donante de ayuda humanitaria a Yemen".
El gobierno británico ha aprobado la venta de más de 5.200 millones de euros en
aviones de combate y armamento a Arabia Saudi desde que empezó su campaña de
bombardeos en Yemen. Autoridades militares británicas también están aportando entrenamiento para atacar objetivos a la Real Fuerza Aérea Saudí.
Theresa May dijo que exigiría durante su visita reciente a Arabia Saudí que pusieran
fin al bloqueo. El bloqueo sigue en pie.
Las agencias de ayuda humanitaria han señalado que atacar las opciones de los
yemeníes de alimentarse por sí mismo es "una flagrante violación de las leyes
internacionales".
Estrategia de Arabia Saudí
A pesar de la previsión de una hambruna extendida por todo el país, la estrategia
se está usando para presionar aún más a los hutíes en lugar de los intentos
fallidos durante más de dos años por parte de la coalición saudí de bombardear
hasta la sumisión a los rebeldes aliados de Irán.
Los analistas de Yemen también señalan la medida como una opción más atractiva para
el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, que también ostenta el papel de
ministro de Defensa, a diferencia de desplegar miles de tropas de distintos
orígenes y con prioridades diferentes para intentar una toma complicada de la
capital ahora controlada por los hutíes.
"Hay voces en la coalición y en el gobierno de Yemen que apoyan centrarse en la
economía para ejercer presión sobre los hutíes y también sobre las personas que viven
en territorio controlado por los hutíes para forzarles a rebelarse o a expresar su
malestar contra ellos por el empeoramiento de las condiciones de vida", dice Adam Baron, un experto en
Yemen en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
"La destrucción de las vías de acceso a comida y agua constituye un crimen de
guerra", señaló Martha Mundy de la LSE en un artículo publicado en septiembre por la Red
Global del Derecho a Alimento y Nutrición.
"¿Pero quién va a tomar medidas legales cuando las mismas organizaciones
internacionales y naciones que ignoraron durante meses el bloqueo y los
bombardeos ahora juegan un papel en la intervención humanitaria para salvar a
los yemeníes de la hambruna y el cólera?".
Traducido por Marina Leiva
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